Sura 3 Al-'Imran (Parte 2: Hasta versículo 200)

Comentarios de Sheij Khaled Abou El Fadl (USULI INSTITUTE - www.usuli.org) 

Corán en español usado: Traducción al español realizada por Abdurrasak Pérez desde la versión en inglés de Muhammad Assad.

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EN EL NOMBRE DE DIOS, EL MÁS MISERICORDIOSO, EL DISPENSADOR DE GRACIA: 

 

(121) Y [RECUERDA, Oh Profeta, el día] en que saliste de tu hogar de madrugada para situar a los creyentes en sus puestos de combate. Y Dios fue oyente y omnisciente (122) cuando dos grupos de los vuestros estuvieron a punto de echarse atrás, a pesar de que Dios estaba de su lado y de que es en Dios en quien deben poner su confianza los creyentes: (123) pues, ciertamente, Dios os auxilió en Badr, cuando erais una fuerza insignificante. Mantenéos, pues, conscientes de Dios, para que [esto] os mueva al agradecimiento. 

(124) [Y recuerda] cuando dijiste a los creyentes: "¿No os basta con [saber] que vuestro Sustentador ha de auxiliaros haciendo descender tres mil ángeles? (125) ¡Pues sí! ¡Si sois pacientes en la adversidad y conscientes de Él, aunque el enemigo os haya atacado de improviso, vuestro Sustentador os fortalecerá con cinco mil ángeles designados!"

(126) Y Dios dispuso [que Su enviado dijera] esto sólo para que fuera una buena nueva para vosotros y para tranquilizar vuestros corazones --pues el auxilio no viene sino de Dios, el Poderoso, el Realmente Sabio-- (127) [y] para destruir [por medio de vosotros] a algunos de aquellos que se obstinan en negar la verdad y humillar a otros de tal modo que se retiraran en total desolación.

(128) [Y] no es asunto tuyo [Oh Profeta] si Él acepta su arrepentimiento o les castiga - pues, ciertamente, no son sino malhechores, (129) y a Dios pertenece cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra: perdona a quien Él quiere y castiga a quien Él quiere; y Dios es indulgente, dispensador de gracia.

 

(130) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! No devoréis la usura, doblándola y multiplicándola y manteneos conscientes de Dios, para que así alcancéis la felicidad; (131) ¡y guardaos del fuego que ha sido preparado para los que niegan la verdad!

(132) Y obedeced a Dios y al Enviado, para que seáis agraciados con la misericordia. (133) Y competid entre vosotros por conseguir el perdón de vuestro Sustentador y un jardín tan vasto como los cielos y la tierra, que ha sido preparado para los conscientes de Dios; (134) aquellos que gastan [en Su causa] en tiempos de prosperidad y en tiempos de estrechez y refrenan su ira, y perdonan al prójimo porque Dios ama a quienes hacen el bien; (135) y que, cuando han cometido un acto vergonzoso o han sido injustos consigo mismos, recuerdan a Dios y piden perdón por sus faltas --¿pues quien puede perdonar las faltas sino Dios?-- y no reinciden a sabiendas en el [mal] que hicieron.

(136) Esos obtendrán el perdón de su Sustentador por recompensa, y jardines por los que corren arroyos, en los que residirán: ¡que excelente recompensa para los que se esfuerzan!

 

(137) [MUCHOS] MODOS de vida han desaparecido antes de vosotros. Recorred, pues, la tierra y contemplad cual fue el fin de quienes desmintieron la verdad: (138) esto [debería ser] una clara lección para toda la humanidad, y una guía y advertencia para los conscientes de Dios.

(139) No desfallezcáis, pues, ni estéis tristes: porque seréis superiores si sois [realmente] creyentes.

(140) Si sufrís una desgracia, [sabed que] también [los otros] han sufrido una desgracia similar; porque es en forma alterna como adjudicamos tales días [de fortuna y desgracia] a la gente: Y [esto] para que Dios distinga a los que han llegado a creer y escoja de entre vosotros a quienes [con sus vidas] dan testimonio de la verdad -- porque Dios no ama a los malhechores-- (141) y para que Dios limpie de toda escoria a los que han llegado a creer y aniquile a quienes niegan la verdad.

(142) ¿O es que pensáis que entraréis en el jardín sin que Dios tenga constancia de que os habéis esforzado [por Su causa], y tenga constancia de que habéis sido pacientes en la adversidad?

(143) Pues, ciertamente, anhelasteis la muerte [por la causa de Dios] antes de veros frente a ella; ¡y ahora la habéis visto con vuestros propios ojos!

 

(144) Y MUHAMMAD es sólo un enviado; todos los [demás] enviados han fallecido: si muriera o le mataran, ¿os volveríais atrás? Pero quien se vuelve atrás no daña en absoluto a Dios --y Dios recompensará a los que son agradecidos [con Él].

(145) Y ningún ser humano muere sino con la venia de Dios, en un plazo prefijado.

Y a quien desee la recompensa de esta vida, le daremos parte en ella; y a quien desee la recompensa de la Otra Vida, le daremos parte en ella; y recompensaremos a los que son agradecidos [con Nosotros].

(146) Y ¡cuántos profetas han tenido que combatir [por la causa de Dios], junto a muchos hombres consagrados a Dios: y no desfallecieron a pesar de todo lo que tuvieron que sufrir por la causa de Dios, ni flaquearon, ni se humillaron [ante el enemigo], ya que Dios ama a quienes son pacientes en la adversidad; (147) y tan sólo decían: "¡Oh Sustentador nuestro! ¡Perdónanos nuestras ofensas y la falta de moderación en nuestras acciones! ¡Haz firmes nuestros pasos y auxílianos contra las gentes que niegan la verdad!" --(148) por ello, Dios les concedió la recompensa de esta vida y también la hermosa recompensa de la Otra Vida: pues Dios ama a quienes hacen el bien.

 

(149) "¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Si hacéis caso de los que se empeñan en negar la verdad, harán que os echéis atrás y seréis vosotros los perdedores.

(150) ¡No! Sólo Dios es vuestro Supremo Señor, y Suyo es el mejor auxilio.

(151) Infundiremos el terror en los corazones de quienes se empeñan en negar la verdad porque atribuyen divinidad a seres que asocian a Dios --[algo] para lo que Él nunca ha hecho descender autorización; y su destino es el fuego --¡que horrible morada la de los malhechores!

 

(152) Y, CIERTAMENTE, Dios cumplió Su promesa con vosotros cuando, con Su venia, estabais a punto de derrotar a vuestros enemigos pero entonces os faltó firmeza y fuisteis en contra de la orden [del Profeta], y desobedecisteis cuando Él os había dejado ya entrever la [victoria] que anhelabais. Había entre vosotros quienes deseaban [sólo] esta vida y también había entre vosotros quienes deseaban la Otra Vida: y entonces, para probaros, os impidió derrotar a vuestros enemigos. Ahora ya os ha perdonado: pues Dios honra con Su favor a los creyentes.

(153) [Recordad] cuando huíais, sin hacer caso a nadie, mientras el Enviado os llamaba a vuestras espaldas --por eso, Él os pagó en aflicción, la aflicción [que causasteis al Enviado], para que no os lamentarais [sólo] por lo que se os había escapado, ni por lo que os había ocurrido: pues Dios está bien informado de lo que hacéis.

(154) Luego, tras esta aflicción, hizo descender sobre vosotros un sentimiento de seguridad, una calma interior que envolvió a algunos de vosotros, mientras los demás, preocupados tan sólo de su suerte, pensaban erróneamente de Dios a la manera del paganismo ignorante, y decían: "¿Tuvimos acaso poder de decisión [en este asunto]?"

Di: "En verdad, el poder de decisión está todo en manos de Dios" --[pero en cuanto a ellos,] están tratando de ocultar dentro de sí mismos esa [debilidad de fe] que no te manifiestan, [Oh Profeta, cuando] dicen: "Si hubiéramos tenido poder de decisión, no habrían muerto tantos de los nuestros."

Di: "Aun si hubierais estado en vuestras casas, aquellos [de vosotros] cuya muerte estuviera decretada habrían salido hacia los lugares donde estaban destinados a yacer."

Y [todo esto os ocurrió] para que Dios pusiera a prueba lo que albergan vuestros pechos y limpiara de toda escoria hasta lo más recóndito de vuestros corazones: pues Dios conoce bien lo que hay en los corazones [de los hombres].

(155) Ciertamente, a quienes volvieron la espalda el día en que se enfrentaron los dos ejércitos --Satán les hizo tropezar sólo a causa de algo que ellos [mismos] habían hecho. Pero Dios ya les ha perdonado: ciertamente, Dios es indulgente, benigno.

(156) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! No seáis como quienes se empeñan en negar la verdad, que dicen de sus hermanos [que han muerto] después de haber emprendido viaje a un lugar lejano o haber salido de incursión: "Si se hubieran quedado con nosotros, no habrían muerto," o, "no les habrían matado" --porque Dios hará que esto sea una fuente de angustia en sus corazones, pues es Dios quien da la vida y da la muerte. Y Dios ve todo lo que hacéis.

(157) Y si os matan o morís por la causa de Dios, ciertamente, el perdón de Dios y Su misericordia son mejores que cuanto uno puede acumular [en este mundo]: (158) pues, ciertamente, si morís u os matan, seréis sin duda congregados ante Dios.

(159) Y fue por una misericordia de Dios, que trataste [Oh Profeta] con suavidad a tus seguidores: porque si hubieras sido severo y duro de corazón, ciertamente, se habrían apartado de ti. Así pues, perdónales y pide perdón por ellos.

Y consulta con ellos en todos los asuntos de interés público; luego, cuando hayas tomado una decisión, pon tu confianza en Dios: pues, ciertamente, Dios ama a quienes ponen su confianza en Él.

(160) Si Dios os auxilia, nadie podrá venceros; pero si Él os abandona, ¿quién podría auxiliaros luego? ¡Que los creyentes pongan su confianza en Dios!

 

(161) ES INCONCEBIBLE que un profeta pueda cometer fraude --pues quien defraude se enfrentará a su fraude en el Día de la Resurrección, cuando cada ser humano recibirá cumplidamente lo que se haya ganado y nadie será tratado injustamente.

(162) ¿Es acaso quien busca la complacencia de Dios igual que quien ha incurrido en la condena de Dios y cuya morada es el infierno? --¡que horrible destino! (163) Están en niveles [totalmente] distintos ante Dios; pues Dios ve todo lo que hacen.

(164) Dios, ciertamente, ha concedido una gracia a los creyentes al suscitarles un enviado de entre ellos, que les transmite Sus mensajes, les ayuda a crecer en pureza y les enseña la escritura divina y la sabiduría --mientras que antes se encontraban, ciertamente, en un claro extravío.

 

(165) Y ahora que os ha sobrevenido una calamidad, a pesar de que vosotros habíais infligido el doble [a vuestros enemigos], os preguntáis: "¿A qué se debe esto?" Di: "Se debe a vosotros mismos."

Ciertamente, Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa: (166) y todo lo que os sobrevino el día en que se enfrentaron los dos ejércitos ocurrió con la venia de Dios, para que Él distinga a los [verdaderos] creyentes, (167) y distinga a quienes están contaminados por la hipocresía, y cuando se les dijo: "Venid a combatir por la causa de Dios" --o, "Defendéos"-- respondieron: "Si supiéramos tan sólo [que habría de acabar en] combate, ciertamente os seguiríamos."

Aquel día estuvieron más cerca de la apostasía que de la fe, y decían con sus bocas lo que no estaba en sus corazones, pero Dios tenía pleno conocimiento de lo que trataban de ocultar: (168) ellos, que habiéndose mantenido alejados [del combate, luego] decían de sus hermanos [muertos en la batalla]: "Si nos hubieran hecho caso, no habrían caído muertos."

Di: "¡Impedid, pues, vuestra muerte, si es verdad lo que decís!"

(169) Pero no penséis que quienes han caído por la causa de Dios están muertos. ¡Qué va! ¡Están vivos! Tienen su provisión junto a su Sustentador, (170) jubilosos por ese [martirio] que Dios les ha concedido de Su favor. Y se alegran por la buena nueva dada a aquellos [de sus hermanos] que han quedado atrás y aún no les han seguido, de que nada tienen que temer y no se lamentarán: (171) se alegran por la buena nueva de la bendición y el favor de Dios, y [por la promesa] de que Dios no dejará sin recompensa a los creyentes (172) que acudieron a la llamada de Dios y del Enviado después del revés que sufrieron.

Una recompensa magnífica les aguarda a quienes de ellos perseveraron en obrar bien y se mantuvieron conscientes de Dios: (173) aquellos que fueron advertidos por la gente: "La gente se ha reunido contra vosotros; ¡así que temedles!" --pero esto no hizo sino aumentar su fe, y dijeron: "¡Dios nos basta y que excelente protector es!" (174) --y regresaron [de la batalla] con la bendición y el favor de Dios, sin haber sufrido daño alguno: porque habían buscado la complacencia de Dios --y Dios posee una generosidad ilimitada.

(175) Es sólo Satán quien [os] infunde el miedo a sus aliados: así pues, no les temáis a ellos, sino a Mí, si es [verdad] que sois creyentes.

(176) Y no te aflijas por los que compiten entre sí en negar la verdad: ciertamente, no pueden causar ningún daño a Dios. Es voluntad de Dios que no tengan parte en [las bendiciones de] la Otra Vida; y les aguarda un castigo terrible.

(177) Ciertamente, quienes han comprado la negación de la verdad a cambio de la fe no pueden causar daño alguno a Dios y les aguarda un doloroso castigo. (178) Y no deben pensar --quienes se obstinan en negar la verdad-- que el que les demos rienda suelta es bueno para ellos: si les damos rienda suelta es sólo para que aumenten su delito; y les aguarda un castigo humillante.

(179) No es voluntad de Dios [Oh vosotros que negáis la verdad] abandonar a los creyentes a vuestra forma de vida: [y] por eso ha de separar a los malvados de los buenos. Y no es voluntad de Dios desvelaros lo que está fuera del alcance de la percepción humana: sino que [para eso] elige Dios de entre Sus enviados a quien Él quiere. Creed, pues, en Dios y en Sus enviados; porque si creéis en Dios y sois conscientes de Él, os aguarda una magnífica recompensa.

 

(180) Y NO deben pensar --quienes retienen con avaricia lo que Dios les ha concedido de su generosidad-- que eso es bueno para ellos: al contrario, es malo para ellos. Aquello a lo que con tanta avaricia se aferran estará colgado alrededor de sus cuellos en el Día de la Resurrección: pues [sólo] a Dios pertenece la herencia de los cielos y de la tierra; y Dios está bien informado de lo que hacéis.

(181) Ciertamente, Dios ha oído las palabras de los que dijeron: "¡Dios es, en verdad, pobre mientras que nosotros somos ricos!" Tomaremos nota de lo que han dicho y de que mataron a los profetas contra todo derecho, y les diremos [en el Día del Juicio]: "¡Gustad el castigo del fuego (182) en pago a lo que vuestras manos han adelantado --pues Dios no es injusto en absoluto con Sus criaturas!"

(183) En cuanto a los que sostienen: "En verdad, Dios nos ha ordenado no aceptar a ningún enviado a menos que nos traiga una ofrenda que el fuego consuma" --di [Oh Profeta]: "Antes de mí, ya vinieron a vosotros enviados con las pruebas evidentes de la verdad y con lo que habéis dicho: ¿por qué entonces les disteis muerte, si es verdad lo que decís?"

(184) Y si te desmienten --ya antes de ti fueron desmentidos [otros] enviados, cuando vinieron con las pruebas evidentes de la verdad y con libros de sabiduría divina, y con la revelación luminosa.

