Ep 6: El Huérfano y la Revelación
La Meca estaba en una posición muy interesante. Por un lado, era consciente de la propaganda judía sobre un mesías esperado. De hecho, hubo otros que aparecieron antes del profeta, que afirmaban ser profetas, que afirmaban ser mesías esperados, pero fracasaron. Básicamente, La Meca lidió con ellos sin impresionarse, simplemente dejándolos desaparecer por sí mismos. Al mismo tiempo, había una corriente moral en La Meca que reconoce el monoteísmo a pesar del embate del materialismo y las ganas de lucrar por parte de la población, y también al considerar que la mayoría de la élite de La Meca tenía filosofías de vida muy hedonistas "existimos para beber, ir a casas de prostitución, etc.… "
Cuándo se trata de la administración de los asuntos de La Meca, hay un lugar llamado Dār al-Nadwa, que era básicamente una institución de Shura (de consultación en donde participan varias personas para tomar decisiones de asuntos importantes) entre la élite de La Meca. La élite de La Meca —y La Meca, no tenía un líder único claro— pero debido al linaje común, conocían a ciertas figuras como Abu Talib por ejemplo, como figuras honorables. No eran los líderes de La Meca. No serían obedecidos ciegamente. Pero esa práctica de discutir los asuntos en detalle y emerger con un consenso era realmente muy importante para la construcción de la civilización islámica.
Aquí está el asunto. Si el Islam hubiera surgido en cualquier otro lugar del Cercano Oriente, habría emergido bajo la realidad de un poder imperial existente. El único lugar que no tenía un poder imperial, el único lugar que fue olvidado por la historia, pero recordado lo suficiente como para seguir siendo relevante, pero no ser concluyente, era esta zona.
Por otro lado, las tribus judías que habían buscado refugio en Arabia interactuaron con los árabes, pero interactuaron desde un punto de vista de superioridad. Se consideraban superiores y pensaban que estas personas eran inferiores a ellos. Pero aquí está el asunto. El carácter árabe tenía la combinación adecuada de libertad y sentido de dignidad individual para ser agentes de creatividad e invención. Porque si vienes con un mensaje donde la gente existe en un sistema estructural donde los roles están bien definidos y las reglas son asfixiantes, no hay espacio para la innovación y la creatividad.
Cuando le dices a la gente que logre justicia, lo que van a hacer es acudir a las instituciones existentes, a lo que llamamos las instituciones fijas preexistentes que ellos creen que logran justicia, y su pensamiento nunca saldrá del molde. Y esto es exactamente lo que encontramos cuando los bizantinos y los persas respondieron al desafío de la civilización emergente de Arabia.
Aquellos que son capaces de actuar según principios normativos, principios morales, con la cantidad adecuada de autoestima y “yo soy importante”, y por eso, desde el inicio del mensaje, ese sentido de linaje entre los diversos participantes es muy importante, por ejemplo el hecho de que Abu Bakr estaba relacionado genealógicamente con el profeta, Umar ibn al-Jattab Bakr estaba relacionado genealógicamente con el profeta al igual que la mayoría de las figuras clave, les da un sentido de solidaridad y, al mismo tiempo, un sentido de dignidad e importancia. Vemos esto como un tema constante, donde —y parte del milagro del Profeta (PB) — que es desafiado inmediatamente después de su muerte, es la capacidad de sostener y mantener ese sentido de dignidad propia e importancia para cada individuo, y al mismo tiempo, el espacio para la innovación y la creatividad, todo ello anclado en una meta y una misión común. Eso es increíblemente difícil. Increíblemente difícil, pero alcanzable si lo entiendes. Alcanzable si sabes que ese es tu propósito y esa es tu meta.
Así que una de las cosas más milagrosas es, de hecho, la forma en que Arabia es preservada para el mensaje islámico. Y es que, si estás ofreciendo a la humanidad un ejemplo final de la misión moral de la humanidad en general, si quieres decirle a los seres humanos: escuchen, hay este camino divino, y el camino divino pasa por la elevación del ser humano, lo que significa que no se deprecia al individuo, se lo eleva, y a través del individuo se eleva a la colectividad.
Entonces, si quieres decir cuál es el ancla filosófica de la civilización islámica, o del Islam, o del Profeta (PB), debes saber que la respuesta es: cuida de los huérfanos. Cualquiera que sea el sistema que vayas a crear, tiene que ser un sistema donde la prioridad sea honrar a los huérfanos. Si lo que has creado falla en ese imperativo moral —que se repite una y otra y otra vez en el primer mensaje, como veremos— entonces has fallado en el imperativo islámico.
