Sura 8 Al-Anfal (El Botín)
Comentarios de Sheij Khaled Abou El Fadl (USULI INSTITUTE - www.usuli.org)
Corán en español usado: Traducción al español realizada por Abdurrasak Pérez desde la versión en inglés de Muhammad Assad.
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EN EL NOMBRE DE DIOS, EL MÁS MISERICORDIOSO, EL DISPENSADOR DE GRACIA:
(1) TE PREGUNTARÁN acerca del botín. Di: "El botín pertenece a Dios y al Enviado." ¡Manteneos, pues, conscientes de Dios y poned orden en vuestras relaciones mutuas, y obedeced a Dios y a Su Enviado, si sois [realmente] creyentes!
(2) Son creyentes sólo aquellos cuyos corazones tiemblan cuando se menciona a Dios y cuya fe se fortalece cuando se les transmiten Sus mensajes, y que confían en su Sustentador --(3) los que son constantes en la oración y de lo que les proveemos como sustento gastan en los demás: (4) ¡esos, precisamente, son los verdaderos creyentes! Tendrán una posición eminente junto a su Sustentador, perdón y una excelente provisión.
(5) TAL COMO tu Sustentador te hizo salir de tu casa [para luchar] por la verdad y entonces algunos de los creyentes se mostraron contrarios a ello, (6) [así también,] discuten contigo acerca de la verdad, una vez que se ha hecho manifiesta --como si estuvieran siendo arrastrados a la muerte y la vieran con sus propios ojos.
(7) Y, he ahí, que Dios os prometió que una de las dos expediciones [enemigas] caería en vuestro poder: y hubierais querido capturar a la menos poderosa, pero era voluntad de Dios que prevaleciera la verdad de acuerdo con Sus palabras y aniquilar por completo a los que negaban la verdad --(8) para que Él hiciera prevalecer la verdad y aniquilara la mentira, aún a despecho de los que estaban hundidos en el pecado.
(9) He aquí que implorasteis el auxilio de vuestro Sustentador, y entonces Él os respondió: "¡En verdad, os auxiliaré con mil ángeles, unos detrás de otros!"
(10) Y Dios dispuso esto sólo para que fuera una buena nueva y para tranquilizar con ello vuestros corazones --pues el auxilio no viene sino de Dios: ¡ciertamente, Dios es todopoderoso, sabio!
(11) [Recuerda] cuando Él hizo que se adueñara de vosotros una calma interior, como una garantía Suya, e hizo descender sobre vosotros agua del cielo para purificaros con ella y liberaros de los susurros de Satán, fortalecer vuestros corazones y afirmar así vuestros pasos.
(12) He aquí que tu Sustentador inspiró a los ángeles [para que transmitieran Su mensaje a los creyentes]: "¡Estoy con vosotros!"
[Y ordenó a los ángeles:] "Y dad firmeza a los que han llegado a creer [con estas palabras Mías]: '¡Infundiré el terror en los corazones de los que insisten en negar la verdad; golpeadles, pues, en el cuello, [Oh creyentes,] y golpeadles en todos sus dedos!'"
(13) Eso, por haberse enfrentado a Dios y a Su Enviado: y quien se enfrenta a Dios y a Su Enviado, ciertamente, Dios es severo en el castigo. (14) ¡Eso es vuestro [merecido, Oh enemigos de Dios]! ¡Saboreadlo, pues, [y sabed] que el castigo del fuego aguarda a aquellos que niegan la verdad!
(15) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Cuando os enfrentéis en combate a los que se obstinan en negar la verdad, que avanzan con gran fuerza, no les volváis la espalda: (16) pues, quien en ese día les vuelva la espalda --salvo que sea por una maniobra de batalla o por intentar unirse a otra tropa [de creyentes]-- ciertamente, habrá incurrido en la condena de Dios y tendrá por morada el infierno: ¡qué horrible punto de destino!
(17) Y no obstante, [Oh creyentes,] no fuisteis vosotros quienes matasteis al enemigo, sino que fue Dios quien les mató; y no fuiste tú quien arrojó [el terror dentro de ellos, Oh Profeta], cuando lo arrojaste, sino que fue Dios quien lo arrojó: y [Él hizo todo esto] para probar a los creyentes con una prueba saludable ordenada por Él. ¡En verdad, Dios todo lo oye, es omnisciente!
(18) Este [fue el propósito de Dios] --y también [para mostrar] que Dios desbarata los planes arteros de quienes niegan la verdad.
(19) Si habéis estado rezando por una victoria, [Oh creyentes] --ciertamente, la victoria os ha llegado. Y si os abstenéis [de pecar], será por vuestro bien; pero si reincidís en ello, revocaremos [Nuestra promesa de ayuda]-- y la comunidad a la que pertenecéis no os servirá de nada, por numerosa que sea: ¡pues, ciertamente, Dios está [sólo] con aquellos que creen!
(20) [Por lo tanto,] ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer!, obedeced a Dios y a Su Enviado y no Le deis la espalda ahora que oís [Su mensaje]; (21) y no seáis de los que dicen: "Hemos oído", pero no prestan atención.
(22) En verdad, las más despreciables de las criaturas ante Dios son aquellos sordos y mudos, que no usan su razón. (23) Pues, si Dios hubiera encontrado algo de bueno en ellos, ciertamente les habría hecho oír: pero [tal como son,] aunque les hubiera hecho oír, con toda certeza habrían vuelto la espalda en su obstinación.
(24) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Responded a la llamada de Dios y del Enviado cuando os llama a lo que habrá de daros vida; y sabed que Dios interviene entre el hombre y [los deseos de] su corazón, y que ante Él seréis congregados.
(25) Y guardaos de esa tentación al mal que no aflige sólo a aquellos de vosotros que se obstinan en la transgresión; y sabed que Dios es severo en el castigo.
(26) Y recordad los tiempos en que erais pocos [y] débiles en la tierra, cuando temíais que la gente os exterminara, y entonces Él os protegió y os fortaleció con su auxilio y os proveyó de las cosas buenas de la vida, quizás, así, seáis agradecidos.
(27) [Así pues,] ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer!, no traicionéis a Dios y al Enviado, y no traicionéis a sabiendas la confianza que ha sido depositada en vosotros; (28) y sabed que vuestros bienes y vuestros hijos son sólo una prueba y una tentación, y que junto a Dios hay una recompensa magnífica.
(29) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Si os mantenéis conscientes de Dios, Él os dará un criterio por el que discernir lo verdadero de la falso, borrará vuestras malas acciones y os perdonará: pues Dios posee una generosidad infinita.
(30) Y [recuerda, Oh Profeta,] cómo los que insistían en negar la verdad intrigaron contra ti, para impedirte [predicar], para matarte o para expulsarte. Así han intrigado [siempre]: pero Dios desbarató sus intrigas, pues Dios está por encima de todos los intrigantes.
(31) Y siempre que les eran transmitidos Nuestros mensajes, decían: “Ya hemos oído [esto] antes; si quisiéramos, ciertamente podríamos componer [nosotros] algo como eso: ¡no son más que fábulas antiguas!”
(32) Y, he ahí, que decían: “¡Oh Dios! ¡Si, ciertamente, esto es la verdad que viene de Ti, haz que nos lluevan piedras del cielo, o inflígenos [algún otro] castigo doloroso!”
(33) Pero Dios no iba a castigarles estando tú [Oh Profeta] en medio de ellos, ni iba a castigarles cuando [podían aún] haber pedido perdón. (34) ¿Pero que tienen [ahora] a su favor para que Dios no les castigue --cuando impiden [a los creyentes] el acceso a la Casa Inviolable de Adoración, sin ser ellos sus guardianes [legítimos]?
Sólo los conscientes de Dios pueden ser sus guardianes: pero de esto la mayoría de esos [mal hechores] no son conscientes; (35) y sus oraciones frente al Templo no son más que silbidos y palmas.
¡Saboread pues, [Oh incrédulos,] este castigo por vuestro obstinado rechazo de la verdad!
(36) Ciertamente, aquellos que se obstinan en negar la verdad gastan sus riquezas para apartar a otros del camino de Dios; y seguirán gastándolas hasta que sea para ellos [fuente de] gran pesar; ¡y luego serán derrotados!
Y aquellos que [hasta su muerte] hayan negado la verdad serán congregados con destino al infierno, (37) para que Dios separe a los malos de los buenos, y ponga a los malos unos con otros y los agrupe a todos juntos [bajo Su condena] y los consigne luego al infierno. ¡Esos, precisamente, son los perdedores!
(38) Di a aquellos que insisten en negar la verdad que si desisten, les será perdonado todo lo pasado; pero si reinciden [en su iniquidad], que tengan presente lo ocurrido a otros como ellos en épocas pasadas. (39) Y combatidles hasta que cese la opresión y la adoración esté consagrada por entero a Dios.
Y si desisten --ciertamente, Dios ve todo lo que hacen; (40) y si se apartan [de la rectitud], sabed que Dios es vuestro Señor Supremo: ¡qué excelente Señor Supremo y qué excelente Auxiliador!
(41) Y SABED que del botín que ganéis [en la guerra], un quinto pertenece a Dios y al Enviado, y a los parientes, los huérfanos, los necesitados y al viajero.
[Observad esto] si creéis en Dios y en lo que hemos hecho descender sobre Nuestro siervo en el día en que lo verdadero fue distinguido de lo falso --el día en que se enfrentaron los dos ejércitos. Y Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa.
(42) [Recordad aquel día] cuando estabais en la vertiente más próxima del valle [de Badr], y ellos en la vertiente más alejada, mientras que la caravana se hallaba más abajo que vosotros. Y si hubierais sabido que se habría de producir una batalla, ciertamente os habríais negado a aceptar el desafío: pero [la batalla fue provocada aun así,] para que Dios llevara a cabo algo [que Él había dispuesto] que ocurriera, [y] para que quien hubiera de perecer [en ese día], pereciera frente a una prueba clara de la verdad, y quien hubiera de sobrevivir, sobreviviera frente a una prueba clara de la verdad. Y, ciertamente, Dios en verdad todo lo oye, es omnisciente.
(43) He aquí que Dios te los mostró en un sueño como poco numerosos: porque si te los hubiera mostrado numerosos, os habríais desanimado y habríais discrepado sobre el curso a seguir. Pero Dios os evitó [todo esto]: ciertamente, Él conoce bien lo que hay en los corazones [de los hombres]. (44) Y cuando os encontrasteis en la batalla, Él hizo que aparecieran poco numerosos ante vuestros ojos --tal como hizo que vosotros aparecierais insignificantes ante sus ojos-- para que Dios llevara a cabo algo [que Él había dispuesto] que ocurriera: y todos los asuntos retornan a Dios [que es su fuente]. (45) [Así pues,] ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer!, cuando os enfrentéis en combate a un ejército, sed firmes y recordad mucho a Dios, para que así obtengáis el éxito.
(46) Y obedeced a Dios y a Su Enviado y no disputéis entre vosotros, no sea que os desaniméis y vuestra fuerza moral os abandone. Y sed pacientes en la adversidad: pues, ciertamente, Dios está con los que son pacientes en la adversidad.
(47) Y no seáis como aquellos [incrédulos] que partieron de sus casas llenos de engreimiento y de deseo de ser vistos y elogiados por la gente: trataban de apartar a otros del camino de Dios - pero Dios abarca [con Su poder] todo lo que hacen.
(48) Y, he ahí, que Satán hizo gratas a sus ojos sus propias acciones y les dijo: “¡Nadie puede venceros hoy, pues, ciertamente, yo seré vuestro protector!” pero tan pronto como los dos ejércitos se avistaron, salió huyendo y dijo: “¡Ciertamente, no soy responsable de vosotros: ciertamente, veo algo que vosotros no veis: ciertamente, temo a Dios --pues Dios es severo en el castigo!”
(49) Al mismo tiempo, los hipócritas y aquellos en cuyos corazones había enfermedad, decían: “¡Su fe ha engañado a estos [creyentes]!” Pero quien pone su confianza en Dios [sabe que], en verdad, Dios es todopoderoso, sabio.
(50) Y SI tan solo pudieras ver [que pasará] cuando Él haga morir a los que insisten en negar la verdad: los ángeles les golpearán en la cara y en la espalda, y [dirán]: “¡Saboread el castigo del fuego (51) en pago a lo que vuestras manos han adelantado --pues Dios no es injusto en absoluto con Sus criaturas!”
(52) [Les ocurrirá] lo mismo que les ocurrió a las gentes de Faraón y a los que vivieron antes que ellos: negaron la verdad de los mensajes de Dios --y Dios les hizo rendir cuentas por sus pecados. ¡En verdad, Dios es poderoso, severo en el castigo!
(53) Así es, porque Dios nunca modifica las bendiciones con las que ha favorecido a una gente a menos que estos se cambien a sí mismos: y [sabed] que Dios todo lo oye, es omnisciente.
(54) [A esos pecadores les ocurrirá] lo mismo que les ocurrió a las gentes de Faraón y a los que vivieron antes que ellos: desmintieron los mensajes de Su Sustentador --y les destruimos en pago a sus pecados, y ahogamos a las gentes de Faraón: pues eran todos malhechores.
(55) En verdad, las más despreciables de las criaturas ante Dios son aquellos que se obstinan en negar la verdad y por eso no creen.
(56) EN CUANTO a aquellos con los que has concertado un pacto y luego rompen su pacto a cada momento, pues no son conscientes de Dios --(57) si caen en tu poder en el curso de la guerra, haz con ellos un escarmiento ejemplar para aquellos que les sigan, para que puedan recapacitar; (58) o, si temes una traición por parte de una gente [con la que has concertado un pacto], denúncialo ante ellos en forma equitativa: ¡pues, en verdad, Dios no ama a los traidores!
(59) Y que no piensen --quienes insisten en negar la verdad-- que escaparán [de Dios]: ciertamente, nunca podrán frustrar [Su propósito].
(60) Así pues, preparad contra ellos todas las fuerzas y caballos de batalla que podáis reunir, para desalentar con ello a los enemigos de Dios, que son también enemigos vuestros, y a otros aparte de ellos que no conocéis, [pero que] Dios si conoce; y cualquier bien que gastéis por la causa de Dios os será devuelto cumplidamente, y no se os hará injusticia.
(61) Pero si se inclinan a la paz, inclínate tú también, y confía en Dios: ¡en verdad, sólo Él todo lo oye, todo lo sabe! (62) Y si sólo quieren engañarte [con sus gestos de paz] --¡ciertamente, Dios te basta!
Él es quien te ha fortalecido con Su auxilio, y dándote seguidores creyentes (63) cuyos corazones Él ha unido: [pues,] aunque hubieras gastado todo lo que hay en la tierra, tú no habrías sido capaz de unir sus corazones: pero Dios los ha unido. En verdad, Él es todopoderoso, sabio.
(64) ¡Oh Profeta! ¡Dios es suficiente para ti y los creyentes que te siguen!
(65) ¡Oh Profeta! Alienta a los creyentes para que venzan todo miedo a la muerte en el combate, [para que] si hubiera veinte de vosotros que sean pacientes en la adversidad, puedan vencer a doscientos; y [que] cien de vosotros puedan vencer a mil de aquellos que insisten en negar la verdad, pues son gente que no pueden comprenderla.
(66) [Sin embargo,] de momento, Dios ha aliviado vuestra carga porque sabe que sois débiles: así pues, si hubiera cien de vosotros que sean pacientes en la adversidad deberán [ser capaces de] vencer a doscientos; y si hubiera mil de vosotros, deberán [ser capaces de] vencer a dos mil con la venia de Dios: pues Dios está con los que son pacientes en la adversidad.
(67) NO ES PROPIO que un profeta tome prisioneros antes de haber batallado intensamente en la tierra. Puede que deseéis los beneficios efímeros de este mundo --pero Dios desea [para vosotros el bien de] la Otra Vida: y Dios es todopoderoso, sabio.
(68) De no haber sido por un decreto previo de Dios, ciertamente os habría sobrevenido un tremendo castigo por todos [los prisioneros] que tomasteis.
(69) Disfrutad, pues, de todo lo lícito y bueno que habéis ganado como botín de guerra y sed conscientes de Dios: en verdad, Dios es indulgente, dispensador de gracia.
(70) [Así pues,] ¡Oh Profeta!, di a los prisioneros que están en vuestro poder: “Si Dios encuentra bien en vuestros corazones, os dará algo mejor que lo que os ha quitado y perdonará vuestros pecados: pues Dios es indulgente, dispensador de gracia.”
(71) Y si sólo quieren traicionarte --ya antes traicionaron a Dios: pero Él dio [a los creyentes] poder sobre ellos. Y Dios es omnisciente, sabio.
(72) CIERTAMENTE, aquellos que han llegado a creer y que han abandonado el ámbito del mal y se esfuerzan por la causa de Dios con sus bienes y sus personas, así como aquellos que [les] dan asilo y ayuda--esos son [realmente] amigos y protectores unos de otros.
Pero aquellos que han llegado a creer y que no han emigrado [a vuestro territorio]--no sois en absoluto responsables de su protección hasta que emigren [a vosotros]. No obstante, si os piden auxilio contra la persecución religiosa, debéis auxiliarles --salvo en contra de una gente con la que os una un pacto: pues Dios ve todo lo que hacéis.
(73) Y, aún así, [recordad que] los que se obstinan en negar la verdad son aliados unos de otros; y salvo que actuéis de igual forma [entre vosotros], reinará en la tierra la opresión y una gran corrupción.
(74) Y aquellos que han llegado a creer y que han abandonado el ámbito del mal, y que se esfuerzan por la causa de Dios, así como aquellos que [les] dan asilo y ayuda --¡ellos son, precisamente, quienes son creyentes de verdad! Tendrán perdón y una excelente provisión.
(75) Quienes en adelante lleguen a creer, y abandonen el ámbito del mal y se esfuercen [por la causa de Dios] junto con vosotros --esos [también] son de los vuestros; y quienes [de este modo] están ligados entre sí tienen el mayor derecho unos sobre los otros conforme al decreto de Dios.
En verdad, Dios tiene pleno conocimiento de todo.
COMENTARIOS DEL SHEIJ KHALED ABOU EL-FADL
Anteriormente estudiamos sura Al-‘Imran y les dije: “si tan solo los musulmanes de hoy en día pudieran comprender esta sura?, y diría lo mismo con respecto a sura Al-Anfal. Lamentablemente ustedes no encontrarán en las interpretaciones acumulativas algunos aspectos que les permitan acceder a esta sura y a comprender el rol que ella jugó.
Como hemos dicho antes, después de la emigración de los musulmanes a Medina se reveló sura La-Vaca, y ella desafió la idea de una gente elegida por raza o algo similar, y estableció claramente cuales son las condiciones que hacen que una persona sea elegida por Dios, y nosotros ya sabemos que esas condiciones tienen profundos fundamentos éticos.
Luego se reveló sura Al-‘Imran, y ella nos habló de una derrota y nos enfatizó el rol sobre lo que se espera de la comunidad de Dios, la sura nos indicó el rol y las funciones a cumplir para ser gente de Dios.
Entre sura La-Vaca y sura Al-I’mran se reveló sura Al-Anfal, y esta sura, de acuerdo a la mayoría de las autoridades, fue revelada inmediatamente después de la batalla de Badr. Entonces es justo decir que mientras sura Al’Imran es una educación asociada a las repercusiones de las decepciones generadas por la derrota en Uhud, de la misma forma sura Al-Anfal es una educación asociada a las repercusiones del éxtasis y júbilo generado por la victoria en Badr. Esto debería llevarnos a hacer una pausa y reflexionar: ¿Cómo habló Dios con la gente después de esta victoria? Este es precisamente un tema crítico debido a sura Al-Anfal.
