Sura 2 La-Vaca (Parte 6: Hasta versículo 286)

Comentarios de Sheij Khaled Abou El Fadl (USULI INSTITUTE - www.usuli.org) 

Corán en español usado: Traducción al español realizada por Abdurrasak Pérez desde la versión en inglés de Muhammad Assad.

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EN EL NOMBRE DE DIOS, EL MÁS MISERICORDIOSO, EL DISPENSADOR DE GRACIA:

(258) ¿NO HAS SABIDO de aquel [rey] que discutió con Abraham acerca de su Sustentador, [sólo] porque Dios le había dado la realeza?

He ahí, que Abraham dijo: "Mi Sustentador es quien da la vida y da la muerte."

[El rey] respondió: "¡[También] yo doy la vida y doy la muerte!"

Dijo Abraham: "¡En verdad, Dios hace que el sol salga por el este; hazlo tú, pues, salir por el oeste!"

Así fue confundido el que se obstinaba en negar la verdad: pues Dios no guía a gentes que [de liberadamente] hacen el mal.

(259) ¿O [piensas tú, Oh hombre,] como aquel que al pasar por una ciudad en ruinas, abandonada por su gente, dijo: "¿Cómo podría Dios devolver la vida a esta ciudad después de muerta?"

Entonces, Dios le hizo morir y pasados cien años le devolvió la vida [y le] dijo: "¿Cuánto tiempo has permanecido así?”

Respondió: "He permanecido un día, o parte de un día."

Dijo [Dios]: "¡No, has permanecido así cien años! Pero mira a tu comida y a tu bebida --que no se han echado a perder-- y mira a tu asno! E [hicimos esto] para hacer de ti un signo para los hombres. ¡Y mira los huesos [de los animales y de los hombres] --como los componemos y los cubrimos de carne!"

Y cuando vio [todo esto] con claridad, dijo: "¡[Ahora] sé que Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa!"

(260) Y, he ahí, que Abraham dijo: "¡Oh Sustentador mío! ¡Muéstrame cómo devuelves la vida a los muertos!"

Dijo: "¿Es que acaso no crees?"

[Abraham] respondió: "Ciertamente [creo], pero [déjame verlo] para que mi corazón quede tranquilo."

Dijo: "Coge, pues, cuatro pájaros y enséñales a obedecerte; luego, colócalos separados en las colinas [a tu alrededor]; después llámalos: acudirán a ti volando. Y sabe que Dios es poderoso, sabio."

 

(261) LA PARÁBOLA de aquellos que gastan sus bienes por la causa de Dios es la de un grano que produce siete espigas y cada espiga contiene cien granos: pues Dios dobla la ganancia a quien Él quiere; y Dios es infinito, omnisciente.

(262) Aquellos que gastan sus bienes por la causa de Dios y luego no malogran su gasto con reproches y agravios [a los sentimientos de los necesitados], tendrán su recompensa junto a su Sustentador, y nada tienen que temer ni se lamentarán. (263) Una palabra amable y ocultar la indigencia ajena valen más que una limosna seguida de agravio; y Dios es autosuficiente, benigno.

(264) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! No malogréis vuestras limosnas echándolas en cara o hiriendo [los sentimientos de los necesitados], como aquel que gasta su riqueza sólo para ser visto y elogiado por la gente, pero que no cree en Dios ni en el Último Día: su parábola es la de una roca lisa, con [un poco de] tierra encima, sobre la que cae un aguacero dejándola limpia. Esos no obtendrán ganancia alguna por todas sus [buenas] obras: pues Dios no guía a gentes que se niegan a reconocer la verdad.

(265) Y la parábola de aquellos que gastan sus bienes buscando la complacencia de Dios y por su propia certeza interior, es la de un huerto situado en un terreno alto y fértil: si cae sobre él un aguacero da cosecha doble; y si no cae un aguacero, una lluvia fina [cae sobre él]. Y Dios ve todo lo que hacéis.

(266) ¿Le gustaría a alguno de vosotros tener un huerto de palmeras y vides por el que corrieran arroyos y en el que se dieran frutos de todas clases --y que al llegarle la vejez, cuando sus hijos son aún débiles para [cuidarle]-- un torbellino de fuego lo arrasara convirtiéndolo en cenizas?

Así os aclara Dios Sus mensajes, para que reflexionéis.

(267) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Gastad en los demás de las cosas buenas que habéis adquirido y de lo que, para vosotros, hemos hecho brotar de la tierra; y no elijáis para gastar aquellas cosas malas que vosotros no aceptaríais sin apartar la vista con desdén. Y sabed que Dios es autosuficiente, digno de toda alabanza.

(268) Satán os amenaza con la pobreza y os incita a la mezquindad, mientras que Dios os promete Su perdón y munificencia; y Dios es inmenso, omnisciente; (269) da la sabiduría a quien Él quiere: y a quien le es dada la sabiduría, ciertamente le ha sido dada una gran riqueza. Pero sólo los dotados de perspicacia tienen esto presente.

(270) Pues, aquello que gastéis en los demás, o que prometáis [gastar], ciertamente Dios lo conoce; y quienes sean injustos [por negarse a dar limosnas] no tendrán quien les auxilie.

(271) Si dais limosna públicamente, excelente; pero si la entregáis a los pobres en secreto, mejor aún para vosotros, y os servirá como expiación de parte de vuestras faltas. Y Dios está bien informado de todo cuanto hacéis.

(272) No te incumbe a ti [Oh Profeta] hacer que sigan el camino recto, sino que Dios guía a quien quiere.

Cualquier bien que gastéis en los demás será para vosotros mismos, si lo hacéis buscando sólo la faz de Dios: pues cualquier bien que gastéis os será devuelto cumplidamente, y no se os hará injusticia.

(273) [Y dad] a [aquellos] necesitados que por estar totalmente entregados a la causa de Dios, no pueden ocuparse de buscar su sustento. El que ignora [su situación] pensaría que son ricos, porque se abstienen [de pedir]; [pero] podréis reconocerles por su marca especial: no piden a la gente inoportunamente. Y cualquier bien que gastéis [en ellos], ciertamente, Dios lo conoce.

(274) Aquellos que gastan sus bienes [por Dios] de noche y de día, en secreto y en público, tendrán su recompensa junto a su Sustentador; y nada tienen que temer ni se lamentarán.

 

(275) LOS QUE devoran la usura se comportan como aquel a quien el toque de Satán ha sumido en el desconcierto; porque dicen: "El comercio es una forma de usura" –siendo así que Dios ha hecho lícito el comercio y ha prohibido la usura. Así pues, quien sea consciente de la advertencia de su Sustentador y desista [de la usura], podrá quedarse con sus ganancias pasadas y su caso queda en manos de Dios; pero los que reincidan --¡esos están destinados al fuego y en él permanecerán!

(276) Dios desprovee a las ganancias de la usura de toda bendición, pero bendice los actos de caridad con un incremento multiplicado. Y Dios no ama a quien es pertinazmente ingrato y persiste en el error.

(277) Ciertamente, quienes han llegado a creer, hacen buenas obras, son constantes en la oración y dan limosna --tendrán su recompensa junto a su Sustentador y nada tienen que temer ni se lamentarán.

(278) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Sed conscientes de Dios y renunciad a todas las ganancias de la usura que tengáis pendientes, si sois [verdaderamente] creyentes; (279) porque si no lo hacéis, sabed que estáis en guerra con Dios y Su Enviado. Pero si os arrepentís, tenéis derecho a [la devolución de] vuestro capital: no seréis injustos ni se os hará injusticia. (280) Sin embargo, si [el deudor] está en apuros, [concededle] una prórroga hasta que esté desahogado; y sería mejor para vosotros --si supierais-- condonarle [toda la deuda] considerándola una dádiva.

(281) Y sed conscientes del Día en el que seréis devueltos ante Dios. Entonces, cada ser humano recibirá lo que se haya ganado y nadie será tratado injustamente.

 

(282) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Cuando contratéis un préstamo por un plazo determinado, ponedlo por escrito. Y que un escribano lo redacte con equidad para ambas partes; y que el escribano no se niegue a escribir como Dios le ha enseñado: que escriba pues, y que le dicte quien contrae la deuda; y que sea consciente de Dios, su Sustentador, y no menoscabe en nada su compromiso. Y si quien contrae la deuda fuera débil de mente o cuerpo, o fuera incapaz de dictar, que dicte entonces su tutor con equidad. Y llamad para que sirvan de testigos a dos de vuestros hombres; y si no encontráis dos hombres, entonces, un hombre y dos mujeres que os parezcan aceptables como testigos, de modo que si una yerra, la otra subsane su error. Y los testigos no deberán negarse [a dar testimonio] cuando se les llame.

Y no os mostréis reacios a poner por escrito todas las disposiciones contractuales, sean pequeñas o grandes, junto con la fecha de vencimiento; esto es más equitativo ante Dios, más fiable como testimonio y mejor para evitar que os surjan [luego] dudas. A menos que se trate de una transacción que hagáis en el acto, en cuyo caso no incurriréis en falta si no lo ponéis por escrito.

 Y tomad testigos cuando negociéis entre vosotros, y que no se haga daño a ningún escribano ni a ningún testigo; pues si lo hacéis, ciertamente, sería una falta grave por vuestra parte. Y sed conscientes de Dios, pues es Dios quien [así] os enseña --y Dios tiene pleno conocimiento de todo.

(283) Y si estáis de viaje y no encontráis escribano, [podéis tomar] una fianza: pero si hay confianza entre vosotros, que aquel en quien se confía cumpla lo prometido y sea consciente de Dios, su Sustentador.

Y no ocultéis aquello de lo que habéis sido testigos pues, ciertamente, quien lo oculta tiene un corazón malvado; y Dios tiene pleno conocimiento de todo lo que hacéis.

(284) De Dios es todo cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra. Y tanto si manifestáis lo que hay en vuestras mentes como si lo ocultáis, Dios os pedirá cuenta de ello; y luego perdonará a quien Él quiera y castigará a quien Él quiera: pues Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa.

 

(285) El ENVIADO cree en lo que se ha hecho descender sobre él procedente de su Sustentador, y [también] los creyentes: todos creen en Dios, en Sus ángeles, en Sus revelaciones y en Sus enviados, sin hacer distinción entre ninguno de Sus enviados; y dicen: "Oímos y obedecemos. ¡Concédenos Tu perdón, Oh Sustentador nuestro, pues a Ti es el retorno!