(185) Todo ser humano probará la muerte: pero no recibiréis vuestra recompensa íntegra [por lo que habéis hecho] sino hasta el Día de la Resurrección --entonces, quien sea apartado del fuego y conducido al paraíso, ciertamente habrá logrado un triunfo: pues la vida de este mundo no es sino un disfrute engañoso.

(186) Seréis, ciertamente, probados en vuestros bienes y en vuestras personas; y, ciertamente, oiréis muchas cosas ofensivas de parte de aquellos que han recibido la revelación antes que vosotros, y también de aquellos que atribuyen divinidad a otros seres junto con Dios. Pero si sois pacientes en la adversidad y sois conscientes de Dios --esto es, ciertamente, algo decisivo que requiere la mayor firmeza.

 

(187) Y, HE AHÍ, que Dios concertó un pacto con aquellos a quienes se dio la revelación con anterioridad [cuando les dijo]: "¡Exponédsela a la gente y no la ocultéis!"

Pero se desentendieron de ese [pacto] canjeándolo por un provecho insignificante: ¡que mal negocio hicieron!

(188) No creas que quienes se regocijan por lo que así han amañado, y que gustan de ser alabados por lo que no han hecho --no creas que escaparán al castigo: les aguarda un castigo doloroso [en la Otra Vida].

 

(189) Y DE DIOS es el dominio de los cielos y de la tierra, y Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa.

(190) Verdaderamente, en la creación de los cielos y de la tierra, y en la sucesión de la noche y el día hay, ciertamente, mensajes para todos los dotados de perspicacia, (191) [y] que recuerdan a Dios, de pie, sentados y cuando se acuestan, y meditan [así] sobre la creación de los cielos y de la tierra:

"¡Oh Sustentador nuestro! No creaste [nada de] esto sin un significado y un propósito. ¡Infinita es Tu gloria! ¡Presérvanos del castigo del fuego!

(192) "¡Oh Sustentador nuestro! A quien entregas al fuego, a ese, verdaderamente, has hundido ya en la deshonra [en este mundo]; y tales malhechores no tendrán quien les auxilie.

(193) "¡Oh Sustentador nuestro! He aquí que hemos oído una voz que [nos] llamaba a la fe: ‘¡Creed en vuestro Sustentador!’ --y hemos creído. ¡Oh Sustentador nuestro! ¡Perdónanos, pues, nuestras faltas y borra nuestras malas acciones; y haz que muramos la muerte de los verdaderamente virtuosos!

(194) "¡Y concédenos, Oh Sustentador nuestro, lo que nos has prometido por medio de Tus enviados, y no nos cubras de oprobio en el Día de la Resurrección! ¡En verdad, Tú nunca faltas a Tu promesa!"

(195) Y su Sustentador contesta a su súplica:

"No dejaré que se pierda la labor de ninguno de los que se esfuerzan [por Mi causa], sea hombre o mujer: cada uno de vosotros ha surgido del otro. Así pues, a aquellos que abandonan el ámbito del mal, y que son expulsados de sus hogares, y que padecen por Mi causa, y que luchan [por ella] y caen muertos --ciertamente, les borraré sus malas acciones y, ciertamente, les haré entrar en jardines por los que corren arroyos, como recompensa de Dios: pues Dios tiene junto a Sí la más hermosa de las recompensas."

 

(196) QUE NO TE llame a engaño ver como los que se empeñan en negar la verdad parecen libres de hacer lo que quieren en la tierra: (197) es [sólo] un breve disfrute y luego tendrán por morada el infierno --¡que horrible lugar de reposo!-- (198) pero los que se mantengan conscientes de su Sustentador tendrán jardines por los que corren arroyos, en los que residirán: una acogida que Dios les ha preparado. Y lo que hay junto a Dios es mejor para los verdaderamente virtuosos.

(199) Y, ciertamente, entre los seguidores de la revelación anterior hay quienes creen [verdaderamente] en Dios y en lo que se ha hecho descender para vosotros y en lo que se hizo descender para ellos. Reverentes ante Dios, no malvenden los mensajes de Dios por un provecho insignificante. Esos tendrán su recompensa junto a su Sustentador --¡pues, ciertamente, Dios es rápido en ajustar cuentas!

(200) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Sed pacientes en la adversidad y superad a los demás en paciencia, y estad siempre preparados [a hacer lo correcto], y manteneos conscientes de Dios, para que así alcancéis la felicidad.

 

 COMENTARIOS DEL SHEIJ KHALED ABOU EL-FADL

(121) Y [RECUERDA, Oh Profeta, el día] en que saliste de tu hogar de madrugada para situar a los creyentes en sus puestos de combate. Y Dios fue oyente y omnisciente (122) cuando dos grupos de los vuestros estuvieron a punto de echarse atrás, a pesar de que Dios estaba de su lado y de que es en Dios en quien deben poner su confianza los creyentes: (123) pues, ciertamente, Dios os auxilió en Badr, cuando erais una fuerza insignificante. Mantenéos, pues, conscientes de Dios, para que [esto] os mueva al agradecimiento.

(124) [Y recuerda] cuando dijiste a los creyentes: "¿No os basta con [saber] que vuestro Sustentador ha de auxiliaros haciendo descender tres mil ángeles? (125) ¡Pues sí! ¡Si sois pacientes en la adversidad y conscientes de Él, aunque el enemigo os haya atacado de improviso, vuestro Sustentador os fortalecerá con cinco mil ángeles designados!"

(126) Y Dios dispuso [que Su enviado dijera] esto sólo para que fuera una buena nueva para vosotros y para tranquilizar vuestros corazones --pues el auxilio no viene sino de Dios, el Poderoso, el Realmente Sabio-- (127) [y] para destruir [por medio de vosotros] a algunos de aquellos que se obstinan en negar la verdad y humillar a otros de tal modo que se retiraran en total desolación.

 

En el versículo 124 el Corán habla sobre el Profeta (BP) que les dice a sus seguidores: ¿No estarías satisfecho si Dios enviara ángeles para luchar a tu lado? (En esta pregunta se produce una diferencia entre la traducción en uso y lo indicado por Sheij Khaled Abou El Fadl) Ahora, esto en las tradiciones islámicas generó una discusión substancial. La razón por la cual muchos estudiosos del Corán hicieron una pausa para reflexionar en este versículo es porque si Dios hubiera enviado ángeles a luchar, el resultado de la batalla de Uhud hubiese sido diferente. Si tienes ángeles luchando a tu lado saldrás victorioso, y de hecho no necesitas 3.000 ni 5.000 ángeles; según toda la tradición un solo ángel podría lograrlo. Entonces, ¿cuál es el tema relevante de esta narrativa? Unos intérpretes han tenido un enfoque literal, y entonces los literalistas dijeron que en la batalla de Badr Dios envió ángeles a luchar junto a los musulmanes, y que en Uhud Dios también envió ángeles a luchar junto a los musulmanes, pero cuando los musulmanes fallaron en el cumplimiento de sus obligaciones se produjo la derrota en Uhud.

El segundo grupo de intérpretes, con los que estoy de acuerdo, afirman que la narrativa sobre los ángeles no implica que fueran enviados a luchar junto a la gente, ni en Badr ni en Uhud, sino que es algo simbólico. El sentido era decirles a los musulmanes que se entra en batalla con la valentía, la certeza, y la resolución de quienes saben que Dios está con ellos, como si tuvieran ángeles luchando a su lado. Así que, ya sean 3.000 o 5.000 ángeles, el número no importa, todo es simbólico. Es como decir: “Si perseveras, Dios podría enviar el poder del universo para ayudarte”. Es como si fueras a la batalla sabiendo que la voluntad de Dios es equivalente a que haya ángeles luchando junto a ti.

La cuestión no es que puedas ver a un ángel luchando junto a ti, la cuestión es la idea del apoyo ilimitado de Dios.

La interpretación literal te deja en el problema de reconciliar todas las tradiciones que hablan de que un solo ángel puede poner fin a la vida en la tierra, con esta idea de que necesitas 3.000 o 5.000 para luchar en una batalla. La interpretación literal termina creando todos estos problemas teológicos.

 

Para todos aquellos que entendieron esto simbólicamente parte del fundamento de su interpretación es precisamente lo que el versículo 126 dice. Porque en él se indica que Dios solo hizo esto como una forma de otorgarles un soporte moral.

 

Entonces nosotros sabemos que después del retiro de parte de las tropas de Abdul-lah ibn Ubai el resto de los musulmanes fueron a la batalla. En el campo de batalla se dispuso a un grupo de musulmanes, a un flanco de él y sobre una colina, con el objetivo de evitar que el ejército fuera atacado por sorpresa desde su retaguardia. La batalla se inició y en un principio el resultado de ella estaba siendo favorable para los musulmanes, y el ejército de los mecanos había comenzado a retirarse. En ese momento, al ver que los mecanos se retiraban, las personas que habían sido puestas sobre la montaña y a un flanco del campo de batalla comenzaron a abandonar sus posiciones para ir a tomar parte del botín que iba quedando sobre el campo de batalla, y de esta forma quedaron solo 10 de ellos en sus posiciones designadas. Un grupo del ejército mecano, liderado por Khalid Ibn Al-Walid, se dio cuenta de esto y aprovechó la oportunidad para atacar desde la retaguardia al ejército de los musulmanes. Ellos lograron matar a los 10 que se habían quedado en la colina en sus posiciones asignadas, y luego cargaron contra el ejército de musulmanes, los cuales creían que el ejército mecano se había retirado. Al darse cuenta de que estaban siendo atacados por sus espaldas entraron en pánico y comenzaron a retirarse del campo de batalla. El Profeta (BP) terminó arrinconado en un sector de la colina de Uhud y protegido por sus compañeros, y en esa lucha contra los enemigos el Profeta (BP) resultó seriamente herido, se dislocó sus hombros, fue golpeado en la cabeza, y sufrió una herida en su cara. Aun cuando muchos musulmanes habían entrado en pánico, algunos de los creyentes siguieron luchando valientemente, y el ejército mecano, para evitar más pérdidas en sus filas, decidió retirarse definitivamente del campo de batalla.

Al otro día se generó un rumor de que los mecanos atacarían a los musulmanes e invadirían Medina aprovechando la oportunidad de que el ejército de los musulmanes había tenido muchas pérdidas. Ante esto, y aun cuando el Profeta (BP) y varios de sus compañeros estaban seriamente heridos, él armó una expedición de 70 hombres, lo que era un grupo bastante pequeño, y fueron hacia las afueras de Medina para encontrarse con los mecanos y prevenir que invadieran la ciudad. Pero los mecanos se habían desanimado y no estaban interesados en proseguir con su ataque, y en definitiva la sugerencia de la invasión no prosperó. Algunos en La Meca dijeron: “¿Por qué no vamos más allá e invadimos Medina de una vez por todas y acabamos con esto de una vez?”, pero al final los líderes mecanos dijeron: “Ya hemos sufrido suficientes pérdidas, ellos han sido derrotados y están acosados por disensiones internas”. Los mecanos creyeron que la derrota había sido peor de lo que realmente fue.

 

Noten algo que, aunque es algo menos relevante, es interesante, y es que en el punto de absoluta debilidad, en el cual cada musulmán estaba bastante desanimado, muchos habían muerto y otros tantos estaban heridos, el Profeta (BP) estuvo deseoso, en este momento, de enviar un mensaje de fortaleza. Estando él herido tomó a 70 personas y se dirigió hacia las afueras de Medina para evitar que los mecanos invadieran la ciudad. Por cierto que si los mecanos hubiesen desarrollado el ataque a Medina para invadirla, 70 personas no era una fuerza que hubiese podido hacer mucho, pero el asunto es que él quiso enviar la señal de que los musulmanes no estaban quebrados y que estaban listos para otra batalla. De acuerdo a los reportes esas 70 personas, que en forma voluntaria se ofrecieron para acompañar al Profeta (BP), en su gran mayoría estaban heridas.

Esto fue un extraordinario mensaje de fortaleza.

Estas 70 personas fueron un ejemplo, y creo que fueron un gran ejemplo en lo moral y en lo espiritual para el resto de los musulmanes que estaban en Medina. Tuvo un gran impacto la acción y la determinación de estas 70 personas, porque mientras ellas actuaban de esa manera admirable, muchos otros musulmanes estaban descorazonados y quejándose por las heridas sufridas. Cuando ustedes leen los detalles en los reportes asociados a esta acción del Profeta (BP) junto a esos 70 voluntarios, y leen los micro reportes sobre ello, te queda la impresión que el impulso moral, o el aumento de la moral, fue lo suficientemente grande como para superar la sensación de dolor que había surgido asociada a aquel tercio del ejército de Abdul-lah ibn Ubai que se había retirado.

 

Después de esa expedición del Profeta (BP) con las 70 personas, él retornó a Medina y se encontró con esos hombres que abandonaron sus posiciones en la colina de Uhud, y que por culpa de ellos, al haber abandonado sus posiciones, permitieron que el ejército mecano pudiera atacar a los musulmanes por la retaguardia y provocarle enormes pérdidas.

Todo lo que sucedió en esos momentos fue muy destacable porque lo que se hubiese esperado es que, cuando el Profeta (BP) volvió a Medina, hubiese existido un ajuste de cuenta a todos quienes fallaron gravemente, partiendo por Abdul-lah ibn Ubai y los 300 soldados que se retiraron de la batalla, y con esos que abandonaron sus posiciones en la colina de Uhud. De hecho el Corán trata sobre ellos, pero por otra parte la reacción del Profeta (BP) fue más bien discernidora. Por razones que veremos más adelante, él no se movió contra Abdul-lah ibn Ubai, aunque sí quedó claro que Abdul-lah y quienes lo siguieron eran unos hipócritas dado que los habían abandonado en la batalla, y que por lo tanto ya no se tendría la consideración que Abdul-lah y sus seguidores eran parte de la umma de musulmanes. Entonces no sucedió lo que cabría haber esperado de las prácticas, costumbres y tradiciones de este período, en esa época y ese lugar, que hubiese sido perseguir a Abdul-lah y sus seguidores con deseo de venganza. Hubo un distanciamiento moral, pero no hubo asesinatos, ni arrestos, ni venganza. Incluso con los hombres que abandonaron sus posiciones, la atención se centró en que debían arrepentirse; es decir, en que quienes desobedecieron se arrepintieran de verdad y estuviesen dispuestos a compensar su error en lugar de castigarlos por lo que hicieron.

 

Una cosa más. Cuando el Profeta (BP) fue herido y estaba sangrando, él dijo algo que se volvió en una famosa declaración: “¿Cómo puede Dios bendecir a un pueblo que le ha hecho esto a su profeta?”, y al ver cuántos de sus discípulos habían sido martirizados, y la enorme cantidad de musulmanes que estaban sufriendo por las heridas, el Profeta (BP) rezó a Dios para que los mecanos fueran castigados y condenados por lo que habían hecho.

 

Sigue la sura,

 

(128) [Y] no es asunto tuyo [Oh Profeta] si Él acepta su arrepentimiento o les castiga - pues, ciertamente, no son sino malhechores, (129) y a Dios pertenece cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra: perdona a quien Él quiere y castiga a quien Él quiere; y Dios es indulgente, dispensador de gracia.

 

Lo primero que le menciona este versículo al Profeta (BP), luego de haber enfrentado todo el asunto de la batalla de Uhud, es un mensaje de mucha humildad hacia él mismo, y le dice que no depende de él, que no es asunto suyo, si Dios los castiga o los perdona.