La sura es conocida como sura Al-Anfal y generalmente la palabra árabe “Anfal” es interpretada como “botín de guerra”. Esta palabra proviene de la raíz “nfl”, que significa: “algo que es extra”, “algo que es adicional”, y entonces ello se refiere a algo que está más allá que una obligación o un deber. En el lenguaje árabe antiguo un juramento también era referido con la palabra “nfl”.
Veamos en general las circunstancias históricas asociadas al momento de la revelación de esta sura.
Sabemos que quienes emigraron desde La Meca a Medina dejaron todas sus posesiones materiales porque esa fue la condición que pusieron los mecanos para dejarlos ir, y luego esos bienes fueron confiscados por los mecanos. Como ya hemos dicho en el estudio de otras suras, esta situación generó una gran presión sobre los nativos de Medina porque debieron compartir sus bienes con los emigrantes. Esto es exactamente como hoy en día sucede cuando aceptas refugiados, pero con la diferencia que los nativos de Medina compartieron todo con los emigrantes, a diferencia de lo que sucede hoy en día que a los refugiados se les da lo mínimo, como es el caso de Arabia Saudita con los refugiados musulmanes Ruhindas provenientes de China.
Los nativos de Medina ya estaban en una mala situación económica dado que habían sido devastados por una guerra civil que duraba 100 años entre las tribus árabes, y ya no tenían mucho que compartir materialmente. Los únicos realmente ricos en Medina eran las tribus judías que se beneficiaban de esa guerra civil vendiendo armas y haciendo préstamos de dinero. Algunos nativos de Medina, que más adelante fueron denominados como los hipócritas, comenzaron a plantear el hecho de que por una parte ellos estaban económicamente mal, que en esas condiciones debieron recibir a Muhammad (BP) y los emigrantes de La Meca y compartir con ellos sus pocos bienes, pero que además se estaban ganando la hostilidad de La Meca, la cual era más próspera y poderosa que Medina; los musulmanes estaban conscientes de estos comentarios de algunos nativos de Medina.
Otro aspecto relevante que considerar es que La Meca lidiaba y protegía su reputación entre las tribus de la región, y entonces los mecanos consideraban que esto, el dejar que gente saliera de la ciudad y emigrara a Medina siguiendo a Muhammad (BP), podía ser visto como un signo de debilidad. Para manejar esto las tribus dominantes de La Meca decían que los habían dejado salir pero sin ninguna posesión material, y también mencionaban que los destruirían. La forma de hacer propaganda en esa época era por medio de la poesía, entonces los más famosos poetas de La Meca compusieron poesías sobre cuán vil era Muhammad (BP), y que ellos iban a exterminar a todos sus seguidores, y que ello solo era una cuestión de tiempo.
Para los códigos de la época, todo esto era una clara presunción de que habría una guerra, y esto era reconocido por todos. Además en esa época el concepto era que siempre existía la presunción de guerra a menos que hubiese un tratado de paz.
Dado lo anterior el asunto que comenzó a discutirse fue sobre quién haría el primer ataque o daría el primer golpe, y lo que desafortunadamente a menudo se deja fuera de los libros es la descripción sobre la ansiedad que en esos momentos había en la sociedad de Medina, sobre todo entre los nativos de dicha ciudad.
Los musulmanes que habían emigrado de La Meca estaban ansiosos por ir a la guerra contra los mecanos por todo lo que había sucedido, sin embargo, embarcar a los musulmanes nativos de Medina en tomar la iniciativa para asestar el primer golpe a los mecanos no era algo simple como tan solo declarar la determinación. Hubo extensas reuniones de consulta para conversar sobre esta situación, y el Profeta (BP) no quiso tomar la determinación de hacer el primer ataque sin que los nativos de Medina estuviesen completamente a favor de esa decisión, porque no haría algo para romper la cohesión que se había generado en esta joven sociedad de ese reciente nuevo estado.
Especialmente los más jóvenes de la sociedad musulmana opinaban que ellos debían dar un mensaje de fortaleza a los mecanos, que debían mostrarles que no eran débiles, que tenían la capacidad de defenderse, que no serían una presa fácil, e indicaban que no deberían esperar a que La Meca terminara de preparar sus fuerzas para atacarlos en Medina. Aunque había una minoría que se oponía a esta idea, ella era fuerte y generaba mucha ansiedad en toda la comunidad.
La primera determinación táctica que tomaron en Medina es que decidieron que debían mejorar sus habilidades militares. Para que se hagan una idea de la situación militar de los creyentes, les puedo indicar que hay varios reportes que indican que cuando ellos lucharon en la batalla de Badr, mientras los mecanos tenían del orden de 100 corceles, los musulmanes tenían solo 1, esto como instrumento de guerra es como decir hoy en día que un ejército se enfrenta con 100 tanques contra otro que tiene 1 tanque. Entonces ellos empezaron a mejorar sus habilidades materiales para la guerra y por medio de ello mandar un mensaje a La Meca.
Luego tomaron la determinación que ellos debían atacar algo que repercutiera fuertemente en el estilo de vida de La Meca, y por ello definieron que debían atacar una caravana de comercio de verano o de invierno que iban en la dirección de Yemen o de Siria, porque el comercio de esas caravanas era lo que había convertido a las tribus de La Meca en extremadamente ricas y poderosas. Entonces tomaron la decisión de atacar la caravana de Siria cuando estuviese retornando hacia La Meca, y los reportes indican que esa caravana era liderada por Abu Sufian.
Hubo bastante controversia y ansiedad en la determinación, muchas fuentes históricas indican que esa información se filtró accidentalmente y que llegó a oídos de Abu Sufián. La filtración se podría haber producido por medio de las tribus judías o por medio de los llamados hipócritas. Hay otros reportes menos conocidos que dicen que la filtración no fue accidental sino que fue realizada por los mismos musulmanes para engañar a los mecanos. Estos reportes indican que los compañeros más cercanos al Profeta (BP), Ali, Abu Bakr, Omar, y otros, no querían atacar la caravana, y entonces filtraron la información que la atacarían sabiendo que de esa manera ella se desviaría de su camino. Es muy interesante lo indicado por estos reportes, pero no hay forma de saber si esto fue así o no.
Si la información fue filtrada accidentalmente, el Profeta (BP) y sus compañeros aprendieron de esa experiencia, aprendieron sobre la importancia crítica de mantener algunos asuntos en secreto, porque ellos eran personas que interactuaban con el mundo de manera inteligente, no eran solo personas que actuaban ciegamente por sus emociones. Si la información fue filtrada intencionalmente, las implicaciones son profundas y numerosas, y especialmente para el mensaje de esta sura, como ya veremos más adelante.
¿Por qué esto es muy significativo? La costumbre de los árabes en esos tiempos era que cuando un grupo o una tribu atacaba caravanas indiscriminadamente, ellos eran considerados como ladrones de caravanas, pero en el caso que una tribu atacara una caravana de otras tribus con las cuales había rivalidades, amenazas, y esto era algo notado y conocido, en este caso ese ataque era considerado como una acción de guerra. La costumbre de la época era que quienes participaban del ataque podían tomar de la caravana todos los productos que desearan, pero el límite era lo que podían llevarse con sus manos, no más que eso, y lo que quedaba se llevaba a la tribu para tomar una determinación sobre qué hacer con esos productos.
Entonces, cuando se supo que los musulmanes atacarían la caravana se produjo una dinámica muy interesante. Hubo musulmanes que entendieron muy bien que eso era el comienzo de una guerra seria contra La Meca, que no sería solo un asunto de robar una caravana, y que por lo tanto eso los llevaría a una realidad distinta. Hubo otros musulmanes que eran inmaduros y se pusieron muy ansiosos por las posesiones materiales que podían obtener de la caravana al atacarla, y no pensaron sobre las consecuencias posteriores de dicha acción, lo cual representaba muy bien al prototipo del árabe tribal de esa época, que lo llevaba a disfrutar los aspectos materiales del momento y a no preocuparse del mañana, porque la cultura era vivir en permanentes guerras entre tribus y por ende podías morir en cualquier momento. También había otro grupo, que no eran musulmanes pero pretendieron serlo, y ellos también pensaron en el beneficio que podrían obtener al participar del ataque a la caravana. Este era un grupo muy peligroso porque su único interés era el dinero. Había un cuarto grupo, y ellos decían que no podían soportar una guerra con La Meca, y cuestionaban la decisión que se había tomado, sin embargo, algunos de este grupo finalmente se unieron al ataque.
Finalmente hubo una movilización masiva, y quienes afirman que la información se filtró intencionalmente suelen señalar precisamente eso como argumento de la filtración, porque si se fuera a asaltar una caravana, normalmente se hubiese enviado un grupo de 30 o 40 combatientes. Pero cuando se pide a todos los hombres aptos que se ofrezcan como voluntarios, y se sale a la batalla no solo con hombres sino también con mujeres que curarían a los heridos, eso ya no parece un asalto a una caravana, sino una batalla. La movilización masiva coincide con el número real de conversos, que ascendían a 113. Además, quienes sostienen que la información se filtró intencionalmente suelen afirmar que la orden era llevar el mejor equipo militar disponible. No se trataba solo de llevar espadas como si fuese un ataque rápido y una retirada, como si la idea hubiese sido atacar y huir, sino de llevar todos los camellos posibles, incluso el único caballo que tenían.
Es bien sabido que cuando Abu Sufían supo la noticia cambió la ruta de la caravana para evitar el ataque y llegar a La Meca a salvo. Por otra parte, cuando los mecanos se enteraron de que los musulmanes darían el primer ataque se prepararon para ir a confrontarlos. En todos los libros sobre la historia del Profeta (BP) que ustedes pueden leer, les indicarán que los mecanos organizaron su ejército de 1.000 soldados de un día para otro, pero ellos no podían hacer eso, en esos tiempos ellos no tenían un ejército permanente y siempre preparado para ir a la batalla. No fue que Abu Sufian llegó a La Meca y dijo que los musulmanes lo querían atacar y entonces salió de inmediato el ejército de 1.000 mecanos para combatir con los musulmanes. Lo que sucedió es que los mecanos ya llevaban un tiempo preparando a su ejército y armando a sus soldados hasta los dientes, preparando y acumulando corceles para la guerra, hasta llegar a los 100 corceles. Ellos habían gastado tiempo y recursos preparándolo, y en ese momento ya estaban listos para invadir Medina. Entonces lo que hicieron fue movilizar el ejército que ya habían preparado, y es por ello por lo que su respuesta fue tan rápida. Entonces dijeron: “ah, ¡ellos querían darnos el primer golpe!, bueno, ahora les mostraremos nuestro poder y los exterminaremos!”.
En este momento tenemos un ejército compuesto por 113 soldados, contra otro de 1.000 soldados armados hasta los dientes con espadas, escudos, cadenas, metales, etcétera. En ese punto, un grupo de entre los musulmanes que eran partidarios de dar el primer golpe desearon regresar a Medina y comenzaron a decir que una batalla de 100 contra 1.000, y con esa diferencia de armamento entre ambos ejércitos, sería una misión suicida, y que era algo muy distinto que atacar una caravana que era lo que había sido planeado, y entonces insistieron que debían retirarse de ese enfrentamiento.
En esa situación el Profeta (BP) llamó para que nuevamente se realizara una reunión de consulta, y la mayoría indicó que no se retirarían y que continuarían adelante con el enfrentamiento, porque indicaron que si se retiraban la derrota moral sería enorme, y entonces sería cosa de tiempo que los mecanos marcharan a Medina y la destruyeran completamente. Los mayores, suficientemente convencidos por la opinión de los más jóvenes, se decidieron por apoyar la idea de continuar con el enfrentamiento y de llegar hasta el final. Gente como Abdul-lah ibn Ubai, que en la batalla de Uhud se retiró con un tercio del ejército, en la batalla de Badr ni siquiera estaba entre los voluntarios para participar en ella.
En Badr había un pozo de agua, y hay desacuerdo en los reportes históricos sobre si fueron los musulmanes o los mecanos los que manejaron la situación para llegar a ese lugar. Quien controlara el lugar del pozo tendría agua para beber, mientras que el ejército contrario sufriría de sed.
Como sabemos, la batalla se produjo, y ella finalizó con una impresionante victoria para los musulmanes, y los mecanos se terminaron retirando del campo de batalla sufriendo una resonante derrota.
La mayoría de los soldados del ejército musulmán eran personas jóvenes, y entonces en el campo de batalla se pusieron ellos como primera línea y dejaron a los mayores como refuerzo en la segunda línea.
Inmediatamente después de la batalla se generó un debate y una controversia porque los más jóvenes dijeron que ellos habían sido los que realmente habían luchado, y que por ende eran ellos los que realmente merecían el botín de guerra. El botín de guerra era lo que quedaba tirado en el campo de batalla, y entre las cosas que se podían obtener, por ejemplo, podía ser una espada de mucho valor, o una armadura metálica, o un escudo valioso; cosas que después se podían vender a muy buenos precios. El dinero que se podía obtener por la venta de uno de esos artefactos podía permitirle a una persona alimentar a su familia por un año. Entonces ellos indicaron que de acuerdo a las tradiciones ellos tenían el derecho de tomar todo lo que podían llevarse con sus manos, y la realidad era que la mayoría de las cosas que había en el campo de batalla permitían ser llevadas a mano. Los mecanos cuando se retiraron no dejaron corceles en el campo de batalla.
Aunque hubo victoria, también se desató un debate sobre el reparto del botín de guerra y, como era de esperar, dado que en su mayoría fueron los jóvenes quienes lucharon, la mayoría de los combatientes resultaron ser nativos de Medina, no los pobres emigrantes de La Meca. Siempre nos centramos en los héroes, ¿verdad?, como Alí, un joven héroe y guerrero sin igual, o Abu Bakr, o Omar, etc., pero la realidad es que los nativos de Medina fueron grandes protagonistas. Esto significaba que los nativos consideraban que, tras haber hecho grandes sacrificios al acoger a los emigrantes de La Meca, se merecían el botín, y por lo tanto pensaban: “Esta es una compensación muy pequeña por todos los sacrificios que hemos hecho. ¿De verdad nos la van a negar? ¡Nos corresponde!”.
El Profeta (BP) estaba angustiado, él sabía que de acuerdo a las costumbres y las tradiciones de los árabes estaba correcto lo que decían quienes habían luchado en cuanto a que podía ser suyo lo que tomaran con sus manos, pero eso hubiese implicado una injusticia general hacia todos aquellos que fueron voluntarios para ir a la batalla, y que aunque no lucharon sí realizaron funciones logísticas, o aquellos que curaron a los heridos, entre los cuales había mujeres, o aquellos que obedecieron al Profeta (BP) y se quedaron como una segunda línea de refuerzo en caso que la primera fallara.
Ahora, es fascinante que sura Al-Anfal haga referencia al tema del botín de guerra, porque nos deberíamos preguntar: ¿cuál fue la razón de la derrota en la batalla de Uhud? El mismo tema del botín de guerra.
¡Alabado sea Dios!, pero esto no lo encontramos en los libros, pero esto es impresionante. Dios los advirtió, les dijo en esta sura que el tema del botín de guerra era un asunto muy crítico, ¡he ahí que la batalla que siguió a la de Badr tuvo como resultado una derrota por el botín de guerra!
Esta fue una muy poderosa lección. Cuando Dios te dice qué es lo correcto y qué es lo incorrecto, y tú decides ignorarlo, lo que estás haciendo es complacer a tu ego y a sus demandas. Es cómo cuando alguien dice: “Sí, yo sé lo que Dios dice, pero mis sentimientos son importantes, y lo que deseo es otra cosa, ¿y mis derechos?”.
¿Por qué me enfoqué en este contexto? Porque esta sura comienza con una bofetada en la cara.
Se inicia la sura,
(1) TE PREGUNTARÁN acerca del botín. Di: "El botín pertenece a Dios y al Enviado." ¡Manteneos, pues, conscientes de Dios y poned orden en vuestras relaciones mutuas, y obedeced a Dios y a Su Enviado, si sois [realmente] creyentes!
La sura se inicia y les indica que dejen de discutir del botín de guerra, porque él pertenece a Dios y al Profeta (BP).
El Profeta (BP) no se atrevió a decirlo, él estaba extremadamente preocupado porque la idea de que algo fuese de propiedad pública era un concepto inexistente en esos momentos, eso vino después.
La declaración realizada, como principio, fue que el botín de guerra era una propiedad pública, y entonces debían olvidar sus derechos adquiridos culturalmente, y debían olvidar sus reclamos, y también debían dejar de argumentar sobre lo que merecían o no.
Esto creó una presunción legal moral: El botín de guerra no les pertenece.
Este primer versículo les dice que nada del botín es de ellos, y luego les indica que tengan consciencia y temor de Dios, y que deberían poner su foco no en lo que ellos creen que tienen derecho por tradición o lo que ellos creen que tienen derecho por su propios deseos, sino que su foco debería estar en los lazos de hermandad entre ellos.
Dios los llama a mejorar y componer la relación entre ellos porque eso es lo importante. Es un llamado a dejar de pensar en sí mismos en forma egoísta, porque todo lo que indicaban es no tener “taqwua”, es no tener consciencia ni temor a Dios, es no pensar en el bien común. Verán que este mensaje es muy importante en esta sura.
Finalmente el versículo indica que, si uno es realmente un creyente, uno se debe diciplinar a si mismo por medio del obedecimiento a Dios y al Profeta (BP).
Es fácil declarar que uno es un creyente y luego no ajustar el comportamiento a lo ordenado por Dios. Es fácil decir que eres musulmán y luego ponerte a hablar de tus derechos y las cosas que te mereces, pero esa no es la forma en que las cosas deberían ser de acuerdo a la voluntad de Dios. Si tú eres un verdadero creyente, entonces dejarás de hablar en forma egoísta de las cosas que tú crees que son tus derechos, y te comenzarás a focalizar en la relación que tienes con tus otros hermanos y hermanas musulmanas.
Sigue la sura,
(2) Son creyentes sólo aquellos cuyos corazones tiemblan cuando se menciona a Dios y cuya fe se fortalece cuando se les transmiten Sus mensajes, y que confían en su Sustentador --(3) los que son constantes en la oración y de lo que les proveemos como sustento gastan en los demás: (4) ¡esos, precisamente, son los verdaderos creyentes! Tendrán una posición eminente junto a su Sustentador, perdón y una excelente provisión.
Estos versículos van más allá de lo indicado por el anterior versículo, y dicen algo que llegó a generar un enorme impacto en la teología islámica, que es la definición de un creyente.
¿Quién es un verdadero creyente?
Primero se nos indica que ellos son aquellos que cuando recuerdan a Dios se les genera una respuesta emotiva, sus corazones tiemblan, se les sensibiliza la piel y se les “pone la piel de gallina”, sienten un nudo en la garganta. Esa respuesta emotiva no es algo verificable legalmente, sino que es para la reflexión propia e individual.
Cuándo escuchas la palabra de Dios, cuando piensas en Dios, cuando piensas en tu muerte, cuando piensas en la otra vida, ¿se te sensibiliza tu piel, sientes un nudo en tu garganta, tienes una respuesta emocional?, si tu respuesta es: “No”, la pregunta es: ¿por qué no?
Lo interesante es que el versículo plantea esto y te deja ahí con la idea, para tu reflexión, es como si te dijera que tomes esto y reflexiones profundamente sobre ello. El Profeta (BP) no fue a cada musulmán a decirle quién sentía o no sentía esa respuesta emotiva, sino que es algo para cada persona en forma individual.
Es realmente extraordinario, el Corán viene y te muestra una medida interna sobre tu creencia, algo que queda en el ámbito de tu ser contigo mismo y con Dios, y con nadie más.
Luego se indica que los creyentes incrementan su fe cuando escuchan el mensaje de Dios. Acá los estudiosos del Corán hicieron una pausa y reflexionaron: ¿cómo puede incrementarse la fe?