(286) "Dios no impone a nadie sino en la medida de su capacidad: a su favor tendrá el bien que haga, y en su contra el mal que haga.

"¡Oh Sustentador nuestro! ¡No nos culpes si olvidamos o erramos, sin querer!

"¡Oh Sustentador nuestro! ¡No nos impongas una carga como la que impusiste sobre los que nos precedieron! ¡Oh Sustentador nuestro! ¡No nos hagas llevar una carga que no podamos soportar!

"¡Y borra nuestras faltas, perdónanos y concédenos Tu misericordia! ¡Tú eres nuestro Supremo Señor: auxílianos, pues, contra las gentes que rechazan la verdad!"

 

 

COMENTARIOS DEL SHEIJ KHALED ABOU EL-FADL

 Antes de seguir con la sura quisiera hacer un comentario sobre el versículo 255 (versículo denominado “al-kursí”).

 

(255) DIOS --no hay deidad sino Él, el Viviente, la Fuente Autosubsistente de Todo Ser.

Ni la somnolencia ni el sueño se apoderan de Él. Suyo es cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra. ¿Quién puede interceder ante Él, si no es con Su venia?

Conoce lo está manifiesto ante los hombres y lo que les está oculto, mientras que ellos no abarcan de Su conocimiento sino aquello que Él quiere [que abarquen].

Su poder eterno se extiende sobre los cielos y sobre la tierra, y el mantenimiento de estos no le fatiga. Y Él es el altísimo, el grandioso.

 

Quisiera volver al punto que hice en relación al estilo coránico, con relación a que el Corán nos muestra un asunto contextual y responde a él ya sea con un mensaje moral general, o a través de una legislación específica debido a un tema particular que la sociedad de la época confrontaba.

Luego, como les dije, el Corán en forma consistente después de presentar lo indicado, vuelve y te lleva a los principios básicos y fundamentales. Un lector atento reflexionaría sobre el por qué es así, y reflexionaría sobra la forma en que estos principios fundamentales toman parte en el proceso de responder, reaccionar, y abordar cuestiones específicas que surgieron en la sociedad en ese momento.

 

Si ustedes observan el versículo “al-kursí”, este antecede a la declaración de que no hay compulsión en temas de religión, y él viene después de que la sura hablara de que el camino de Dios es el camino que genera la paz interior. Este versículo recalca lo que las suras medinenses recuerdan una y otra vez: la creencia en Dios y en SU absoluta unicidad (Tauhid).

 

En las narraciones bíblicas, como hemos visto, observamos que se nos presenta un Dios que experimenta arrepentimiento, y eso era normal en las épocas antiguas, en las cuales las deidades interactuaban con la creación a través de procesos humanos, causalidades humanas, y emociones humanas, y ello se debía a que los seres humanos proyectaban sobre las deidades estos atributos humanos.

Este versículo viene a corregir esto, y muestra nuevamente que el islam es muy diferente. Ahora, desde la perspectiva de un musulmán este mensaje fue así desde el inicio. El versículo nos indica que Dios no interactúa con la creación en términos de esas cualidades humanas limitadas.

 

Bien, es importante hacer una pausa acá, porque si tú quieres construir una relación con Dios en la manera como se hace en la tradición bíblica, será algo complejo. En el cristianismo y el judaísmo las puertas hacia Dios estaban reguladas por quienes “lo conocían”, y sabemos que esto fue así hasta al menos sus reformas, el propio judaísmo sufrió una profunda reformulación por parte de Maimónides y otros. Antes de dichas reformas la idea de la accesibilidad a lo divino, e incluso la forma en que los “guardianes” interactúan con lo divino, estaba llena de misterios, como si sólo algunos tenían una relación íntima con ÉL, como si solo esos pocos, “los guardianes”, tenían la capacidad de hablar con Dios, escucharlo, e interactuar con ÉL en términos casi humanos. Entonces, ¿cómo te enamorabas de Dios? ¿Cómo comprendías la voluntad divina? ¿Cómo construías la relación con Dios?

Si te dirigías a esos “guardianes” de la relación con Dios, ellos siempre hablaban del misterio de esa relación, y ese misterio consistía en cosas que eran en gran medida inaccesibles para la humanidad en general; solo era accesible a través del secreto de esa relación.

Este concepto se introdujo en el islam más adelante de muchas maneras, una de ellas fue el sufismo, pero estamos hablando de la época en que el texto coránico se reveló.

Ahora, como mencionamos anteriormente, todas las historias de los profetas y en particular esta parte de la sura La-Vaca, muestran que las puertas hacia Dios son accesibles para todos, y que la única manera en la cual tú puedes construir una relación con Dios es por medio de servir aquello que ÉL indica que debe ser servido, aquello que Dios ama que sea servido. Tanto es así que, como en aquel hadith que comentamos que es una especie de alegoría, se indicaba que si quieres visitar a Dios debes visitar a un enfermo; si quieres alimentar a Dios debes alimentar a los necesitados; si quieres apoyar a Dios, en sentido figurado, debes ayudar a los oprimidos, etc. Así se accede a Dios a través de SU creación, y para ello no se requiere de gentes especiales que sean como los “guardianes del acceso a Dios”. Bajo esta lógica islámica cualquiera puede despertar un día y decir: "Bueno, hoy me dedicaré a acercarme lo más posible a Dios. Porque Dios dijo que si alimentas a los necesitados es como si lo alimentaras a ÉL, y entonces alimentaré a tantos necesitados como sea posible y eso me acercará a Dios".

Es por esto por lo que en el versículo "al-kursi" se enfatiza la palabra "Shafag", el énfasis está en este elemento de intercesión, en otras palabras, de acceso.

De nuevo, es fácil perder de vista lo transformador que fue históricamente esto, ya que básicamente afirma que Dios no ha relegado ni delegado ese poder de intercesión en ninguna institución específica. Es cierto, por supuesto, que entre los musulmanes existen numerosas tradiciones que indican que al menos el Profeta (BP) tiene el poder de intercesión, y podríamos debatir extensamente sobre la autenticidad de estas tradiciones, y además existen razones históricas para afirmar que se indicara aquello para el caso del Profeta (BP), pero entramos a un tema muy amplio si queremos discutir sobre si esto es consistente con el Corán o no. Pero, incluso si fuera consistente decir que el Profeta (BP) tiene dicho poder, hay una gran diferencia entre las creencias previas y el decir que el Profeta (BP) tendría el poder de intercesión, porque la clave de esa intercesión está en manos de la gente común, y no de “agentes especiales”. ¿Por qué?, porque, ¿cómo se pediría la intercesión del Profeta (BP)?, diciendo: "La paz de Dios sea con él". Cuanto más se dice: "Saludos de Dios para él y la paz de Dios sea con él", más se garantizaría la intercesión del Profeta (BP). De nuevo, no es una institución conformada por personas especiales la que tiene el poder de la intercesión.

Esto no es poca cosa, ya que transformó la dinámica de la sociedad. Una sociedad que se había acostumbrado a aceptar los privilegios, los privilegios heredados de los privilegiados. Había ciertas familias, ciertas estructuras, ciertas dinámicas que habían mantenido estos privilegios de intercesión durante siglos, y el islam llega y básicamente reorganiza todo el panorama.

 

Hay un aspecto que no está en las tradiciones islámicas pero creo que es claramente soportado por el texto. ¿Por qué este versículo habla de la intercesión?, ¿por qué este versículo viene y es como si te dijera: “ten en cuenta que la intercesión no es algo automático ni garantizado, y no está asociada a una institución ni a una clase ni a una élite”?

Ustedes a menudo encontrarán que este tipo de versículo tanto precede o viene después de una discusión sobre una ley, y mi opinión es que la importancia de esto es bastante clara.

La ley en sí misma no puede considerarse un instrumento automático de intercesión.

Recordemos la esencia de esta sura, si queremos resumirla en una palabra esa palabra sería: legalismo.

Conocemos toda la narrativa sobre los israelitas y por qué incumplieron su pacto, etc. Luego la sura nos habló de la ley dada a los musulmanes tras advertirles lo que los israelitas hicieron con la ley, sentando las bases de todo un discurso. Luego vemos un versículo asociado al tema de la intercesión ubicado antes y después de versículos relacionados con leyes. La inclinación natural de las personas es decir que la ley es suficiente para cumplir con su obligación. Por ejemplo, este tema que ya abordamos desde una perspectiva diferente y que se encuentra entre algunos de los problemas actuales que afectan a la comunidad musulmana, como es el abuso sexual emocional por parte de personas con carisma. A menudo, la pregunta que nos planteamos intuitivamente frente a un caso de este tipo es si esta relación se estableció legítimamente según los estándares de la ley islámica, y entonces, por ejemplo, se hace la pregunta: ¿pueden los matrimonios en el islam ser secretos o deben ser públicos? Se hace este tipo de preguntas como si la ley resolviera este tema, como si el dar una respuesta técnica fuese suficiente, es como si dijeras: "Bueno, esta escuela de pensamiento dice que el matrimonio no tiene por qué ser público y que puede mantenerse completamente en secreto, entonces no hay nada de malo que todo ello hubiese sido secreto", y entonces se cree que con esto se responde a toda la cuestión moral. El problema es cuando la gente empieza a tratar la ley como un instrumento de intercesión, y piensan: “Si cumplo la ley, he cumplido, he mejorado mi relación con Dios”.

Les mencionaré un caso real que sucedió hace algún tiempo. Un hombre había obligado a su esposa, varias veces, a tener relaciones sexuales, y dado que esas relaciones se habían dado sin el consentimiento de la esposa, ella dijo que la acción de su marido era una violación. El hombre indicó que en la ley islámica eso no existe, que no existe el tema de que el marido pueda violar a su esposa, y que si ella decía eso se debía a que entonces no era una buena musulmana. Entonces ellos fueron a consultar con varios sheij, y como ustedes lo pueden estar esperando, efectivamente ellos les dijeron que en el islam no existía tal cosa de que el marido pueda violar a su esposa, y que lo que más se podría decir es que no es una buena “manera” el forzar a la esposa a tener sexo, pero que el hacerlo no es un pecado, no hay una ofensa cometida. De alguna manera la mujer convenció al marido para que conversaran conmigo, y fue realmente impactante, porque su esposo solo quería saber si yo podía señalarle un hadith, o un versículo coránico, en el que se dijera que era pecado que un marido forzara a su esposa a tener relaciones sexuales, y me indicó que si yo no podía hacerlo, entonces el asunto ya estaba resuelto, se cancelaba, no había nada más que decir.