No es importante si tienes un gran califa o no. Lo importante es si tu sistema se mide por el mínimo común denominador. Si tienes un sistema que falla en su objetivo principal de honrar al huérfano, primero y antes que nada, y luego hablamos del resto. No puedo enfatizar esto lo suficiente. Porque, como verás —como veremos— toda la trayectoria de la vida del Profeta (PB) no se trata de las batallas. En realidad, lo que es notable es que puedes entrar en estas batallas y aun así tu sociedad trata sobre honrar al huérfano. Porque cuando las personas dirigen guerras, las guerras se convierten en un agente de ruptura moral. Las guerras, en sociedades normales —cuando una sociedad va a la guerra— se vuelven las más inmorales de todas. ¿Por qué? Porque la guerra da una sensación de necesidad y desesperación. Y en esa dinámica sociológica, lo que hacen las sociedades es decir: “bueno, sabes, estamos atravesando una guerra. La guerra es muy difícil. Así que estamos en un estado de crisis y en un estado de crisis, podemos no cumplir con todas estas cosas como cuidar del huérfano, cuidar de los más vulnerables de la sociedad. Después de todo, estamos en circunstancias extremas. Así que alimentar al guerrero, se vuelve más importante que alimentar al huérfano.”
Ahora, lo notable de lo que hizo el profeta (PB) es que dirigió una sociedad que entró en batalla una y otra vez. Y sin embargo, de lo que se preocupaba esa sociedad todo el tiempo no era del guerrero, se preocupaba del huérfano. Por favor, reflexiona sobre esto y compréndelo, porque si verdaderamente lo entiendes, transformará tu vida. Entonces toda tu relación con lo que fue el profeta y lo que es el Islam será transformada. Todo el tiempo, el camino del profeta (PB), como veremos desde el principio, se trata de esto. Por ejemplo, me adelantaré un poco, pero hay un hecho en su vida de cuando él recibe como regalo un poco de dinero en Medina y no puede dormir. Y cuando su esposa le pregunta: “¿Por qué no puedes dormir?” y él dice: “Me incomoda, hay dinero en la casa. Por favor, repártelo como tú quieras.” En otras palabras, límpiame de esto. Porque él entendía de qué se trataba este mensaje, y cuál es el objetivo y la meta de este vehículo llamado Islam, y por qué necesitamos ese mensaje final para la humanidad. Porque como dice Allah, cuando no tienes ese mensaje, lo que haces es que los seres humanos entonces se sienten libres de privilegiarse a sí mismos y de decir: “Yo vengo primero y mis necesidades vienen primero.” Incluyendo, como veremos, que Allah pone al Profeta(PB) a través del trauma de perder a sus hijos —sus hijos muriendo— y aun así su enfoque permanece en el huérfano. Porque cualquiera de nosotros, si perdiéramos un hijo, diríamos: “Estoy amargado, estoy enojado, ya no puedo más. ¿Sabes qué? ¿Por qué debería servir a alguien? He perdido mi corazón y mi alma.” Pero el ejemplo del Profeta (PB) te muestra que ese no es el camino. Tu relación con la tragedia y el dolor debe ser siempre: “Oh Allah, me quitaste algo, lo cual es un recordatorio para que yo dé, no para que me haga más egoísta.” De hecho, cuando me quitas, yo doy. Esa es la única forma de sanar: dar más. No decir: “Dejaré de dar.” Eso es de lo que se trata, eso es el Islam. Y por eso el Islam marca la diferencia.
Mira, tengo algunas personas en una revista iraní que me enviaron una lista de preguntas que quieren hacerme. Y por supuesto, Irán está atravesando su propio despotismo. No hay Dār al-Nadwa (consultación). No hay libertad del alma humana. No hay dignidad para el individuo. Así que, por supuesto, la primera pregunta que harán es: ¿Ofrece el Islam algo a la humanidad? ¿Hay algo especial en la civilización islámica? Y de inmediato vi estas preguntas y dije: “Sí, claro.” Eso es porque nuestra relación con el camino del profeta y con el texto mismo del Corán está defectuosa, y por eso nos hacemos estas preguntas. Por eso estamos confundidos con estas preguntas. Por eso creemos que podemos ser musulmanes y, al mismo tiempo, decir: “¿Qué diferencia hace? Solo sé una buena persona”, lo cual es desastroso.