Algunas veces tú escuchas la palabra de Dios y ellas tocan tu corazón y te sientes bien, pero otras veces puede que te dejen en la duda, y siendo muy sincero contigo mismo te haces preguntas como las siguientes: "¿Esto es en serio, es realmente así?", "¿de verdad hay un más allá?, No estoy seguro", "¿de verdad existe Dios? ¿de verdad lo sé?". Si surgen este tipo de preguntas es porque entonces necesitas fortalecer tu fe. Nuevamente, es una medida interna tuya, personal, solo entre tú y Dios, para evaluar tu creencia.
¿Deseas realmente entender el mensaje de Dios, o crees que puedes vivir bien tu vida sin hacerlo?
Cuando intentas comprender las palabras de Dios, ¿realmente marcan la diferencia en tu vida, o te entran por un oído y te salen por el otro? Tu actitud hacia las posesiones materiales, tu actitud hacia todo lo material, tu actitud hacia cualquier cosa que creas haber ganado, tu actitud hacia todas estas cosas, es un subproducto directo o está directamente afectada por la naturaleza de tu fe.
Si vives con la revelación de Dios sin que nada de lo que Dios dice en su libro te afecte y afecte tu relación con las cosas materiales, entonces tienes un problema. Entonces, lo más probable es que no experimentes una respuesta sensible a las palabras de Dios cuando lo recuerdas, y si eres honesto contigo mismo, dirás: "Sí, no la experimento, tal vez de vez en cuando". Y si eres honesto contigo mismo sabrás que el Corán no resuena en tu corazón.
Ahora bien, escuchen, el Corán les estaba diciendo esto a esos musulmanes luego de una victoria. Normalmente, lo que uno esperaría después de una victoria son felicitaciones, que se les hubiese dicho que ellos eran las mejores personas del mundo, los mejores soldados de Dios, y que irían directo al cielo; eso es lo que se esperaría. Pero como este es un libro de Dios y no de un ser humano, el mensaje que les llegó tras la victoria les propuso una profunda introspección.
Es como si Dios les hubiera dicho: “Sí, es verdad que fueron victoriosos, sí, es verdad que lograron una hazaña milagrosa, sí, es verdad que derrotaron a un ejército diez veces mayor, pero ¿son verdaderos creyentes?”.
Luego se nos indica que estas personas son quienes realmente entienden lo que sura Al-‘Imran nos indicó, que Dios es el Señor de todo lo creado, que Dios es el verdadero y único dueño de todo, y por lo tanto comprenden que todos sus asuntos están en las manos de Dios. Son las personas que han puesto toda su confianza solo en Dios.
También se nos indica que ellas son las personas que realizan sus oraciones, y luego se nos menciona lo que el Corán siempre menciona, que estas personas gastan de sus bienes en el camino de Dios. Esto les cambió el paradigma, porque les indicó a los musulmanes que si ellos se sentían como héroes y con derecho a obtener las ganancias del botín de guerra, les indica que en realidad más que esto ellos tienen la obligación de gastar en el camino de Dios, no se trata de lo que obtienes, se trata de lo que das.
Estos son los creyentes, estas son las personas que serán elevadas por Dios.
Esta sura, como veremos, viene y presiona al grupo que llegó a ser conocido como los hipócritas en Medina, para que quedaran más expuestos como tales, en otras palabras, les dejó menos espacio para sus hipocresías.
A continuación la sura comienza a entregar su mensaje moral.
Sigue la sura,
(5) TAL COMO tu Sustentador te hizo salir de tu casa [para luchar] por la verdad y entonces algunos de los creyentes se mostraron contrarios a ello, (6) [así también,] discuten contigo acerca de la verdad, una vez que se ha hecho manifiesta --como si estuvieran siendo arrastrados a la muerte y la vieran con sus propios ojos.
(7) Y, he ahí, que Dios os prometió que una de las dos expediciones [enemigas] caería en vuestro poder: y hubierais querido capturar a la menos poderosa, pero era voluntad de Dios que prevaleciera la verdad de acuerdo con Sus palabras y aniquilar por completo a los que negaban la verdad --(8) para que Él hiciera prevalecer la verdad y aniquilara la mentira, aún a despecho de los que estaban hundidos en el pecado.
Dios comenzó indicando que el asunto no era lo que ellos pensaban que merecían, o lo que pensaban en cuanto a sus derechos, sino que el asunto era entender y comprender la naturaleza de la creencia y de la confianza en Dios.
El versículo 5 llama a recordar cuando Dios hizo que dejaran sus casas, refiriéndose a cuando debieron emigrar de La Meca a Medina. Dios les indica que ellos pensaban que estaban siendo perseguidos y desalojados de sus casas, pero ¿han pensado, han entendido, han comprendido, que eso era parte del plan de Dios? La verdadera confianza en Dios es decir: “lo que sea que Dios me traiga lo acepto”, o “lo que sea que Dios decrete lo acepto”.
Entonces, Dios les indica que ÉL hizo que debieran dejar sus casas, y Dios les indica que ÉL sabía que para ellos eso fue muy penoso, y luego les indica que entre los musulmanes había algunos que deseaban evitar la batalla con los mecanos a toda costa. Esta era la minoría de la cual ya hablamos, la que indicaba que ello sería una misión suicida y que debían evitarla, al punto que esta minoría daba argumentos al Profeta (BP) para no hacerlo, y lo hacían de una forma tan vehemente que era como si fueran marchando hacia su ejecución, porque esa era la idea que tenían en sus mentes, pensaban que todos serían masacrados. Esta gente hacía la siguiente pregunta: ¿Por qué deberíamos acatar la opinión de la mayoría cuando eso significa nuestra propia exterminación?, ¿por qué deberíamos seguir al Profeta (BP) si él nos está llevando directo a nuestra muerte?
Luego el versículo 7 nos muestra que algunos de ellos entendieron que había dos opciones, una era atacar la caravana y la otra era enfrentar al ejército mecano, y Dios sabía que ellos rezaban y le rogaban que les permitiera atacar la caravana y no enfrentar al ejército. Dios sabía que estaban sintiendo un conjunto de complejos deseos, que algunos de ellos odiaban el hecho de haber abandonado La Meca, que algunos de ellos odiaban el hecho de haber compartido sus cosas con los emigrantes, que algunos de ellos odiaban la idea de enfrentarse al poderoso ejército mecano, que algunos de ellos solo pensaban y tenían su interés en el botín a conseguir, pero Dios les indica que el verdadero asunto es que vean cuál es su relación con ÉL. Es como si Dios les hubiera dicho: “Todos esos pensamientos no tienen ninguna importancia, lo único que importa es tu creencia, que estés entre aquellos que se emocionan al escuchar la palabra de Dios, entre aquellos que tienen certeza de Dios y de SU centralidad en la vida, entre aquellos que realmente comprenden lo que es poner toda la confianza en Dios, entre aquellos que entienden lo que es la oración, y entre aquellos que entienden que el asunto es lo que se da y no lo que se obtiene.”
Algunas de las personas que argumentaban con el Profeta (BP) le presentaron lo que parecía un argumento muy racional, ellos le indicaban: “No contábamos con una batalla a gran escala, y si nos hubieran dicho que esto podría escalar a una confrontación militar total en lugar de atacar una caravana, habríamos estado mejor preparados y armados”. Superficialmente suena como un argumento muy racional, excepto por el hecho de que la decisión ya estaba tomada, además ese argumento se había dado y había sido rechazado anteriormente. Ese argumento había sido rechazado por unas muy buenas razones, y hay reportes que indican que fue Ali ibn Abu Talib y otros reportes que indican que fue Omar ibn Al Jattab, que frente a ese argumento les indicaron que se sabía lo que ellos tenían, sabían la cantidad de espadas y armas que tenían, sabían que no tenían armamento extra para prepararse mejor, y que por lo tanto todas las armas que ya habían llevado para la guerra era todo lo que tenían, y por lo tanto el reclamo de que podrían haberse armado mejor no era cierto dado que no tenían más armas. Entonces una de las personas que daba ese argumento dijo: “está bien, está bien, pero a lo menos podríamos habernos despedido de nuestros hijos”. Bueno, ese tipo de respuesta es precisamente una indulgencia, una forma de ocultar la culpa.
Algunas veces el cumplir con tu deber y obligación implica que no puedes hacer todas las cosas que deseas hacer, incluyendo el deseo de despedirte de tus hijos. ¡El deber llama!
Luego el Corán nos indica que lo que Dios desea con esto es sostener la verdad con las palabras de Dios, por lo tanto la centralidad está en las palabras de Dios, y además que SU voluntad es derrotar al grupo que no está a SU lado.
Dios nuevamente resalta que SU objetivo es la verdad. En los libros de teología islámica la palabra “haq”, que significa “verdad”, es la verdad que incluye a la justicia en todas sus connotaciones. Entonces el establecimiento de la verdad, es el establecimiento de lo que es justo, lo que es correcto, lo que es veraz, lo que es bueno, y lo que es hermoso. También se nos indica que SU objetivo es la derrota de la maldad y la mentira, como la derrota de los “mushrimun”, que son quienes no tienen noción de lo que es la justicia, la verdad, la belleza.
Ibn Arabi indicó que esto es lo que Dios quiere, y entonces la pregunta es: ¿cuál es el propósito de tu vida?, ¿qué es lo que tu deseas?, ¿tiene tu vida algo que ver con sostener la verdad? Si tu respuesta es que sí lo es, entonces eres una persona “rabbani”, si tu respuesta es: “no”, si tu vida tiene que ver con ser autoindulgente, con tu carrera, con tus hijos, con tus bienes materiales, si tu vida no tiene que ver con sostener la verdad, entonces tú no compartes el mismo objetivo y propósito que Dios. Entonces Ibn Arabi lo coloca en una forma muy directa y sencilla: ¿compartes los mismos objetivos que Dios?
Tú no puedes declarar que eres alguien que pertenece al partido de Dios si no compartes SUS mismos objetivos.
Entonces es como si Dios les estaba diciendo a esos musulmanes: “Sí, fueron victoriosos, una gran victoria, ¿pero su alegría por la victoria tiene que ver con el objetivo de establecer la verdad, o tiene que ver con sus egos?”.
Sigue la sura,
(9) He aquí que implorasteis el auxilio de vuestro Sustentador, y entonces Él os respondió: "¡En verdad, os auxiliaré con mil ángeles, unos detrás de otros!"
(10) Y Dios dispuso esto sólo para que fuera una buena nueva y para tranquilizar con ello vuestros corazones --pues el auxilio no viene sino de Dios: ¡ciertamente, Dios es todopoderoso, sabio!
(11) [Recuerda] cuando Él hizo que se adueñara de vosotros una calma interior, como una garantía Suya, e hizo descender sobre vosotros agua del cielo para purificaros con ella y liberaros de los susurros de Satán, fortalecer vuestros corazones y afirmar así vuestros pasos.
(12) He aquí que tu Sustentador inspiró a los ángeles [para que transmitieran Su mensaje a los creyentes]: "¡Estoy con vosotros!"
[Y ordenó a los ángeles:] "Y dad firmeza a los que han llegado a creer [con estas palabras Mías]: '¡Infundiré el terror en los corazones de los que insisten en negar la verdad; golpeadles, pues, en el cuello, [Oh creyentes,] y golpeadles en todos sus dedos!'"
(13) Eso, por haberse enfrentado a Dios y a Su Enviado: y quien se enfrenta a Dios y a Su Enviado, ciertamente, Dios es severo en el castigo. (14) ¡Eso es vuestro [merecido, Oh enemigos de Dios]! ¡Saboreadlo, pues, [y sabed] que el castigo del fuego aguarda a aquellos que niegan la verdad!
Dios les indica que ÉL sabía que muchos de ellos comenzaron a rogarle socorro, y en esos momentos el Profeta (BP) les indicó que la ayuda de Dios es como si ÉL hubiese enviado 1.000 ángeles para auxiliar. Hablamos de esto cuando estudiamos la sura Al-‘Imran, y hay un gran debate en las tradiciones islámicas si los ángeles realmente se involucraron en la lucha, aunque muchos han enseñado eso, o si estaban presente para dar apoyo moral a los combatientes creyentes.
Razi, por ejemplo, hizo un reporte de todas las opiniones sobre esto y luego una larga discusión, y su conclusión es que los ángeles no lucharon, y como lo hemos conversado, un solo ángel puede derrotar a todos los ejércitos de la tierra. Por lo tanto pensar que 1.000 ángeles participaron contra un ejército mecano que era de 1.000 soldados, y que ni siquiera el ejército mecano fue aniquilado por completo, es algo inconcebible.
Hay una serie de reportes que indican que Omar Ibn Al Jattab (Que Dios lo bendiga) dijo que él había visto cuerpos de los enemigos que habían sido asesinados en el campo de batalla por ángeles y que en lugar de presentar una herida de espada presentaban quemaduras. Si ustedes estudian las cadenas de transmisión de todos esos reportes verán que son problemáticas, y por lo tanto no confiables.
Hay otra otro reporte atribuido a Omar que indica que él dijo que en el día de la batalla de Badr ellos no tuvieron duda de que los ángeles estaban presentes, pero luego de ese día, no sabíamos si habían ángeles presente, Dios es el que sabe. Ahora, fíjense que en el reporte se indica que él dijo que los ángeles estaban presentes, no que los ángeles habían luchado.
La opinión que a menudo llegó a ser admitida en la época moderna es que Dios menciona a los ángeles con el objetivo de darles una sensación de confianza y seguridad, y que la presencia de los ángeles fue sentida como se puede sentir, por ejemplo, en los círculos de conocimiento, o en los círculos donde se estudia el Corán, pero en los cuales ellos no se manifiestan materialmente.
Justo antes de la batalla Dios les otorgó una sensación de tranquilidad en sus corazones. Hay un reporte de Ali Ibn Abu Talib (Que Dios lo bendiga) que indica que él dijo: “en la noche de Badr miré a mi alrededor y observé que todos estaban durmiendo excepto el Profeta (BP), quién había estado toda la noche rezando bajo un árbol”.
Hay un reporte de un orientalista alemán que indica que ese árbol, “el árbol de Badr”, el árbol bajo el cual el Profeta (BP) rezó toda esa noche, sobrevivió hasta el segundo rey de los As-Saud, período en el cual dicho árbol fue cortado. El árbol fue cortado porque los wahabitas dijeron que la gente iba a ese árbol y lo tocaban para obtener bendiciones, y dijeron que eso era una forma de idolatría, y entonces mandaron a que fuera cortado. Si lo que indica este reporte es cierto, sería una locura histórica, ¿se imaginan cortar un árbol que perduró por siglos, un árbol bajo el cual el Profeta (BP) rezó toda esa noche, y que fue cortado por una gente que se creyó mejor que todas las generaciones de musulmanes que los precedieron? Bueno, esa misma gente mandó a destruir todas las casas de los compañeros del Profeta (BP) que se habían mantenido por siglos.
En el versículo 11 hay una referencia a una lluvia que cae, y ella cumple un rol simbólico, que fue el de purificarlos y protegerlos de las desgracias de shaitán.
Hay reportes que indican que durante la batalla los musulmanes sintieron sed, y que Dios envió una lluvia para aliviarlos, y esto tendría sentido si fueron los mecanos los que habían logrado controlar el pozo de agua de Badr. Por otra parte, la mayoría de los reportes indica que fueron los musulmanes quienes tenían el control del pozo de agua de Badr, entonces el objetivo pragmático que tuvo la lluvia indicada en el reporte podría haber sido dar más dureza a la arena del desierto para facilitar la marcha y el combate.
Lo que es interesante es el rol simbólico del cual habla Dios en el versículo, y es algo que solo se puede entender de una forma espiritual. La experimentación de la lluvia en esos momentos debe haber dado a los musulmanes, más allá de cualquier beneficio pragmático, una sensación de purificación y de ser limpiados por Dios antes de la batalla.
Veamos el versículo 12. El rol de los ángeles fue darles a los creyentes una sensación de empoderamiento, de estar bendecidos, y Dios puso en los corazones de quienes lucharían contra los creyentes un sentimiento de debilidad, miedo, y terror.
A lo largo de los siglos, en el desarrollo de la teología islámica, a cualquier persona que sostuviera animosidad contra el islam se le llegó a describir como alguien que era un enemigo jurado de Dios y del Profeta (BP), siendo una calificación horrible para quien la recibía. Esta expresión es la que aparece en el versículo 13: “quien se enfrenta a Dios y a Su Enviado”.
Bien, ¿Se han dado cuenta de lo que está sucediendo en la sura hasta ahora?
El discurso subraya que, aunque la victoria sea motivo de júbilo, no hay que dejar que se suba a la cabeza, pues en realidad fue una derrota si ignoran las múltiples maneras en que Dios influye en las cosas.
Rashid Ridda dijo, o más bien fue Muhammad Abdu quién lo dijo y fue transmitido por Rashid Ridda, que las implicaciones de esto son profundas, ya que entonces se comprendería que cuando alguien se inspira para inventar algo no se puede ignorar el papel que Dios desempeña en ello. Muhammad Abdu intentaba comprender por qué Occidente se convirtió en una civilización dominante mientras que el islam se desmoronaba, cómo algunas civilizaciones van teniendo las ideas para mejorar el riego, la agricultura, y otras cosas, y Dios los ayuda a prosperar, mientras a otras las hace caer.
Muhammad Abdu decía que, de la misma manera que Dios puede hacer que un ejército se desanime y no quiera luchar, mientras que otro ejército es audaz, inventivo e ingenioso y encuentra soluciones a los desafíos de la batalla, de la misma manera Dios inspira a las personas con ideas que marcan una diferencia material en cómo las civilizaciones ascienden mientras otras caen, y que siempre se debe estudiar la voluntad de Dios sobre SU inspiración de los logros humanos, para comprender. Fue por ello por lo que Muhammad Abdu repitió la famosa frase de Raffa Tawtawi: "Cuando fui a Francia vi el islam sin musulmanes y en Egipto hay musulmanes sin el islam".
Esa es la idea: hay que observar si la gente en una sociedad defiende el principio de la verdad y la justicia, porque esto es lo que Dios quiere. Si tu sociedad está plagada de injusticia y desigualdad, y no de verdad ni justicia, entonces no te sorprendas si Dios no te da los medios materiales ni las ideas que realmente te eleven y transformen tu situación.
Todo esto está íntimamente ligado a la inspiración que supone la búsqueda del conocimiento. Así como Dios nos dice que nos preparemos para la batalla, también una forma de prepararnos es buscar el conocimiento. De la misma manera que si nos preparamos en conciencia para la batalla, Dios nos infunde valor e infunde temor en nuestros enemigos, si nos esforzamos en la búsqueda del conocimiento, Dios nos inspirará y nos ayudará a realizar descubrimientos.
Resulta difícil explicar hasta qué punto los versículos de esta sura impregnaron la cultura de la civilización islámica, que dio origen a instituciones como la Casa de la Sabiduría, el movimiento de traducción, la fascinación por las bibliotecas y la enorme cantidad de construcción de ellas, y el sistema de financiación que impulsó los grandes avances en óptica, geometría, álgebra y medicina, incluyendo la disección, ciencia desarrollada inicialmente por los musulmanes.
Esta sura, de alguna manera, sembró la semilla de muchos de estos movimientos posteriores, de formas que los musulmanes de hoy en día han olvidado por completo.