Es precisamente aquí cuando la ley se convierte en una forma de intercesión, porque se cree que es la ley la que tiene el poder de absolución o acusación. De nuevo, la ley es un producto, como lo demuestra sura La-Vaca, es un producto de una dinámica compleja que la generó, y es una dinámica muy contextual.

Ahora bien, para resolver una situación de este tipo se puede recurrir a varios principios que van más allá del derecho positivo; por ejemplo, basta con decir que la coerción es incorrecta, y si la coerción es incorrecta, esta forma de actuar del marido con su esposa también lo es.

Si les sirve de ayuda para comprender mejor todo esto, los invito a que piensen en qué quiere decir el Corán cuando culpa a los israelitas por cegarse a la esencia del pacto y quedarse con la letra de la ley. Es precisamente de lo que estamos hablando.

 

Entonces, el concepto de intercesión en el verso al-kursi tiene dos niveles. El primer nivel se refiere a todo el punto de cómo acceder, relacionarse, y tratar con Dios, y el segundo nivel se refiere a este punto sobre nuestra relación con los instrumentos que ejercen poder, ya sean estos instrumentos una institución como una iglesia, o sea ese instrumento un orden legal como un sistema de leyes que tiene sus sabios, intérpretes, etc.

 

Otra cosa que quiero reforzar es el tema de “At-taaguut” (“los poderes del mal” en la traducción en uso) indicado en el versículo 257.

 

(257) Dios está cerca de los que tienen fe; les saca de las tinieblas a la luz --pero quienes se obstinan en negar la verdad tienen a su lado a los poderes del mal que les sacan de la luz a las tinieblas: esos están destinados al fuego y en él permanecerán.

 

La palabra árabe “taaguut” proviene de la palabra “tagat”, su significado es “ir más allá de los límites de tal manera que se cometa una infracción”. La palabra árabe para expresar opresión, o una forma de vida opresiva, o una sociedad opresora, o cualquier cosa que oprima, es la palabra “tuguian”, que significa: “es todo aquello que se extiende más allá de sus límites propios”. Entonces noten que aquí hay un contraste, que no solo se muestra en esta sura sino en muchas otras partes del Corán, porque aquellos que creen y que están con Dios, aquellos que han construido una relación con ÉL, ellos han llegado a ser aliados de Dios y Dios también ha llegado a ser un aliado para ellos.  Estas son personas cuya entera filosofía de esta dinámica consiste en salir de la oscuridad para ir hacia la luz. ¿Pero qué pasa con aquellos que no han construido una relación con Dios? Bueno, el versículo 257 se refiere a ellos e indica que estas personas se arrojaron a los brazos del “taaguut”, y la naturaleza misma del “taaguut” es que favorece la oscuridad y las tinieblas.

Ahora, para ser muy franco, esto podría ser una charla extremadamente significativa o una charla completamente vacía, y ello depende de si tú escuchas atentamente lo que esta sura te está diciendo sobre la naturaleza de la luz, y como ella es algo opuesto a la naturaleza de la oscuridad. Recuerden que sura La-Vaca, por ejemplo, te ancla en la idea del “bir” y te indica en qué consiste el “bir”, y estoy seguro de que recuerdas que "bir" consiste en todas esas cosas donde tu ser está conectado con la idea de servicio a los demás, y en ser consistentemente un agente de la bondad.

Un análisis sistemático de la forma en que el Corán usa la palabra “taaguut” nos muestra que ella siempre se yuxtapone a conceptos como "bir" o "ihsan".

La idea de relegar la relación con Dios a un agente intercesor, ya sea que ese agente intercesor sea una institución como una iglesia o un clero, o relegarla a un sistema legal, es "taaguut", porque ello te aleja de Dios, Él se vuelve algo inaccesible e incomprensible para ti.

Si yo les pregunto: “¿ustedes quieren encontrar a Dios?”, y ustedes me responden: “Sí, sí queremos encontrar a Dios”, entonces yo les diría: “Muy bien, entonces hagan sus oraciones, hagan lo que Dios ama”, y entonces ustedes me podrían preguntar: “¿y qué es lo que Dios ama?”, y yo les diría: “Bueno, ocúpense de cuidar a quién sea que esté en situación de necesidad, cuiden y ocúpense de todo aquel que esta desempoderado, y transformen sus vidas para estar al servicio de lo que Dios te ha dicho que sirvas". De esta forma haces a Dios presente en la vida, social y culturalmente.

Ahora, si yo les digo: “Dios solo existe en estas específicas reglas que hemos establecido en esta institución o escuela de pensamiento”, o si les digo: “Dios solo existe en este particular espacio físico al cual debes ir y aceptar la jerarquía de autoridad que existe”, o si les digo tan simplemente lo que sucede hoy en día en muchas sociedades musulmanas: “Si tú deseas acceder a Dios entonces debes hacerlo a través de esta institución que el estado ha reconocido como la que sigue el camino de Dios”, lo que termina pasando con esto es que Dios se vuelve ausente en la vida de las personas, y esto es el corazón y la esencia del “taaguut”.

¿Lo ven?

Entonces, lo que llama la atención es que ausentar a Dios de la sociedad no es posible sin una considerable coerción por parte de una autoridad que usa su poder para monopolizar el espacio a través del cual se accede a Dios.

Al señalarlo creo que esto se vuelve muy obvio: existe una relación entre la intercesión, la coerción, el “taaguut”, la oscuridad y la luz, todos estos conceptos claves están estrechamente integrados. Entonces cuando alguien señala esto tú dices: "Ah, sí, esto es bastante obvio".

 

Ahora bien, les he hablado de la diferencia entre el islam del Corán y el islam imperial. Históricamente el islam imperial temió muchísimo a la palabra “taaguut” en el contexto del significado del Corán, de la misma forma en que hoy en día muchos gobiernos de países islámicos, y no islámicos, temen de la palabra “jihad”, porque ninguno de los califas o emires de la historia deseó ser descrito como un “taaguut”.

Hay reportes fascinantes sobre cómo el estado consideraba el mal uso de la palabra “taaguut” como un delito, y ello podía llegar a conducir a la flagelación de un juez o un erudito. El estado realmente castigaba y encarcelaba a los eruditos que daban a la palabra árabe "taaguut" el tipo de interpretación que acabo de darles. ¡Subhana Allah!, porque hay ciertas cosas que no cambian, si yo diera esta interpretación públicamente en Egipto, en Emiratos, o en Arabia Saudita, sería inmediatamente arrestado y posiblemente hecho desaparecer.  

 

Sigue la sura,

 

(258) ¿NO HAS SABIDO de aquel [rey] que discutió con Abraham acerca de su Sustentador, [sólo] porque Dios le había dado la realeza?

He ahí, que Abraham dijo: "Mi Sustentador es quien da la vida y da la muerte."

[El rey] respondió: "¡[También] yo doy la vida y doy la muerte!"

Dijo Abraham: "¡En verdad, Dios hace que el sol salga por el este; hazlo tú, pues, salir por el oeste!"

Así fue confundido el que se obstinaba en negar la verdad: pues Dios no guía a gentes que [de liberadamente] hacen el mal.

 

Este versículo nos lleva al Profeta Abraham (BP), y la forma en que tradicionalmente se ve es cómo el profeta argumenta con el rey, y cómo se centra en su argumento en el poder de Dios. Pero hay un par de cosas que me gustaría resaltar.

Este versículo viene justo después del versículo “Al-Kursí”, y de los versículos asociados a la coerción y al “taaguut”.

Al inicio del versículo se indica que fue Dios quién hizo rey a esa persona, pero ella, a la cual ÉL le otorgó un poder, no está en la posición correcta y argumenta de una manera absurda. Lo absurdo del comentario de esta persona es algo que muchos eruditos del Corán han notado, el decir que él tiene el poder para dar la muerte o la vida porque puede matar o no a alguien es claramente una lógica defectuosa que no aplica. El hecho de que Dios permitiera que esta persona fuese un rey no significa que esta persona, en virtud de haber recibido ese privilegio, tenga razón en lo que diga; de hecho, está claramente equivocada en su conversación con Abraham (BP).

Entonces el primer punto relevante sobre esto tiene que ver con un típico argumento medieval que increíblemente ha sobrevivido hasta nuestra época moderna, y es la errónea suposición lógica de que el hecho de que Dios haya puesto a alguien en el poder implica una aprobación implícita de Dios, ya sea de sus acciones o de su derecho a gobernar, porque entonces si te rebelas contra esta persona y la destituyes, se aplicaría la misma lógica: Dios la destituyó porque Dios actúa a través de nosotros.

Por lo tanto, esto elimina la idea de que alguien tiene razón solo porque ostenta el poder, y Dios comenta esto en el Corán, y es como si dijera: "Yo soy quien lo puso en el poder, pero sin embargo, está claramente equivocado".

El segundo punto es que no creo que sea una coincidencia que en esta narrativa, quién tiene un poder, diga: “yo doy la vida y doy la muerte”, y ello como un ejemplo de lo que claramente es un error. Si yo les preguntara: ¿de qué es esto un ejemplo?, y alguien dijera que es un ejemplo de "taaguut" o de opresión, encajaría perfectamente. ¿Cuál es la opresión aquí? La opresión es un rey que se cree con el derecho de dar vida y muerte. Cuando el profeta Abraham (BP) le señaló la naturaleza cósmica y le dijo que hay un poder superior a él, y que este poder decide en qué dirección gira la Tierra, ello fue una negación del poder de ese rey.

A menudo cuando leemos esta narrativa nos centramos en el punto de la creencia en Dios y en SU unicidad, pero ignoramos la notable crítica a la opresión que hay en ella.

Dios, justo después de hablarnos de "taaguut", nos da un ejemplo del tipo de abuso de poder que se aprovecha del acceso a la divinidad. Aquí hay un rey que, básica y explícitamente bloquea el acceso a Dios y, como resultado, vacía cualquier espacio para percibir la divinidad y todo SU poder.