Hay dos conjuntos de reportes sobre este versículo. El primero de ellos, que posiblemente es el más preciso, indica que el Profeta (BP) estaba tan dolido al ver a todos los musulmanes que habían sido heridos y matados en la batalla, incluyendo a sus compañeros, que ese dolor lo llevó a rezarle a Dios por SU castigo hacia la gente que había hecho eso, y entonces Dios le responde recordándole al Profeta (BP) que su rol es de un mensajero, que su rol no es rezar y pedir que Dios castigue a alguien, incluso en este caso donde él había tenido que soportar esa cantidad de dolor y daño.

El segundo conjunto de reportes indica que este versículo fue revelado en un evento que fue llamado “bir ma’ina”, que fue un evento doloroso en el cual un grupo pretendió convertirse al islam y le pidió a una gente que fuera a su clan para que les enseñaran el Corán y el islam. Entonces el Profeta (BP) escogió a algunos de sus compañeros para que fueran a dicho clan a cumplir ese objetivo, y cuando ellos llegaron a dicho clan se encontraron con que todo era un truco. Ese clan estaba en alianza con los mecanos para hacerle daño a los musulmanes, y entonces, cuando los compañeros del Profeta (BP) llegaron a ese lugar, los ejecutaron. El reporte indica que fue cuando el Profeta (BP) supo de esto que rezó a Dios pidiéndole SU castigo hacia esta gente.

 

En esto hay una lección moral y es algo que muchos estudiosos del Corán comentaron. Cuando Dios le dice al Profeta (BP) que no es asunto suyo pedir el castigo, nosotros debemos considerar esto dado que debemos tener presente que nuestro ejemplo de vida es el Profeta (BP).

Es por esto por lo que, incluso ante el daño y el dolor más profundo, la súplica que el Profeta (BP) nos enseñó es simplemente decir: "Hasbi Allah ua nagma al-uakil", que significa: "Dios es mi aliado y mi consolador", y luego decir: "minhum lil-lah", que significa: "Que Dios les haga justicia".

Esto tiene que ver con tu psicología, y de nuevo, estamos hablando del grupo de personas piadosas que pertenecen al grupo de Dios, por lo que estamos estableciendo aspiraciones, principios e ideales por los que te esfuerzas para alcanzar.

Quizás la respuesta de Dios sea guiar a alguien que te ha tratado injustamente y te ha traicionado; quizás Dios guíe a esa persona y le muestre el camino mucho después de tu muerte, o mucho después de que hayan ocurrido los hechos en los cuales sufriste.

Todo esto es una enseñanza para evitar la oscuridad en tu corazón, para evitar un corazón lleno de oscuridad y rencor. Así pues, al Profeta (BP) se le dijo que tuviera cuidado de orar para que Dios castigue a la gente, que tuviera cuidado porque el castigo de Dios no depende de los seres humanos.

Especialmente autores como Ghazzali, Ibn Arabi, Giliani o Ismail Haqqi, al escribir sobre esto hablaron de que el ideal es esforzarse por ser “rabbani”, llegar al punto en que digamos: “Lo dejo en manos de Dios; que Dios responda, ya sea con perdón, guía o castigo, depende de Dios. Pero en lo que a mí respecta, Dios ha sido mi aliado y mi consuelo; me basta con estar de su lado”.

Es difícil, es muy difícil, porque cuando alguien te lastima deseas que sufra de vuelta. Pero lo indicado es el esfuerzo que hay que hacer, hay que trabajar para acercarse a ese ideal.

 

El versículo 129 nos muestra el típico estilo coránico, y fundamenta lo anterior al decirnos que la razón por la cual aquello no es asunto del ser humano es porque él existe en un mundo que tiene un Dueño. De la misma forma que tu actitud hacia el dinero debe ser que entiendes que en definitiva todo ese dinero tiene un Dueño, de la misma manera el perdón, el castigo, la venganza, el triunfo, la derrota, pertenece a Dios. El ser parte del grupo de Dios requiere aceptar la dura constatación que todo ello es un asunto de Dios, y que tú tienes que hacer lo que debes hacer.

¿Qué es lo que debes hacer? Recomendar y facilitar el bien, y oponerte al mal. Tú deber es investigar, comprender, deliberar, perseguir, y entender el bien, y resistir la maldad. ¡Ese es tu trabajo y tu deber! El resultado está en manos de Dios. Tu corazón se debe elevar, y debes comprender y reflejar ese trabajo que debes hacer.

 

Muchas veces en situaciones laborales alguien te hace cosas extremadamente injustas, cosas horribles, y entonces para limpiar tu corazón y tu ser tú debes decir: “Que Dios les haga justicia”, en lugar de buscar venganza o un castigo.

 

Sigue la sura,

 

(130) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! No devoréis la usura, doblándola y multiplicándola y manteneos conscientes de Dios, para que así alcancéis la felicidad; (131) ¡y guardaos del fuego que ha sido preparado para los que niegan la verdad!

 

Fíjense que inmediatamente después de haber hablado de la batalla de Uhud, y de todo lo que sucedió, ¡el Corán nos habla de la usura! ¿Por qué? La respuesta a esto no la encuentras normalmente en los tafsir porque en general ellos intentan interpretar cada versículo en forma independiente del resto. Pero mi interés es entender la razón de esto, ¿por qué justo después de hablarnos de la batalla de Uhud la sura nos habla de la usura? La verdad es que eso me mantuvo desconcertado por un largo tiempo, durante el cual estuve investigando todos los reportes asociados a Uhud, incluso muchas poesías sobre dicha batalla.

En esa investigación encontré algunas tradiciones que decían algo sobre los seguidores de Abdul-lah ibn Ubai, de aquellos hipócritas que se retiraron antes de la batalla, y otros reportes lo decían sobre la gente que luchó en la batalla de Uhud. Lo que dicen los reportes es que al final de la batalla empezaron a correr rumores de que la razón por la que los musulmanes habían perdido esta batalla no fue porque quienes habían sido puestos sobre la colina de Uhud se habían retirado de su lugar asignado, sino porque el ejército de La Meca estaba mucho mejor armado que el ejército de los musulmanes. Los mecanos tenían más y mejores caballos, mejores camellos, mejor armamento, etc., y la razón por la que podían permitirse todo eso era porque no tenían restricciones para generar ganancias de dinero. Entonces, algunos empezaron a hablar de cómo el Profeta (BP) esperaba que financiaran el esfuerzo bélico si él les decía que donaran, que entregaran su dinero a los necesitados, etc., y además les impedía obtener las ganancias que solían obtener cuando se permitía la usura.

Ese fue un momento “a-ha” para mí, el momento de la revelación para mí, cuando vi esos informes dije: "¡De esto es de lo que se trata este versículo!".

Observamos con estos reportes la tentación de cambiar la escala de valores y la moral en momentos de guerra, porque se cuestionó la actitud de donar por una parte, y la de dejar de percibir utilidades por medio de una acción pecaminosa como es la usura.

 

Sigue la sura,

 

(132) Y obedeced a Dios y al Enviado, para que seáis agraciados con la misericordia. (133) Y competid entre vosotros por conseguir el perdón de vuestro Sustentador y un jardín tan vasto como los cielos y la tierra, que ha sido preparado para los conscientes de Dios; (134) aquellos que gastan [en Su causa] en tiempos de prosperidad y en tiempos de estrechez y refrenan su ira, y perdonan al prójimo porque Dios ama a quienes hacen el bien; (135) y que, cuando han cometido un acto vergonzoso o han sido injustos consigo mismos, recuerdan a Dios y piden perdón por sus faltas --¿pues quién puede perdonar las faltas sino Dios?-- y no reinciden a sabiendas en el [mal] que hicieron.

(136) Esos obtendrán el perdón de su Sustentador por recompensa, y jardines por los que corren arroyos, en los que residirán: ¡que excelente recompensa para los que se esfuerzan!

 

La sura nos habló de la batalla de Uhud que generó un enorme dolor, una enorme confusión, la tentación de culparse unos a otros, porque eso es lo que normalmente genera la derrota entre las personas, y también la tentación de cambiar la escala moral y ética.

Luego de eso el Corán viene y nos entrega la lección de la batalla de Uhud.

¿Cuál es la lección? La respuesta del Corán va directo al grano, al meollo del asunto, y es como si te preguntara: ¿Quieres saber cuál es tu cura? ¿Quieres saber cómo vas a sanar de esto? La forma en que vas a sanar de esto es:

 

·       Aquellos que gastan en la causa de Dios tanto en la prosperidad como en la escasez. Entonces no valen esas excusas de que las ganancias son menores por la razón que sea y dado ello no puedo dar.

·       Aquellos que controlan su temperamento, su ira. La derrota, la traición, la perfidia, generan enojo e ira porque hieren, dañan. Pero el Corán viene y te dice: ¿te quieres curar, te quieres sanar? Entonces primero cambia tu relación con las cosas materiales, quiebra y rompe tu relación y dependencia con ellas, que es lo que se nos dijo en el primer punto. Pero luego viene y te dice que debes controlar tu deseo de venganza, porque actuar impulsado por el dolor normalmente provoca daño.

·       Aquellos que perdonan a los otros. Tú has sido traicionado, han hecho perfidias contra ti, has sido derrotado por eso, ¿y qué te dice el Corán que debes hacer? ¡Perdona! Y luego refuerza esta acción al decirte que Dios ama a quienes hacen cosas hermosas.

·       Aquellos que saben que se equivocaron, que saben quiénes son por su equivocación, que saben que cometieron un error grave, como es la traición, o como aquellos que en el campo de lucha solo se preocupan por sí mismos y no por sus hermanos musulmanes, a esas personas el Corán les dice que cometieron una injusticia contra sí mismos y que no se obstinen en argumentar diciendo: "No, pero esto fue así y esto fue de esta otra manera, y había una razón para ello, y ustedes deben entenderlo". Estas personas deben afrontar el hecho de que fueron injustas, que actuaron de forma vil, y luego deben abandonar ese tipo de actos, dejar atrás la arrogancia, y arrepentirse.

 

Ustedes varias veces me han escuchado decir: “¡si los musulmanes solo entendieran!, ¡si los musulmanes solo entendieran” !, y les contaré que mi viaje con esta sura me ha dejado con lágrimas, porque quien nos dice todo esto es Dios, es ÉL quien nos está enseñando, no es un ser humano. ¡Es Dios enseñándonos!

 

Los musulmanes estaban atravesando las pruebas y tribulaciones de su vida, sus amigos acababan de ser asesinados, el tío del Profeta (BP) acababa de ser asesinado y le abrieron el estómago y le sacaron el hígado, y en esa situación Dios les dijo: “Sí, entiendo el dolor, pero hay principios que no se pueden comprometer".

Ahora ustedes pueden entender mejor por qué Dios les indicó a los musulmanes que no debían generalizar en relación a la gente del libro, porque la tentación luego de la derrota era la de enojarse, la de desear y buscar venganza, la de querer castigar al mundo por lo sucedido, la de culpar a todos menos a uno mismo. Por ello las lecciones de Uhud son muy relevantes.

 

Con respecto al versículo 135 existen reportes que indican que él fue revelado en respuesta a un compañero que tenía un negocio. Este hombre estaba en su negocio y una mujer atractiva fue a comprarle algo, y de alguna manera él terminó seduciéndola, y entonces entraron en una habitación trasera y “jugaron” un rato. Después él se sintió muy arrepentido y fue a ver al Profeta (BP) y le dijo lo que había pasado y que quería arrepentirse.

Hay otros reportes que cuentan una historia muy larga, pero ellos básicamente dicen que este versículo fue revelado dado que había dos musulmanes nativos de Medina, y que uno de ellos cometió un pecado al involucrarse con la esposa del otro, y que luego él fue donde el Profeta (BP) para contarle lo que había hecho y para decirle que estaba arrepentido.

No estoy seguro si estos eventos ocurrieron, aunque este tipo de eventos se basan en hechos que suceden, no es sorpresivo que este tipo de situaciones suceda, que se sientan tentados, que cometan el pecado, que luego se sientan arrepentidos, y que luego fueran donde el Profeta (BP) a contarles lo que hicieron y a mostrar arrepentimiento. Pero las evidencias que esas situaciones fueron la ocasión de la revelación de este versículo son demasiado endebles.

Además, el tema que viene tratando la sura es sobre la batalla de Uhud. Nuevamente les comento sobre esa tendencia que existió de intentar asociar narraciones de situaciones a versículos del Corán como ocasiones de su revelación, y se hacía en forma aislada versículo por versículo, sin considerar la temática de la sura.

 

Alabado sea Dios porque luego es como si ÉL nos está diciendo, al leer el texto del Corán con la mayor de las sensibilidades, justo después de los versículos 135 y 136 que nos habló de aquellos que gastan en la causa de Dios, sobre aquellos que controlan su temperamento y su ira, que nos habló del rol del perdón y del arrepentimiento, luego de eso Dios nos dice que miremos al pasado y veamos cuantos han desaparecido. Esto lo indica en el siguiente versículo.

 

Sigue la sura,

 

(137) [MUCHOS] MODOS de vida han desaparecido antes de vosotros. Recorred, pues, la tierra y contemplad cual fue el fin de quienes desmintieron la verdad: (138) esto [debería ser] una clara lección para toda la humanidad, y una guía y advertencia para los conscientes de Dios.

 

Nos indica que si estudiamos el pasado veremos lo que Dios nos ha estado indicando, que las consecuencias de la derrota son que las personas comienzan a ponerse tacañas, se aferran a las cosas materiales para compensar sus sentimientos de inseguridad, también comienzan a culpar a otros para encontrar las faltas en ellos mientras se vuelven obstinados para no reconocer sus propias fallas, la gente quiere vengarse, se vuelve resentida, y la invade la ira y la rabia. Entonces este versículo 137 nos dice que debemos reflexionar sobre el pasado, y el versículo 138 nos indica que ello debería ser una clara lección y una guía.

 

A continuación la sura da consuelo, al mismo tiempo que llama a la introspección y a la reflexión.

 

Sigue la sura,

 

(139) No desfallezcáis, pues, ni estéis tristes: porque seréis superiores si sois [realmente] creyentes.

(140) Si sufrís una desgracia, [sabed que] también [los otros] han sufrido una desgracia similar; porque es en forma alterna como adjudicamos tales días [de fortuna y desgracia] a la gente: Y [esto] para que Dios distinga a los que han llegado a creer y escoja de entre vosotros a quienes [con sus vidas] dan testimonio de la verdad -- porque Dios no ama a los malhechores—

 

Primero se nos recomendó observar el pasado para que observemos la sabiduría de lo que Dios nos está enseñando. Luego nos indicó que entendiéramos que eso es un consejo y una guía para nuestras vidas, pero después ÉL nos manifiesta que conoce nuestro dolor y entonces nos llama a no desesperar, y a no volverse débil y llenarse con un sentimiento de derrotismo porque debemos entender que la verdadera derrota es la derrota moral. Nos indica que debemos entender que la superioridad no se consigue siendo victoriosos en el campo de batalla, ni tampoco controlando a otros, como tampoco teniendo poder sobre otros, sino que la superioridad se consigue teniendo autonomía sobre uno mismo para mantenerse firme en la moral divina, porque eso es lo que libera y te da la verdadera libertad.

 

Eres victorioso si no eres un servil a otros. Eres victorioso si la moralidad de tu ser, que hace que seas quién eres, no ha sido derrotada. Esto lo conseguirás si eres un verdadero creyente.

 

Los versículos también nos advierten que debemos entender que la derrota y la victoria son parte de la voluntad de Dios. Si una civilización surge o si otra se derrumba, si una gente se vuelve poderosa y dominante mientras otras se vuelven débiles y derrotadas, es un asunto que está en manos de Dios, pero el creyente debe hacer su parte, debe hacer su esfuerzo.