Como he dicho innumerables veces, los musulmanes no son dueños de su historia, y quien no es dueño de su historia no es dueño de su memoria. Imagina que yo llego a ti como colonizador queriendo dominarte para controlarte y usarte a mi antojo, y así satisfacer mis necesidades, ¿Qué debería hacer para lograrlo? Lo que debería hacer es reconstruir tu memoria, para que andes hablando de mis derechos, mis anhelos, mis deseos, mis prerrogativas, y así yo me sentaría a observarte y a reírme de lo patético que eres, porque hablarías de eso creyendo que esos son tus anhelos, tus deseos, tus prerrogativas, pero no lo son porque son las mías, pero no te das cuenta porque tu memoria no te pertenece; eres alguien completamente falso. Todo lo que pienses, yo lo habría sembrado. Es verdad que algunas de esas ideas que dices que son tuyas podrían venir de tus verdaderas emociones, porque algunas cosas te hieren y otras te dan placer, y reaccionas a ellas, sí, eso es genuinamente tuyo, no lo niego, pero tu memoria, todo lo que te define como ser humano, yo lo habría sembrado. Luego, en esa condición, siendo yo tu colonizador, te digo: “hablemos sobre el futuro del islam”.
Sigue la sura,
(15) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Cuando os enfrentéis en combate a los que se obstinan en negar la verdad, que avanzan con gran fuerza, no les volváis la espalda: (16) pues, quien en ese día les vuelva la espalda --salvo que sea por una maniobra de batalla o por intentar unirse a otra tropa [de creyentes]-- ciertamente, habrá incurrido en la condena de Dios y tendrá por morada el infierno: ¡qué horrible punto de destino!
En estos versículos se subraya algo que es bien fascinante cuando tú piensas sobre lo que sucedió en la batalla de Uhud. Dios les recuerda a los musulmanes que si ellos son verdaderos creyentes, ellos jamás saldrían arrancando de una batalla, ya sea por el pánico generado, o el miedo a la muerte, u otra razón. Un creyente no le teme a la muerte.
Esto es interesante porque sabemos que en la batalla de Uhud fue precisamente lo que sucedió, y que ello causó el colapso y la derrota del ejército de los musulmanes. Entonces, nuevamente, es impresionante cuando tú piensas que esto fue revelado antes de Uhud.
La importancia moral de esto es que cuando tú lees suficiente literatura islámica tú descubres que llegó a ser una suerte de norma en las tradiciones del islam que la gente que salía corriendo de las batallas, incluso en batallas que no eran por una buena causa, como las guerras civiles, se ganaba una memoria muy deshonrosa que afectaba al individuo y a toda su progenie por generaciones. En la literatura, y especialmente en la poesía, entre las cosas que especialmente se describía sobre alguien era si esa persona había arrancado de tal o cual batalla, y si ese era el caso entonces se indicaba que no era un religioso confiable, o un transmisor de hadith confiable, etcétera.
Este tipo de literatura tuvo una influencia directa en el surgimiento de las instituciones que otorgaban títulos de caballero en occidente. Este es un enorme y fascinante tema que lamentablemente los musulmanes de hoy en día no conocen.
Ahora, más allá del tema de las guerras y las batallas, esto llegó a ser un aspecto de la ética, por ejemplo, entre los viajeros musulmanes que exploraban y ampliaban las fronteras de los viajes, porque ellos tenían la idea de que un musulmán nunca se retiraba de su esfuerzo y seguía adelante en la exploración de nuevas rutas. Esto también llegó a permear todas las normas de la búsqueda del conocimiento, en el sentido de que si tú te dedicas al estudio o investigación de algo, tú no puedes rendirte, tú permaneces en ello hasta que logres tus objetivos.
Para mí la evidencia es abrumadora de que este fue el tipo de normas y ética que permitieron crear la civilización islámica, y lamentablemente esto está completamente olvidado y perdido entre los musulmanes modernos porque hemos perdido nuestra memoria.
Quiero enfatizar el tema de esta ética. Efectivamente la victoria le pertenece a Dios, pero ello de ninguna manera remueve o disminuye tu involucramiento en las reglas de causalidad. Efectivamente es asunto de Dios colocar miedo en el corazón de los enemigos, y efectivamente es asunto de Dios que las cosas sucedan de una manera que te favorezcan materialmente o no, pero ello de ninguna manera debe cambiar el hecho de que tú debes hacer tu parte, y hacer tu parte significa perseverar y tener el coraje y la osadía de mantener la ética divina en cualquier actividad que hagas, ya sea como explorador, investigador, luchador, etcétera.
Sigue la sura,
(17) Y no obstante, [Oh creyentes,] no fuisteis vosotros quienes matasteis al enemigo, sino que fue Dios quien les mató; y no fuiste tú quien arrojó [el terror dentro de ellos, Oh Profeta], cuando lo arrojaste, sino que fue Dios quien lo arrojó: y [Él hizo todo esto] para probar a los creyentes con una prueba saludable ordenada por Él. ¡En verdad, Dios todo lo oye, es omnisciente!
Dios viene y en el aspecto psicológico de la post victoria les dice a los musulmanes que la verdadera prueba después de la victoria es comprender que, aun cuando ellos fueron los instrumentos y herramientas, fue Dios quien actuó a través de ellos. Así que, en realidad, en lo que a ellos respecta, no fueron ellos quienes mataron a los enemigos, sino Dios.
Hay una tradición que con frecuencia encuentras en las tradiciones islámicas sobre esto. Lo que ella indica es que al inicio de la batalla de Badr el Profeta (BP) tomó con su mano una porción de polvo o arena y lo lanzó hacia el ejército mecano, y entonces en esa tradición se indica que este versículo se refiere a que dicha arena lanzada por el Profeta (BP) se volvió como una arena milagrosa, porque Dios hizo que ella entrara en los ojos de todos los combatientes del ejército mecano.
En lo personal he gastado una cantidad de tiempo considerable investigando este reporte, y como era de esperarse es completamente apócrifo. Es la clásica narrativa medieval, y muy similar a una tradición talmúdica en la cual David (BP) toma con su mano una tierra y la lanza sobre el enemigo.
Hay otros reportes asociados a este versículo que dicen que en la batalla de Jaibar el Profeta (BP) lanzó una flecha, y que ella entró por una ventana que pertenecía al líder del fuerte de Jaibar, cuyo nombre era Ibn Al-Haqiq, y que la flecha lo golpeó y lo mató.
Hay reportes que indican que este versículo se refiere a la muerte de An-Nudar ibn Al-Harth. Esta persona era un enemigo jurado del islam, y creía que él debería haber sido un profeta, y como nadie creía que él era un profeta estaba profundamente defraudado. Entonces él viajó a Persia y recolectó mitología persa para volver a Arabia indicando que eso le había sido revelado por Dios. Esta persona fue parte del ejército mecano en la batalla de Badr, y fue capturado durante ella. Él fue rescatado por los mecanos y liberado por los musulmanes, pero tan pronto como fue liberado él envió un mensaje al Profeta (BP), aun cuando había sido liberado por los musulmanes, prometiéndole que él lo mataría. Luego, existe un reporte en el cual se indica que el Profeta (BP), por medio del lanzamiento de una lanza, le dio muerte a esta persona en la batalla de Uhud.
Mi resultado después de meses y meses de investigación, es que todos esos relatos no tienen sentido, que los informadores de esas narraciones no son confiables, que incluso la información en los relatos es muy inconsistente. Es inconsistente la muerte de Al-Harth en la batalla de Uhud, también es inconsistente la información sobre la muerte de Al-Haqiq, y tampoco hay relatos confiables sobre el asunto que el Profeta (BP) tomó tierra con su mano y la lanzó sobre el ejército mecano.
Cuando te das cuenta de que todos estos relatos no son confiables debes volverte hacia las palabras claras del Corán, y te das cuenta de que este es precisamente el aspecto relevante, en el cual Dios está diciendo que todo ese júbilo asociado a la increíble hazaña que habían logrado en la batalla de Badr no era motivo para que se les fuera a la cabeza.
Ahora, es muy sencillo cuestionarse y preguntarse: ¿pero por qué, por qué quitarles esos ánimos de triunfo de esta manera?, ¿Por qué no dejarlos sentirse felices, y sacarles esa felicidad diciéndoles que en realidad ellos no lo hicieron sino que Dios lo hizo? Bueno, debido a la noción de tener derecho, ese era todo el asunto relevante. Dios sabe que la tendencia de los seres humanos es decir: “yo lo he hecho, yo lo he logrado”, bien, pero si esa es tu actitud en realidad no lograrás nada, y veremos que es precisamente eso lo que nos indica más adelante la sura. Si tu actitud en la vida es esa, entonces cuenta con el fracaso. Los egos hinchados no pueden llevar el mensaje de Dios.
Por supuesto que los teólogos musulmanes, como Amadi en su tafsir, generaron grandes discusiones sobre esto, y dijeron que es con la fuerza de Dios que se logra la victoria. Pero es importante reflexionar sobre lo siguiente en relación a los soldados modernos, porque he visto muchas veces en videos de Hezbollah y de Hamas que sus soldados repiten este versículo cuando disparan, pero el tema es que tú dices: “yo estoy disparando esta bala y estoy rezando a Dios para que este disparo sea como si ÉL lo estuviese haciendo”, pero la pregunta es: ¿quién hizo esa arma, quién inventó la tecnología para fabricarla? La intervención de Dios no está solo en apretar el gatillo del arma, la intervención de Dios debe estar en todas las etapas. De forma similar podemos decir que tú no eres quien sana un paciente, que es Dios el que lo sana, no eres tú quien litiga un caso para un cliente sino que es Dios el que lo hace, por supuesto que esto es así en el caso que estés del lado de la justicia. De forma similar no eres tú quien hizo un determinado descubrimiento científico sino que es ÉL quien lo hizo, no eres tú quién ha logrado un resultado destacable en tu carrera sino que es Dios el que lo hizo.
La humildad de un musulmán significa que mientras purifica su intención, es Dios quién actúa a través de él.
Sigue la sura,
(18) Este [fue el propósito de Dios] --y también [para mostrar] que Dios desbarata los planes arteros de quienes niegan la verdad.
(19) Si habéis estado rezando por una victoria, [Oh creyentes] --ciertamente, la victoria os ha llegado. Y si os abstenéis [de pecar], será por vuestro bien; pero si reincidís en ello, revocaremos [Nuestra promesa de ayuda]-- y la comunidad a la que pertenecéis no os servirá de nada, por numerosa que sea: ¡pues, ciertamente, Dios está [sólo] con aquellos que creen!
(20) [Por lo tanto,] ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer!, obedeced a Dios y a Su Enviado y no Le deis la espalda ahora que oís [Su mensaje]; (21) y no seáis de los que dicen: "Hemos oído", pero no prestan atención.
(22) En verdad, las más despreciables de las criaturas ante Dios son aquellos sordos y mudos, que no usan su razón. (23) Pues, si Dios hubiera encontrado algo de bueno en ellos, ciertamente les habría hecho oír: pero [tal como son,] aunque les hubiera hecho oír, con toda certeza habrían vuelto la espalda en su obstinación.
(24) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Responded a la llamada de Dios y del Enviado cuando os llama a lo que habrá de daros vida; y sabed que Dios interviene entre el hombre y [los deseos de] su corazón, y que ante Él seréis congregados.
(25) Y guardaos de esa tentación al mal que no aflige sólo a aquellos de vosotros que se obstinan en la transgresión; y sabed que Dios es severo en el castigo.
¿Qué nos está diciendo Dios?
Dios es el UNO que tiene el poder y la fuerza, y ese poder y fuerza soportan tus acciones si ellas están sinceramente dedicadas en SU camino.
Un mensaje muy crítico con una muy relevante clarificación en su inicio.
Con respecto al versículo 19 se ha generado un debate gramatical en la tradición islámica sobre la estructura de este versículo. Una de las escuelas de interpretación indica que cuando tú analizas la gramática de él, se observa que el versículo se está dirigiendo a los incrédulos, y es como si les dijera: “Vosotros, los mecanos, al comienzo de la batalla de Badr dijisteis: "Que Dios haga victorioso al bando justo", y ahora habéis recibido la respuesta. El bando justo ha vencido, y si no despertáis y dejáis de oponeros al islam y a los musulmanes, vuestra superioridad numérica no os servirá de nada”.
Aunque esta interpretación entrega un significado que aparentemente parece tener sentido, plantea serios problemas gramaticales. De hecho, los comentaristas del Corán que tienen la tendencia de interpretarlo versículo por versículo, cuando aceptan esta interpretación de este versículo, afirman lo siguiente: “este versículo no tiene relación con el versículo anterior ni con el posterior, y esto es necesario que sea así para poder explicar la gramática del versículo”.
En mi opinión y en la de muchos, gramaticalmente esta no es la interpretación correcta. El versículo en realidad no se dirige a los incrédulos, sino a los musulmanes. De esta forma este versículo, entonces, se conecta con el versículo anterior y al posterior, y se ajusta a las reglas gramaticales. Así pues, es como si el versículo estuviera diciendo: “Esperabais sinceramente la victoria, y Dios os la concedió; pero ¿qué aprendisteis justo después? Lo primero que discutisteis fueron las posesiones materiales, las riquezas y el botín”. Por eso luego el versículo es como si dijera: “Si desistís de esto, de esa vana discusión, entonces os conviene; pero si no lo hacéis y permanecéis engañados en vuestras preocupaciones, entonces, independientemente de vuestro número, de nada os servirá”.
Quienes aceptaron esta segunda interpretación gramatical vieron en ella un presagio de lo que ocurriría en la batalla de Uhud. Es como si Dios hubiese advertido a los musulmanes de antemano: "Si no aprenden la lección, la aprenderán de una forma mucho más dura. Si siguen pensando que fueron sus valientes esfuerzos los que ganaron esta batalla y creen que, como se esforzaron al máximo, merecen su recompensa, y discuten sobre cuánto deberían recibir, Dios podría enseñarles la lección de una forma muy diferente".
Luego Dios les recuerda que si son muchos, eso no les servirá para algo si no aprenden la lección, y también les recuerda que no sean como aquellos que escuchan la palabra de Dios pero no la comprenden.
Es por lo anterior que en el versículo 22 se indica que la peor de las criaturas es aquella que no razona, es decir, quienes son como animales guiados por sus pasiones y deseos, y que no son guiados por sus creencias y compromisos. Ustedes conocen mucha gente como esta, como los israelitas de Medina que escucharon el mensaje y lo rechazaron, o como los incrédulos de La Meca que escucharon el mensaje y lo rechazaron, o como los hipócritas de Medina que escucharon el mensaje y lo rechazaron. Recuerden que esto es antes de la batalla de Uhud, así que, en realidad, también les estaba diciendo que incluso conocerán a personas que no conocían en este momento, pero que conocerán en el futuro, personas que, de hecho, se retirarán en medio de la batalla. Todas esas personas recibieron la revelación, al igual que ustedes, pero ella no tuvo ningún impacto sobre ellos.
Dios indica que si hubiera alguna buena intención en sus corazones, algo bueno en ellos, Dios los hubiese ayudado para que escucharan SU mensaje, pero Dios sabe que si incluso los hubiese ayudado, ellos igualmente hubiesen rechazado el mensaje, lo que significa que ellos estaban completamente esclavizados por sus pasiones y deseos.
Miren la forma como Dios ha tratado todo este tema sobre el botín de guerra, primero les dijo que pertenecía a ÉL y al Profeta (BP), y luego sobre todo el debate que habían generado es como si Dios les dijera: ¡Qué vergüenza!
Luego en el versículo 24 Dios nos llama a entender que este es un llamado hacia lo que realmente nos hace estar vivos. Lo opuesto a esto es estar como muerto, aunque muchos no se dan cuenta de ello. Después nos indica que la ley de Dios, la guía de Dios, las enseñanzas de Dios, vienen e intervienen entre los seres humanos y sus pasiones. Hay muchas interpretaciones que se han dado sobre esto que no son correctas. La única interpretación que se ajusta a la gramática árabe usada y al contexto es que Dios sabe que tu ego, tu corazón, tus pasiones, te llaman para que sientas, quieras, desees, algo distinto a lo que Dios te llama, pero debes entender que todo el asunto de la revelación es que ella viene y te indica que tu vida debe estar fundada y fundamentada en principios éticos y morales, y no en lo que tu corazón desea, y tampoco en lo que tu ego quiere.
Luego una parte destacable y que normalmente es ignorada al estudiar esta sura. El versículo 25 nos indica que si tú no haces lo indicado, si tú decides seguir siendo como ese tipo de personas que argumentaba sobre el botín de guerra, si tú decides seguir siendo como ese tipo de personas que vive guiado por sus pasiones y deseos y no por los principios éticos, si tú decides seguir siendo como ese tipo de personas que no entiende como este mensaje los hace estar realmente vivos en lugar de vivir como muertos, ¿qué sucederá? Lo que te sucederá es que habrá una prueba, una tribulación, un castigo, que no recaerá solo sobre aquellos que son injustos. En otras palabras, cuando ustedes están entre gentes que rechazan el mensaje de Dios, el resultado último es que cuando llegue el castigo de Dios este no solo atormentará a los injustos. El Profeta (BP) comentó sobre este versículo y dijo que esta tribulación, de la que habla Dios en ese versículo, no se manifiesta hasta que las personas creyentes llegan a un punto en el que perciben el mal que se está cometiendo a su alrededor y no se oponen a él; y cuando llegan a ese punto, entonces Dios permite dicha tribulación. Una tribulación abarca desde guerras y enfermedades hasta desastres económicos, u otras cosas.
El punto más relevante en esta enseñanza es que vivir en un contexto en el cual decae la moralidad, y la sociedad ya no está ocupada en establecer la verdad y la justicia, te hará vivir en una sociedad que es arrastrada sin un rumbo y que se vuelve una sociedad donde sobrevive el más apto, donde todos compiten con todos por obtener lo máximo sin importar lo que les sucede a los otros que quedan atrás. En mi opinión, esta es una de las peores tribulaciones que puede afectar a una sociedad.
Lo que es interesante es que muchos estudiosos del Corán comenzaron a reflexionar sobre las guerras civiles que se produjeron después de la muerte del Profeta (BP), ya sea en la batalla del camello donde participaron Talha, Zubair, y Aisha, como en la división que se produjo entre el imam Ali y Muawia, y también luego aquella entre Imam Hussain y Iazid.
Sobre esto ustedes pueden encontrar discusiones fascinantes sobre la revelación de esta sura, y sobre que, parte de la razón por la cual Dios la reveló, fue para advertir a los musulmanes que si ellos llegan a estar preocupados por los asuntos materiales y dejan de estar apegados a los principios de la justicia y la verdad, entonces es cuando se producen ese tipo de consecuencias. Algunos llegaron a decir que estas guerras civiles fueron una enseñanza de Dios para todas las generaciones de musulmanes que estaban por venir. Esto les pasó a las mejores personas, incluso aquellos que vivieron en los tiempos del Profeta (BP).
Sigue la sura,
(26) Y recordad los tiempos en que erais pocos [y] débiles en la tierra, cuando temíais que la gente os exterminara, y entonces Él os protegió y os fortaleció con su auxilio y os proveyó de las cosas buenas de la vida, quizás, así, seáis agradecidos.
Lo que es asombroso es que Dios le estaba diciendo esto a los musulmanes justo después de la batalla de Badr, cuando los musulmanes en esos momentos eran muy débiles. Sí, es verdad que habían ganado la batalla, pero aún les quedaba un largo camino de batallas por enfrentar. Esto es como una parte del poder del Corán, es como si Dios les estuviese dando un pequeño vistazo hacia el futuro, hacia momentos en los cuales los musulmanes realmente no serían tan débiles y pocos como para estar en riesgo de ser extinguidos de la tierra.