 

Sigue la sura,

 

(259) ¿O [piensas tú, Oh hombre,] como aquel que al pasar por una ciudad en ruinas, abandonada por su gente, dijo: "¿Cómo podría Dios devolver la vida a esta ciudad después de muerta?"

Entonces, Dios le hizo morir y pasados cien años le devolvió la vida [y le] dijo: "¿Cuánto tiempo has permanecido así?”

Respondió: "He permanecido un día, o parte de un día."

Dijo [Dios]: "¡No, has permanecido así cien años! Pero mira a tu comida y a tu bebida --que no se han echado a perder-- y mira a tu asno! E [hicimos esto] para hacer de ti un signo para los hombres. ¡Y mira los huesos [de los animales y de los hombres] --como los componemos y los cubrimos de carne!"

Y cuando vio [todo esto] con claridad, dijo: "¡[Ahora] sé que Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa!"

(260) Y, he ahí, que Abraham dijo: "¡Oh Sustentador mío! ¡Muéstrame cómo devuelves la vida a los muertos!"

Dijo: "¿Es que acaso no crees?"

[Abraham] respondió: "Ciertamente [creo], pero [déjame verlo] para que mi corazón quede tranquilo."

Dijo: "Coge, pues, cuatro pájaros y enséñales a obedecerte; luego, colócalos separados en las colinas [a tu alrededor]; después llámalos: acudirán a ti volando. Y sabe que Dios es poderoso, sabio."

 

Veamos el versículo 260 que se ha transformado en una famosa historia dentro de la tradición islámica. El profeta Abraham (BP) le pide a Dios ver una prueba sobre como ÉL puede resucitar a un ser viviente. La historia narra que Dios le indicó a Abraham (BP) que tomara unos pájaros, los sacrificara y los cortara en pedazos, y los colocara en diferentes lugares para que luego Dios los resucitara y los hiciera regresar hacia Abraham (BP).

La razón por la cual haré una pausa en esto es porque quiero indicar dos cosas sobre esta tradición islámica.

Hay personas, como Razzi, que dijo que el lenguaje usado en este versículo no indica que Dios le dio la instrucción a Abraham (BP) de cortar a los pájaros en pedazos, e indicó que hay dos posibilidades sobre lo sucedido. La primera posibilidad es que diferentes pájaros que estaban muertos fueron colocados en distintas posiciones para ser luego resucitados. La segunda posibilidad es más intrigante, y nunca he escuchado que se comente sobre ella entre los musulmanes modernos, y esta segunda posibilidad niega que estos pájaros estuvieran muertos, sino más bien argumenta que lo que ocurrió fue que el profeta Abraham (BP) entrenó a los pájaros para que regresaran a su nido original, luego los colocó en distintos  lugares separados, y el hecho de que estos pájaros tuvieran la "fitra" (una creencia y guía hacia Dios que está en la naturaleza de las criaturas de Dios) para regresar a su nido, era una prueba de lo divino, era una prueba de la capacidad de Dios para hacer lo que Dios quiera, incluida la resurrección. Es un aspecto sutil, es un punto interesante, y Razzi lo indicó e incluso reportó que esta opinión se encuentra en algunos de los más tempranos tafsir realizados. Es interesante, porque plantea la pregunta: ¿cómo sin un Creador con inteligencia esos pájaros podrían tener esa consciencia innata de volver a su nido aun cuando fueron puestos en lugares muy distintos y lejanos a sus nidos?

En algunas tradiciones se indica que ese fue el origen del sistema de mensajería usando palomas, lo cual fue un enorme avance para las sociedades.

 

La otra cosa que quiero indicar es que, en tradiciones como la sufí, se indica que esta historia del profeta Abraham (BP) es anecdótica. En principio se plantea toda una reflexión sobre las acciones de Abraham (BP), porque el Corán nos muestra que en una ocasión él se preguntó si la estrella era su dios, o si lo era la luna o el sol, y luego en otra oportunidad le pidió a Dios verlo, y en otra oportunidad fue lanzado al fuego y no se quemó, y entonces algunos se realizaron la siguiente pregunta: ¿cómo puede ser que con todo eso Abraham (BP) le pida a Dios que quiere ver la resurrección? Cualquier persona con solo una de esas experiencias construiría una fe sólida en Dios, entonces ¿cómo el profeta Abraham (BP) podría haber pedido todo eso a Dios si él fue el padre de todos los profetas, si él fue alguien que generó un gran impacto en el mundo antiguo, entonces cómo fue un profeta que demandó a Dios tantas pruebas?

La respuesta típica a esto, que se encuentra en muchos escritos sufíes, es que todo esto no se debió a una verdadera duda del profeta Abraham (BP), sino que todos ellos fueron episodios instructivos, algo así como episodios anecdóticos, que fueron diseñados para indicarnos al resto de los seres humanos que la duda es algo normal y natural, que no hay nada vergonzoso en relación a la duda, y que la duda es necesaria para generar una dinámica de aprendizaje.

Hay escritos muy hermosos y conmovedores sobre cómo experimentar la propia revelación de la resurrección, obviamente no viendo a los muertos cobrar vida, sino aprendiendo a ver cómo Dios crea vida desde la nada. Al reflexionar sobre la creación tú vas alimentando tu conocimiento para ir resolviendo tus dudas.

Lo aceptes o no, la clave reside en que estas narraciones tienen un carácter anecdótico en el Corán, y su importancia radica en que, si del propio profeta Abraham (BP) se narran estas cosas, no hay nada antinatural en luchar con las dudas y la fe en diferentes momentos de la vida. Lo importante es cómo tú resuelves esas luchas, y cómo las manejas para no terminar rindiéndote ni al "taaguut", ni a la opresión.

En la tradición sufí se dice que el peor "taaguut" de todos, el más mortal, es cuando el ego te domina tan profundamente que cada impulso se convierte en tu amo.

Ejemplos muy interesantes sobre esto pueden encontrar en los escritos sufi, como por ejemplo en los de Shahrani. Él habla por ejemplo sobre la manera en que las personas se relacionan con sus impulsos asociados a la comida. Si tu naturaleza es que cada vez que tú tienes un antojo de algo te esfuerzas por satisfacerlo, y nunca reflexionas sobre quién es el amo de esa relación, si eres tú o tu antojo, entonces te has sometido al “taaguut”. Luego Shahrani entrega muchos otros ejemplos sobre esto. En una de las partes de su escrito tiene una interesante discusión entre la diferencia de impulsos asociados a falsos amores y amores reales, porque él ve a los falsos amores como “taaguut”, y a los amores reales los ve como una situación de bendición o de aflicción.

 

Sigue la sura,

 

(261) LA PARÁBOLA de aquellos que gastan sus bienes por la causa de Dios es la de un grano que produce siete espigas y cada espiga contiene cien granos: pues Dios dobla la ganancia a quien Él quiere; y Dios es infinito, omnisciente.

(262) Aquellos que gastan sus bienes por la causa de Dios y luego no malogran su gasto con reproches y agravios [a los sentimientos de los necesitados], tendrán su recompensa junto a su Sustentador, y nada tienen que temer ni se lamentarán. (263) Una palabra amable y ocultar la indigencia ajena valen más que una limosna seguida de agravio; y Dios es autosuficiente, benigno.

 

El versículo 261 es una de las revelaciones coránicas más famosas, y ella nuevamente resalta el tema del sacrificio. Dios te dice que lo que das es como un grano que produce siete espigas que luego producen muchos granos cada una de ellas.

 

En el versículo 262 se habla de aquellos que se dan cuenta de la importancia de dar en la causa de Dios, y cuando gastan en ello no lo hacen con arrogancia, no lo hacen con la expectativa de recibir algo a cambio en esta vida terrenal. Son personas que gastan en la causa de Dios y no esperan nada a cambio, no esperan ganar ni prestigio ni fama, no esperan que sean mirados con admiración. Hay muchos escritos en la tradición islámica que indican que si das con una actitud arrogante, o esperando algo a cambio, de alguna forma se elimina la bendición de Dios sobre la acción realizada.

El versículo habla de aquellos que dan de lo que Dios les ha dado y lo hacen verdaderamente solo por amor a Dios, y ello los lleva a estar más cercanos a Dios y ÉL está más cerca de ellos. Dios les abre la posibilidad de que el amor se incremente en la relación de ellos con su Señor.

Aquellos que dan con la intención de ganar fama, prestigio, y cosas así, aun cuando Dios los recompensará por lo que dieron, ellos no lograrán la bendición de estar más cercanos a ÉL.

Quienes den solo por amor a Dios nada deben temer sobre la otra vida, pero muchos eruditos y teólogos han indicado que no solo es que nada deben temer sobre la otra vida, sino que ello también aplica para esta vida terrenal, porque si tú das con el espíritu de adorar y amar a Dios, tu relación con Dios se vuelve una del tipo segura y sientes la tranquilidad, que es la tranquilidad de la luz y la lejanía de la oscuridad, la tranquilidad de la fe en lugar de la opresión, y tú llegas a estar libre del “taaguut” de tu ego, y del “taaguut” de tu sentido de autoestima y de tu sentido de autoapreciación que dependen de la percepción de otros seres humanos.

El hacer cosas por el valor que le das a lo que otras personas dirán de lo que haces, es una forma de oprimirte a ti mismo.

 

En el versículo 263 debes hacer una pausa y preguntarte: ¿entonces el acto de dar tiene que ver con afirmar un valor ético, no es solo el hecho mismo de dar? Si, por la razón que fuese, tú estás dando y ese acto está siempre acompañado por una actitud de superioridad, o una actitud de fastidio o molestia, u otra actitud de esos estilos, entonces debes entender que dar acciones que contienen valores éticos, como por ejemplo entregar palabras amables a otros o tratar con dignidad a otros, es más valioso a los ojos de Dios.

El versículo también nos indica que no debemos avergonzar a los demás, no debemos exponer las necesidades que ellos tienen, pero no solo esto, sino que también indica que tú no debes tener en tu corazón algún sentimiento de indignación o enojo por el hecho de que otros necesitan de tus posesiones materiales. Esto último es como si una persona efectivamente realizara la acción de dar, pero en su interior está contrariada por el hecho de que ella necesita realizar esa acción de dar, y ella desearía no estar en esa posición de necesitar dar. Esta gente de alguna forma está irritada, molesta, o al menos incómoda por estar en esa situación, es gente que de alguna manera está molesta por la forma en que Dios estableció las cosas. Entonces llega el Corán y les dice que deben comprender que tener la actitud ética correcta es más importante que lo que materialmente dan, es como si Dios les dijera: “Si ustedes realmente supieran, hubiesen preferido no tener dinero. Hubiesen preferido ser pobre pero tener un corazón limpio”. En la balanza de Dios la pobreza acompañada con un alma virtuosa es claramente superior a la riqueza sin un alma virtuosa.