Contenido Bonus.
Quiero decir, prefiero cubrir menos contenido y que realmente se absorba, que cubrir más y que no se absorba… Porque sé que mucho de lo que estoy presentando toma tiempo para digerirse. Porque no es lo que los musulmanes están acostumbrados a escuchar. A veces las personas entran en hábitos sociales y métodos de relacionarse con la doctrina. Y muchas veces, romper ese hábito puede tomar generaciones. No es solo decir: “Ok, esta forma de pensar está mal, debemos adoptar una forma diferente de pensar.” Pero hay que empezar plantando las semillas, porque si no, nunca cambiará.
Señora Grace, esposa del Sheikh: Este último punto que dijiste sobre que los huérfanos son el punto central del Islam… Eso es un concepto muy importante, porque si lo piensas, como ahora, hay más huérfanos musulmanes que nunca—quiero decir, ¿cuántos huérfanos hay en Gaza?
Sheikh responde: Ya veremos. Porque no lo he desarrollado aún, pero mostraré lo que significa cuando Allah elige qué decirnos, cuando Allah dice la verdad en la primera revelación. Quiero decir, cuando Allah está hablando a los seres humanos por primera vez en siglos y Allah dice, “Esto es lo importante”, y de algún modo eso simplemente se pasa por alto o se ignora. Es como: “Oh, Allah solo nos está recordando que los huérfanos son importantes.” No. Allah está diciendo: “Aquí estoy. Aquí estoy hablándote después de todos estos siglos, después de que he roto el molde de hablar por siglos. He estado hablando a través de los israelitas hasta que se volvieron arrogantes. Entonces, porque se volvieron arrogantes, los dejé, y, ya sabes, lancé una nueva oportunidad y hablaré a través de personas que en realidad no creen que tienen derecho (porque eso es en lo que se habían convertido los árabes en ese momento, sentían que eran inferiores a los judíos) Y hablaré a través ellos porque no van por ahí diciendo “Dios es nuestro.” Y esto es lo que te estoy diciendo que tienes que prestar atención, desde el principio, las enseñanzas de la vida del Profeta (PB) eran de agradecer a Dios en el momento en que se despierta, agradece a Dios en el momento en que come algo. No solo es que agradece a Dios, es que lo hace con todo su corazón y alma y todos sus nervios. En todo momento. Cada movimiento, y está constantemente haciéndolo.
Pero entonces, ¿cuál es el resultado concreto de esta relación con Allah? El resultado concreto es que está constantemente al servicio de otros seres humanos. El resultado concreto es que pierde un hijo y su corazón está destrozado, y alguien viene y dice: “Necesito ayuda”, y él está completamente dedicado a ayudar a esa persona. Ese es el corazón y alma de lo que es el Islam, este es el mensaje islámico.
En muchas fuentes, dicen que el Profeta (PB) —y otras figuras también, por supuesto— habían logrado no tener ego. Lo que eso significa es un reto, porque aquellos que logran conquistar el ego, la puerta entre ellos y Dios está completamente abierta, los velos se elevan y ellos existen en un estado de dicha constante por su gratitud e intimidad con su Creador. Cuando dicen Alhamdulillah, eso en sí mismo es felicidad.
Por el contrario, si tienes una sociedad que no sigue este mensaje y se rinde ante cosas como la arrogancia, el privilegio, esta sociedad te mostrará también que los musulmanes pueden ser injustos y arrogantes, es decir será cada vez más difícil para los musulmanes individuales tener este tipo de relación con Dios. Hay un hadiz en el que al Profeta (PB) se le pregunta: “¿A quién fuiste enviado?” Y su respuesta fue fascinante. Él dijo: “Fui enviado a la humanidad en general. Y si me rechazan, entonces fui enviado a Quraish. Y si ellos me rechazan, entonces fui enviado a Banu Talib, mi familia. Y si ellos me rechazan, entonces fui enviado a mí mismo.” El imperativo de ser musulmán, incluso si el mundo entero te da la espalda.
Es lo mismo que cuando se describe al profeta Ibrahim como una ummah por sí mismo. El profeta es la ummah, es la moral que motiva tus impulsos, y demuestra si tu corazón y alma están con Allah o con todas las deidades alternativas con las que podrías estar, que en mi opinión, muy a menudo es shaitán. Porque yo tomo muy literalmente la disimulación y el engaño de shaitán.