La razón por la que les digo esto es porque muchos estudiosos del Corán entendieron que lo que Dios les estaba diciendo, y en el contexto de décadas posteriores a la muerte del Profeta (BP), es que reflexionaran sobre una determinada realidad. Hubo un estudioso de los primeros tiempos llamado Qurtada, que fue uno de los más tempranos comentadores del Corán, y él tiene una frase que realmente me gusta, él dijo: “Es innegable que los árabes, como pueblo, fueron los más degradados y los que más penurias sufrieron. Es innegable que, colectivamente, los árabes fueron los más hambrientos y desamparados. A menudo vestían ropas que no cubrían sus cuerpos; la desnudez parcial o total, debido a la falta de medios para cubrirse, era muy común. Su situación era de dominación mutua entre ellos, sin que ellos dominaran a nadie. Los árabes ocupaban el último lugar en la escala social. No conocemos ningún pueblo que estuviera por debajo de los árabes en términos de poder y estatus en aquella época, hasta la llegada del islam. El islam los transformó de un pueblo prácticamente desconocido, en constructores de una civilización”.
Este versículo es tan pertinente en los tiempos en que fue revelado, como también lo es hoy en día. Llama a recordar cuando los musulmanes no eran nadie en el mundo, y si no hubiera sido por este mensaje habrían seguido siendo nadie, pero el mismo versículo tiene implícito el significado que quienes olviden las lecciones impartidas por este mensaje volverán a ser nadie.
Sigue la sura,
(27) [Así pues,] ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer!, no traicionéis a Dios y al Enviado, y no traicionéis a sabiendas la confianza que ha sido depositada en vosotros; (28) y sabed que vuestros bienes y vuestros hijos son sólo una prueba y una tentación, y que junto a Dios hay una recompensa magnífica.
(29) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Si os mantenéis conscientes de Dios, Él os dará un criterio por el que discernir lo verdadero de la falso, borrará vuestras malas acciones y os perdonará: pues Dios posee una generosidad infinita.
En estos versículos Dios afirma el mensaje diciéndole a los musulmanes que no traicionen su pacto y su promesa, porque traicionar la revelación de Dios es traicionar el pacto con ÉL y es traicionar al Profeta (BP). Hacer de la vida un tema de aspectos materiales en lugar de un asunto de principios éticos, en lugar de un viaje moral, es una traición a tu pacto con Dios.
Los versículos nos indican que, en efecto, el ser argumentativo sobre el botín de guerra es una traición al pacto con Dios. También indica que si ustedes no tienen claridad sobre lo que es traicionar el pacto con Dios, entonces lo que deben entender es que su dinero y sus hijos e hijas, que representan prestigio y poder dentro de la sociedad, es una prueba de Dios.
Luego Dios nos indica que debemos entender que si las personas se mantienen en SU mensaje, ÉL les otorgará SUS bendiciones, y ello los llevará a que como sociedad serán capaces de discernir entre lo que es correcto e incorrecto, y entonces no estarán confundidos en relación al sistema de valores que deberían tener.
Volvamos atrás nuevamente. Si después de la victoria las personas creen que el asunto tiene que ver con derechos, prestigio, y la obtención de bienes materiales y poder, entonces no solo se encontrarán con las tribulaciones que afectarán no solo a los injustos, sino que además estarán confundidas y no podrán discernir entre lo que está bien y lo que está mal, entre lo correcto y lo incorrecto, y entonces las personas y esa sociedad estará moralmente confundidas.
Muchos comentadores del Corán interpretaron la palabra “furqan” del versículo 29 como una referencia al Corán, pero no es así, esta palabra se refiere a la habilidad de discernir entre lo que es moralmente correcto y lo que es moralmente incorrecto.
Los musulmanes no pueden ser personas que apoyen a un gobernante que asesina 40.000 personas en sus fronteras con la ayuda de los franceses y luego decir que es un buen gobernante. Los musulmanes no pueden ser personas que apoyen a un gobernante que comete una de las más grandes masacres urbanas de la época moderna, en Rabbah, y luego esos musulmanes que ayunan y rezan dicen que ese es un buen gobernante y que les gusta. Los musulmanes no pueden ser personas que apoyen a un gobernante que gasta la riqueza de su país para pagarle millones de dólares a estrellas famosas de Hollywood, cantantes y bailarines, para que hagan conciertos de rock y crear “halal bars”, y luego esos musulmanes rezan por ese gobernante para que Dios lo preserve porque es un gran gobernante.
¿Pueden imaginar una confusión moral más grande que esta?
Han perdido el criterio de discernimiento, y han llegado a ser personas que están completamente confundidas en su moralidad.
Vean la construcción del mensaje de la sura. Primero Dios les recuerda que ellos no eran alguien, eran gente olvidada, oprimida, y que eran dominados y limitados por imperios que no eran musulmanes. Luego Dios no solo derrotó esos imperios, sino que hizo que llegasen a ser musulmanes, y por primera vez Dios les otorgó la posibilidad de desarrollar una civilización y levantar su dignidad frente al mundo. Pero luego Dios les indica que si traicionan a Dios y al Profeta (BP), y traicionan el pacto realizado, y olvidan que su prestigio y su poder es una prueba, y olvidan cuál es el sentido y objetivo del mensaje de Dios, si sucede esto, entonces perderán el “furqán”, perderán el criterio para discernir y perderán las bendiciones de Dios.
Glorificado sea Dios, he encontrado muchos reportes en los cuales se observa claramente que los primeros musulmanes entendieron la relevancia de que un grupo de personas haga la diferencia en una sociedad con respecto al surgimiento del mensaje islámico. Entendieron que las personas realmente importan debido a su dedicación y compromiso, y que era necesario lograr una masa crítica de personas que hicieran la diferencia. Ellos entendieron el momento histórico crítico que estaban viviendo, y entendieron que precisamente como sura La-Vaca indicó, no hay derechos otorgados a priori, sino que es un convenio, es un pacto.
Por ello es notable que después de la victoria de Badr Dios les indicara que fue un buen triunfo pero que debían recordar que no existen privilegios, y también les recordó que incluso en la victoria de Badr se podían ver las señales de advertencia, las señales de peligro.
Sigue la sura,
(30) Y [recuerda, Oh Profeta,] cómo los que insistían en negar la verdad intrigaron contra ti, para impedirte [predicar], para matarte o para expulsarte. Así han intrigado [siempre]: pero Dios desbarató sus intrigas, pues Dios está por encima de todos los intrigantes.
(31) Y siempre que les eran transmitidos Nuestros mensajes, decían: “Ya hemos oído [esto] antes; si quisiéramos, ciertamente podríamos componer [nosotros] algo como eso: ¡no son más que fábulas antiguas!”
(32) Y, he ahí, que decían: “¡Oh Dios! ¡Si, ciertamente, esto es la verdad que viene de Ti, haz que nos lluevan piedras del cielo, o inflígenos [algún otro] castigo doloroso!”
En estos versículos Dios, de forma breve, responde a algunas cosas que el Profeta (BP) y los musulmanes encontraron en las polémicas generadas entre ellos y aquellos que rechazaban el mensaje, y les indica que esas personas que quieren generar confusión sobre los criterios de discernimiento cuando se ofuscan, dicen cosas como que ellos pueden crear un libro que diga cosas como el Corán, o que el Corán no dice nada nuevo ni ingenioso ni brillante, o que el Corán solo cuenta antiguas historias, y por lo tanto lo que intentan es generar polémicas y generar una imagen despectiva del mensaje de Dios, y ello fácilmente puede confundir a personas que han perdido su escala y sistema de valores morales.
Si tú no estás anclado en un sistema valórico de principios éticos y morales divinos, este tipo de polémicas te pueden llegar a afectar. Si tu vida está anclada en lo material, o si tu vida está anclada a la idea de que tienes derechos, entonces es seguro que llegarás a estar confundido cuando llegue el momento en que tengas un desafío moral.
El versículo 32 muestra la confusión de los incrédulos. Ellos hacen el siguiente cuestionamiento: si el mensaje del Profeta (BP) es verdadero, ¿por qué Dios no nos aniquila enviándonos piedras del cielo si nosotros negamos SU mensaje?
Nuevamente se observa cómo la confusión se apodera de aquellos que no están anclados en los principios éticos y morales.
Ustedes verán que todo esto nos está llevando a un tema que es muy fascinante, y que tiene que ver con aquellas personas que se convirtieron al islam en La Meca pero que no emigraron a Medina, pues tenían confusión, las cosas eran confusas en sus mentes. La sura nos está guiando hacia allá de una manera brillante en su desarrollo.
Sigue la sura,
(33) Pero Dios no iba a castigarles estando tú [Oh Profeta] en medio de ellos, ni iba a castigarles cuando [podían aún] haber pedido perdón. (34) ¿Pero que tienen [ahora] a su favor para que Dios no les castigue --cuando impiden [a los creyentes] el acceso a la Casa Inviolable de Adoración, sin ser ellos sus guardianes [legítimos]?
Sólo los conscientes de Dios pueden ser sus guardianes: pero de esto la mayoría de esos [mal hechores] no son conscientes; (35) y sus oraciones frente al Templo no son más que silbidos y palmas.
¡Saboread pues, [Oh incrédulos,] este castigo por vuestro obstinado rechazo de la verdad!
Dios da una respuesta a lo indicado por los incrédulos, lo mencionado en el versículo 32, y esta respuesta generó en los estudiosos del Corán una profunda reflexión, y mucho escribieron sobre esto.
En la respuesta de Dios hay algo que era esperable, pero también hay algo que fue completamente inesperado. La parte esperable es que Dios no los hubiese castigado estando el Profeta (BP) entre ellos, pero esto genera la siguiente pregunta: ¿y si el punto era que el Profeta (BP) estaba en medio de ellos, por qué el Profeta (BP) no se fue y los dejó? Además, eso tenía sentido cuando el Profeta (BP) estaba en La Meca, pero luego emigró a Medina y ya no estaba entre los mecanos. Luego Dios menciona la segunda parte, e indica que Él no los destruiría mientras ellos le pidieran perdón, y entonces la pregunta es: ¿Quién le está pidiendo perdón a Dios? (Acá se produce una diferencia entre la interpretación en uso que indica que Dios no los iba a castigar cuando ellos podían aún haber pedido perdón, es decir, una situación potencial, y lo indicado por Sheij Khaled Abou El Fadl, cuya interpretación indica que había alguien pidiendo perdón). Hay varias posibilidades sobre esto. Una posibilidad es que los mismos mecanos, aunque ellos adoraban ídolos, había algunos de ellos que se mantenían apegados a la idea de una deidad, no creían en la otra vida pero sí creían en la idea de una deidad representada por esos ídolos simbólicos, y ellos le pedían perdón a esa deidad única. Otra posibilidad, como lo han indicado algunos estudiosos del Corán, es que los mecanos aun tenían un considerable número de personas que se habían convertido al islam pero que no habían emigrado, entonces quienes pedían perdón es una referencia a la presencia de esos musulmanes en La Meca. Lo que soporta esta idea es que luego la sura hablará de estas personas, aquellos que se convirtieron pero no emigraron a Medina.
Otros hablaron de otra posibilidad, y esta es una opinión minoritaria. Dijeron que el contexto no está hablando de los incrédulos de La Meca, sino que está hablando de la sociedad en Medina, y para justificar esto toman todo lo indicado entre el versículo 25 al 32. Ellos indican que había en Medina, entre los críticos al Profeta (BP), incluyendo pero no exclusivamente las tribus judías, personas que decían que el Corán no tenía nada de especial y que podían escribir fácilmente algo similar. Hay muchos reportes que muestran esta realidad en Medina, incluso tenemos reportes que han sobrevivido donde se pueden ver los intentos de algunos judíos y algunos hipócritas por componer algo similar al Corán. También tenemos reportes donde se indica que hubo judíos que le decían a los hipócritas en Medina que si Muhammad (BP) fuese un verdadero profeta él tendría el poder para destruir a todos quienes rechazaban el mensaje que predicaba, de la misma forma como lo hacían los profetas que aparecían en la Torá. Entonces, para esta posibilidad de interpretación, la respuesta de Dios está asociada a que el Profeta (BP) estaba en Medina, no en La Meca.
La primera posibilidad indicada es la soportada por la mayoría de los estudiosos del Corán, las otras dos son opiniones minoritarias.
Veamos el versículo 34. Una de las cosas por las cuales alardeaban los mecanos, que era parte de su identidad, era que ellos eran los responsables de la Kaaba. En su mitología ellos sabían que ella había sido construida por los profetas Abraham (BP) e Ismael (BP), pero la creencia monoteísta de estos profetas había sido corrompida. Entonces en este versículo Dios les dice a los mecanos que ellos no son los guardianes ni los sirvientes de ese templo, porque ello no es un asunto de derechos establecidos a priori, no es una investidura de derechos, tampoco es un tema que se hereda, sino que la obtención del estatus de llegar a ser guardianes del templo tiene que ver con la “taqua” de las personas, con su piedad y con su carácter ético y moral.
Veamos el versículo 35. La práctica de los mecanos era hacer giros alrededor de la Kaaba, y sabemos que ellos para hacer esto compraban ropas nuevas, y esas ropas debían ser compradas a los comerciantes que estaban alrededor del templo, es decir, las personas no podían girar alrededor de la Kaaba a menos que compraran ropas nuevas a los comerciantes que estaban alrededor de ella. Si alguien no tenía el dinero como para comprar ropa nueva entonces debía hacer los giros desnudo. Mientras ellos circunvalaban la Kaaba hacían ciertas oraciones, pero lo que más se escuchaba es que aplaudían y silbaban. Entonces en este versículo Dios les indica que esos rituales que hacen no valen nada.
Por cierto hay un aspecto moral en esto, que fue desarrollado en las épocas muy tempranas de la historia islámica, pero al igual que toda la idea de la “shura”, la consulta ciudadana, al igual que el concepto de la “Khilafa” o califato, son cosas que se desviaron durante la historia islámica. A lo largo del tiempo los eruditos lamentaron estas desviaciones, pero en general se centraron en ser más pragmáticos. El aspecto moral que plantea este versículo es el asunto de la calidad moral de quienes están a cargo del cuidado de los lugares sagrados.
En los inicios se podría hablar de que existió un proceso primitivo en el que la comunidad participaba en la nominación de los más piadosos y respetados éticamente para encargarse de las distintas funciones del servicio a los lugares sagrados. Sin embargo, con el auge del imperio Omeya, la responsabilidad recaía en quien estuviera en el poder. Aun así, tanto en este imperio como en el Abasí, La Meca y Medina siempre gozaron de una considerable autonomía y autogobierno. Finalmente, se consolidó la idea de que la custodia del templo quedara a cargo de quienes se consideraban descendientes de Ahlul Bait. Incluso los otomanos reconocieron un grado considerable de autogobierno y autonomía para La Meca y Medina, y pusieron muchos de los asuntos relacionados con el servicio a los lugares sagrados en manos de los descendientes de Ahlul Bait. Luego, en la era moderna, presenciamos un enorme cambio hacia un paradigma nacionalista cuando se creó el estado Saudita. Inicialmente, se celebró una famosa conferencia en la que se prometió al mundo musulmán que la administración de La Meca y Medina no sería asunto del estado, sino que estaría en manos colectivas de los musulmanes. Esa promesa acabó por ser completamente olvidada, y el cuidado de La Meca y Medina se convirtió en un asunto totalmente nacionalista, lo que significó que el estado-nación monopolizó todas las decisiones sobre La Meca y Medina, algo sin precedentes en la historia islámica.
La expresión en el versículo es muy clara, el ser custodio del templo no es un asunto de derechos materiales otorgados por alguna razón, sino de la calidad ética y moral de quienes están a cargo de su cuidado.
Sigue la sura,
(36) Ciertamente, aquellos que se obstinan en negar la verdad gastan sus riquezas para apartar a otros del camino de Dios; y seguirán gastándolas hasta que sea para ellos [fuente de] gran pesar; ¡y luego serán derrotados!
Y aquellos que [hasta su muerte] hayan negado la verdad serán congregados con destino al infierno, (37) para que Dios separe a los malos de los buenos, y ponga a los malos unos con otros y los agrupe a todos juntos [bajo Su condena] y los consigne luego al infierno. ¡Esos, precisamente, son los perdedores!
Esto es extremadamente interesante porque justo después de la batalla de Badr tenemos esta predicción de que La Meca gastaría enormes cantidades de dinero para pelear batallas que perdería. Estas son ese tipo de predicciones que están en el Corán y que por cierto no pueden provenir de un autor humano.
Dios decretó que La Meca sería derrotada, y sobre esto los primeros musulmanes, los que recibieron esta revelación, especularon si Dios estaba hablando solo de Badr o si era posible algo más, siendo inexistente en sus consciencias, en esos momentos, la idea de conquistar La Meca en algún momento.
Veamos el versículo 37. La forma en que podemos entender este versículo es en retrospectiva, después de sucedido los acontecimientos.
¿Por qué se desarrollan eventos como las pruebas de Badr y Unhud? ¿Para que Dios distinga entre quienes sobreviven? El destino y la voluntad de Dios, lo que Él ha predestinado, nos es completamente desconocido.
Dios entregó poca información sobre lo que ÉL decretó para el mundo, información que fue revelada en el Corán, pero ya no recibimos revelaciones, y por lo tanto ya no está a nuestro alcance ese tipo de información. No podemos afirmar si Dios predestinó el 10%, el 20%, el 50% o el 90% de lo que sucede, esto nos resulta totalmente desconocido.
Lo que Dios ha predestinado exactamente para los asuntos humanos es un misterio, pero las batallas deben librarse, las acciones deben emprenderse, pues Dios distingue entre el bien y el mal. Es la prueba la que marca la diferencia; es la prueba la que distingue para Dios, y es la prueba la que nos distingue ante nosotros mismos. Por lo tanto, uno mismo no sabe si está entre los buenos o los malos hasta que pasa la prueba. Mientras uno no es puesto a prueba, simplemente se tiene una ilusión sobre uno mismo, pero es la prueba la que realmente revela el ser a uno mismo.
Ahora bien, si te das cuenta de que huiste en batalla y estás entre los malos, o que pusiste una excusa para no participar en la batalla, o que solo te importan el dinero y las ganancias materiales, entonces, si tienes sentido común deberías decirte a ti mismo: "Tengo que trabajar para cambiar". Ese es el desafío principal de esta sura: ¿eres uno de los buenos o uno de los malos?
Noten que el mismo Profeta (BP) no fue a decirle a la gente después de la batalla de Badr, e incluso después de Uhud, quien era bueno y quien era malo.
Si ustedes recuerdan, Dios le dijo al Profeta (BP) en sura Al-‘Imran que hay hipócritas y que ÉL los conoce, que el Profeta (BP) no los conocía pero Dios sí, y ÉL no le dice al Profeta (BP) quienes son, pero el desafío es planteado a todas las personas para que hagan el discernimiento para sí mismos, y entonces cada persona debe realizar una profunda introspección sobre su ser.
Luego el versículo da la imagen de que Dios pone el malo sobre el malo, y ello es una imagen muy interesante, es como si Dios prueba la maldad con maldad, es como si el mal se alimenta del mal, y finalmente lo que permanece es lo que es bueno para los seres humanos, eso es lo que finalmente sobrevive, o lo que tiene valor real, y ello es lo que es moral, lo que es bueno. La imagen que nos entrega el versículo es como si ese mal puesto sobre otro mal es arrojado por Dios como algo que no tiene ningún valor. (Se produce una diferencia entre la interpretación dada por Sheij Khaled Abou El Fadl y lo indicado en la traducción en uso, cuya interpretación de este versículo es: “y ponga a los malos unos con otros y los agrupe a todos juntos [bajo Su condena]”.
Sigue la sura,
(38) Di a aquellos que insisten en negar la verdad que si desisten, les será perdonado todo lo pasado; pero si reinciden [en su iniquidad], que tengan presente lo ocurrido a otros como ellos en épocas pasadas.