Al-Ghazzali dijo que este versículo es el recordatorio más poderoso en el Corán, y que si la gente realmente lo entendiera, cualquier persona con riqueza no podría llegar a conciliar su sueño porque se quedaría pensando sobre lo que realmente hay en su corazón. Al-Ghazzali incluso fue más allá, porque dijo que el problema con la riqueza es que es realmente extraño encontrar una persona rica que haga una reflexión sobre sus ser y descubra que, de hecho, no es vengativa por tener que dar, porque la gran mayoría de las personas ricas, cuando dan, sienten un elemento de irritación por tener que hacerlo.   

 

Sigue la sura,

 

(264) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! No malogréis vuestras limosnas echándolas en cara o hiriendo [los sentimientos de los necesitados], como aquel que gasta su riqueza sólo para ser visto y elogiado por la gente, pero que no cree en Dios ni en el Último Día: su parábola es la de una roca lisa, con [un poco de] tierra encima, sobre la que cae un aguacero dejándola limpia. Esos no obtendrán ganancia alguna por todas sus [buenas] obras: pues Dios no guía a gentes que se niegan a reconocer la verdad.

 

Noten en los versículos 262, 263, y 264, el énfasis del Corán sobre el tema revisado en el versículo anterior. Es sorprendente que teniendo esta revelación en nuestro Corán observemos el nivel de ostentación que existe en la forma en que muchos musulmanes en el mundo realizan sus donaciones, esta es una de las enfermedades que sufrimos hoy en día.

La imagen que el Corán nos entrega sobre esta gente es como de una dura roca, ahora, recuerden que antes la imagen de una roca dura fue usada para hablar de los israelitas, para hablar de sus corazones, pero se indicó que incluso en dichas rocas el agua puede encontrar un camino para atravesarlas, pero acá la parábola nos entrega una imagen más drástica, porque nos muestra que sobre la roca dura se acumula algo de tierra, que es un elemento base para generar vida, en este caso para que surja la bondad, pero cuando la persona es puesta a prueba, que está representada por la lluvia en el versículo, la tierra desaparece y la roca permanece dura y sin vida.

Piensen sobre la moralidad en esta parábola. Si tú no entiendes la generación de valores éticos en la dinámica del dar, y te apropias de lo que normalmente sería un hermoso acto de dar, y lo haces con fines desagradables, con fines de "taaguut", y entonces te apropias de ello pensando en cómo esto aumenta tu prestigio, cómo te diferencia, cómo hace que la gente te admire, cómo hace que mencionen más tu nombre, entonces todo esto que has hecho es como si, literalmente, hubiera llovido sobre la poca tierra, y dicha lluvia hubiese removido lo que podría haber revitalizado la roca. Entonces, el acto de haber dado no generará ni siquiera las primeras fuentes de amor, ni una relación amorosa con Dios.

Si sirves a lo que Dios ama, el amor brota entre tú y Dios, pero si crees que sirves a lo que Dios ama, y descubres que en realidad te estás adorando a ti mismo, en última instancia, eso no generará ningún tipo de intimidad entre tú y tu Señor; solo estarás más enamorado de ti mismo, lo cual es una relación de "taaguut" por definición.

 

Sigue la sura,

 

(265) Y la parábola de aquellos que gastan sus bienes buscando la complacencia de Dios y por su propia certeza interior, es la de un huerto situado en un terreno alto y fértil: si cae sobre él un aguacero da cosecha doble; y si no cae un aguacero, una lluvia fina [cae sobre él]. Y Dios ve todo lo que hacéis.

(266) ¿Le gustaría a alguno de vosotros tener un huerto de palmeras y vides por el que corrieran arroyos y en el que se dieran frutos de todas clases --y que al llegarle la vejez, cuando sus hijos son aún débiles para [cuidarle]-- un torbellino de fuego lo arrasara convirtiéndolo en cenizas?

Así os aclara Dios Sus mensajes, para que reflexionéis.

(267) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Gastad en los demás de las cosas buenas que habéis adquirido y de lo que, para vosotros, hemos hecho brotar de la tierra; y no elijáis para gastar aquellas cosas malas que vosotros no aceptaríais sin apartar la vista con desdén. Y sabed que Dios es autosuficiente, digno de toda alabanza.

 

El versículo 267 hace referencia a un problema real que surgió en Medina. El problema era que, debido al enorme énfasis que había sobre el dar, había algunos mercaderes en Medina que pensaron: “Con estos musulmanes no hay forma de estar con ellos y de ganar aceptación social entre ellos, a menos que también demos, todos a nuestro alrededor dan, incluidos los compañeros del Profeta (BP), entonces, bueno, tenemos que dar”. Entonces algunos de ellos tuvieron una “brillante” idea y dijeron: “Saben qué, cada vez que recibimos mercadería que viene de Yemen, Siria, Palestina, o de otro lugar, hay una cierta cantidad de ella que viene con defectos, y entonces donemos esos productos”. Las tradiciones islámicas indican que quien primero expuso esta conducta de los mercaderes fue el Corán, y entonces el Profeta (BP) fue hacia ellos y les dijo que si eso era lo que ellos iban a dar entonces era mejor que no dieran.

Acá ustedes deben hacer una pausa y reflexionar, porque si el Profeta (BP) les dijo que si eso era lo que iban a dar era mejor que no dieran, deben darse cuenta de que esa no es una posición muy pragmática. Nosotros en nuestra vida moderna estamos acostumbrados a un pragmatismo severo, y decimos: “bueno, al menos da algo”, o “bueno, da lo que sea porque así al menos tienen algo para comer”, o vean los restaurantes que le dan a la gente de la calle la comida que les sobra, y nosotros, en nuestra condición de musulmanes modernos decimos: “bueno, peor es nada”. Si tú llegas a decirle a esos musulmanes que su pragmatismo es inmoral, te miran y te dicen: “¿dijiste que?, ¿qué quieres decir con eso?”.

Vean cómo en las palabras del Profeta (BP) se demuestra nuevamente que aquella sociedad anteponía los valores éticos a cualquier cosa, en este caso la dignidad humana antes de cualquier cosa.

¿Por qué no darles lo que es deficiente?, ¿por qué no? Bueno, ¡porque no es digno!

Desearía que los musulmanes reflexionaran y comprendieran esto, porque es algo que transforma.

El Profeta (BP), luego de haber dicho lo indicado agregó que la cura para algo malo nunca es algo malo a cambio. Con esto, la lógica de la reciprocidad fue eliminada. Tú no puedes curar la maldad con maldad, no puedes corregir lo malo con algo malo. Luego el Profeta (BP) indicó que lo que está mal, o es malo, debe ser abordado o curado con lo que está bien, o lo que es bueno.

¿Qué era lo que estaba mal en la historia indicada? Lo que estaba mal era la necesidad y la pobreza que había, y entonces la cura de ese problema debe ser por medio de algo que sea hermoso y bueno, porque es un tema de principios.

Finalmente el Profeta indicó que ellos creían que eso que daban era lo suficientemente bueno para la gente necesitada, pero les indicó que ese es un pensamiento equivocado.

 

No es adecuado pensar que otras personas, por su situación económica, por su condición, o por lo que sea, se les debe dar algo que no sea lo mejor, que es suficiente darles lo que satisface sus necesidades aun cuando sea algo deteriorado. El decir: “bueno, eso es suficiente para ellos dada la condición en la que están, ellos lo valorarán”, y en base a eso darles algo que va contra la dignidad humana, es algo que es absolutamente contrario a la tradición del Profeta Muhammad (BP).

 

Sigue la sura,

 

(268) Satán os amenaza con la pobreza y os incita a la mezquindad, mientras que Dios os promete Su perdón y munificencia; y Dios es inmenso, omnisciente; (269) da la sabiduría a quien Él quiere: y a quien le es dada la sabiduría, ciertamente le ha sido dada una gran riqueza. Pero sólo los dotados de perspicacia tienen esto presente.

(270) Pues, aquello que gastéis en los demás, o que prometáis [gastar], ciertamente Dios lo conoce; y quienes sean injustos [por negarse a dar limosnas] no tendrán quien les auxilie.

(271) Si dais limosna públicamente, excelente; pero si la entregáis a los pobres en secreto, mejor aún para vosotros, y os servirá como expiación de parte de vuestras faltas. Y Dios está bien informado de todo cuanto hacéis.

(272) No te incumbe a ti [Oh Profeta] hacer que sigan el camino recto, sino que Dios guía a quien quiere.

Cualquier bien que gastéis en los demás será para vosotros mismos, si lo hacéis buscando sólo la faz de Dios: pues cualquier bien que gastéis os será devuelto cumplidamente, y no se os hará injusticia.

 

Primero veamos el versículo 272 y luego retrocederé al versículo 268.

¿Por qué el versículo 272 comienza diciendo que la guía no es un asunto del Profeta (BP)? Luego indica que todo lo que gastes será para tu propio bien, lo cual nuevamente resalta el punto ético y virtuoso.

Ocurrió un problema que consistió en que había un número de musulmanes, especialmente entre quienes habían emigrado desde Meca, pero también entre algunos nativos de Medina, que luego de una serie de batallas, y especialmente después de la batalla de la trinchera, dijeron: “nuestros miembros familiares, a los cuales solemos enviarles ayuda porque la requieren, ellos continúan ayudando y soportando a nuestros enemigos, y por lo tanto nosotros no los ayudaremos nunca más, no seguiremos enviando nuestro dinero a gente que no es musulmana y que además entrega su apoyo a los incrédulos”.  Ya les mencioné anteriormente en esta sura esta situación, y vimos que el Corán ya había dado una respuesta en relación a esto, pero el problema no se resolvió y continuó. La psicología del ser humano es algo interesante, especialmente cuando tiene enemigos y se dice a sí mismo: “¿por qué estoy enviando dinero a alguien que sigue dando apoyo a mis enemigos?”