 

Ahora, en medio de todos estos ciclos, lo que Dios especialmente desea de ti es que seas un testigo y que atestigües, por amor de Dios, la verdad y la justicia. Dios no ama a los injustos. Es cierto que los injustos pueden tener victorias, es cierto que los injustos pueden surgir materialmente, es cierto que los injustos pueden dominar materialmente a otros, pero eso no significa ni es una indicación de que Dios ama a los injustos.

Todos esos ciclos son los ciclos de la vida, y esos ciclos son la afirmación de las reglas de la causalidad y de las consecuencias.

 

Sigue la sura, 

 

(141) y para que Dios limpie de toda escoria a los que han llegado a creer y aniquile a quienes niegan la verdad.

 

La primera parte del versículo nos habla de la purificación por medio de ejercer presión. Entonces, de hecho, las pruebas y las tribulaciones son las formas de presión que son ejercidas por Dios para que los creyentes experimenten la purificación de sus corazones y almas, y de esa manera asegurar el cumplimiento de ser realmente testigos de la verdad y la justicia.

 

Sigue la sura,

 

(142) ¿O es que pensáis que entraréis en el jardín sin que Dios tenga constancia de que os habéis esforzado [por Su causa], y tenga constancia de que habéis sido pacientes en la adversidad?

 

¿Acaso ustedes creen que obtendrán la salvación sin que Dios les envíe situaciones en las cuales sean probados realmente, para ver quien realmente se mantiene firme y perseverante en la lucha por ser parte del grupo de Dios?

 

Sigue la sura,

 

(143) Pues, ciertamente, anhelasteis la muerte [por la causa de Dios] antes de veros frente a ella; ¡y ahora la habéis visto con vuestros propios ojos!

 

Este versículo les recordó a los musulmanes que hubo un grupo de ellos que, después de la batalla de Badr, escribieron poesías en las cuales hablaban sobre quienes habían sido martirizados, y decían que hubiesen deseado estar en el lugar de aquellos mártires, y que hubiesen deseado haber logrado el martirio. Muchos que se convirtieron después de la batalla de Badr decían que si hubiesen estado en esa batalla hubiesen hecho esto o aquello.

Este versículo nos muestra el impulso de alguna gente de hablar en grande, o de tener grandes sentimientos sobre sus supuestas acciones sin haber sido realmente probados. Entonces es como si Dios estuviera diciendo que ÉL sabe que hay gente que habla en grande de las cosas que haría frente a las situaciones, pero que cuando son probados y enfrentados a esas situaciones actúan de manera distinta, entonces Dios llama a ser consciente sobre ello y a reflexionar sobre como realmente se comportaron durante esa prueba.

Noten acá que algunos de ellos pasaron la prueba, y algunos otros no pasaron la prueba, y entonces todo lo que Dios les está diciendo es que reflexionen sobre sus declaraciones, sentimientos, e inclinaciones antes de la batalla de Uhud, y lo comparen con su real comportamiento durante y después de la batalla de Uhud.

 

Sigue la sura,

 

(144) Y MUHAMMAD es sólo un enviado; todos los [demás] enviados han fallecido: si muriera o le mataran, ¿os volveríais atrás? Pero quien se vuelve atrás no daña en absoluto a Dios --y Dios recompensará a los que son agradecidos [con Él].

 

Ahora tenemos este destacado versículo que se volvió muy relevante una vez que el Profeta (BP) efectivamente falleció, dado que relativamente temprano plantea la muerte de Muhammad (BP).

Dios se dirige a la comunidad de musulmanes y les dice que ÉL sabe que el peor momento en la batalla, en el momento en que muchos de ellos casi se rendieron, casi se derrumbaron y desmoronaron, fue el momento en el cual se propagó el rumor que el Profeta (BP) había sido asesinado en medio de la batalla. Dado lo anterior es como si Dios preguntara: ¿están acá debido a que son seguidores de él y lo aman, o están en este camino por una causa y unos principios?

Dios sabe que muchos de ellos abandonaron corriendo el campo de batalla cuando escucharon ese rumor, y fíjense la manera en la cual Dios los está reprendiendo, es una forma firme pero no dura ni violenta.

 

Entre las lecciones para reflexionar sobre la derrota está la de hacerse la siguiente pregunta: ¿por qué estoy en esta batalla?, ¿estoy en el grupo o partido de Dios realmente por ÉL y por los principios con los cuales me comprometí, o estoy por el culto a una persona o personalidad, o porque estoy siguiendo una tendencia, o porque sigo a la mayoría?

 

Sigue la sura,

 

(145) Y ningún ser humano muere sino con la venia de Dios, en un plazo prefijado.

Y a quien desee la recompensa de esta vida, le daremos parte en ella; y a quien desee la recompensa de la Otra Vida, le daremos parte en ella; y recompensaremos a los que son agradecidos [con Nosotros].

 

Este versículo nos recuerda lo que es obvio, y es que cuando la hora de la muerte llega, ella llega.

 

Sigue la sura,

 

(146) Y ¡cuántos profetas han tenido que combatir [por la causa de Dios], junto a muchos hombres consagrados a Dios: y no desfallecieron a pesar de todo lo que tuvieron que sufrir por la causa de Dios, ni flaquearon, ni se humillaron [ante el enemigo], ya que Dios ama a quienes son pacientes en la adversidad; (147) y tan sólo decían: "¡Oh Sustentador nuestro! ¡Perdónanos nuestras ofensas y la falta de moderación en nuestras acciones! ¡Haz firmes nuestros pasos y auxílianos contra las gentes que niegan la verdad!" --(148) por ello, Dios les concedió la recompensa de esta vida y también la hermosa recompensa de la Otra Vida: pues Dios ama a quienes hacen el bien.

 

Cuando Dios está describiendo a aquellos que perseveraron y lucharon junto a los profetas, aquellos que se mantuvieron firmes en la causa, nos muestra la verdadera esencia de esas personas al indicarnos sobre lo cual ellos le rogaban y le pedían a Dios: i) el perdón de Dios por haber actuado de alguna forma de manera injusta contra ellos mismos (En la traducción en uso la expresión árabe se interpreta como: “Perdónanos nuestras ofensas y la falta de moderación en nuestra acciones”), ii) fortaleza para luchar contra quienes niegan la verdad y la victoria sobre ellos.

 

Observen la introspección de esas personas, ellos luchaban junto a los profetas contra los enemigos, pero su primera y principal preocupación eran sus propias acciones, y el resultado de esa introspección era el arrepentimiento, y el ser valiente para confrontarse a sí mismo en cuanto a las propias faltas y fallas. Luego de ello le pedían a Dios fortaleza para mantenerse firme contra quienes niegan la verdad, y la victoria sobre ellos.

 

En algunos tafsir de orientación sufi se muestra la correlación entre la introspección y la victoria. Mucha gente le reza y le pide a Dios para que les otorgue la victoria, pero su actitud es simplemente de creerse con derecho a todo, como si le estuvieran haciendo un favor a la causa de Dios. Esto se debe a una falta de introspección y de auto purificación, ese proceso es necesario para que puedan comenzar a pensar que ellos son dignos de que Dios los acompañe y les permita mantenerse firme en SU causa.

 

Sigue la sura,

 

(149) "¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Si hacéis caso de los que se empeñan en negar la verdad, harán que os echéis atrás y seréis vosotros los perdedores.

(150) ¡No! Sólo Dios es vuestro Supremo Señor, y Suyo es el mejor auxilio.

(151) Infundiremos el terror en los corazones de quienes se empeñan en negar la verdad porque atribuyen divinidad a seres que asocian a Dios --[algo] para lo que Él nunca ha hecho descender autorización; y su destino es el fuego --¡que horrible morada la de los malhechores!

 

(152) Y, CIERTAMENTE, Dios cumplió Su promesa con vosotros cuando, con Su venia, estabais a punto de derrotar a vuestros enemigos pero entonces os faltó firmeza y fuisteis en contra de la orden [del Profeta], y desobedecisteis cuando Él os había dejado ya entrever la [victoria] que anhelabais. Había entre vosotros quienes deseaban [sólo] esta vida y también había entre vosotros quienes deseaban la Otra Vida: y entonces, para probaros, os impidió derrotar a vuestros enemigos. Ahora ya os ha perdonado: pues Dios honra con Su favor a los creyentes.

 

El versículo 152 nos da una clara indicación sobre cómo se desarrolló la batalla de Uhud. En la primera parte de la batalla los musulmanes iban ganando, pero algunos de ellos estaban interesados solo en su interés personal, en las ganancias materiales que obtendrían, mientras otros no. Entonces Dios los confronta con la cruda realidad de que, al mostrar esa debilidad, también mostraban el hecho de que algunos de ellos eran terrenales, estaban inclinados hacia la vida en esta tierra, y que eso era realmente lo que anhelaban; mientras que otros tenían una orientación diferente.

Este fue el asunto principal que causó la derrota.

 

Sigue la sura,

 

(153) [Recordad] cuando huíais, sin hacer caso a nadie, mientras el Enviado os llamaba a vuestras espaldas --por eso, Él os pagó en aflicción, la aflicción [que causasteis al Enviado], para que no os lamentarais [sólo] por lo que se os había escapado, ni por lo que os había ocurrido: pues Dios está bien informado de lo que hacéis.

 

Al Profeta (BP) en la batalla lo rodearon los enemigos y el ejército mecano estaba cerca de él para matarlo, y fue protegido por un pequeño grupo de personas, que le gritaba al resto de los musulmanes que corrían en pánico del campo de batalla que no lo hicieran y que se mantuvieran firmes.

Luego el versículo nos indica que Dios hizo que esos musulmanes que corrían alejándose del campo de batalla cayeran en un estado de aflicción, en un estado de profunda tristeza y consternación. Dios entonces nos indica que sobre esa difícil prueba agregó más dificultad, es cómo si Dios dijera: “He agravado vuestra tristeza, he añadido tristeza a vuestra tristeza”.

¿Pero por qué esto?

Dios agravó la tristeza y exacerbó aún más el estado de derrota para generar una lección. Así, puedes aprender una lección muy importante: No dejarte afectar, no lamentarte por lo que te ha sucedido. No te aflijas por lo que has perdido ni por lo que podrías haber ganado, no digas: "¡Dios mío, qué oportunidad perdida!" o "¡Mis planes se han arruinado!", sino más bien reflexiona sobre lo que te ha ocurrido.

Volvamos a la esencia del islam y a la fe. La fe implica aceptar que Dios es el dueño de todo, y que la única pregunta válida ante la derrota o el dolor es: ¿de qué debo arrepentirme?

La pregunta que te debes hacer no es, insisto, no es: ¿en qué he fallado, en hacer qué, en esto en particular? Porque no se trata de entristecerse por el fracaso, sino de arrepentirse. ¿De qué debo arrepentirme si hay algo por lo que debo arrepentirme? En otras palabras: ¿hay algo que debo corregir en mi ser? Más allá de eso, no puedes lamentarte por las oportunidades perdidas ni por el dolor.

Recuerda, se trata de aprender de la derrota y del sufrimiento.

Si lo que surge en ti de esto es aquello que en nuestro lenguaje moderno llamamos “caer en la depresión”, y vas a pensar: "¡Oh, por mi culpa esas diez personas que defendieron su lugar en la montaña de Uhud fueron masacradas! ¡No puedo vivir con esto el resto de mi vida, traicioné todo lo que hice! ¡Viviré en la miseria para siempre!", debes saber que con ese pensamiento no se gana nada.

Hay una gran diferencia entre decir: "Cometí un error, lo reconozco, ¿cómo puedo enmendarlo y mejorar mi ser?", y la autoflagelación repasando todas las formas en que has fracasado en la vida sin hacer nada para mejorar tu situación ante Dios.

 

Creo que Ghazzali fue quien mencionó lo siguiente. A veces, si Dios quiere elevarte o enseñarte una lección, te acumula e incrementa las penas. Suele suceder cuando has perdido sintonía con Dios, o cuando todas las cosas te resultan fáciles. La tristeza en sí misma es una oportunidad para aprender, y la acumulación de penas es una oportunidad para reflexionar: "Quizás aún estoy demasiado apegado a las cosas. Quizás aún me importan demasiado las cosas materiales. Quizás mi actitud hacia las oportunidades en la vida, hacia las pérdidas y las ganancias, es errónea".

 

Dios nos ha dicho algo muy valioso con relación a las penas y los dolores. Sabemos por medio de la experiencia humana que a veces llueve sobre lo mojado, que cuando una cosa va mal, a veces viene otra y otra que va mal, y así una tras otra, y ellas se componen y combinan. Con respecto a esto Dios nos dice que ello no es una casualidad, sino que es precisamente algo intencional, la composición y combinación de penas y dolores es de hecho el proceso que prueba de qué está hecho tu ser, que limpia tus elementos, y que te ofrece una oportunidad para tu elevación espiritual.

 

El objetivo de la dinámica y la interacción con tus penas y dolores no es el consuelo que las causas de ellas sean eventualmente eliminadas, y de alguna forma reemplazadas con algo opuesto a ellas, sino que Dios quiere que entiendas que todo está en tu mente: ¿cómo vas a reaccionar ante la pena y el dolor? No se trata de discutir si las penas y el dolor existen o no, porque la vida te traerá muchas situaciones dolorosas, sino que se trata de cómo te enfocarás en ti, y en la forma en que construyes tu ser, y de tomar en serio la idea de que, a menudo, las dificultades son una señal de que estás en la mirada de Dios, en lugar de que te haya olvidado. Porque, como dijo el Profeta (BP), a quienes se les abren las puertas de la riqueza y la comodidad material en esta vida, a menudo es una muy mala señal, no una buena señal.

 

Sigue la sura,

 

(154) Luego, tras esta aflicción, hizo descender sobre vosotros un sentimiento de seguridad, una calma interior que envolvió a algunos de vosotros, mientras los demás, preocupados tan sólo de su suerte, pensaban erróneamente de Dios a la manera del paganismo ignorante, y decían: "¿Tuvimos acaso poder de decisión [en este asunto]?"

Di: "En verdad, el poder de decisión está todo en manos de Dios" --[pero en cuanto a ellos,] están tratando de ocultar dentro de sí mismos esa [debilidad de fe] que no te manifiestan, [Oh Profeta, cuando] dicen: "Si hubiéramos tenido poder de decisión, no habrían muerto tantos de los nuestros."

Di: "Aun si hubierais estado en vuestras casas, aquellos [de vosotros] cuya muerte estuviera decretada habrían salido hacia los lugares donde estaban destinados a yacer."

Y [todo esto os ocurrió] para que Dios pusiera a prueba lo que albergan vuestros pechos y limpiara de toda escoria hasta lo más recóndito de vuestros corazones: pues Dios conoce bien lo que hay en los corazones [de los hombres].

 

Hay reportes que indican que después de la batalla de Uhud, en el contexto del trauma, hubo un número de compañeros del Profeta (BP) que dijeron: “Aunque estábamos heridos, sangrando y con dolor, nos invadió una extraña sensación de serenidad y una especie de somnolencia que nos reconfortaba de una manera extraña.” Solo Dios sabe, aunque no tengo seguridad sobre la autenticidad de estos reportes, solo Dios sabe si eso realmente sucedió, podría haber sido algo histórico, no lo se. Pero independientemente de la autenticidad de los reportes el asunto relevante se mantiene, y es que hubo algunos que respondieron al trauma volviéndose más cercanos a Dios, y aceptando su responsabilidad, y aceptando como único asunto el cómo ellos se habían fallado así mismos en relación a lo que Dios les exigía. No apuntando a otros con el dedo, no ocupándose de enojarse con otros y viendo a quién deberían culpar, sino que reflexionando sobre cómo se habían fallado a sí mismos. Fueron aquellos que aceptaron que más allá de cualquier resultado todo está en las manos de Dios. A estas personas Dios les otorgó una sensación de serenidad y calma, de seguridad y certidumbre.