En este versículo se insiste que si los que están en el mal camino vuelven atrás y se arrepienten, Dios los perdonará, y si no lo hacen, serán como tantos otros que rehusaron arrepentirse y quedarán expuestos a la tradición de Dios establecida en la creación. En otras palabras, es como decir: “si ustedes se rehúsan a arrepentirse, ¡Bueno!, ¡ya llegarán a saber lo perdido que están!”.
Sigue la sura,
(39) Y combatidles hasta que cese la opresión y la adoración esté consagrada por entero a Dios.
Y si desisten --ciertamente, Dios ve todo lo que hacen;
Recuerden que en la batalla de Badr los musulmanes estaban aun en sus primeros pasos de su experiencia de construir un estado. ¿Qué era lo que estaban haciendo los mecanos? Su principal objetivo contra los musulmanes era que querían exterminarlos. Ellos no permitían que su gente se convirtiera al islam y perseguían a quien fuese que se convirtiera. Es por ello por lo que el versículo en su inicio indica que la razón para combatirles es hasta que la opresión cese, hasta que la persecución termine.
Luego el versículo nos dice: “ua iakuuna ad-diinu kul-luhu lil-lah” (En la traducción en uso esta expresión árabe se interpreta como: “y la adoración esté consagrada por entero a Dios”). Sabemos que el Corán repetidamente nos dice que sin importar cuanto lo desees, todas las personas no llegarán a ser musulmanas o creyentes, nunca será ese el caso. Entonces, todos los comentadores del Corán de los primeros tiempos, cuando ellos se enfrentaron a esta expresión, dijeron que ella no puede entenderse como: acabar con la opresión para que todos se conviertan al islam, y esto porque el mismo Corán indica en otras suras que eso no sucederá. Entonces ellos entendieron esta expresión en su significado lingüístico natural: “para que todos tengan la oportunidad de convertirse en creyentes”.
Con el tiempo, siglos después, un considerable número de comentadores del Corán, influenciados por las leyes de la época, que era la guerra contra todos a menos que existiese un tratado, dijeron que, en principio, el propósito de un gobernante musulmán era que él debía aspirar a llevar al mundo entero al islam, lo cual es muy diferente de la forma en que se entendió inicialmente, justo después de la batalla de Badr. En otras palabras, indicaban que el gobernante musulmán, dado que todos estaban en guerra con todos a menos que existiera un acuerdo de paz, dado que así era la ley internacional antes, debía aspirar a conquistar otros territorios, no para volverse más poderoso ni más rico, sino para expandir el islam en el mundo. Esta interpretación es una comprensión del islam imperial, que surgió en la medida que los musulmanes construyeron realmente un imperio. Pero después de la batalla de Badr la forma en que esto fue entendido es que se debía luchar hasta que la persecución terminara, de tal forma que quienes querían hacerse musulmanes y unirse a la comunidad musulmana pudieran hacerlo.
El versículo siguiente refuerza esta idea,
(40) y si se apartan [de la rectitud], sabed que Dios es vuestro Señor Supremo: ¡qué excelente Señor Supremo y qué excelente Auxiliador!
Si ellos se apartan o no de la rectitud, los creyentes saben que Dios está con ellos. Dios no les indica que si ellos se apartan de la rectitud deben ir tras ellos y coaccionarlos, dado que no hay compulsión en términos de la religión, aspecto que vimos cuando estudiamos sura La-Vaca.
Recuerden que el tema es la actitud sobre las ganancias materiales, ¿por qué estás luchando?, ¿por qué te unes a una determinada lucha? Entonces ahora Dios vuelve al tema del botín.
Sigue la sura,
(41) Y SABED que del botín que ganéis [en la guerra], un quinto pertenece a Dios y al Enviado, y a los parientes, los huérfanos, los necesitados y al viajero.
[Observad esto] si creéis en Dios y en lo que hemos hecho descender sobre Nuestro siervo en el día en que lo verdadero fue distinguido de lo falso --el día en que se enfrentaron los dos ejércitos. Y Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa.
El versículo nos indica que todo lo que se obtenga de la guerra, una quinta parte pertenece a los gastos del Profeta (BP) y su familia, a los huérfanos, a los necesitados, y a los refugiados o personas desplazadas de sus hogares.
Existe un debate en la jurisprudencia islámica sobre la expresión: "todo lo que se obtenga" (en la traducción en uso la expresión árabe se interpreta como: “del botín que ganéis”), dado que algunos se preguntaron si esta regla se extiende más allá del botín de guerra a todo tipo de ingresos.
Ahora, ¿por qué Dios dijo anteriormente que todo pertenece a ÉL y al Profeta (BP) y aquí habla de un quinto? En las tradiciones islámicas esto generó muchas discusiones y muchos escritos, pero se los resumiré. El tema es que el quinto es un derecho y debe ser inmediatamente dedicado a los propósitos indicados, sin embargo, en principio, dado que la sura comenzó indicando que todo el botín pertenece a Dios y al Profeta (BP), después de la muerte del Profeta (BP) la ley islámica les dio a los califas el derecho de incrementar, a su discreción, ese porcentaje en favor de los grupos mencionados como beneficiarios. En la jurisprudencia se generó una gran discusión sobre si el califa podía aumentar el porcentaje que iba a su uso, o si solo podía aumentar los porcentajes sobre los grupos indicados, y ellos solo podían aumentar dicho porcentaje y no disminuirlo.
Con respecto a las prácticas del Profeta (BP) en relación a esto, son bien conocidas las tristes y duras historias que muestran que en su casa normalmente faltaba la comida, que a veces no había qué comer, y que incluso sus esposas le reclamaban porque todos tenían más que ellos. Esto era porque lo que el Profeta (BP) recibía de ese quinto lo donaba a la gente pobre que vivía en torno a la mezquita de Medina, que era gente desplazada, gente sin hogar, gente sin conexiones tribales importantes, y muchos también eran no árabes. También es bien sabido que a todo quién golpeaba la puerta del Profeta (BP) pidiéndole ayuda, si él tenía algo para darle a esa persona, lo hacía. Es muy conocido que sus esposas llegaban a irritarse con el Profeta (BP) por esto, y porque la gente sabía que si él tenía algo lo daría, por lo tanto era constante que la gente fuera a pedirle algo, y él siempre daba ayuda si tenía algo para dar, incluso les daba a los hipócritas, incluso a gente que se había retirado de la batalla de Uhud, y otros del tipo.
Nada de lo que el Profeta (BP) recibía del quinto lo mantenía para él, y esa es una de las razones por la cual cuando él murió no había nada que sus herederos pudiesen heredar. Ahora, ¿qué porcentaje del quinto era el asignado al Profeta (BP)? Sobre eso hay un gran debate y es difícil de determinar, pero era un porcentaje muy menor, y durante su vida ese porcentaje, el asignado a él, nunca se incrementó.
Luego de la muerte del Profeta (BP) sucedió que Abu Bakr necesitó cubrir mayores gastos asociados a las llamadas guerras de la apostasía. En la época de Omar hubo unas hambrunas y por lo tanto requirió mayores gastos para cuidar a los pobres, y el imam Ali también necesitó cubrir gastos asociados a una serie de desafíos que tuvo que enfrentar en su gobierno, por lo tanto cada uno de estos califas debió enfrentar la necesidad real de incrementar el quinto a algo más que un quinto.
Con el tiempo, en la jurisprudencia islámica ustedes pueden encontrar unan serie de advertencias y exhortaciones a los califas de no gastar parte del quinto en sus propios lujos, pero esto a menudo fue ignorado porque ellos indicaban que, en principio, todo pertenecía al estado, que supuestamente era el que representaba a Dios y al Profeta (BP).
En la tradición shiita el quinto en lugar de ir al estado va hacia aquellos que son considerados como quienes reemplazaban la autoridad del Profeta (BP) como imam, y esto permitió que la tradición y jurisprudencia shiita sobreviviera a lo largo del tiempo sin el involucramiento del estado y en forma independiente de él. Lo que muchos sunnitas no saben es que hay muy fuertes opiniones dentro de las escuelas hanafi, maliki, y shafi, que, por sobre las necesidades básicas, una quinta parte de tus ingresos debe destinarse a causas islámicas. Ahora, en el islam sunnita la razón por la cual esta opinión fue olvidada fue porque los musulmanes sunnitas estuvieron mayormente en el poder, y entonces los musulmanes sunnitas dijeron: “bueno, el estado recolecta impuestos de nosotros, y dado que el estado recolecta impuestos para gastar en las necesidades militares, en los huérfanos, en los pobres, ¿por qué entonces nosotros deberíamos tener la obligación del pagar nuestro quinto si ya pagamos nuestros impuestos?”. Entonces, ese quinto llegó a ser meramente una exhortación moral, si por ejemplo tú eres rico, entonces deberías dar un quinto de tu riqueza para que sea usada en la causa de Dios.
Cuando el estado musulmán colapsó, con la llegada del colonialismo, los intentos de los juristas sunnitas para reavivar, o traer de regreso, la práctica ética del quinto, fue largamente infructuosa porque el estado secular que reemplazó al estado religioso insistió en monopolizar los espacios religiosos, y entonces el estado secular dijo: “Bueno, si ustedes quieren dar dinero para fundaciones, está bien, pero nosotros controlaremos las fundaciones, y nosotros colocaremos a los imam en las mezquitas, y nosotros decidiremos cuanto se gasta en los huérfanos, en los pobres, etcétera”. Entonces los juristas sunnitas dijeron: “bueno, ahora el estado está controlado por los franceses, los ingleses, y entonces el dinero que el estado toma de ustedes en impuestos no pueden satisfacer sus obligaciones religiosas, y por lo tanto debemos reavivar el principio del quinto, y entonces deben dar el quinto para Dios y el Profeta (BP)”. Esto fue así porque el estado secular no deseaba un gasto privado en asuntos de religión, porque veían en eso un potencial peligro para el estado secular. Es por ello por lo que muchos musulmanes sunnitas hoy en día no tienen la más mínima noción de que muchos eruditos sunnitas en el pasado dijeron que luego de cubrir tus necesidades básicas, un quinto de lo que se gana pertenece a Dios y al Profeta (BP), y entonces le deberías dar ese dinero a los huérfanos, a los pobres, a los necesitados, a los refugiados, etcétera.
Sigue la sura,
(42) [Recordad aquel día] cuando estabais en la vertiente más próxima del valle [de Badr], y ellos en la vertiente más alejada, mientras que la caravana se hallaba más abajo que vosotros. Y si hubierais sabido que se habría de producir una batalla, ciertamente os habríais negado a aceptar el desafío: pero [la batalla fue provocada aun así,] para que Dios llevara a cabo algo [que Él había dispuesto] que ocurriera, [y] para que quien hubiera de perecer [en ese día], pereciera frente a una prueba clara de la verdad, y quien hubiera de sobrevivir, sobreviviera frente a una prueba clara de la verdad. Y, ciertamente, Dios en verdad todo lo oye, es omnisciente.
Dios sabía que muchos de los creyentes esperaban que el día de la batalla esta fuera algo menor, que fueran a atacar la caravana y tomar las cosas de valor sin mayores heridos y esfuerzo, y ÉL sabía que muchos de ellos entraron en pánico cuando se dieron cuenta que en lugar de lo anterior confrontarían al ejército mecano.
Los intérpretes que apoyan la versión que el Profeta (BP) y sus compañeros filtraron la información sobre el ataque a la caravana para que Abu Sufian lo supiera y evitara el ataque, normalmente apoyan su opinión en este versículo. Ellos dicen que el Profeta (BP) sabía que tenía que haber una confrontación entre los musulmanes y los mecanos, porque los mecanos estaban preparando el ejército para invadir Medina y destruir a los musulmanes, y que el Profeta (BP) sabía que si en ese momento hubiera dicho a la gente: "Escuchen, vamos a salir a enfrentarnos al ejército de La Meca", muchos habrían fallado en la prueba, y que su propósito no era la caravana sino forzar un enfrentamiento con La Meca antes de que esta tuviera la oportunidad de invadir Medina.
Por otra parte, y yo no estoy seguro cual es la interpretación correcta porque ambas tienen sus evidencias, hay otros que dicen que si el Profeta (BP) sabía eso, él se hubiese preparado mejor para esa batalla, pero es difícil entender e imaginar cómo podría haberse preparado mejor, porque había ido a esa situación con todo lo que tenían, y no tenían más. Sin embargo, lo que el Corán les recuerda a los musulmanes es que ellos estaban haciendo sus planes, pero que si ellos realmente habían puesto su confianza en Dios debían entender que finalmente el resultado está en SUS manos. Esto fue lo mismo que nos indicó el Corán en sura Al-‘Imran de una forma distinta. Ellos podrían haber intentado prever el desarrollo de los acontecimientos y que un grupo tan pequeño de musulmanes saliera en Badr a enfrentarse al ejército de La Meca, pero lo que debían entender es que mientras estuviesen con Dios, Dios estaría con ellos, y que la voluntad de Dios se manifestaría por medio de ellos; pero si su atención se centrara en el beneficio material, entonces se habrían alejado de Dios y Dios ya no estaría con ellos, y entonces habrían entrado en una dinámica completamente diferente.
Sigue la sura,
(43) He aquí que Dios te los mostró en un sueño como poco numerosos: porque si te los hubiera mostrado numerosos, os habríais desanimado y habríais discrepado sobre el curso a seguir. Pero Dios os evitó [todo esto]: ciertamente, Él conoce bien lo que hay en los corazones [de los hombres]. (44) Y cuando os encontrasteis en la batalla, Él hizo que aparecieran poco numerosos ante vuestros ojos --tal como hizo que vosotros aparecierais insignificantes ante sus ojos-- para que Dios llevara a cabo algo [que Él había dispuesto] que ocurriera: y todos los asuntos retornan a Dios [que es su fuente].
Los versículos 43 y 44 nos muestran la intervención de Dios. Nosotros a menudo nos preguntamos: ¿Dónde está la intervención de Dios? Esto nos muestra que la intervención de Dios también está en tu corazón, en tu psicología, e incluso Dios interfiere en tu percepción subjetiva de la realidad.
En los versículos se nos indica que ellos miraron al ejército mecano y no vieron el número real de combatientes que poseía, y Dios hizo eso para que ganaran el coraje de pensar que podían enfrentarse al enemigo.
Puede que tú no te des cuenta de cómo Dios interviene, pero Dios con su intervención puede estar facilitando las cosas, y esa intervención puede incluir tu propia psicología. Ahora, Dios podría poner los mejores pensamientos y actitud en tu corazón, pero cuando tú dudas, tú permites que lo demoníaco entre en tu corazón, y entonces te derrotas a ti mismo debido a tus dudas. Esto es algo que hacemos todo el tiempo.
Dios nos pone en el lugar y situación correcta, nos llenamos con una buena actitud, nos ponemos optimistas, estamos motivados para servir a Dios, y luego los susurros de shaitán llegan a ti y se comienzan a generar las dudas: “bueno, pero esta persona dijo tal cosa, y esa otra persona dijo esa otra cosa, y en realidad no estoy convencido de esto”, y de pronto, toda la luz y el perfume divino se desvanece. Luego de todo eso algunos se preguntan: ¿Por qué las cosas fueron tan mal? Bueno, fueron tan mal porque tú mismo abriste las puertas a lo demoniaco. ¿Cuántas relaciones con otros iniciamos que al comienzo están llenas de optimismo e ideas de servir a Dios, pero luego llegan los susurros y comienzan los chismes y difamaciones? Entonces la “baraka”, las bendiciones de Dios, se van, y si tú eres honesto contigo mismo te darás cuenta cuando la “baraka” llega y cuando se va, y cuando la baraka se va no es por culpa de Dios, sino que tú decidiste sacarla actuando para ello.
Sigue la sura,
(45) [Así pues,] ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer!, cuando os enfrentéis en combate a un ejército, sed firmes y recordad mucho a Dios, para que así obtengáis el éxito.
Este versículo nos indica algo simple y en forma muy directa. Si tú te ves confrontado por cualquier desafío, mantente firme y recuerda mucho a Dios.
El versículo no te dice que te mantengas firme y que luches, tampoco que te mantengas firme y seas desafiante, sino que seas firme y que recuerdes a Dios constantemente.
Fíjense sobre la orientación del mensaje luego de la batalla de Badr, es como si Dios les dijera: “¿Quieren saber cuál es el secreto que hizo que tuvieran a Dios a su lado en la batalla? Es porque recordaron a Dios constantemente, y también durante la misma batalla”.
Les quiero comentar que esas personas que forman esos grupos como Daesh o Isis, que han cometido y cometen enormes atrocidades, entre las cosas que les pueden indicar a ustedes donde están las mentes y los corazones de esas personas es que, a pesar de que afirman querer establecer el califato y dicen luchar por él, el hecho de que después de las primeras victorias no se preocuparon por el recuerdo de Dios sino por el botín y la esclavitud de seres humanos, es una clara señal de que Dios no los ayudará ni los apoyará.
Sigue la sura,
(46) Y obedeced a Dios y a Su Enviado y no disputéis entre vosotros, no sea que os desaniméis y vuestra fuerza moral os abandone. Y sed pacientes en la adversidad: pues, ciertamente, Dios está con los que son pacientes en la adversidad.
Se nos había dicho que debemos perseverar y recordar constantemente a Dios, y ahora el versículo 46 nos mandata a obedecer a Dios y al Profeta (BP).
La orientación hacia esta vida material, como fue el caso de algunos creyentes en la batalla de Badr dado su foco en el tema del botín de guerra, genera el riesgo de perder las bendiciones de Dios. El mantener el foco en las ganancias materiales generará inevitablemente que los creyentes, en lugar de mantenerse focalizados en lo que los une, y los que los une es el recuerdo de Dios, comenzarán a pelear entre ellos, y también hará que se vuelvan personas sin poder, y que su fuerza moral decaiga.
El peligro es perder de vista el por qué ustedes están luchando en la causa de Dios. Si ustedes llegan a establecer su foco en las cosas materiales: qué están logrando, o qué están ganando, es inevitable que comiencen a generarse disputas entre ustedes debido a miradas egoístas que los terminarán dividiendo, y cuando eso sucede la derrota moral se vuelve inevitable.
Sigue la sura,
(47) Y no seáis como aquellos [incrédulos] que partieron de sus casas llenos de engreimiento y de deseo de ser vistos y elogiados por la gente: trataban de apartar a otros del camino de Dios - pero Dios abarca [con Su poder] todo lo que hacen.
(48) Y, he ahí, que Satán hizo gratas a sus ojos sus propias acciones y les dijo: “¡Nadie puede venceros hoy, pues, ciertamente, yo seré vuestro protector!” pero tan pronto como los dos ejércitos se avistaron, salió huyendo y dijo: “¡Ciertamente, no soy responsable de vosotros: ciertamente, veo algo que vosotros no veis: ciertamente, temo a Dios --pues Dios es severo en el castigo!”
En estos versículos Dios les recuerda a los creyentes el caso contrario, el de sus oponentes, quienes tenían como principal motivación para sus acciones el engreimiento, el deseo de prestigio, y el aparentar. A esta gente le importaba lo que el resto de los árabes iban a decir de ellos. Finalmente su deseo era el de oprimir a la gente, el prevenir que las personas tuviesen la libertad de buscar a Dios. De lo que no se daban cuentas estas personas es que su compañero en estas motivaciones era shaitán.
Estoy haciendo hincapié en esto porque fue una parte crítica asociada a la educación moral de los musulmanes luego de la batalla de Badr.