Bueno, les puedo contar que yo tengo familiares que continúan dando su apoyo al presidente de Egipto, Sisi, un tipo criminal bajo cualquier medida valórica que hagas, un asesino, un torturador, un criminal; y entonces el impulso es decir: “tú continúas dando apoyo a un criminal que ha asesinado y torturado personas, ¿por qué deberías enviarle dinero, por qué deberías ayudarlo?” El decir esto es un impulso natural que surge en una persona.

Entonces, aun cuando el Corán ya había tratado este tema, hubo una mujer llamada Natila que junto a su abuela llegaron a ser indigentes, ellas no eran musulmanas, y vivían en un lugar cercano a Medina pero en un área que no pertenecía a los musulmanes. Natila y su abuela escucharon que los musulmanes eran gente generosa, y entonces pensaron que al ir a Medina encontrarían ayuda en ellos. Ellas fueron y escucharon que entre las personas más generosas estaba una persona llamada Asmá ibn Abu Bakr, que era la hija de Abu Bakr, y entonces ellas fueron donde Asmá y le dijeron: “hemos escuchado que tú ayudas a todos los indigentes, ayúdanos a nosotras”. Cuando Asmá supo que no eran musulmanas rechazó ayudarlas y les indicó que había muchos musulmanes en situación de indigencia que requerían soporte.

La otra situación que surgió fue antes del exilio de la tribu judía Bani Nadir de Medina, esto sucedió antes de la batalla de la trinchera pero después de la primera revelación del versículo de esta sura que habla sobre este tema, y es que hubo gente entre los nativos de Medina que tenían miembros de sus familias que eran judíos y que pertenecían a las tribus Banu Quraiza y Banu Nadir, y las tensiones entre los musulmanes y las tribus judías se incrementaba por las traiciones que los judíos cometían hacia los musulmanes. Hubo una serie de incidentes en los cuales los musulmanes le reclamaron a los judíos sobre una serie de situaciones en las cuales estos últimos no cumplieron el pacto que había entre ellos, además había sospechas que los judíos estaban ayudando a los enemigos de los musulmanes, y además estaban generando agitación entre los nativos de Medina que no se habían convertido al islam, incluidos los hipócritas. Entonces los Ansar, los nativos de Medina convertidos al islam, que solían enviar ayuda mensual a sus miembros familiares en necesidad que pertenecían a esas tribus judías, dejaron de enviar esa ayuda y dijeron: “ustedes no son musulmanes y continúan haciendo ese tipo de cosas”.

Hay incluso una tradición más, de la cual tengo serias dudas sobre su autenticidad en cuanto a que lo que indica haya sucedido solo antes de la revelación de este versículo, y que indica que el Profeta (BP) mismo, cuando llegó el momento de repartir el dinero de la caridad, ese era el dinero para caridad que era recolectado por el Profeta (BP) y distribuido entre los necesitados en Medina, él no incluyó en las listas de los necesitados a aquellos que no eran musulmanes, por lo que limitó la entrega de dinero para caridad a aquellos que eran musulmanes.

Entonces se indica que este versículo 272 fue revelado por Dios para resolver todos estos problemas, y básicamente indica que la caridad debe incluir también a aquellos que no son musulmanes.

 

Piensen en nuestra sociedad moderna, ¿cuántos países acordarían dar beneficios a las personas que están en sus territorios y que no son ciudadanos del país? Les puedo decir que los países musulmanes no incluyen en sus sistemas de bienestar a las personas que no son ciudadanos de sus países. En los Estados Unidos no se permite que personas indocumentadas sean parte del sistema de bienestar del país.

Si este es un tema candente en nuestra época moderna, también lo era en los tiempos antiguos. Es por ello por lo que fue algo absolutamente radical, que en los tiempos del Profeta (BP) el Corán dijera que los musulmanes debían incluir en sus ayudas a quienes no eran musulmanes, eso fue un cambio absolutamente radical, y les diría que sigue siendo un tema radical.

Esto nuevamente nos entrega el imperativo ético y moral en lo relacionado a la riqueza.

 

Noten que el versículo 267 se reveló asociado al surgimiento de un problema en Medina, al igual que este versículo 272, y entre estos dos tenemos el versículo 268.

Dios nos indica al inicio del versículo que satanás nos amenaza con la pobreza. En la tradición sufí esto se interpreta como una referencia a la pobreza del alma, pero mi opinión es que cuando Dios nos dice que satanás nos presagia la pobreza no se está refiriendo solamente a la del alma, sino que también nos está indicando que si nuestra actitud hacia el dinero no está basada y anclada a la virtud moral como ha sido enseñado por el Corán, entonces nuestras sociedades serán afligidas por la pobreza. El aspecto obvio es que habrá severos desbalances en la sociedad si las personas no tienen una base moral asociada a sus riquezas. Es como si el Corán nos dijera: “a menos que ustedes tomen estas lecciones morales para deconstruir el materialismo en sus vidas, y que las tomen para comprender cuál es su verdadera relación con las cosas materiales, cuenten con el hecho que como una enfermedad sus sociedades serán infligidas por la pobreza”.

Luego en el versículo se nos muestra el reconocimiento por parte de Dios de que lamentablemente muchas sociedades fracasarán en comprender que no se trata de dar el mínimo indispensable, como suele ser en los sistemas de bienestar de los países, sino de la moralidad en cuanto a la riqueza y a las cosas materiales. Es por ello por lo que Dios indica que el comprender esto es sabiduría, y que la sabiduría es realmente un regalo de gran valor. Como todas las cosas en nuestra relación con Dios, tú debes ganarte ese regalo, no es que Dios arroje la sabiduría sobre ti, sino que debes ganártela.

 

La trayectoria moral de todo esto creó en las sociedades musulmanas toda la infraestructura asociada al “alqaf” (La institución de “alqaf” en la tradición islámica se refiere a una donación inalienable que se dedica a ciertos beneficiarios para que puedan utilizar sus beneficios. En el waqf, ni el donante ni los beneficiarios tienen derecho a vender o regalar la propiedad del waqf. Este concepto se remonta a la época pre-islámica y se volvió algo común durante la época del Profeta (PB). El waqf se puede realizar dentro de una serie de obras de beneficio público, tales como la construcción de una mezquita, una escuela, una biblioteca, un hospital y un santuario). La forma en que esta normativa coránica fue llevada a una institucionalidad y hacia un sistema de beneficios fue a través del “alqaf”. Personas, familias, formaban fundaciones que permitieran generar beneficios a grupos distintos de personas con necesidades diversas, y normalmente los “waqf” se llegaban a conocer no por el nombre de la persona o familia que los formaba, sino por su propósito, por ejemplo había unos que fundaban escuelas, otros orfanatos, otros que cuidaban animales callejeros, etcétera. En mi opinión un momento transformativo muy triste en la historia de las sociedades musulmanas fue cuando los estados tomaron control sobre los “alqaf” y se crearon los ministerios, porque entre los ministerios más corruptos en los países islámicos son los ministerios que administran el “alqaf”. Hace poco el ministro de este ministerio en Egipto, hablándole al presidente, dijo que el dinero del “alqaf” estaba bajo el mando del presidente del país, y lo dijo como si el dinero le perteneciera a él, siendo que el dinero le pertenece a quienes crearon el waqf.

Entre las cosas que el Profeta (BP) dijo en el contexto de este versículo fue que una persona que no realiza tantos actos de adoración a Dios pero es generosa, está más cerca de Dios, o es más amada por Dios, que alguien que realiza muchos actos de adoración a Dios pero es tacaña.

Esto, como es el caso de toda la sura La-Vaca, nos indica que son los valores éticos los que deben prevalecer en las sociedades.

El problema de muchas personas es que creen que ellas pueden llegar a estar cerca de Dios adorándolo sin tener una posición ética con respecto a su relación con las cosas materiales. Mucha gente cree que pueden elevarse espiritualmente haciendo oraciones extras, y actos devocionales extras, y creen que eso es suficiente, lo cual puede incluso ser un acto de egoísmo, porque creen que pueden lograr la cercanía a Dios realizando dichas acciones sin importarles lo que la gente a su alrededor puede estar experimentando.

 

Sigue la sura,

 

(273) [Y dad] a [aquellos] necesitados que por estar totalmente entregados a la causa de Dios, no pueden ocuparse de buscar su sustento. El que ignora [su situación] pensaría que son ricos, porque se abstienen [de pedir]; [pero] podréis reconocerles por su marca especial: no piden a la gente inoportunamente. Y cualquier bien que gastéis [en ellos], ciertamente, Dios lo conoce.

(274) Aquellos que gastan sus bienes [por Dios] de noche y de día, en secreto y en público, tendrán su recompensa junto a su Sustentador; y nada tienen que temer ni se lamentarán.

 

Este versículo nuevamente menciona un problema que surgió en Medina. El versículo hace referencia a un grupo de personas bien específico que de acuerdo a algunos reportes eran del orden de 400 personas. Estas personas eran migrantes de La Meca y también de otras partes cercanas a Medina, y su condición era de indigentes, muchos de ellos no tenían casa, y entonces vivían en la mezquita del Profeta (BP) o en áreas comunes que estaban cercanas a la mezquita, ellos no tenían riquezas, y en general accedían solo a trabajos esporádicos.

Una gran parte de estas personas llegaron a ser conocidas como: “ahlal sufa”, y se focalizaban en estudiar el Corán, en servir al Profeta (BP), y eran los primeros voluntarios ya sea para ir a una batalla, o para realizar una misión, o para ejecutar alguna acción.

Es destacable la dignidad enseñada a ellos por el islam, y nosotros normalmente pasamos por alto este asunto. ¿Dónde ellos aprendieron el sentido de la dignidad que tenían, al punto que no andaban mendigando? Si ustedes piensan, ellos eran del orden de 400 personas, ese era un número sustantivo de personas en el contexto de Medina, y se comportaban con tal dignidad que el resto de la gente olvidaba que ellos eran totalmente indigentes.

Tú no puedes pasar sobre esto sin reflexionar, porque esto tiene que ver con lo que ellos sabían de sí mismos, sabían quiénes eran, y sabían de lo que es ser un musulmán, y por lo tanto de cómo un musulmán debe comportarse.