Hubo otros que tuvieron una mirada egoísta, que solo se preocuparon de cómo el resultado de la batalla los afectaba a ellos mismos. Como resultado de esto empezaron a tener dudas y hacerse preguntas: “¿Dónde estaban esos ángeles que venían a luchar con nosotros?”, “Bueno, algunos abandonamos nuestros lugares, pero ¿por qué debemos sufrir todos porque algunos se rebelaron? ¿Acaso no hicimos tantos sacrificios? Emigramos de La Meca, o acogimos a los inmigrantes de La Meca, compartimos todo con ellos. ¿De verdad merecíamos morir y ver morir a nuestros amigos? ¿De verdad merecíamos todo este destino tan horrible?”. Otros decían: “Si el Profeta (BP) se hubiese opuesto a la mayoría que decía que debíamos ir a luchar a Uhud en lugar de quedarnos en Medina, esto no habría sucedido”, “Si el Profeta (BP) no hubiera cedido a la opinión de la generación más joven, que era la mayoría, esto no habría sucedido”. Otros decían, especialmente los seguidores de Abdullah ibn Ubai, los que se retiraron de la batalla, los trescientos: “Desde el principio sabíamos que era una misión suicida, por eso nos retiramos”. Algunos otros decían: "Abdul-lah ibn Ubai tenía razón, esta era una misión suicida. ¿Qué hacíamos yendo a luchar contra un ejército mucho más numeroso y mejor armado que el nuestro?". Entonces todas estas personas comentaban que si hubieran actuado de otra manera, podrían haber obtenido otros resultados.

Ante esto Dios viene y revela en este versículo que este tipo de relatos no se les habían presentado al Profeta (BP) ni a sus compañeros más cercanos; esas personas no hablaban estas cosas delante de Ali ibn Abu Talib, ni de Abu Bakr, ni de Omar, todos eran rumores que circulaban lejos del Profeta (BP) y de sus más cercanos compañeros. Luego Dios interviene y le dice al Profeta (BP) que ÉL sabe que esa gente no lo confronta, que no le dicen esos rumores directamente, pero que ÉL sí sabe que estos son los rumores que circulan en Medina. Dios va directo al grano y dice que esos rumores son evidencia de falta de fe por parte de quienes los comparten, porque los que tenían que morir, tenían que morir, y si Dios hubiera querido los que murieron habrían muerto en sus camas (Acá se produce una diferencia de interpretación con la traducción en uso, en la cual, con respecto al momento y lugar destinado para la muerte se interpreta que el versículo dice: "Aun si hubierais estado en vuestras casas, aquellos [de vosotros] cuya muerte estuviera decretada habrían salido hacia los lugares donde estaban destinados a yacer"). Pero no solo esto, porque esto se complementa con lo que Dios dice en el siguiente versículo.

 

Sigue la sura,

 

(155) Ciertamente, a quienes volvieron la espalda el día en que se enfrentaron los dos ejércitos --Satán les hizo tropezar sólo a causa de algo que ellos [mismos] habían hecho. Pero Dios ya les ha perdonado: ciertamente, Dios es indulgente, benigno.

 

Este versículo es destacable porque viene y les dice a aquellos que se debilitaron, huyeron, se asustaron y entraron en pánico en Uhud, que miren hacia adentro de sí mismos, porque lo que les sucedió es consecuencia de satanás, pero no del poder de satanás, sino de que satanás se aprovechó de las faltas que ellos poseían, de los pecados y debilidades que ellos tenían. Ahora, si quieren saber cuál es la postura de Dios, como dice este versículo, Dios es sumamente misericordioso y los perdonó por esa reacción en esa situación de pánico. Sin embargo, como señala Al-Ghazzali, si bien Dios los perdonó debido al pánico de ese momento, la cuestión crucial es: ahora, cuando saben que la razón de su pánico y su debilidad fue que satanás explotó sus propias faltas, ¿Qué harán al respecto?

Esto significa que Dios pasó por alto y perdonó lo que hicieron bajo pánico, pero no necesariamente pasará por alto y perdonará lo que hagan luego de la situación de pánico. Si siguen chismeando y desviando la atención, y siguen diciendo que tal vez el Profeta (BP) no debería haber hecho esto o aquello, en lugar de mirar a sus interiores y observar donde están sus faltas, sus pecados, y sus debilidades que deben mejorar, entonces les espera otra sorpresa.

 

Nuevamente, como lo hemos dicho, en esta sura la mirada es hacia el interior de uno. Esta es mi opinión. Hay personas que tienen la tendencia a tener una doble cara, como aquellos que no le decían al Profeta (BP) y a sus compañeros lo que pensaban sino que iban por ahí murmurando sobre lo sucedido, y ello muestra el fracaso moral de una persona, abre vías numerosas para satanás.

 

Si tú te preguntas por qué una calamidad ha caído sobre ti, entonces mira hacia tu interior, porque si lo haces adecuadamente encontrarás que hay una semilla, algo que es central en tus fundamentos que explican la razón por la cual esa calamidad te ha afectado particularmente a ti, y explica la forma en la cual te ha afectado particularmente. La pregunta realmente difícil que te debes hacer es: “Bien, entendí que esta calamidad de alguna manera, en algún grado, la llamé yo mismo sobre mí, me la merezco, y en virtud de este hecho este momento es de alta relevancia, es el momento en el que debo confrontar cuál es mi rol, cual es la lección, cuáles son los niveles de pena y dolor que han sido puestos sobre mí que deben indicarme algo”.

Hay gente que evita esta reflexión, y esto es precisamente lo que esta sura está intentando evitar que hagan los musulmanes.

Las razones pueden ser muchas, puede ser tu falta de responsabilidad, tu falta de transparencia, tus acciones de corrupción, tus injusticias realizadas con distintas personas a lo largo de mucho tiempo, pueden ser millones de razones diferentes o la mezcla de muchas de ellas. Por ello debes hacer la reflexión, no para autoflagelarte sino para responderte la pregunta sobre de qué manera tú instigaste para que eso te sucediera, y de qué manera esa calamidad te permitirá mejorar.  

 

Sigue la sura,

 

(156) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! No seáis como quienes se empeñan en negar la verdad, que dicen de sus hermanos [que han muerto] después de haber emprendido viaje a un lugar lejano o haber salido de incursión: "Si se hubieran quedado con nosotros, no habrían muerto," o, "no les habrían matado" --porque Dios hará que esto sea una fuente de angustia en sus corazones, pues es Dios quien da la vida y da la muerte. Y Dios ve todo lo que hacéis.

(157) Y si os matan o morís por la causa de Dios, ciertamente, el perdón de Dios y Su misericordia son mejores que cuanto uno puede acumular [en este mundo]: (158) pues, ciertamente, si morís u os matan, seréis sin duda congregados ante Dios.

 

Estos versículos reafirman la lección de que no se debe vivir en las sombras de las condicionalidades, de no vivir en las sombras de pensar que si hubieran hecho otra cosa, o si hubiera sucedido otra cosa, entonces el resultado hubiese sido distinto. Este tipo de actitud, esta forma de pensar, es insana.

 

En el versículo 157 hay una expresión que me ha hecho reflexionar: “Si os matan o morís por la causa de Dios”. ¿Qué es morir en la causa de Dios? Que te maten en la causa de Dios es claro, alguien te mata, ¿pero qué es morir en la causa de Dios?

Ustedes pueden comprender esto en numerosos y diferentes niveles, porque si tú vives una vida basada en los principios divinos y la muerte llega a ti, en la misma forma en que tú viviste la vida en el camino de Dios, la muerte te llega por el camino de Dios. Tú estabas centrado y asido a la cuerda de Dios, tú no estabas focalizado en los asuntos materiales, tú no estabas focalizado en tus rabias, tus agravios, tus rencores, sino que estabas focalizado en tu auto purificación, y en esa situación la muerte te llega. Es una imagen extraordinaria.

 

Sigue la sura,

 

(159) Y fue por una misericordia de Dios, que trataste [Oh Profeta] con suavidad a tus seguidores: porque si hubieras sido severo y duro de corazón, ciertamente, se habrían apartado de ti. Así pues, perdónales y pide perdón por ellos.

Y consulta con ellos en todos los asuntos de interés público; luego, cuando hayas tomado una decisión, pon tu confianza en Dios: pues, ciertamente, Dios ama a quienes ponen su confianza en Él.

(160) Si Dios os auxilia, nadie podrá venceros; pero si Él os abandona, ¿quién podría auxiliaros luego? ¡Que los creyentes pongan su confianza en Dios!

 

Estos versículos nos muestran la impresionante y extraordinaria forma en que la dinámica de la narrativa del Corán trata el sentimiento y la emocionalidad de sus lectores, como también su entendimiento y comprensión.

Después que la sura nos dijera que Dios sabía lo de los rumores, que ÉL sabía sobre la tendencia de algunos de culpar a los otros, que ÉL sabía que algunos incluso culpaban al Profeta (BP), y después que Dios dijera que en lugar de ello debían mirar al interior de ellos mismos, y fueran conscientes como sus propias fallas y debilidades abrieron las puertas para que shaitán sacara ventajas de ellos, luego de todo eso, la sura viene hacia el mismo Profeta (BP) y le dice la actitud que él debería tener con ellos, le indica cómo él debería reaccionar a todas esas turbulencias, le indica sobre cómo él debería reaccionar a todos esos rumores generados, le indica cómo debería reaccionar frente a esa gente que lo traicionó retirándose de la batalla y otros que le fallaron, y que incluso por ello él fue herido y murieron musulmanes muy queridos para él, incluido su tío Hamza que era muy cercano a él, luego de todo esto Dios viene y le dice al Profeta (BP) que fue un enorme acto de misericordia que Dios hubiese abierto su corazón a toda esa gente, y que debe entender que ese era el momento en el cual toda la belleza y la ternura que había en su corazón debía manifestarse.

Después que Dios les dijera a todos ellos que no culparan a los demás sino que se miraran en su interior, sus fallas, sus pecados, sus debilidades, y que esas eran las razones de la influencia de shaitán en su forma de reaccionar, entonces Dios le hace ver al Profeta (BP) que ese es el momento en el cual esas persona necesitaban su soporte, su compasión, su comprensión, porque si él hubiese sido duro con ellos, si él no hubiese sido cuidadoso con ellos, ellos se hubiesen alejado. Por ello Dios le indica al Profeta (BP) que los perdone y que le rece a Dios para que perdone los pecados de esa gente.

 

Antes, cuando Dios sabía que el Profeta (BP) estaba sangrando y había sido herido y oró por venganza, la respuesta de Dios fue que eso no era asunto suyo, que no lo hiciera. Ahora, Dios le dice al Profeta (BP) que a estas personas las perdone, y pida a Dios por el perdón de ellas.

Además, finalmente, le indica que debe consultar con ellos las decisiones, y luego de la decisión tomada debe pedir a Dios SU soporte. Esto debería haber sido una completa revolución. El Profeta (BP) hizo una consulta en la cual escuchó a la gente, y la decisión se tomó en base a la opinión de esa consulta, y luego los rumores en Medina eran que el Profeta (BP) no debería haber respetado la decisión tomada en esa consulta, y en medio de esto Dios viene y le dice al Profeta (BP): perdón, benevolencia, y perseverar en el camino de consultar con ellos.

La derrota de Uhud no dejó un espacio para comenzar a ser autoritario o despótico.

 

Toda una notable filosofía tras la derrota, un notable manejo de la psicología para la audiencia de todos los tiempos.

 

En las tradiciones islámicas encuentras unas testarudas discusiones y debates sobre la “shura” (la consulta). El debate se centra en que si tú consultas con las personas, ¿estás obligado o no a seguir la opinión de la mayoría? Pero lamentablemente la ética está perdida en esos debates legales, la misma moral está perdida en esas discusiones.

El Profeta (BP) no necesitaba consultar, después de todo él era el Profeta (BP), pero él consultó y siguió la opinión de la mayoría, y el resultado no fue el deseado, y la lección que Dios le da después de todo es que los perdone, que sea benevolente, y que siga consultando con ellos.

Estamos hablando que este era el Profeta (BP), y si Dios le indica esto a él, ¿qué queda para los otros seres humanos? ¿cómo podría Dios haber dado esta tan fuerte lección sobre la consulta para que fuera desechada después?

Es por esto por lo que al leer la historia temprana del islam te encuentras con todos esos grupos que se rebelaron contra los Omeyas porque, según ellos, la causa de muchos problemas era que se había perdido la práctica de la "consulta ciudadana", de la “shura”. Lo que ellos expresaban era esa comprensión innata de que los sistemas de gobierno deben ser participativos. El tema relevante es la existencia de un sistema participativo, independientemente de cómo se lleve a cabo.

 

Lo que también es muy importante es cual fue la práctica del Profeta (BP) más allá de la situación de Uhud. ¿Practicó el Profeta (BP) la “shura”, “la consulta ciudadana”, durante su vida? La respuesta es clara y absoluta: Sí. En los reportes tenemos ejemplos tras ejemplos que nos muestran que el Profeta (BP) continuó con dicha práctica, y seguía lo que ella determinaba.

 

Todo esto es una educación moral completa.

 

En el versículo 160 Dios nos recuerda sobre algo que ciertamente es difícil para los creyentes recordar durante los períodos donde se produce transformación.

Imaginen una hormiga que nace y muere, e imaginen el período de vida de esa hormiga que le permite comprender el universo desde su perspectiva. Independiente de cuan inteligente Dios creo a esa hormiga, las circunstancias de su período de vida crean un conjunto de conocimiento que no puede ir más allá de ella. ¿Por qué hay hormigas que andan alrededor realizando sus trabajos y de pronto una misteriosa fuerza viene desde el cielo y destruye lo que estaban haciendo y mata a muchas de ellas?, a una hormiga le parecería algo cósmico si ella pensara de esa manera, y es que la hormiga ve una parte muy pequeña del asunto.

Asimismo piensen en aquellos musulmanes en España que la dominaron política, social, y culturalmente, por cerca de 800 años. Después de la reconquista española los musulmanes repentinamente se dieron cuenta que los españoles no solo expulsaron a los musulmanes de España, sino que fueron más allá y llegaron a ser una fuerza colonizadora. Muy poca gente piensa sobre cuál fue el estado de los españoles durante esos 800 años de dominio musulmán. Imaginen cuántos españoles nacidos durante esos 800 años debieron confrontar una completa frustración, y se decían: “¿Cómo en el nombre de Dios va a cambiar esta próspera civilización que los musulmanes tienen en España? Nosotros vivimos en los márgenes del país, en zonas montañosas, y realmente no tenemos esperanza”. Lo triste de esto es que si tomas al individuo que vivió durante un siglo de absoluta inefectividad por cambiar algo, y que tenía la creencia de que la promesa de Dios era que eso cambiaría, su perspectiva de esa promesa fue muy diferente a la de otro individuo que vivió durante la época de la reconquista y que terminó viendo como España se transformó en un poder colonial.

Les digo todo esto porque en el versículo 160 se hace una promesa que fue repetida en el Corán muchas veces: “Si Dios os auxilia, nadie podrá venceros; pero si Él os abandona, ¿quién podría auxiliaros luego? ¡Que los creyentes pongan su confianza en Dios!”. Esta promesa es la que si Dios está a tu lado, tú no puedes ser vencido, pero si Dios no está a tu lado entonces podrás ser derrotado.