Es importante entender que con respecto a esto Dios no está solo hablando sobre una situación de guerra, sino que ÉL está hablando de toda lucha o esfuerzo en el cual tú buscas o no buscas a Dios. Si lo que te preocupa son las cosas materiales, las ganancias, la riqueza, el prestigio, una posición social, estatus social, apariencia, reputación, entonces Dios no está siendo parte de tu ecuación, y en efecto, con toda probabilidad, quien llegará a ser tu compañero en tu esfuerzo es shaitán. Cuando shaitán entra en cualquier esfuerzo que hagas, lo que establece su presencia es el desvanecimiento de la tranquilidad, de la paz, del reposo, y lo que emerge es la consternación, la rabia, la queja, etcétera. Estas son las señales de la presencia de las influencias diabólicas, dicho en nuestro lenguaje moderno: “la mala energía”.
Sigue la sura,
(49) Al mismo tiempo, los hipócritas y aquellos en cuyos corazones había enfermedad, decían: “¡Su fe ha engañado a estos [creyentes]!” Pero quien pone su confianza en Dios [sabe que], en verdad, Dios es todopoderoso, sabio.
(50) Y SI tan solo pudieras ver [que pasará] cuando Él haga morir a los que insisten en negar la verdad: los ángeles les golpearán en la cara y en la espalda, y [dirán]: “¡Saboread el castigo del fuego (51) en pago a lo que vuestras manos han adelantado --pues Dios no es injusto en absoluto con Sus criaturas!”
En estos versículos Dios habla de aquellas personas en Medina denominadas como “hipócritas”, e indica lo que ellos comentaron cuando supieron que los musulmanes en lugar de enfrentarse a la caravana que iba de regreso a La Meca ahora se enfrentarían al ejército mecano. Esta gente dijo que los musulmanes habían sido engañados por su propia fe.
Imaginen ahora al Profeta (BP) regresando victorioso a Medina y sabiendo que había un grupo de personas que habían dicho ese tipo de cosas de él y de los musulmanes que lo habían acompañado. El Profeta (BP) no tomó ninguna acción contra ellos. Reflexionen sobre esto. Cuando el Profeta (BP) tomaba medidas, lo hacía contra personas que él consideraba mejores musulmanes, en otras palabras, personas que deberían haber sabido comportarse mejor y que con sus acciones lo habían decepcionado, y la medida era por ejemplo el ostracismo social. Pero los hipócritas estaban constantemente presentes en Medina y sus voces disidentes eran permanentes, y no obstante esto, no tenemos informes de arrestos, encarcelamientos, destierros, exilios ni torturas sobre ellos. Ni siquiera tenemos relatos de un grupo de musulmanes exaltados que golpearan a alguno de los hipócritas que decían: “Esta gente fue engañada”.
El Corán simplemente comenta sobre estas personas, los hipócritas, y dice que a ellos y a los idólatras les espera un destino horrible, pues al morir, sus almas serán recibidas con golpes por los ángeles.
Sigue la sura,
(52) [Les ocurrirá] lo mismo que les ocurrió a las gentes de Faraón y a los que vivieron antes que ellos: negaron la verdad de los mensajes de Dios --y Dios les hizo rendir cuentas por sus pecados. ¡En verdad, Dios es poderoso, severo en el castigo!
(53) Así es, porque Dios nunca modifica las bendiciones con las que ha favorecido a una gente a menos que estos se cambien a sí mismos: y [sabed] que Dios todo lo oye, es omnisciente.
(54) [A esos pecadores les ocurrirá] lo mismo que les ocurrió a las gentes de Faraón y a los que vivieron antes que ellos: desmintieron los mensajes de Su Sustentador --y les destruimos en pago a sus pecados, y ahogamos a las gentes de Faraón: pues eran todos malhechores.
(55) En verdad, las más despreciables de las criaturas ante Dios son aquellos que se obstinan en negar la verdad y por eso no creen.
Glorificado sea Dios, en muchas suras el Corán nos trae las narrativas de los anteriores profetas, y lo hace para establecer un marco de referencia y como un anclaje moral para los estudiosos del Corán.
En estos versículos tenemos una rápida y breve referencia a Faraón, y el Corán lo hace para recordarnos lo ocurrido con las antiguas naciones. Faraón siempre es presentado en el Corán como el paradigma de la arrogancia, la injusticia y la opresión.
El aspecto específico que se hace ver en estos versículos es que el castigo divino se manifiesta debido a las malas acciones que se cometen, esto es para enfatizar qué, si bien Dios es el poder en la victoria y su voluntad es que prevalezcan los creyentes, existen causas racionales y una ley moral divina en el universo.
El fracaso moral de un pueblo se debe a la propia voluntad de ese pueblo y a sus acciones, y si un pueblo recibe una bendición, Dios no la retira a menos que el fracaso moral se origine en el pueblo mismo. Es como decir, en el contexto de la batalla de Badr: “Reconozcan su victoria de hoy, pero si fracasan mañana será por un fracaso moral que ustedes mismos se han infligido”.
Sigue la sura,
(56) EN CUANTO a aquellos con los que has concertado un pacto y luego rompen su pacto a cada momento, pues no son conscientes de Dios --(57) si caen en tu poder en el curso de la guerra, haz con ellos un escarmiento ejemplar para aquellos que les sigan, para que puedan recapacitar; (58) o, si temes una traición por parte de una gente [con la que has concertado un pacto], denúncialo ante ellos en forma equitativa: ¡pues, en verdad, Dios no ama a los traidores!
(59) Y que no piensen --quienes insisten en negar la verdad-- que escaparán [de Dios]: ciertamente, nunca podrán frustrar [Su propósito].
Un aspecto importante del versículo 58 es que, aun cuando los musulmanes en los momentos de esta revelación no habían ganado mucho poder, Dios remarca que si tú estás en una situación en la cual tienes temor a ser traicionado, ese temor a ser traicionado no te permite que tú cometas una traición. Si tú estás en esa situación debes lidiar con esas personas de acuerdo a los principios de la justicia y sin perfidias ni traiciones, y entonces debes o comunicarles tu temor a ser traicionado, o terminar tu relación con ellos que esté basada en cualquier tipo de alianza que tengas.
Esto de alguna forma impactó en el proceso civilizatorio de las reglas de la guerra.
Sigue la sura,
(60) Así pues, preparad contra ellos todas las fuerzas y caballos de batalla que podáis reunir, para desalentar con ello a los enemigos de Dios, que son también enemigos vuestros, y a otros aparte de ellos que no conocéis, [pero que] Dios si conoce; y cualquier bien que gastéis por la causa de Dios os será devuelto cumplidamente, y no se os hará injusticia.
Los musulmanes están llamados a guiar sus vidas basadas en principios morales, como por ejemplo el visto en el versículo anterior: no traicionar, porque si tú confías en Dios, entonces tú te riges por los principios éticos y morales divinos.
Dado esto habrá quienes piensen que tienen una ventaja sobre los musulmanes y que es más fácil derrotarlos y oprimirlos. Esa misma gente que decía que los musulmanes que habían ido a la batalla de Badr habían sido engañados por su fe, ellos probablemente dijeron que los musulmanes estaban obligados a comportarse bajo la exigencia de sus principios y que eso ponía a los seguidores de Muhammad (BP) en una situación desventajosa y vulnerable frente al enemigo. Es por ello por lo que este versículo 60 establece que debido a que los musulmanes están constreñidos por principios morales y éticos, es mandatorio que se preparen a si mismos y se vuelvan fuertes.
¡Si tan solo los musulmanes de hoy en día entendieran esto del Corán!
De la misma forma en que Dios dice que si tú eres derrotado debes buscar en ti mismo las situaciones o los aspectos en los que fallaste, y dado que Dios estableció reglas de causalidad, y dado que Dios te restringe a seguir un comportamiento ético y moral, Dios te manda en este versículo a prepararte para ser lo suficientemente fuerte para poder vivir confortablemente bajo las leyes de la moralidad.
¿Cómo llegas a ser suficientemente fuerte para poder vivir bajo las leyes de la moralidad? Adoptando todas las medidas racionales que estés obligado a adoptar para lograr una posición de disuasión. Esta disuasión tiene como objetivo disuadir a los enemigos que conoces, como también a enemigos que ni siquiera conoces.
Este mensaje para aquellos musulmanes que habían combatido la batalla de Badr fue como si Dios les dijera: “Sí, triunfaron en la batalla de Badr, pero no crean que su situación es suficiente para otras ocasiones. Independiente que Dios les brindó SU ayuda en Badr, ustedes deben colocar su trabajo y esfuerzo, y tomar todas las acciones racionales necesarias que les permitan prepararse a sí mismos y alcanzar un tipo de capacidad y fuerza que disuada a quienes deseen oprimirlos”, porque si no lo hacen, eso es una falla y un fracaso”.
Sigue la sura,
(61) Pero si se inclinan a la paz, inclínate tú también, y confía en Dios: ¡en verdad, sólo Él todo lo oye, todo lo sabe! (62) Y si sólo quieren engañarte [con sus gestos de paz] --¡ciertamente, Dios te basta!
Él es quien te ha fortalecido con Su auxilio, y dándote seguidores creyentes
Es realmente sorprendente que inmediatamente después del triunfo de los musulmanes en la batalla de Badr Dios le diga al Profeta (BP) que si el enemigo se inclina a la paz, y si el enemigo ya no quiere oprimir a los musulmanes, él debe buscar por todos los medios el acuerdo de paz. La guerra no tiene un propósito en sí misma, sino que tiene una razón.
Luego el versículo 62 indica que el miedo a ser engañado no debe detener el proceso de paz. Si tú haces tu trabajo y te preparas para ser fuerte y tener una posición de disuasión, debes entrar en ese proceso de paz y poner tú confianza en Dios para que te ayude con todo aquello que no pudiste anticipar.
Hay una gran diferencia entre hacer la paz basado en una posición de fuerza que disuade, y una paz que en efecto supone rendirse a la subyugación. Les indico esto porque estos versículos a menudo han sido usados en contextos donde básicamente los musulmanes no han querido luchar por sus derechos, o no han querido luchar para salir de su estado de opresión, y han dicho: “bueno, si ellos quieren la paz nosotros debemos buscar la paz”. Hay una gran diferencia entre lograr la paz y el someterse a la opresión y la subyugación.
Sigue la sura,
(63) cuyos corazones Él ha unido: [pues,] aunque hubieras gastado todo lo que hay en la tierra, tú no habrías sido capaz de unir sus corazones: pero Dios los ha unido. En verdad, Él es todopoderoso, sabio.
Luego nos encontramos con este destacable versículo.
Dios le recuerda al Profeta (BP) que fue ÉL quien permitió que los corazones de los creyentes se unieran bajo una causa común y que se cuidaran unos a otros. Dios le indica algo que es una verdad histórica, porque tú puedes gastar enormes cantidades de dinero para el logro de una unidad de ese tipo entre un grupo de personas, y simplemente no lograrlo.
Es una triste realidad pero es una realidad, y debemos reflexionar y entender lo siguiente. Todos nosotros crecimos en una situación del mundo en el cual comprendemos perfectamente que si alguien emprende una guerra y un ataque contra, digamos, Gran Bretaña, sabemos inmediatamente, de forma innata, que ese ataque a Gran Bretaña implica que han atacado a los Estados Unidos, a los países europeos, y esto es así aún cuando sus gentes tienen diferentes lenguajes, diferentes culturas, diferentes religiones, diferentes historias. Ellos han logrado ese tipo de unidad. Pero no sucede lo mismo con los países islámicos, no existe entre los países musulmanes ese tipo de unidad.
¿Por qué es esto?
Olvidando temas como los intereses y el realismo político, tú sabes que a un nivel básico moral es inconcebible que si se produce un ataque contra un país europeo “blanco” no se produzca la ayuda de los otros países europeos “blancos” y Estados Unidos. ¿De donde viene esa unión? Nos guste o no, pero de forma contraria al realismo político, esa unión no proviene del compartir intereses materiales, sino que proviene de compartir una perspectiva moral y un sistema de valores, ya sean ellos reales o percibidos.
Sin la voluntad de Dios, la unidad o la falta de unidad, es una señal segura sobre si Dios está contigo o te ha abandonado. No les diré más, pero esta es nuestra desafortunada realidad, y como le dijo Dios al Profeta (BP), no es un asunto de dinero, por lo tanto no es el dinero el que unirá a los musulmanes hoy en día. Tampoco unirá a los árabes dado que ellos han abandonado el islam y sus valores, y por supuesto que no serán los valores occidentales los que los unirán.
Para los musulmanes la única fuente que les puede permitir compartir un sistema de valores morales común es el Corán. Pero, ¿cómo pueden compartir los valores éticos y morales del Corán si muchos de ellos no entienden el Corán?
Sigue la sura,
(64) ¡Oh Profeta! ¡Dios es suficiente para ti y los creyentes que te siguen!
Dios sabía que el grupo de creyentes junto al Profeta (BP) era pequeño, y ellos a menudo se preguntaban: ¿cómo vamos a lograr la causa que perseguimos?
Creo que en esos momentos todos ellos sabían que estaban sirviendo la causa de Dios, estaban comprometidos con el islam, estaban aferrados a la cuerda del islam, pero más allá de eso, en ese estado de la situación, la cantidad de potenciales enemigos era enorme: los mecanos y sus aliados, el imperio persa, el imperio bizantino; en esos momentos, desde su punto de vista, todo el mundo podría haber estado contra ellos. Entonces Dios simplemente comenta sobre esto y le dice al Profeta (BP) que recuerde que solo Dios es suficiente para él y para los verdaderos creyentes que lo siguen. Es como si Dios les hubiese dicho: “no se preocupen de todo el mundo sino que pongan su foco en ustedes mismos, en quienes son”.
Sigue la sura,
(65) ¡Oh Profeta! Alienta a los creyentes para que venzan todo miedo a la muerte en el combate, [para que] si hubiera veinte de vosotros que sean pacientes en la adversidad, puedan vencer a doscientos; y [que] cien de vosotros puedan vencer a mil de aquellos que insisten en negar la verdad, pues son gente que no pueden comprenderla.
(66) [Sin embargo,] de momento, Dios ha aliviado vuestra carga porque sabe que sois débiles: así pues, si hubiera cien de vosotros que sean pacientes en la adversidad deberán [ser capaces de] vencer a doscientos; y si hubiera mil de vosotros, deberán [ser capaces de] vencer a dos mil con la venia de Dios: pues Dios está con los que son pacientes en la adversidad.
Con respecto a estos dos versículos, si ustedes leen cualquier tafsir, les indicará que primero Dios decretó que si había 20 musulmanes ellos serían capaces de vencer a 200, y entonces si ellos eran 100 por ejemplo, y el enemigo eran 1.000, entonces debían ir a la batalla, o si los musulmanes eran 10 y el enemigo 100, entonces debían ir a la batalla. Esos tafsir indican que luego Dios abrogó lo anterior porque era demasiado para ellos y lo hizo más fácil, y entonces si había 100 musulmanes podían combatir contra 200, y ya no contra 1.000. Esta es la interpretación que más a menudo escucharán en nuestra época moderna, y ella es bastante problemática, creo que teológicamente es muy problemática. Lo anterior es porque se presume que Dios estableció algo primero y que luego se dio cuenta que los musulmanes no eran tan fuertes y por ello lo hizo más fácil para ellos, y por ello abrogó la primera regla e introdujo la segunda. Todo esto como si Dios no hubiese sabido sobre las debilidades que ellos tenían desde el principio. Aun cuando esta es la interpretación que más escucharán en las mezquitas o centros islámicos, les debo decir que esta interpretación es errónea.
Hay otra razón para decir que la anterior es una interpretación errónea. Estas proporciones de cien contra doscientos y de mil contra dos mil, es decir, de uno a dos, fueron proporciones que los musulmanes jamás enfrentaron en el campo de batalla durante toda la época del Profeta (BP). En cada batalla que libraron mientras el Profeta (BP) vivió las proporciones fueron mucho peores que la de uno a dos. Por lo tanto, según esta interpretación, los musulmanes nunca deberían haber entrado en batalla, si la tesis de la abrogación fuera correcta.
Mi opinión es que la interpretación es mucho más directa y simple. Dios está diciendo, en principio, que entiendan que es posible que una pequeña minoría de 20 personas supere una situación mucho más desfavorable, de hecho, de 1 a 10. Creo que Dios no se refiere solo a la batalla en una guerra, sino a todas las luchas morales que un grupo de personas puede enfrentar; que todas esas proporciones pueden estar extremadamente en contra, pero si la fe y Dios está con esas personas, y si ellas se mantienen firme trabajando unidas, podrán superar obstáculos mucho mayores.
Toda la discrepancia en la interpretación gira en torno a la expresión árabe que está al inicio del versículo 66: “Aláan”. Esta expresión puede llevar al significado que Dios abroga una regla antigua para introducir una nueva, o simplemente puede llevar al significado que aunque en principio la adversidad puede ser tan adversa como una proporción de 1 a 10, mientras tanto, por el momento, entiende que en tu situación actual, aunque la adversidad sea de 1 a 2, no son tan malas como de 1 a 10, sino más bien de 1 a 2, y entonces puedes superar estos desafíos.
Ese es el significado natural de estos versículos, sin necesidad de recurrir a la abrogación.
Razi realizó una larga discusión sobre esto y refutó el argumento de la abrogación, e indicó como correcta la segunda interpretación que les indiqué, es decir, que Dios les estaba indicando que la adversidad no era tan mala como una proporción de 1 a 10, pero si incluso ella lo fuera, debían entender que con verdadera fe y con una profunda alianza con Dios ellos aún podían lograr sus objetivos y propósitos.
Sigue la sura,
(67) NO ES PROPIO que un profeta tome prisioneros antes de haber batallado intensamente en la tierra. Puede que deseéis los beneficios efímeros de este mundo --pero Dios desea [para vosotros el bien de] la Otra Vida: y Dios es todopoderoso, sabio.
(68) De no haber sido por un decreto previo de Dios, ciertamente os habría sobrevenido un tremendo castigo por todos [los prisioneros] que tomasteis.
(69) Disfrutad, pues, de todo lo lícito y bueno que habéis ganado como botín de guerra y sed conscientes de Dios: en verdad, Dios es indulgente, dispensador de gracia.
Lo que ustedes pueden leer en muchos libros sobre la vida del Profeta (BP), como por ejemplo si leen a Martin Lings, es que estos versículos están indicando algo sobre la siguiente historia que les mencionaré.
En la batalla de Badr los musulmanes tomaron un determinado número de prisioneros de guerra, y el Profeta (BP) realizó una “shura”, una consulta, para ver que harían con ellos, y se generaron dos grupos de opiniones. El primer grupo estaba representado por Omar Ibn Al Jattab, y ellos dijeron que los mecanos cuando habían capturado a unos musulmanes los habían ejecutado, y dado esto ellos también deberían ejecutar a estos prisioneros de guerra. El segundo grupo estaba representado por Abu Bakr, y dijeron que no debían ejecutarlos porque después de todo, los prisioneros eran sus parientes, y que lo que debían hacer era pedir un rescate por ellos, que podía consistir en un intercambio de prisioneros o en pagar un dinero por el rescate. Finalmente el Profeta (BP) tomó la opción planteada por el grupo representado por Abu Bakr.
Desafortunadamente en muchos de los libros de la vida del Profeta (BP), e incluso también en lo que se enseña en muchas mezquitas a los niños, es que la correcta opinión de acuerdo con estos versículos, de acuerdo a lo que Dios está diciendo en estos versículos, era la opinión representada por Omar y no la representada por Abu Bakr. Entonces indican que en el versículo 68 Dios está indicando que fue un error tomar ese dinero del rescate.