Ellos aprendieron del comportamiento del Profeta (BP), y de lo que el Profeta (BP) les enseño del Corán. Ahora, un problema que persistió fue que dado que se comportaban con tal dignidad, la gente daba a otros que les pedían cosas, y entonces se olvidaban de ayudar a los “ahlal sufa”, y entonces llega el Corán y explícitamente dice que la virtud implica ir más allá de simplemente responder a la necesidad explícita de alguien. Nos indica que la virtud es desarrollar un alto nivel de empatía que permita reconocer la necesidad de otro.

¿Se pueden imaginar si esto fuera algo que se conversara con nuestros niños como musulmanes?, ¿Qué sus consciencias deberían estar atentas a las necesidades de otros?

 

Sigue la sura, y el Corán se mueve hacia otro problema social en Medina,

 

(275) LOS QUE devoran la usura se comportan como aquel a quien el toque de Satán ha sumido en el desconcierto; porque dicen: "El comercio es una forma de usura" –siendo así que Dios ha hecho lícito el comercio y ha prohibido la usura. Así pues, quien sea consciente de la advertencia de su Sustentador y desista [de la usura], podrá quedarse con sus ganancias pasadas y su caso queda en manos de Dios; pero los que reincidan --¡esos están destinados al fuego y en él permanecerán!

(276) Dios desprovee a las ganancias de la usura de toda bendición, pero bendice los actos de caridad con un incremento multiplicado. Y Dios no ama a quien es pertinazmente ingrato y persiste en el error.

(277) Ciertamente, quienes han llegado a creer, hacen buenas obras, son constantes en la oración y dan limosna --tendrán su recompensa junto a su Sustentador y nada tienen que temer ni se lamentarán.

(278) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Sed conscientes de Dios y renunciad a todas las ganancias de la usura que tengáis pendientes, si sois [verdaderamente] creyentes; (279) porque si no lo hacéis, sabed que estáis en guerra con Dios y Su Enviado. Pero si os arrepentís, tenéis derecho a [la devolución de] vuestro capital: no seréis injustos ni se os hará injusticia. (280) Sin embargo, si [el deudor] está en apuros, [concededle] una prórroga hasta que esté desahogado; y sería mejor para vosotros --si supierais-- condonarle [toda la deuda] considerándola una dádiva.

(281) Y sed conscientes del Día en el que seréis devueltos ante Dios. Entonces, cada ser humano recibirá lo que se haya ganado y nadie será tratado injustamente.

 

La usura era una práctica profundamente establecida en muchas partes de Arabia e incluso más allá de esta región, y había existido por siglos. Si ustedes, por ejemplo, leen lo que la Biblia reporta sobre lo que Jesús (BP) les dijo a los prestadores de dinero en el templo, verán que fue uno de los discursos más duros que se han atribuido a él. Ese discurso fue en respuesta a la misma institución financiera que afectaba a la sociedad de Medina. Dependiendo de la historia que leas, esos prestamistas se ubicaban alrededor del templo, o en partes tanto al interior del templo como también en su exterior. Jesús (BP) constantemente los confrontó y los condenó por sus prácticas de explotación hacia las personas, y les decía que todas sus pretensiones de ser personas religiosas y morales eran enteramente falsas.

El tema de los préstamos de dinero había sido entonces una institución recurrente en el cercano oriente, y en ocasiones tomaba formas bastante complejas, pero lo que se mantuvo de forma consistente a lo largo del tiempo es que ella preservaba los privilegios de clases, y perpetuaba el estar oprimido en las personas que caían en la trampa de los préstamos con usura.

 

En Medina la forma habitual en la que abordaban la usura era prestar y devolver el préstamo a tasas muy elevadas y acordadas. Las tasas podían ser: devolver el doble del monto en 30 días, o el 250 % en seis meses, o algo por el estilo. Especialmente en Medina, en una sociedad bajo asedio y en guerra, lo que prosperaba en este entorno eran los prestamistas, y una buena parte de ellos provenían de las tribus judías. También había prestamistas que no se habían convertido al islam, y otros entre los hipócritas que, al menos nominalmente, se habían convertido al islam. A medida que la economía de guerra empujaba a más gente a la necesidad, el negocio del dinero prestado crecía. A veces en los préstamos existía una forma de empeño, es decir, ponían algo como garantía del préstamo. En relación a esto último el Profeta (BP) prohibió que se pusiera a una persona como garantía, lo cual era una práctica muy común en Oriente Próximo incluida Arabia, donde se decía: "Bueno, voy a poner a mi hijo como garantía del préstamo, por lo tanto vivirá y servirá en su casa hasta que yo pague el préstamo a la tasa fijada". La gente ponía todo tipo de cosas como garantía: casas, oro, utensilios de las cocinas, mercadería, etcétera. Los préstamos sin garantía consideraban tasas de interés mucho más altas que aquellos con garantía, pudiendo llegar hasta un 500%.

 

No es solo que el Corán prohibió estas prácticas que acabó con toda una economía en Medina, sino que además nos entrega una imagen que indica que es como si los prestamistas estuvieran poseídos por demonios. Entonces acá debemos hacer una pausa para reflexionar.

El versículo 275 nos indica que esa gente es como si dijera: “Bueno, ¿qué hay de malo con esto de la usura si esto es tan solo la forma en que hacemos negocios? Así como algunas personas venden mercaderías y otras cosas, nosotros ponemos nuestro dinero al servicio de otros y por ello generamos una ganancia, de la misma forma que lo hacen los otros mercaderes”. Entonces existía una intención argumentativa para justificar esta determinada práctica. Ahora, la ética que hay detrás de esta práctica de la usura es que tú estás explotando la necesidad de la gente, y el prestamista de alguna forma está diciendo:” No te debo nada en vista de tu necesidad, y lo que hago es que me beneficio de ti”. Las personas que acudían a estos prestamistas en Medina eran siempre personas necesitadas, no eran mercaderes que usarían la plata para hacer negocios, sino gente necesitada, por lo tanto la premisa de su negocio era la explotación de la necesidad de las personas.

El Corán viene e indica que esa práctica de la usura es ejercida por personas que son como si estuvieran poseídas por demonios. ¿Cuál es la posesión demoníaca aquí? La posesión demoníaca es su amor y su compromiso con la inversión financiera sin importar las consecuencias morales, a ellos no les importaba las circunstancias de las personas que pedían el dinero, y se sentían con todo el derecho de hacer una ganancia con cualquiera.

Gran parte de lo que se desarrolló más adelante sobre la ley de la usura fueron debates extremadamente técnicos sobre si hay un aumento en el dinero, una devolución de algo por algo de la misma naturaleza, etc., pero se ignoró el punto esencial, que era la imposibilidad ética de aprovecharse de la necesidad de las personas.

Sí, la usura es un pecado, pero el tema va incluso más allá de la acción de la usura, porque lo que se está indicando es que si tu actitud hacia el dinero es que crees que tienes el derecho de generarte beneficios sin importar las consecuencias de tus acciones sobre los otros, estás en una posición profundamente inmoral. Es así como el mercado funciona en nuestros días, porque el capitalismo es como decir: “Yo debería obtener una ganancia, y si estos son términos injustos o si esto explota la situación de otros, no importa”.

Por ejemplo, imaginen que yo sé que ustedes necesitan una medicina y que no hay alternativas en el mercado, y entonces coloco un precio muy elevado, que me genera una enorme utilidad, y que yo sé que lo hace extremadamente difícil de comprar para la gran mayoría. La ética de la sura La-Vaca dice, aun cuando en este ejemplo técnicamente no hay usura, pero es en mi opinión, una práctica sin ética que es igualmente condenable por Dios, el actuar así es como describe el Corán, es como estar poseído por demonios.

De forma similar, si tú usas a alguien sin experiencia o sin conocimiento para realizar una matanza, explotando sus necesidades y carencias, aun cuando puede ser que no contradigas una norma jurídica técnica de la ley, pero en el nivel ético y moral tu pecado ante Dios no es menor que quien ejecutó la matanza.

Vean como una y otra vez la sura trata el tema de la relación entre la ley y la moralidad.

 

El equilibrio de este versículo 275 es que cuando la legislación llegó, a aquellos que habían conseguido ganancias por los préstamos realizados no se les exigió que las devolvieran.

 

En el versículo 279 se nos indica que no hacer lo que se nos está estableciendo es como estar en guerra con Dios y el Profeta (BP). Nuevamente, tomo esta expresión desde una perspectiva moral, porque deben notar el resto de la legislación. Primero se indica que ya no hay más usura, luego se indica que quienes prestaron dinero tienen el derecho de pedir la devolución del capital inicial prestado, pero luego, en el versículo 280, se indica que si supieran lo que es realmente bueno para ellos deberían dar a los deudores suficiente tiempo para que pudieran devolver el dinero que pidieron. Finalmente el versículo indica que si ellos realmente supieran lo que es verdaderamente bueno para ellos, perdonarían la deuda que mantiene el deudor.

Entonces, tomen el concepto de estar en guerra con Dios, y sumen a este el concepto que se nos dijo antes, el de actuar como si se estuviese poseído por un demonio, ¿qué es lo que notan? Lo que se nota es que de lo que se está hablando es de la actitud hacia los aspectos financieros y materiales. Si tu amor por el dinero te hace arrodillarte ante las ganancias sin que te importen las consecuencias que padecen otros por tus acciones, es como si estuvieras poseído por un demonio. Si tu amor al dinero te hace estar dispuesto a desafiar la ley de Dios, entonces es como decir que estás en una situación maldita, en la cual Dios no te bendecirá y no bendecirá tu esfuerzo.

Pero incluso el tema va más allá, y nuevamente nos habla de la actitud hacia las cosas materiales, porque no es solo que no se debe tomar ventaja de la necesidad de otros, y te indica que si vas a prestar un dinero es para hacer algo bueno, para hacer una bondad, y si realmente no necesitas que ese dinero te sea devuelto, y si realmente comprendieras la moral más apropiada hacia el dinero, entonces dirías que ese dinero no te sea devuelto, porque todo el asunto no tiene que ver con el dinero, sino que tiene que ver con la moralidad, con la ética, con la virtud, que deben ser sostenidas.

 

Hay muchas tradiciones atribuidas al Profeta (BP) relacionadas con el tema de perdonar una deuda, pero hay pocas de ellas que estén asociadas al contexto del discurso de sura La-Vaca. Una de ellas indica que el Profeta (BP) comentó que aquellos que ayudan a quienes están experimentando una situación financiera dolorosa, ya sea ayudándolos con un préstamo y siendo pacientes en su devolución, o ayudándolos con un préstamo sin tener expectativas que les sea devuelto, siendo esto superior a lo primero, estarán en un estatus especial en la otra vida bajo el cuidado de Dios.