Ahora, por supuesto que debes confrontar que una de las mayores causas de apatía, de carencia de principios, carencia de seriedad, carencia de deliberación, carencia de consciencia, carencia de compromiso, y también carencia de fe, es que tú eres un musulmán que ha nacido en un período cómo el de aquel español que nació en aquel siglo donde parecía que los musulmanes estarían en España por siempre. Tú no puedes ver las maneras y las formas de cómo cambiarán las cosas. Si ustedes leen la literatura escrita por los españoles después de la conquista musulmana de España, ellos no solo estaban desesperados sino que además reclamaban constantemente a los clérigos que los españoles estaban perdiendo su identidad, porque muchos pensaban que lo mejor era convertirse al islam y aprender el árabe, y que con el tiempo perderían su lenguaje y su cultura para ser cubiertos con la cultura de los conquistadores. En la literatura de esa época se observan sus quejas y alertas de que estaba todo perdido y que no había esperanza. Estos escritos de los primeros siglos de la conquista musulmana son muy, pero muy distintos a los que puedes leer en la literatura española 600 años después. En estos últimos escritos puedes observar entusiasmo, y además se jactaban que en esos momentos la mayoría de los musulmanes les pagaban los impuestos a ellos y no al revés, y veían en el horizonte cercano la expulsión de los musulmanes.

 

Hoy en día este es uno de los grandes desafíos para demasiados musulmanes, y es que ellos no tienen esa consciencia de que este período en el cual estamos viviendo, no es un período de victorias, no hay expectativas de que logren grandes victorias. Pero sí deberían tener consciencia sobre cuáles son las expectativas que deberían tener, porque las expectativas que sí hay sobre cada uno de ellos es que piensen muy seriamente sobre cómo cada uno puede ser parte de la solución que debe emerger en cada país en lugar de ser parte del problema. Ese es el desafío hoy en día.

Si tú eres una persona que vives gastando mucho dinero en la educación de tus hijos en colegios lujosos, o si gastas mucho dinero en lujosas fiestas de matrimonio de tus hijos, o si estás viviendo en casas de lujo y tus contactos con otras personas se limitan a tu profesión y a gente que vive como tú, entonces tú eres parte del problema. Entonces, cuando te llegue dificultad sobre dificultad, y le preguntes a Dios: “¡Dios mío!, ¿por qué me está sucediendo todo esto?”, bueno, la respuesta es clara, todo eso lo llamaste tú mismo.

 

Déjenme ser muy franco sobre esto, porque si no testifico sobre esto Dios me hará responsable por no hacerlo. He estado diciendo esto por 30 años. Desde que llegué a vivir a Los Ángeles en Estados Unidos he estado viendo bodas lujosas y fastuosas realizadas por familias indias, paquistaníes, palestinas, sirias, egipcias, etc., y cuando a esas mismas personas vas y les pides que soporten la publicación de un proyecto islámico o la escolaridad de un alumno para educarlo, te ganas un enorme dolor de cabeza con sus respuestas. Escúchenme, pongan atención, esta misma gente que postean en sus Instagram fotos de sus fastuosas fiestas de matrimonio, fotos que muestran su riqueza para comunicar su estatus, ellos no postean ni siquiera una foto de la sonrisa de un niño huérfano al cual han ayudado.

 Yo les pregunto, y sé que es una pregunta ridícula, pero pónganse en los “zapatos de Dios”, ustedes crearon a esta gente, ustedes les dieron el Corán y les enviaron al Profeta Muhammad (BP), ¿Qué harían?

Dios le dio intelecto a alguien para que creara algo llamado “Instagram”, y ustedes saben muy bien lo que los islamófobos postean en Instagram, y ustedes saben muy bien lo que postean los que apoyan al estado de Israel y a todo movimiento anti musulmán, y si no saben nada de eso debieran revisarse entonces. Les puedo decir que jamás he visto que esta gente muestre fotos sobre sus eventos lujosos, si las tienen, no las muestran. Ellos ponen fotos de reuniones donde hacen lobby y donde muestran sus logros y avances en su causa, pero nunca he visto en esa gente esa práctica grotesca y materialista que sí he visto en el tipo de musulmán que les comentaba, esa práctica de mostrar fotos sobre lo que tienen y lo que gastan.

Dios sabe el dinero que disponen esos musulmanes, sabe en qué la gastan, y sabe lo que deberían haber hecho con ese dinero. Los musulmanes deberían ser el ejemplo de la moralidad, y usar esas plataformas digitales para postear y mostrar como ayudan a los huérfanos, y a los necesitados, mostrar cómo con el dinero que se les mandan permiten que se alimenten, se vistan, y estén a salvo.

Luego decimos: “¿por qué Dios, por qué estamos así?”, y Dios nos responde en el mismo Corán: “es por lo que hay en ti”

El problema está en nosotros mismos.

Deja de mirar en que fallan los otros, empieza a mirar en que fallas tú. No cambiarás nada del mundo si primero no cambias tú. Debes partir primero contigo y luego con tu familia. Debes transformarte en un ser con la ética y la moralidad divina, debes ser una persona humanitaria.

 

Sigue la sura,

 

(161) ES INCONCEBIBLE que un profeta pueda cometer fraude --pues quien defraude se enfrentará a su fraude en el Día de la Resurrección, cuando cada ser humano recibirá cumplidamente lo que se haya ganado y nadie será tratado injustamente.

(162) ¿Es acaso quien busca la complacencia de Dios igual que quien ha incurrido en la condena de Dios y cuya morada es el infierno? --¡que horrible destino! (163) Están en niveles [totalmente] distintos ante Dios; pues Dios ve todo lo que hacen.

 

El defraudar también es una forma de ser injusto, de no ser equitativo, de ser deshonesto.

Acá la pregunta es: ¿por qué este versículo dice esto sobre un profeta?

Hay un par de grupos de reportes que hablan de esto. El primero de ellos indica que, creo que fue en la batalla de Badr y no de Uhud, que había un pedazo de tela de terciopelo rojo que desapareció del botín de guerra obtenido. Entonces se comenzaron a generar rumores de que el Profeta (BP) lo había tomado para dejárselo para él, pero él no lo había hecho. Algunos reportes indican que este versículo fue revelado para responder a esta situación y cuestionar a quienes habían generado esos rumores.

El segundo grupo de reportes indica que lo que sucedió es que en la batalla de Uhud se cambió la regla de distribución del botín de guerra. Las antiguas reglas y tradiciones de los árabes, antes del islam, indicaban que en relación al botín de guerra quién mataba a un enemigo él tenía el derecho de quedarse con las cosas del enemigo asesinado. Los reportes indican que en la batalla de Badr el Profeta (BP) no cambió esa regla, pero si se cambió en la batalla de Uhud. Esto se hizo, en parte, por el caos que se generó debido a que las personas que estaban en el monte de Uhud, que debían cuidar la retaguardia del ejército de los musulmanes, abandonaron sus posiciones debido a su desesperación de ir a recoger parte del botín de guerra, y también dado a que Dios indicó que esa regla era de extrema inequidad e injusticia. Entonces, luego de Uhud ya nadie tenía permitido tomar algo del botín de guerra, sino que todo lo que quedaba en el campo de batalla, ya fueran escudos, espadas, armaduras, caballos, camellos, etcétera, debían ser llevados a un punto central para luego ser distribuido entre quienes habían luchado en la batalla. Estos reportes también indican que esta fue la ocasión de la revelación de este versículo.

En lo personal soy escéptico a que algunas de estas situaciones fuesen la ocasión para la revelación del versículo. 

 

Creo que lo indicado en el versículo 161 tiene una connotación distinta a la indicada en los tafsir tradicionales.

La palabra árabe traducida normalmente como “fraude” puede también tener otro significado, ella también puede interpretarse como “guardar rencor”. Incluso en nuestra época contemporánea usamos esta palabra en el árabe para expresar esa idea.  Ahora, si ustedes observan el contexto del versículo pareciera que este es el significado que se ajusta mejor a él, porque anteriormente Dios le había dicho al Profeta (BP) que luego de la traición de quienes se retiraron de la batalla, de quienes lo desobedecieron, y después de todo el dolor generado, los debía perdonar y debía seguir consultando con ellos las decisiones, y entonces ahora Dios indica que para un profeta no es aceptable guardar rencor. Lo anterior porque un profeta no hace de esa situación algo personal, un profeta no hace la reflexión del tipo: “¿quién me hizo daño y quién dañó a mis amigos?”.

Esta es la razón por la cual el hombre que mató a Hamza, el tío del Profeta (BP), volvió tiempo después, cuando se había convertido al islam, a pedir perdón por lo realizado, y el Profeta (BP) se lo dio y le dijo que ahora era su hermano musulmán.

Dios nos indicó que el rencor no es un buen camino.

 

Sigue la sura,

 

(164) Dios, ciertamente, ha concedido una gracia a los creyentes al suscitarles un enviado de entre ellos, que les transmite Sus mensajes, les ayuda a crecer en pureza y les enseña la escritura divina y la sabiduría --mientras que antes se encontraban, ciertamente, en un claro extravío.

(165) Y ahora que os ha sobrevenido una calamidad, a pesar de que vosotros habíais infligido el doble [a vuestros enemigos], os preguntáis: "¿A qué se debe esto?" Di: "Se debe a vosotros mismos."

Ciertamente, Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa: (166) y todo lo que os sobrevino el día en que se enfrentaron los dos ejércitos ocurrió con la venia de Dios, para que Él distinga a los [verdaderos] creyentes,

 

Luego de mostrar todo el trauma y acciones que los musulmanes tuvieron, Dios viene y les indica cuál es el rol del profeta que ÉL ha puesto entre ellos. El Profeta (BP) es quién les comunica el mensaje, pero también es alguien que los ayudará a purificarse, y que les enseñará la revelación y la sabiduría.

 

Luego Dios les indica que ÉL entiende que luego de la calamidad estén en un estado de confusión, y que intenten culparse unos a otros por la derrota, pero les indica que la causa está en ellos mismos, en el interior de ellos.

La representación de la moralidad y los principios entre los musulmanes es la constante, el hecho estable es el Profeta (BP), y la variable reside en la forma en que cada musulmán es responsable de su propia conducta. Por eso, a menudo, cuando la gente se equivoca en lugar de culparse a sí misma culpa a la idea misma: “Bueno, yo no he fracasado, sino el Corán”, y así es como las dudas se instalan en el corazón de tantos musulmanes, o dicen: “Ya sabéis, no soy yo, es la enseñanza que me dieron”.  Frente a esto y de forma notable el Corán interviene y se anticipa a todo ello, y es como si nos dijera: “Mirad en vuestro interior; no se trata del papel del Profeta (BP) sino de las debilidades y problemas internos que, acumulativamente, os han llevado a experimentar esta derrota”.

 

Sigue la sura,

 

 (167) y distinga a quienes están contaminados por la hipocresía, y cuando se les dijo: "Venid a combatir por la causa de Dios" --o, "Defendéos"-- respondieron: "Si supiéramos tan sólo [que habría de acabar en] combate, ciertamente os seguiríamos."

Aquel día estuvieron más cerca de la apostasía que de la fe, y decían con sus bocas lo que no estaba en sus corazones, pero Dios tenía pleno conocimiento de lo que trataban de ocultar: (168) ellos, que habiéndose mantenido alejados [del combate, luego] decían de sus hermanos [muertos en la batalla]: "Si nos hubieran hecho caso, no habrían caído muertos."

Di: "¡Impedid, pues, vuestra muerte, si es verdad lo que decís!"

 

En este versículo se nos muestra otro tema que Dios trató asociado a lo que sucedía en Medina en esos tiempos. Un grupo de personas que no había ido a la batalla, ya sea porque se regresaron con Abul-lah ibn Ubai o porque nunca se dirigieron hacia Uhud, empezaron a dar como excusa de no haber participado que ellos nunca supieron que realmente habría una batalla, porque de haberlo sabido se habrían unido. Frente a ello Dios los reprende de una forma que es necesario reflexionar, porque ÉL indica que cuando una persona dice una cosa como esa, cuando tiene ese sentimiento, es porque esa persona está más cerca de la incredulidad que de la creencia. Estas personas no son exactamente hipócritas, pero son gente débil de creencia que se engaña y se miente a sí misma.

Si tú tienes consciencia, y este mensaje te llega, entonces es algo que te debería complicar bastante, porque Dios te estaría diciendo que estás más cerca de la incredulidad que de la creencia, y entonces deberías decir: “¡Oh Dios mío, yo no querría esto!”.

 

Dios sabía lo que había en sus corazones, independiente de lo que dijeran, ÉL sabía que en sus corazones había miedo, que eran cobardes.

 

Ahora llegamos a uno de los pasajes más importantes de sura Al-‘Imran,

 

(169) Pero no penséis que quienes han caído por la causa de Dios están muertos. ¡Qué va! ¡Están vivos! Tienen su provisión junto a su Sustentador,

(170) jubilosos por ese [martirio] que Dios les ha concedido de Su favor. Y se alegran por la buena nueva dada a aquellos [de sus hermanos] que han quedado atrás y aún no les han seguido, de que nada tienen que temer y no se lamentarán:

 

Esta afirmación nos advierte que muchos creen que la muerte es la mayor de las tragedias, y esto es cierto si la muerte se alcanza por una razón equivocada, porque si alguien alcanza la muerte por una razón equivocada entonces ha desperdiciado su vida. Ahora, quienes luchan por una causa justa, por un propósito apropiado, por una causa legítimamente islámica, y ellos mueren en ese camino, sus muertes no tienen el significado de la muerte como la mayoría cree. ¿Qué es lo que esto realmente significa?, ¿se mantienen ellos plenamente conscientes hasta ahora desde el momento en que murieron y hasta el día del Juicio?, ¿están ellos en un estado de seminconsciencia?, ¿Qué significa esto precisamente?, no lo sabemos, solo Dios lo sabe. Pero lo que Dios está diciendo es que para estas personas la muerte no es la muerte. Va más allá de tu realidad, donde las personas no necesariamente están vivas o muertas. A eso nos ha acostumbrado nuestra vida en este mundo: a pensar que alguien está vivo o está muerto, sin término medio. En otras dimensiones de la realidad que ha creado Dios nada de esto tiene por qué ser así; uno puede ser algo más. Pero lo que Dios sí nos asegura es que no es el tipo de fin que crees, que la muerte de estas personas no es una conclusión horrible para un ser humano.

 

Sigue la sura,

 

 (171) se alegran por la buena nueva de la bendición y el favor de Dios, y [por la promesa] de que Dios no dejará sin recompensa a los creyentes (172) que acudieron a la llamada de Dios y del Enviado después del revés que sufrieron.

Una recompensa magnífica les aguarda a quienes de ellos perseveraron en obrar bien y se mantuvieron conscientes de Dios: (173) aquellos que fueron advertidos por la gente: "La gente se ha reunido contra vosotros; ¡así que temedles!" --pero esto no hizo sino aumentar su fe, y dijeron: "¡Dios nos basta y que excelente protector es!" (174) --y regresaron [de la batalla] con la bendición y el favor de Dios, sin haber sufrido daño alguno: porque habían buscado la complacencia de Dios --y Dios posee una generosidad ilimitada.

 

En el versículo 172 se está hablando del grupo de 70 personas que después de la batalla de Uhud salieron de Medina con el Profeta (BP) para evitar que los mecanos entraran a la ciudad, y para dar un mensaje de fuerza a los incrédulos. Dios en estos versículos los está bendiciendo y enalteciendo.

 

Sigue la sura,

 

(175) Es sólo Satán quien [os] infunde el miedo a sus aliados: así pues, no les temáis a ellos, sino a Mí, si es [verdad] que sois creyentes.

 

Noten algo que en el Corán es persistente: la cobardía, la avaricia, y el egocentrismo, siempre están conectados a alguna influencia demoniaca. No se dejen engañar, si pasas por esos estados debes saber que son estados diabólicos. Pero satanás no tiene dominio sobre los "awliyah Allah". ¿Quiénes son los “awliyah Allah” ?, son quienes están muy cerca de Dios, quienes, como dice el Corán, están en la mirada de Dios, son quienes han comprendido el significado de la vida terrenal, son quienes no se preocupan por ella y se centran únicamente en su relación con Dios. Así, ellos se acercan cada vez más a Dios hasta que Él los ama y ellos lo aman a Él.