El problema con esta narrativa tiene que ver con dos cosas. Primero con la interpretación del lenguaje árabe del versículo 67. Lo que el versículo indica es que un profeta no puede tomar prisioneros de guerra con el objetivo de derramar sangre sobre la tierra, o con el objetivo de volverse poderoso sobre la tierra, o con el objetivo de causar opresión sobre la tierra. (En la traducción en uso la interpretación de la expresión árabe es: “NO ES PROPIO que un profeta tome prisioneros antes de haber batallado intensamente en la tierra”). Si ustedes leen el versículo con su significado más directo entonces tú te preguntas: ¿cómo puede ser que el pedir rescate por los prisioneros sea derramar sangre, o volverse poderoso, u oprimir sobre la tierra?, ¿y si se hubiera ejecutado a los prisioneros, eso no sería efectivamente derramar sangre sobre la tierra? Por lo tanto no tiene sentido lo que se indica en esos libros de la vida del Profeta (BP).
En segundo lugar, hay unos hadith que indican que entre los prisioneros de guerra había una persona que fue una figura muy importante en la historia islámica, y que esa figura era Al-Abbas, el tío del Profeta (BP). De hecho tenemos una narración que indica que cuando Omar Ibn Al Jattab entregó la opinión de ejecutar a los prisioneros, el Profeta (BP) le respondió a Omar y le dijo: “¿Me estás aconsejando que mate a Al-Abbas”? Según los reportes Omar se arrepintió de haber mencionado esa opinión y dijo: “¿Qué me llevó a aconsejar al Profeta (BP) que condenara a muerte a alguien como Al-Abbas?”.
Lo que complica aún más este tema es que hay una narración sobre Al-Abbas. Esa narración indica que un número de esos prisioneros de guerra, luego de haber sido capturados, algunos de ellos dijeron que eran musulmanes, y entre esos estaba Al-Abbas. De acuerdo a algunos reportes Al-Abbas dijo: “Cuando yo fui capturado en la batalla de Badr, yo era un musulmán”. Frente a esto los reportes indican que el Profeta (BP) dijo: “Solo Dios sabe lo que hay en tu corazón, y si tú realmente eres musulmán Dios te recompensará, sin embargo yo debo actuar de acuerdo a lo observable”. Luego las narraciones indican que el Profeta (BP) le dijo a Al-Abbas que pagara su rescate por él mismo, que pagara el rescate por dos sobrinos que también eran prisioneros, y por un hombre llamado Ubar min Amr.
Entonces de acuerdo a eso que se indica en los libros de la vida del Profeta (BP) y lo que enseñan a los niños, esas personas deberían haber sido ejecutadas, incluido Al-Abbas, y eso hubiese generado una serie de problemas, pero también les mostraré que eso genera problemas con el texto de los versículos siguientes.
Sigue la sura,
(70) [Así pues,] ¡Oh Profeta!, di a los prisioneros que están en vuestro poder: “Si Dios encuentra bien en vuestros corazones, os dará algo mejor que lo que os ha quitado y perdonará vuestros pecados: pues Dios es indulgente, dispensador de gracia.”
(71) Y si sólo quieren traicionarte --ya antes traicionaron a Dios: pero Él dio [a los creyentes] poder sobre ellos. Y Dios es omnisciente, sabio.
Estos versículos indican que había que decirles a esos prisioneros que Dios sabía de sus intenciones, y que si ellas eran buenas Dios los compensaría por el dinero que habían gastado para liberarse a ellos mismos, que Dios les daría algo mejor que lo que gastaron. Luego el versículo le indica Al Profeta (BP) que si ellos deseaban traicionarlo, debía saber que ellos antes ya habían traicionado a Dios y ÉL permitió que fueran capturados. En otras palabras, el versículo 71 está diciendo: “No dejes que el miedo a la traición te impida liberarlos, porque así como Dios te permitió capturarlos esta vez, Dios te permitirá vencerlos de nuevo.”
Les hago la siguiente pregunta: ¿Acaso ustedes dirían esto si quisieran ejecutar a alguien?
Por lo tanto no tiene sentido lo indicado en esos libros de la vida del Profeta (BP). No hace sentido.
Lamentablemente en nuestra época de ignorancia esos grupos como Isis y Daesh justifican la ejecución de todo prisionero de guerra basados en estas narraciones. Pero cuando tú vas al análisis profundo sobre la confiabilidad de ellas y de sus cadenas de transmisión, encuentras toneladas de problemas, y caen además en las polémicas generadas a favor de Omar. Estas polémicas fueron narraciones inventadas para generar una posición a favor de Omar para tratar de defenderlo de las críticas que le hacían los primeros shiitas.
Lo que Dios está simplemente diciendo en estos versículos es que de la misma manera que existía el peligro de que el botín de guerra se convirtiera en un gran problema, también existía el peligro del dinero, porque cuando había prisioneros de guerra, según la antigua práctica árabe, cada prisionero era responsabilidad directa de quien lo había capturado. Así, quien lo capturaba fijaba el precio del rescate y lo recibía como ganancia personal. El Profeta (BP) vino y dijo que, a partir de ese momento, el rescate iría al tesoro público y se consideraría parte del botín de guerra.
Sobre todo los jóvenes combatientes estaban muy descontentos con esto y dijeron que entonces ellos no ganarían mucho dinero con eso. Que eran ellos los que más peleaban, luchaban, capturaban a más prisioneros, incluso los más aguerridos capturaban a dos o a tres, y en lugar de ganar una buena cantidad de dinero para estar más seguros en el futuro, solo les tocaría una pequeña parte de lo que se repartiera del tesoro público.
Entonces viene Dios e indica que el tema de los prisioneros de guerra no es algo que tenga que ver con enriquecimiento y ganar poder, y que tampoco son la propiedad de alguien. Cuando Dios habla sobre lo que hay en los corazones de los prisioneros de guerra les está indicando que traten con ellos con una mirada de futuro, porque de la forma en que traten con ellos será la impresión que ellos tendrán de los musulmanes y del islam.
Dios llega incluso al punto de hablarle directo al Profeta (BP) y le dice: “Dígales que Dios se lo está diciendo”.
Esto es una reorientación del estatus que deben tener los prisioneros de guerra.
Hay otra narración que indica que después de la batalla de Badr, Zainab, la hija del Profeta (BP), que en esos momentos estaba casada con un incrédulo y vivía en La Meca con su marido, cuando hubo que juntar el dinero para pagar el rescate de ellos, dado que su marido estaba entre los prisioneros de guerra, ella envió un collar, y el Profeta (BP) reconoció ese collar porque había sido de su esposa Jadiya. La narración indica que cuando él vio el collar su cara cambió, y todos los que estaban a su alrededor lo notaron y vieron que se puso muy triste, entonces él se fue del lugar y dejó que la decisión la tomaran las personas a cargo, y al irse les dijo que le resultaba desagradable aceptar el collar de Jadiya que fue enviado por su hija para liberar a su marido. La narración indica que la gente que quedó a cargo determinó liberar a ese hombre sin pedir dinero por ello.
Esta narración también pone en entredicho la narración sobre la opinión de la ejecución, porque habría sido un gran problema. La gente que sigue defendiendo esa opinión no investiga toda la evidencia que existe con toda la complejidad que tiene.
No quiero sobre cargarlos con detalles, pero se los he mencionado porque esto se escucha muy a menudo en distintas partes.
Llegamos a la última parte de esta sura, la cual trata otro problema moral que merece una cuidadosa atención.
Había un grupo de personas que se habían convertido al islam en La Meca y algunos de ellos querían emigrar a Medina para juntarse con el Profeta (BP), pero por la fuerza fueron coartados para hacerlo. Entre ellos había otros que no querían emigrar, y su razón para no hacerlo era por el sacrificio que ello implicaba, y mantenían su islam en secreto porque de lo contrario los mecanos los hubiesen perseguido. El sacrificio que se debía asumir al emigrar era perder todas las pertenencias que se tenían en La Meca, o generar quiebres en la familia.
Parte del problema es que cuando llegó el momento de la guerra un número de estas personas fueron incorporados al ejército mecano, y ellos no podían negarse porque de haberlo hecho los mecanos hubiesen sabido que eran musulmanes, a menos que hubiesen tenido una muy buena excusa. De hecho después de la emigración del Profeta (BP) los mecanos observaban con atención a la gente en La Meca, y si alguien mostraba simpatía por Muhammad (BP), tan solo simpatía, eran acusados por ello y sus vidas se veían complicadas. Entonces, un cierto número de esas personas terminaron en una posición bastante complicada, porque eran musulmanes en secreto y ahora formaban parte del ejército de La Meca para ir a la guerra contra los musulmanes. Por lo tanto en el ejército mecano había musulmanes coaccionados para ser parte del ejército y otros que eran musulmanes en secreto.
Sigue la sura,
(72) CIERTAMENTE, aquellos que han llegado a creer y que han abandonado el ámbito del mal y se esfuerzan por la causa de Dios con sus bienes y sus personas, así como aquellos que [les] dan asilo y ayuda--esos son [realmente] amigos y protectores unos de otros.
Pero aquellos que han llegado a creer y que no han emigrado [a vuestro territorio]--no sois en absoluto responsables de su protección hasta que emigren [a vosotros]. No obstante, si os piden auxilio contra la persecución religiosa, debéis auxiliarles --salvo en contra de una gente con la que os una un pacto: pues Dios ve todo lo que hacéis.
Este versículo plantea un principio social asociado a la ética social.
El versículo plantea que para aquellos musulmanes que no quisieron emigrar, porque carecían de la voluntad para hacer los sacrificios económicos y sociales que implicaba aquello, había consecuencias muy reales. Esa consecuencia es que ellos no eran parte de la política musulmana. Sin embargo, debido al vínculo de la religión, si hubiese una situación en la cual ellos estuvieran siendo oprimidos y piden ayuda, el resto de los musulmanes deben ayudarlos, salvo que hubiese un tratado de paz firmado con aquellos que estaban oprimiéndolos. En otras palabras, si los musulmanes de Medina hubiesen tenido un tratado con La Meca, y parte de ese tratado hubiese indicado que los musulmanes no podían interferir en los asuntos de La Meca, ese tratado prevalecería sobre la obligación de ayudar a los musulmanes que permanecían en La Meca, y esto porque ellos deberían haber emigrado a Medina.
Esto fue muy claro en esos tiempos, los musulmanes estaban definiendo un sistema político propio que exigía lealtad, y esa lealtad a menudo define los derechos y deberes de quienes forman parte de ese sistema político o no. Por lo tanto no es aceptable decir: “Bueno, yo soy musulmán, pero no estoy dispuesto a enfrentar todos los sacrificios que implica unirme a mis hermanos y hermanas, y ser parte de la umma musulmana, y trabajar junto a ellos, porque en realidad yo tengo mis propios intereses y mis propias circunstancias”.
Sigue la sura,
(73) Y, aún así, [recordad que] los que se obstinan en negar la verdad son aliados unos de otros; y salvo que actuéis de igual forma [entre vosotros], reinará en la tierra la opresión y una gran corrupción.
Este versículo nos indica que debemos entender que deben existir alianzas entre los musulmanes, un musulmán debe ser aliado de otro musulmán, y deben configurar una umma al interior de la cual los musulmanes sean aliados. La consecuencia de no lograr esto es la generación de opresión y de una gran corrupción sobre la tierra.
¡Glorificado sea Dios! Se requirió que pasaran siglos para ver la veracidad de este versículo.
A lo musulmanes de la época del Profeta (BP) lo indicado por este versículo les debe haber parecido una exageración lo que indicaba, deben haberse preguntado: “¿La inexistencia de una alianza entre los musulmanes realmente puede generar una gran opresión y corrupción?”, pero para nosotros, los musulmanes de esta época, ¿pueden encontrar una mejor descripción de la situación en que los musulmanes se encuentran hoy en día? Vean lo que pasa ahora con los países musulmanes, algunos son aliados con Francia, otros con Inglaterra, otros con Estados Unidos, otros con Israel, otros con Rusia, y otros con China, y lo que no existe es una unión entre los países musulmanes. Lo que tenemos hoy en día es un horrible caos entre los países musulmanes, y Dios nos advirtió sobre esto, y es precisamente lo que describe este versículo. Este es precisamente el tipo de decadencia moral en la que ya no reconoces lo que te une, qué tipo de valores te unen a los demás.
Sigue la sura y llegamos a los versículos finales,
(74) Y aquellos que han llegado a creer y que han abandonado el ámbito del mal, y que se esfuerzan por la causa de Dios, así como aquellos que [les] dan asilo y ayuda --¡ellos son, precisamente, quienes son creyentes de verdad! Tendrán perdón y una excelente provisión.
(75) Quienes en adelante lleguen a creer, y abandonen el ámbito del mal y se esfuercen [por la causa de Dios] junto con vosotros --esos [también] son de los vuestros; y quienes [de este modo] están ligados entre sí tienen el mayor derecho unos sobre los otros conforme al decreto de Dios.
En verdad, Dios tiene pleno conocimiento de todo.
Así pues, el vínculo se establece entre quienes creen y actúan en consonancia con sus creencias. Entre quienes son creyentes, emigran por la causa de Dios, se apoyan firmemente unos a otros, y luchan junto por la causa de Dios, entre ellos se genera una firme unión.
En el versículo 75 se indica: “quienes [de este modo] están ligados entre sí tienen el mayor derecho unos sobre los otros conforme al decreto de Dios”, y esto hizo que los estudiosos del Corán hicieran una importante pausa para reflexionar.
Una de las cosas que pasaron cuando los musulmanes de La Meca emigraron a Medina fue que el Profeta (BP) creo un sistema en el cual un migrante se unía a un nativo de Medina y se debían tratar como si fueran hermanos o hermanas, y por lo tanto ambos eran responsables por el bienestar del otro, y entonces eran responsables de ayudarse, cuidarse, estar atento al otro, visitarse, y aumentar los lazos con otros en la sociedad. Fue una manera brillante de integración entre refugiados y nativos. Pero la unión fue más allá porque un grupo de nativos dijeron: “tú eres tal tipo de hermano, o hermana, para mí, que no solo te trataré como tal sino que además tú serás parte de mi herencia, como si fueras realmente mi hermano, o hermana”. Hay reportes que muchos dejaron documentado en escritos esta voluntad y otros indican que quedó incorporado en la ley de Medina.
Muchos estudiosos del Corán indicaron que el versículo 75 establece que existe un vínculo moral, político y ético entre los musulmanes, pero la herencia debe regirse por lazos de sangre y no por otras consideraciones. Muchos argumentaron que este versículo abrogaba la ley de herencia entre aquellos que eran declarados hermanos en una fraternidad o sororidad. El problema con esta postura es que, probablemente, no existía ninguna ley que estipulara que, solo por ser declarado hermano o hermana, debían heredar mutuamente. Lo habitual es que las herencias se estipulen en el testamento, y este asunto queda contemplado en la revelación sobre herencias, testamentos y sucesiones. En otras palabras, esta parece ser una forma muy indirecta de abordar el problema de la herencia, cuando contamos con una revelación claramente expresada al respecto.
En resumen, la expresión: “quienes [de este modo] están ligados entre sí tienen el mayor derecho unos sobre los otros conforme al decreto de Dios”, significa lo que directamente indica, y parece una forma muy rebuscada el decir que ella abroga las prácticas legales de la herencia. Entonces esto dio origen a una segunda perspectiva.
La segunda perspectiva básicamente dice que lo que el versículo está indicando es que tú, con ahínco y activamente, debes trabajar para reconocer la unión ética y moral que existe entre aquellos que creen y actúan en base a sus creencias. Aquellos que emigran, se unen y se comprometen en la lucha en el camino de Dios, se vuelven aliados y la unión entre ellos se vuelve firme. Pero recuerden que esto de ninguna manera reemplaza, disminuye ni menoscaba los deberes y obligaciones que existen debido a los lazos de sangre. En otras palabras, Dios sabe que algunos de ustedes se sentirán tentados a decir: "Bueno, mis verdaderos hermanos son mis hermanos en el islam y no me importa en absoluto mi hermano de sangre", y Dios dice: "Si piensan así, se equivocan. Su hermano de sangre sigue siendo importante, al igual que su hermano en el islam".
Bien, hagamos un resumen de todo el mensaje de sura Al-Anfal.
Veamos lo que esta sura hizo después de la batalla de Badr. De muchas formas ella es un antídoto contra la arrogancia y el orgullo. Ella viene e indica que el asunto no es la victoria, ni el prestigio, ni la reputación ante los otros, sino que todo el asunto tiene que ver con la comprensión de tú relación con Dios. Cualquier éxito que tú logres, es debido al poder y a la ayuda de Dios. Tú actitud sobre la victoria debería ser de agradecimiento hacia Dios y de una reflexión interna. Esa reflexión interna te debería mostrar tus motivaciones para estar en esa lucha, y si ellas están realmente basadas en una ética y moral pura y divina.
El hecho de que Dios te haya ayudado no significa que debas perder de vista a tu ego, no debes dejar que el ego, la arrogancia y la codicia se apoderen de ti, no debes dejar que tu ego te haga creer que ese es tu logro, tu éxito, tu brillantez, tu valentía.
La lección de esta sura no se limita a la guerra, pues puedes aplicar la misma lógica a alguien que se ha convertido en abogado, médico o ingeniero. Si empiezas a decir: "Yo soy un regalo de Dios para el mundo, soy brillante", entonces puedes contar con que la bendición divina te será retirada, y cuando eso sucede, puedes contar que se producirá la decadencia moral, cuya señal es la incapacidad de discernir entre el bien y el mal. Las cosas se vuelven confusas, oscuras y nubladas en tu conciencia y en tu mente. Ya no estás seguro de qué es bello y qué es feo; podrías hacer algo verdaderamente feo y pensar que es bello, o podrías encontrarte con lo bello y no reconocerlo como tal.
Si tú estás anclado en las enseñanzas de esta sura y luchas para desarrollar tu ser, te darás cuenta de que las bendiciones de Dios no están solo en la lucha durante la batalla o en la victoria, sino que las bendiciones están en la construcción de tu comunidad.
Debes comprender que el compromiso con la voluntad de Dios a menudo te requerirá realizar serios sacrificios, y debes recordar que Dios está entre la persona y sus impulsos y deseos, y entonces Dios estará contigo, y entonces Dios te ayudará a evitar las tribulaciones y desuniones que finalmente causan la decadencia y el colapso moral.
Luego la sura deja claro que realmente son importantes los compromisos y los principios. El asunto no es el dinero de los rescates ni el botín logrado, sino que el asunto relevante es la unión moral entre los miembros de la comunidad musulmana, entre esos miembros que han realizado enormes sacrificios como la emigración y la lucha en la causa de Dios.
Si los musulmanes pierden de vista el hecho de que esto se trata de ser personas que siguen un mensaje divino con principios éticos, entonces confrontarán una situación de decadencia de las bendiciones de Dios para configurarse de forma firme en una comunidad única y unida, y esa posibilidad se evaporará.
Es impresionante que Dios venga y advierta, al final de la sura, y es como si nos dijera: “Vuestro enfoque debe estar centrado en el bienestar mutuo, cuidándose unos a otros, porque eso es lo que los unirá. Deben trascender sus objetivos materiales, los cuales pueden unirlos pero también separarlos”.
Dios, al final de la sura, viene y nos dice que no se trata del botín de guerra, no se trata del dinero del rescate, sino que es el principio de sacrificarse y comprometerse lo que define nuestra hermandad. Es como decir que debes estar comprometido con aquellos por quienes te sacrificaste y con quienes se sacrifican por los otros, y nuevamente Dios nos advierte sobre las consecuencias si perdemos esto de vista.
Por lo tanto Dios nos llama a ser personas que definamos nuestras relaciones en base a quién es el que da más, o quién se sacrifica por los otros y la causa de Dios, en base a nuestro sistema de valores y sentido de valor, en lugar de basar nuestras relaciones en relación al estatus social, o a la clase social, porque esto es una decadencia moral y una falla ética.
Gracias a Dios el Señor de los universos, eso es sura Al-Anfal.