Satanás no tiene autoridad sobre los "awliyah allah". Ahora, satanás muchas veces es simbólico, pues existen muchos demonios, algunos son humanos y otros son jins, pero todos ellos habitan en el ámbito de las cosas que esta sura señala como fuentes constantes de problemas para el ser humano.

 

La sura nos indica que este proyecto, el de realmente permanecer al partido de Dios, que hace grandes demandas de estándares a los seres humanos, no es posible sin todos los aspectos que el Corán enfatiza: una sólida fe, una sólida creencia, un constante estado de recuerdo de Dios, y un constante estado de sacrificio en relación a los aspectos materiales.

 

Sigue la sura,

 

(176) Y no te aflijas por los que compiten entre sí en negar la verdad: ciertamente, no pueden causar ningún daño a Dios. Es voluntad de Dios que no tengan parte en [las bendiciones de] la Otra Vida; y les aguarda un castigo terrible.

(177) Ciertamente, quienes han comprado la negación de la verdad a cambio de la fe no pueden causar daño alguno a Dios y les aguarda un doloroso castigo. (178) Y no deben pensar --quienes se obstinan en negar la verdad-- que el que les demos rienda suelta es bueno para ellos: si les damos rienda suelta es sólo para que aumenten su delito; y les aguarda un castigo humillante.

(179) No es voluntad de Dios [Oh vosotros que negáis la verdad] abandonar a los creyentes a vuestra forma de vida: [y] por eso ha de separar a los malvados de los buenos. Y no es voluntad de Dios desvelaros lo que está fuera del alcance de la percepción humana: sino que [para eso] elige Dios de entre Sus enviados a quien Él quiere. Creed, pues, en Dios y en Sus enviados; porque si creéis en Dios y sois conscientes de Él, os aguarda una magnífica recompensa.

 

(180) Y NO deben pensar --quienes retienen con avaricia lo que Dios les ha concedido de su generosidad-- que eso es bueno para ellos: al contrario, es malo para ellos. Aquello a lo que con tanta avaricia se aferran estará colgado alrededor de sus cuellos en el Día de la Resurrección: pues [sólo] a Dios pertenece la herencia de los cielos y de la tierra; y Dios está bien informado de lo que hacéis.

 

Los habitantes de Medina, tanto en los tiempos de la batalla de Badr como Uhud, habían enfrentado duras y difíciles situaciones económicas. La Meca había establecido un boicot contra la ciudad de Medina, por lo cual habían realizado acuerdos con sus tribus árabes aliadas para que comercializaran sus productos solamente en La Meca pero no en Medina. Este boicot había influido en la situación de la economía de Medina de una forma muy seria. Dada esta situación algunos en Medina comenzaron a pensar en las caravanas que solían usar, que pasaban por La Meca y que les permitían llevar los productos hasta lugares muy lejanos como la India, Ceylán, a lo que hoy en día es Afganistán, y también lugares como Egipto, entonces ellos dijeron: “bueno, si los mecanos nos imponen este boicot, ¿por qué nosotros no llevamos nuestros productos a esos mercados lejanos?”. Frente a esto los mecanos, dado que ellos tenían una mejor logística, una mejor red de informantes, y un mejor ejército, fueron capaces de interceptar la mayoría de los esfuerzos de los medinenses para alcanzar dichos mercados lejanos.

Pónganse ustedes por un momento en el lugar de esa gente en esos tiempos, en los que eran nativos de Medina. Imaginen que habían vivido en Medina bajo ciertas condiciones, y ahora tenían problemas con las tribus judías por la animosidad que se había generado, también ya no podían hacer negocios con los mecanos como solían hacerlo, luego trataron de generar negocios para ganar algo de dinero con mercados lejanos y se vieron impedidos por los mecanos para hacerlo, ¿cuál creen ustedes que fue el efecto psicológico de eso?

En estos versículos Dios indica que Él sabía que en Medina había personas que hacían diferentes tipos de cosas solo pensando en su beneficio propio. Personas que al ver que las cosas estaban así de difíciles dijeron: “Bueno, los hipócritas son hipócritas, a mí no me importa, yo voy a ir a conversar con las tribus judías para que me ayuden, para que incorporen mis productos en sus negocios, y para que hablen con los mecanos y le digan que en realidad yo no estoy comprometido con este hombre llamado Muhammad (BP)”. Otros hicieron acuerdos especiales con los mecanos, y dijeron: “Escúchenme, permitan que mi caravana logre llegar a Egipto y a Siria, y les daré una parte de las ganancias. Sobre el asunto de Muhammad (BP), eso es un asunto entre ustedes y él, a mí no me incumbe”.

Por su puesto que los comerciantes que estaban comprometidos con la causa de Dios y con el Profeta (BP) dijeron: “¿Qué es esto?, nuestros negocios están colapsados y a esta gente le está yendo muy bien”. Entonces Dios viene y les dice que no piensen que ÉL no sabe, y que no piensen que Dios ignora lo que hacen, y que deben tener consciencia que en realidad es Dios quien deja que prosigan con sus acciones y que crean que ello es algo bueno para ellos. Dios les indica que ÉL simplemente les está dando la oportunidad para ver si corrigen su camino, pero si no lo hacen, su destino en esta vida, o en la otra, o en ambas, será miserable.

Luego Dios llama a comprender que el tema relevante es entender que en este mundo todo está estructurado de tal manera que, al llegar al final, queda claro si eres de los malvados o de los puros. Hay algunos que dicen ser puros e indican: “Yo soy pura, pero ya sabes, a Dios no le importa si uno comete un poquito de pecado en una pequeña cosa u otra”. Bueno, esa persona debe entender que no es pura.

A una persona pura el pecado le parece algo repulsivo.

Si alguien dice: “yo estoy limpio, pero bueno, no me importa si al salir a dar una vuelta me ensucio con un poco de excremento en la ropa de vez en cuando”. Si es así, esa persona entonces no está limpia.

La pureza es un estado del ser.

Comprendan que todo esto es para que entiendan y tengan claridad de este paradigma básico del dar testimonio sobre quién puede ser declarado malvado y quién puede ser declarado puro. ¿Qué prefieren?, ¿en qué categoría desean estar?

 

Recuerden nuevamente el comienzo de la sura, cuando ella nos habló de los dos grupos o partidos. La sura te ha dado un completo viaje para que te des cuenta, para que comprendas, que el partido que declara estar al lado de Dios es el de aquellos que dicen ser puros, y por supuesto que el partido que se opone al de Dios está conformado por los malvados, pero el ser parte del partido de Dios no es solo una cuestión de creencias, y con ello pretender que está garantizado el ser parte del grupo de Dios. Quienes reclaman estar en el partido de Dios no solo deben creer, sino que deben ser real y verdaderamente puros, y no tan solo decirlo o pretender serlo.

 

Ahora vean el versículo 180. Si los aspectos de tu fe y tu compromiso con la creencia no están claros, si las cosas no están claras en tu corazón y en tu mente, tú vas a cuestionarte y decir: “¿Qué es esto?, esta gente emigró de La Meca y llegó a Medina, y mi vida se ha vuelto mucho más dura, ¿cómo podré seguir criando a mis hijos? Hemos tenido guerras, boicots, mis ganancias se han reducido considerablemente, y además ahora nos dicen que debemos donar parte de lo que tenemos”.

¡Pero ese es el desafío! ¡Ese es el desafío! El desafío no es comprometer los principios para agradar a otros en sus intereses materiales y hacerlo tu aliado. Por ello el desafío de los medinenses era decir: “bueno, esta es la realidad ahora, hay que adaptarse a estas nuevas condiciones de vida, y eso incluye ayudar a quienes tienen menos que yo”.

 

Si ustedes enseñaran la vida del Profeta (BP) en el marco de la realidad histórica de lo que realmente sucedió, de manera definitiva impactarían el sistema ético y moral de los musulmanes. Lamentablemente la forma de como hoy en día se enseña la vida del Profeta (BP) no permite esto, porque no se les transmite a los musulmanes la responsabilidad de lo que ellos realmente deben portar, ¡si ellos realmente comprendieran el estándar por el cual deben esforzarse! Es cierto, muchos no lo soportarían, se apartarían, como los hipócritas, ¡buen viaje para ellos!, pero aquellos que lograran permanecer lo valorarían.

 

Sigue la sura,

 

(181) Ciertamente, Dios ha oído las palabras de los que dijeron: "¡Dios es, en verdad, pobre mientras que nosotros somos ricos!" Tomaremos nota de lo que han dicho y de que mataron a los profetas contra todo derecho, y les diremos [en el Día del Juicio]: "¡Gustad el castigo del fuego (182) en pago a lo que vuestras manos han adelantado --pues Dios no es injusto en absoluto con Sus criaturas!"

 

En otra sura del Corán Dios hace la pregunta: “¿quién hará un préstamo hermoso a Dios?”, lo que expresa de una forma alegórica la buena acción de dar dinero a los necesitados, y Dios indica que dicho “préstamo” será devuelto a quien lo otorgue, en la otra vida, multiplicado por muchas veces. Pero las tribus judías y los hipócritas al escuchar esto compusieron unos versículos que intentaban imitar al Corán y por medio de los cuales se burlaban de él. Parte de su burla era hacer referencia a esta alegoría, e indicaban que el dios indicado por los musulmanes debía ser un dios pobre si estaba pidiendo un préstamo. Entonces Dios les responde que ÉL ha escuchado sus palabras, y que lo que han dicho es una blasfemia, y que Dios les hará rendir cuentas por lo dicho en el Día del Juicio Final.

 

Sigue la sura,

 

(183) En cuanto a los que sostienen: "En verdad, Dios nos ha ordenado no aceptar a ningún enviado a menos que nos traiga una ofrenda que el fuego consuma" --di [Oh Profeta]: "Antes de mí, ya vinieron a vosotros enviados con las pruebas evidentes de la verdad y con lo que habéis dicho: ¿por qué entonces les disteis muerte, si es verdad lo que decís?"

(184) Y si te desmienten --ya antes de ti fueron desmentidos [otros] enviados, cuando vinieron con las pruebas evidentes de la verdad y con libros de sabiduría divina, y con la revelación luminosa.

 

Estos versículos nos muestran otra polémica generada por los judíos. Ellos indicaban que en la Torá se menciona claramente que todo real profeta de Dios debería quemar en el altar ofrendas para ÉL, y dado que Muhammad (BP) no lo hacía, ellos indicaban que entonces no era un verdadero profeta de Dios.

El Corán les responde y les indica que ello no es así.

 

La sura va llegando a su final y nos dice algo a lo cual ustedes deben poner mucha atención.

 

Sigue la sura,

 

(185) Todo ser humano probará la muerte: pero no recibiréis vuestra recompensa íntegra [por lo que habéis hecho] sino hasta el Día de la Resurrección --entonces, quien sea apartado del fuego y conducido al paraíso, ciertamente habrá logrado un triunfo: pues la vida de este mundo no es sino un disfrute engañoso.

(186) Seréis, ciertamente, probados en vuestros bienes y en vuestras personas; y, ciertamente, oiréis muchas cosas ofensivas de parte de aquellos que han recibido la revelación antes que vosotros, y también de aquellos que atribuyen divinidad a otros seres junto con Dios. Pero si sois pacientes en la adversidad y sois conscientes de Dios --esto es, ciertamente, algo decisivo que requiere la mayor firmeza.

 

Dios advierte a los musulmanes diciéndoles que ellos serán probados en sus bienes materiales y en sus personas, y que deben saber que muchos de la gente del libro y de los hipócritas les generarán dolor. Pero Dios les indica que si ellos perseveran, y se mantienen aferrados a la cuerda de Dios, entonces habrán realizado realmente lo que es virtuoso.

Noten que Dios les estaba diciendo a los musulmanes que aquellos que no los aceptaban seguirían calumniándolos, difamándolos, y discutiendo con ellos, y ante eso Dios les indica que su respuesta debe ser: perseverar, tener paciencia, y ser conscientes de Dios.

 

Es muy interesante que el Corán, y revisen todo el Corán, que él nunca recomienda a los musulmanes silenciar las críticas. El Corán nunca dice: “Vayan y cállenlos”. Algunas veces recomienda responder amablemente, otras veces recomienda apartarse de la conversación amablemente, algunas veces recomienda perseverar, pero no contempla la posibilidad de callar la crítica para no escucharla.

 

En Medina, en aquel entonces, era perfectamente concebible que el Profeta (BP) hubiera actuado como todos los emperadores de la época, emitiendo un decreto real que condenara a muerte a cualquiera que hablara de ciertos temas. Esto no habría causado sorpresa, pues era lo que los gobernantes normalmente ordenaban, pero el Profeta (BP) no lo hizo. Pasamos por alto este tipo de cosas sin preguntarnos el porqué.

¿Por qué se permitía la “shura”, la “consulta ciudadana” entre los musulmanes, y por qué se toleraba la difamación por parte de los no musulmanes?, ¿por qué la respuesta a esa difamación debía ser una respuesta amable, o ignorarlos, o el tener paciencia, pero jamás se les podía silenciar por la fuerza o de manera coercitiva?

 

Pero hay otro aspecto. Muchos estudiosos del Corán dijeron que mucho de lo que esta sura dice sobre la gente del libro trasciende las circunstancias históricas de cuando fue revelada, y entonces es como si Dios está informando a los musulmanes, por siempre, que estas polémicas por medio de las cuales el islam es atacado, nunca terminarán. Al mismo tiempo Dios te está informando que si esas polémicas te debilitan o te derrotan, es porque entonces has fallado en la prueba de tener paciencia, perseverancia, y consciencia de Dios.

 

Sigue la sura,

 

(187) Y, HE AHÍ, que Dios concertó un pacto con aquellos a quienes se dio la revelación con anterioridad [cuando les dijo]: "¡Exponédsela a la gente y no la ocultéis!"

Pero se desentendieron de ese [pacto] canjeándolo por un provecho insignificante: ¡que mal negocio hicieron!

 

Este versículo se refiere a lo que ya hemos conversado, y es el ocultamiento que la gente del libro hizo de la revelación, que estaba en sus propias escrituras, sobre la venida del profeta Muhammad (BP).

 

Sigue la sura,

 

(188) No creas que quienes se regocijan por lo que así han amañado, y que gustan de ser alabados por lo que no han hecho --no creas que escaparán al castigo: les aguarda un castigo doloroso [en la Otra Vida].

 

Este versículo tiene un tono y sentido general, habla de aquellos que pretenden y hablan de haber realizado cosas que en realidad no han hecho, y lo hacen para impresionar a la gente y ser reconocidos por ello. Pero más específicamente se ha indicado que esto se refiere a una gente que no quiso participar en la batalla de Uhud y que luego, cuando los musulmanes regresaron de la batalla, ellos comenzaron a filosofar sobre las razones por las cuales no se habían sumado a la batalla, e intentaban mostrar que dicha determinación la habían realizado como un acto basado en principios islámicos.

Los seres humanos siempre son muy interesantes, hay cosas que nunca cambian, ¿no les parece?

Entonces, algunos de ellos dijeron: “bueno, nosotros estábamos preocupados, y tuvimos la previsión de que ustedes pudieran perder la batalla, y entonces decidimos quedarnos atrás de ustedes para ser la última línea de defensa en caso de que las cosas se hubiesen puesto peor”.  Otros dijeron: “Bueno, nosotros nos quedamos atrás porque sabíamos que la batalla en sí sería algo fútil, y que lo realmente relevante era que Medina siguiera funcionando en sus aspectos económicos y otros”. Otra persona dijo: “Bueno, si todos hubiésemos ido a la batalla, qué hubiese pasado con todos los compromisos que se debían mantener, los contratos, los tratos, etc. Entonces yo me quedé para asegurarme que la economía en Medina se mantuviera sólida”.

Frente a todo esto el Corán en una forma muy directa viene y les dice que Dios sabe lo que hay en sus corazones, y les indica que ÉL sabe que todas ellas son excusas elaboradas porque en realidad son cobardes. Dios finalmente les indica que ellos recibirán su castigo por ello.

Bueno, este es un ejemplo de un versículo “mutashaabihaat”, porque se refiere a una situación específica, ¿pero qué es lo “muhkamaat” de esto? Es que si tú giras las cosas para hacerte ver de una manera que en realidad no eres, entonces debes darte cuenta de que en eso hay algo mal y que deberás enfrentar a Dios por ello, porque ÉL sabe lo que hay en tu corazón y sabe que estás mintiendo.

 

La sura llega a su final,

 

(189) Y DE DIOS es el dominio de los cielos y de la tierra, y Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa.

(190) Verdaderamente, en la creación de los cielos y de la tierra, y en la sucesión de la noche y el día hay, ciertamente, mensajes para todos los dotados de perspicacia, (191) [y] que recuerdan a Dios, de pie, sentados y cuando se acuestan, y meditan [así] sobre la creación de los cielos y de la tierra:

"¡Oh Sustentador nuestro! No creaste [nada de] esto sin un significado y un propósito. ¡Infinita es Tu gloria! ¡Presérvanos del castigo del fuego!

(192) "¡Oh Sustentador nuestro! A quien entregas al fuego, a ese, verdaderamente, has hundido ya en la deshonra [en este mundo]; y tales malhechores no tendrán quien les auxilie.

(193) "¡Oh Sustentador nuestro! He aquí que hemos oído una voz que [nos] llamaba a la fe: ‘¡Creed en vuestro Sustentador!’ --y hemos creído. ¡Oh Sustentador nuestro! ¡Perdónanos, pues, nuestras faltas y borra nuestras malas acciones; y haz que muramos la muerte de los verdaderamente virtuosos!

(194) "¡Y concédenos, Oh Sustentador nuestro, lo que nos has prometido por medio de Tus enviados, y no nos cubras de oprobio en el Día de la Resurrección! ¡En verdad, Tú nunca faltas a Tu promesa!"

(195) Y su Sustentador contesta a su súplica:

"No dejaré que se pierda la labor de ninguno de los que se esfuerzan [por Mi causa], sea hombre o mujer: cada uno de vosotros ha surgido del otro. Así pues, a aquellos que abandonan el ámbito del mal, y que son expulsados de sus hogares, y que padecen por Mi causa, y que luchan [por ella] y caen muertos --ciertamente, les borraré sus malas acciones y, ciertamente, les haré entrar en jardines por los que corren arroyos, como recompensa de Dios: pues Dios tiene junto a Sí la más hermosa de las recompensas."

 

(196) QUE NO TE llame a engaño ver como los que se empeñan en negar la verdad parecen libres de hacer lo que quieren en la tierra: (197) es [sólo] un breve disfrute y luego tendrán por morada el infierno --¡que horrible lugar de reposo!-- (198) pero los que se mantengan conscientes de su Sustentador tendrán jardines por los que corren arroyos, en los que residirán: una acogida que Dios les ha preparado. Y lo que hay junto a Dios es mejor para los verdaderamente virtuosos.

(199) Y, ciertamente, entre los seguidores de la revelación anterior hay quienes creen [verdaderamente] en Dios y en lo que se ha hecho descender para vosotros y en lo que se hizo descender para ellos. Reverentes ante Dios, no malvenden los mensajes de Dios por un provecho insignificante. Esos tendrán su recompensa junto a su Sustentador --¡pues, ciertamente, Dios es rápido en ajustar cuentas!

(200) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Sed pacientes en la adversidad y superad a los demás en paciencia, y estad siempre preparados [a hacer lo correcto], y manteneos conscientes de Dios, para que así alcancéis la felicidad.

 

La sura llega a su final y nos trae una muy íntima y hermosa oración y súplica. Ella nos ha hecho transitar por todo este viaje, y una vez más Dios nos dice que las batallas, los conflictos, las calamidades, las pruebas, todo esto tiene que ver con que este universo tiene su Dueño, que este universo tiene su Diseñador.

¿Quiénes son los verdaderos vencedores en esta existencia?

Son aquellos que, estando de pie o acostados, están constantemente en el recuerdo de Dios, y lo que está permanentemente en sus mentes es Dios, y ellos consistentemente piensan y reflexionan en Dios, y se afirman permanentemente a ellos mismos que Dios es el creador de todo, y que en SU creación hay una razón y un propósito, ya sea que la lleguemos a comprender o no.

En esta conmovedora oración estas personas le indican a Dios que lo han escuchado, que han comprendido, y que se han sometido a ÉL.

Luego de ello viene Dios y responde la súplica, e indica que ya sea hombre o mujer ÉL no permitirá que se pierda el esfuerzo que hicieron. Noten que luego Dios les indica, a los hombres y las mujeres, que cada uno de ellos ha surgido del otro, lo que implica que son vistos como iguales, que no hay diferencia entre ellos. Acá Dios está hablando de aspectos innatos del hombre y la mujer, y está indicando que son iguales, que no hay diferencia entre ellos.

Luego Dios indica que lo que realmente importa es lo que las personas hacen, porque habla de quienes se sacrifican en SU causa, quienes emigran por ella, y se sacrifican, sufren, y pasan dolor por la causa de Dios, a ellos ÉL responderá por sus sacrificios. Dios sabe que este camino de sacrificio es un camino difícil, porque además quienes siguen el camino de Dios observan que aquellos que viven sin principios éticos divinos pareciera que dominan el mundo y que hacen todo tipo de cosas, pero ÉL advierte a no ser engañado por esto, advierte a no creer que terminarán de buena forma.

 

Luego, de manera destacable el Corán vuelve atrás, y después de habernos advertido que escucharemos horribles cosas que dirán la gente del libro, nos recuerda que hay personas de entre ellos que son piadosas, que son conscientes de Dios, que tienen ética y moral divina, y que esas personas serán recompensadas por Dios.

 

Finalmente el versículo 200, uno de los más famosos versículos que hace un resumen de consejos o mandatos coránicos:

 

“¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Sed pacientes en la adversidad y superad a los demás en paciencia, y estad siempre preparados [a hacer lo correcto], y manteneos conscientes de Dios, para que así alcancéis la felicidad.”

 

Cuando llegué por primera vez a Estados Unidos para estudiar en el pregrado de la universidad me sentí muy solo, era mi primera vez que estaba alejado de mi hogar, era la primera vez en este país y no tenía idea de lo que pasaba acá, y la verdad es que me vi enfrentado a un muy severo impacto cultural. Vivía en el dormitorio de la universidad con gente que tenía un sistema de valores muy diferente al mío, y realmente pasé por momentos muy duros. Recuerdo que uno de mis profesores escuchó de mi familia que yo lo estaba pasando mal, y que ellos estaban preocupados porque creían que dejaría los estudios para volver con mi familia. Recuero que recibí una carta de ese profesor, y en la carta solo estaba escrito este versículo. ¡Eso era todo! Cuando la leí me puse a llorar, porque me di cuenta de que ahí estaba el resumen de todo lo que debía hacer: que debía ser paciente, que debía luchar y perseverar, que debía mantenerme firme, y no salir corriendo de ese momento de dificultad.

 

 

Bueno, si Dios quiere haremos un resumen de la sura.

Dios usó la ocasión de una gran tribulación y dolor para educar a los musulmanes sobre la ética de cómo responder a ese tipo de ocasiones.

Sabemos lo que sucedió, y la forma en la cual el Corán se aproxima a los hechos es realmente destacable. En primera instancia él viene y nos dice que antes de hablar sobre el asunto de la batalla primero hablaremos de algunos conceptos, y nos muestra el enfrentamiento entre dos partidos o grupos en conflicto, uno de ellos supuestamente establecido en el camino de Dios y el otro no.

Tú has comprendido que Dios ha repetido permanentemente que ÉL estará contigo, y te otorgará SU ayuda en la medida que estés a SU lado. Entonces: ¿qué aprendemos del hecho que las cosas fueron mal en la situación de la batalla?

Dios elige iniciar con algo que es verdaderamente notable, porque ÉL inicia indicándonos que debemos entender que si tú analizas estos acontecimientos y reflexionas sobre lo que sucedió en ellos, y te educas a ti mismo sobre ello, lo que Dios te está enseñando, por una parte, son los principios éticos y morales básicos y fundacionales, que son la esencia del Corán, y por otra parte, la posibilidad de que surjan una serie de variables debido a las exigencias particulares. Esta educación en sí misma te llevará hacia exigencias, pero lo que importa es que tú te ancles a ti mismo en dichos principios éticos fundacionales. 

Inmediatamente después la sura te lleva hacia atrás y te dice que cuando tú evalúes si eres realmente parte del partido de Dios, debes evaluar muy claramente a quién pertenece el mundo, quién es el real dueño de la creación, porque si tú estás en medio de la batalla entre estos dos grupos pensando que el mundo te pertenece, estarás en un punto que no te llevará a buen término.

Ahora, hay un efecto práctico con respecto a esto. Si tú comprendes la forma en la cual Dios opera en esta realidad material, tú también comprenderás que Dios no compartirá contigo el mundo de lo no visto. Lo cual significa que tu función en la historia es una, pero que no podrás ver cuál es en la mirada completa de ella.

Luego Dios te lleva a un ejemplo significativo, y te habla de una gente humilde y piadosa que finalmente hicieron profundos sacrificios, que en su momento parecieron similares a miles de otros sacrificios, sin embargo, desde ese muy modesto inicio lo que se desarrolló a lo largo de la historia fue algo completamente impensable e impredecible. Entonces, cuando tú te involucres en estas luchas, no te pongas obsesionado intentando controlar el resultado de ellas, sino que solo ocúpate de tu ser, y de tomar cada paso y decisión éticamente correcta.

Entonces, ¿Cuáles son esos pasos en los cuales tú te debes anclar absolutamente para ser parte del partido de Dios? Bueno, ahora que tú has entendido que el futuro le pertenece a Dios, y que tú solo debes focalizarte en lo que debes hacer y dejar el resultado en las manos de Dios, entonces debes preguntarte: ¿en que necesito estar focalizado? Lo que desarrolla la sura es literalmente un curriculum de normas morales. Un aspecto central a esto es que tú debes ser de aquellos que están focalizados en defender el principio de la justicia, y que debes entender que si eres parte de aquellos que persiguen, sofocan, y exterminan a los defensores de la justicia, estás en un punto en el cual no terminarás de buena forma.

Tú también debes ser una persona que esté focalizada en lograr ser amado por Dios y en amar a Dios, y debes saber que Dios ama la justicia.

Tu rol como integrante del partido de Dios es comprender que todo debe estar anclado a sostenerse firmemente a la cuerda de Dios, ¿qué significa esto? Esto significa que debes estar aferrado al centro de tu universo moral que es la interrelación dinámica entre la revelación de Dios y la sabiduría. Si tú no te ocupas del rol que la revelación de Dios tiene en tu vida, y qué rol la sabiduría juega en tu vida, y de la relación que debe existir entre ambos, entonces tendrás un gran problema.

Luego, según esto, la búsqueda consiste en ser una persona “rabbani”, una persona que pertenece a Dios, que es de Dios, una persona piadosa. Como sabemos, en el corazón y el núcleo de la piedad está el concepto del “bir”, y como dijimos, “bir” en esencia significa “virtud”, por lo tanto estamos hablando de llegar a ser un ser humano virtuoso, un ser humano que se enfrenta a cualquier cosa desde una perspectiva virtuosa.

También debes entender que fracasarás en todo intento de explorar la virtud en base a la revelación y a la sabiduría, a menos que tu relación con las cosas materiales esté constantemente interrogada, examinada, y cuestionada. La virtud no es un constructo teórico, sino que se logra cuando tú realmente gastas de lo que más quieres.

 

Todo esto nos guía y lleva hacia un concepto esencial: una comunidad centrada en la justicia, una comunidad centrada en la piedad y la virtud, una comunidad centrada en el principio del cuidado financiero de los otros. Todo esto es porque la comunidad de musulmanes tiene una responsabilidad, y una obligación, y un rol que jugar.  La responsabilidad y obligación que tiene, y el rol que debe jugar, es ser testigos de Dios por medio de promover el bien y oponerse al mal. Esto lo debe hacer por medio de la investigación, la comprensión, el entendimiento, la exploración, la persecución, de lo que es bueno, y haciendo cumplir lo que es bueno y oponiéndose a lo que no es bueno.

Pero para hacer esto debes entender que tienes un desafío dual. En términos de tus dinámicas sociales tu sistema de valores debe tener la fuente de influencia adecuada, es decir, no puedes quedarte con aquellos que se acercan a ti y cuyas concepciones de lo que es bueno o malo no tienen relación alguna con lo que es la piedad y la virtud divina, pero al mismo tiempo, esto jamás te puede llevar hacia la injusticia de injustificadas generalizaciones sobre los otros.

El promover el bien y lo bueno, y el oponerse a lo que no es bueno, debe estar siempre anclado en el discernimiento, en la rectitud, y en la justicia.

 

El partido de Dios tiene una ética social y política, ¿cuál es ella? Esa ética social y política está basada en: el perdón, la benevolencia, y la consulta. Si ustedes se hacen daño unos a otros, si ustedes son vengativos, entonces nada funcionará. En otras palabras, ustedes deben ser una real y verdadera comunidad. Vuestro amor por Dios debe hacer que unos se amen a los otros. Si ustedes no se aman los unos a los otros, si no tienen esa empatía básica y fundamental, entonces tienen un problema.

Pero a su vez, para que eso ocurra, tú debes comprender que debes mirar tu rol, y mirar tus fallas, para que cuando experimentes calamidades, desastres, dolor, sufrimiento, y miseria, no busques a quien puedes culpar, y no busques de quien es la falta, sino que busca en tu propia vida, y encuentra en tu propia vida lo que abrió las puertas a shaitán, al mal, para que viniera y compusiera esa miseria sobre ti. Si eres realmente honesto contigo mismo, tú siempre encontrarás muchos aspectos que podrían haber abierto las puertas al mal, pero si eres deshonesto contigo mismo, minimizarás las cosas y las justificarás.

 

Significativamente la sura finaliza con dos consejos. En primer lugar te recuerda que el partido de Dios es justo, es un partido que usa el discernimiento, que no generaliza, que no condena sin fundamentos. En segundo lugar ella te recuerda que debes ser paciente, que debes perseverar, que debes ser diligente, y que debes ser piadoso.

 

Con esta lección asociada a la derrota de Uhud la comunidad de aquellos musulmanes se transformó. Alguien indicó que Uhud pudo haber sido una derrota militar, pero fue una alegría en el desarrollo moral. Esa derrota, a lo largo de la sura Al-‘Imran, llegó a ser una lección metódica para la determinación de la estructura moral de esa sociedad musulmana.

 

¿Somos una sociedad que toma la moralidad y la ética, lo que es bueno y lo que no es bueno, lo que es justo y lo que es virtuoso, de forma seria?, ¿o tan solo estamos preocupados de nosotros mismos intentando tener una buena vida, y trastocando los conceptos de moralidad y justicia para responder a cualquier interés material y personal?

 

Gracias a Dios el Señor de todos los universos, eso es sura Al-‘Imran

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