Hay otro hadith reportado en este contexto que indica que el Profeta (BP) dijo que quien quiera que sus súplicas a Dios sean respondidas debería ayudar a alguien que esté en una situación financiera dolorosa, ya sea ayudándolos con un préstamo y siendo pacientes en su devolución, o ayudándolos con un préstamo sin tener expectativas que le sea devuelto.

 

¿Por qué les estoy resaltando esto? Porque nosotros estamos acostumbrados a decir: “díganme cuales son las reglas sobre este tema, o díganme cuales son las reglas sobre este otro tema”, y estamos preocupados por las tecnicidades de la ley, pero a menudo llegamos a lo que es un comando normativo de mayor nivel u orden, esto significa algo que es más fundamental y fundacional.

Esto es porque nuestra mente moderna está orientada hacia lo empírico, y esto significa que la mente moderna esta desarrollada para que pueda relacionar lo que puede ver y tocar. Es por ello que en nuestro sistema escolar en general, salvo colegios especiales, no exigimos o desarrollamos a los niños en el poder de la imaginación, en sus habilidades artísticas, o en la forma en que ellos se pueden relacionar con la naturaleza, o la forma en que ellos pueden notar cosas en la creación, etcétera, sino que ellos son formados y medidos para ser capaces de desarrollar y verificar su conocimiento empírico. Esta es la época del empirismo.

Ahora, debido a esto, cuando esta mente moderna va hacia la ley y la moralidad, es muy diferente como lo hacían nuestros bisabuelos. Ellos podían ser criados con alguien que les dijera: “haz siempre lo que es bueno y bondadoso”, y todo en su crianza y en su cultura no era todavía completamente empírico, lo podían relacionar con eso de maneras muy matizadas, que son completamente ajenas a la mente moderna.

La mente moderna tiende a no saber el cómo relacionarse con lo abstracto y con lo general, y tiende a exigir rápidamente lo que es concreto y específico. Si ustedes le preguntan a una persona anciana que creció en una sociedad musulmana, les dirá que era una práctica muy común y generalizada que entre las personas se prestaran dinero, y era muy significativo que las personas pensaran en términos muy concretos que su obligación era con Dios, y pensaban en esto de una forma aún más concreta que las exigencias de la mente moderna sobre respuestas concretas y específicas.

Con la llegada del empirismo hemos perdido nuestra habilidad para relacionarnos con estos valores. Si en nuestros días le dices a una persona: “Si no necesitas el dinero que prestaste entonces perdónale la deuda a tu deudor”, será algo extremadamente desestabilizador, algo que le producirá ansiedad, la persona se preguntará: “¿Acaso se supone que yo debo evaluar si realmente necesito que se me regrese ese dinero o no, y eso es lo que Dios espera que haga?, ¿Dónde está eso definido como ley en forma concreta y específica?”.

En mi visión, todo este movimiento no ha sido un movimiento hacia el empirismo, sino que ha sido un movimiento hacia lo inmoral. Es verdad que los seres humanos nos hemos beneficiado con todos los avances y estándares científicos que se han desarrollado para relacionarnos con el mundo, pero también es cierto que hemos perdido mucho. Hemos sido beneficiados con el desarrollo científico, como por ejemplo la capacidad de trasplantar órganos, pero junto con este conocimiento viene una enorme responsabilidad moral, y les puedo decir que tanto en las escuelas de medicina, o en las escuelas de leyes, o en las escuelas de negocios, la forma en la que se enseña ética sobre este tema es básicamente como simplemente sacar el tema del camino, y así poder decir que hemos enseñado ética. Incluso la forma en que se enseña la ética se ha reducido a leyes escritas para que los estudiantes de derecho o de medicina puedan relacionarse con ella, en lugar de desarrollar el carácter moral de los estudiantes, lo cual requeriría invertir en la espiritualidad de ellos como seres humanos. Se debería invertir en su formación en cuanto a la forma en que ellos se relacionan con un poder superior, pero, por supuesto, nuestros sistemas educativos modernos no pueden hacer eso y, de hecho, se nos instruye a no hacerlo. No se puede hablar con los estudiantes sobre su espiritualidad, eso no es profesional de acuerdo a la forma en que hemos construido nuestros sistemas educativos modernos.

 

Hubo un tiempo en que las personas musulmanas que eran mercaderes viajaban por el mundo haciendo sus negocios, ellos podían ir a Java y hacer comercio con la gente de ese lugar, y debido al hecho de realizar negocios se dieron cuenta que mucha gente se convertía al islam. Esos mercaderes musulmanes no eran ni teólogos ni juristas, pero la forma en la que, como seres humanos, se relacionaban con las otras personas generaba impacto en los otros. Un ser humano, antes de la llegada de la época del empirismo, podía negociar con un mercader y podía observar simplemente la moralidad de ese mercader, y debido a ello quedar impresionado con su forma de actuar, porque para ellos era mucho más significativo eso que cualquier aparato científico que el mercader pudiese tener. Al ver ese comportamiento el mercader no musulmán se decía: “Oh Dios mío, que comportamiento más hermoso, yo quiero seguir su religión”. La época moderna ya no funciona de esa manera, en la época moderna las personas ya no se relacionan con la moralidad de esa forma, y es por ello que alguien puede prestarme dinero y podría decirme: “tú necesitas ese dinero así que te perdono la deuda”, y entonces yo me pondría algo sospechoso sobre el por qué hizo eso, podría quedar agradecido pero al mismo tiempo pensar que esa persona es muy ingenua, o podría tener cualquier otra reacción psicológica sobre dicha acción, pero sería muy raro que debido a ese acto de generosidad una persona, hoy en día, en nuestra época, dijera: “Oh Dios mío, esta persona representa para mí un universo moral que yo debo descubrir, y entonces me hago musulmán”. Fue por eso por lo que antes de la predominancia del empirismo el islam se extendió debido a los mercaderes, por ello el islam se extendió en Indonesia, donde casi la totalidad de su población se hizo musulmana, incluso el islam allí se extendió de forma más generalizada que en Egipto donde la población copta nunca se convirtió al islam. Lo mismo con la población cristiana en Siria, ellos nunca se convirtieron al islam.

La forma en que la gente, en esa época, se relacionaba con la moralidad era de una forma mucho más fundamental, y de una manera psicológicamente más impactante que la gente de nuestra época moderna.

 

La razón por la cual les estoy mencionando todo esto es porque nosotros debemos aprender a relacionarnos con el Corán, y comprender que cuando Dios nos habla sobre algo como las deudas y la forma en que debemos relacionarnos con ella, ya se perdonándola o siendo empático al dolor de otro ser humano, ello está en un nivel fundacional, a un nivel de causa fundamental, y ello es muchísimo más fundamental que el comando legal positivo que solo se genera como resultado del principio moral fundacional.

 

Sigue la sura,

 

(282) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Cuando contratéis un préstamo por un plazo determinado, ponedlo por escrito. Y que un escribano lo redacte con equidad para ambas partes; y que el escribano no se niegue a escribir como Dios le ha enseñado: que escriba pues, y que le dicte quien contrae la deuda; y que sea consciente de Dios, su Sustentador, y no menoscabe en nada su compromiso. Y si quien contrae la deuda fuera débil de mente o cuerpo, o fuera incapaz de dictar, que dicte entonces su tutor con equidad. Y llamad para que sirvan de testigos a dos de vuestros hombres; y si no encontráis dos hombres, entonces, un hombre y dos mujeres que os parezcan aceptables como testigos, de modo que si una yerra, la otra subsane su error. Y los testigos no deberán negarse [a dar testimonio] cuando se les llame.

Y no os mostréis reacios a poner por escrito todas las disposiciones contractuales, sean pequeñas o grandes, junto con la fecha de vencimiento; esto es más equitativo ante Dios, más fiable como testimonio y mejor para evitar que os surjan [luego] dudas. A menos que se trate de una transacción que hagáis en el acto, en cuyo caso no incurriréis en falta si no lo ponéis por escrito.

 Y tomad testigos cuando negociéis entre vosotros, y que no se haga daño a ningún escribano ni a ningún testigo; pues si lo hacéis, ciertamente, sería una falta grave por vuestra parte. Y sed conscientes de Dios, pues es Dios quien [así] os enseña --y Dios tiene pleno conocimiento de todo.

(283) Y si estáis de viaje y no encontráis escribano, [podéis tomar] una fianza: pero si hay confianza entre vosotros, que aquel en quien se confía cumpla lo prometido y sea consciente de Dios, su Sustentador.

Y no ocultéis aquello de lo que habéis sido testigos pues, ciertamente, quien lo oculta tiene un corazón malvado; y Dios tiene pleno conocimiento de todo lo que hacéis.

 

Estos versículos nos hablan de otro tema recurrente en la sociedad de Medina.

Acá Dios interviene con algo que en el contexto histórico fue considerado tan poco usual como, por ejemplo, la exigencia que las mujeres podían heredar. Me refiero al proceso de documentación de las deudas.

Hay reportes que indican la ocasión en la cual estos versículos fueron revelados pero ninguno de ellos es confiable dado que sus cadenas de transmisión son muy problemáticas.

 

Noten la cantidad de veces que en los versículos se habla de “escribir”, “poner por escrito”, “escribano”. En él indica que si hay una deuda entre personas ella debe ser colocada por escrito, e incluso se indica que quién debe dictar las condiciones de la deuda es la persona que está pidiendo prestado el dinero. Si ustedes estudian la historia de las leyes, y si estudian leyes comparadas, se darán cuenta que esto es en sí mismo un enorme paso, porque se está exigiendo que la persona que contrae la deuda debe tener pleno conocimiento de lo que el contrato diga. Esto no es algo menor en las leyes.

El tratamiento coránico sobre este tema es realmente destacable, porque la sociedad de Medina no era una sociedad en la cual la escritura fuese parte de su cultura, y no existía en esa sociedad la práctica de reducir las transacciones en un documento escrito, y de hecho se generaron críticas sobre esta revelación entre los llamados hipócritas, los cuales decían cosas como: “Miren, el Dios de Muhammad (BP) está enseñándole a la gente a que no confíen los unos en los otros”. Decían esto porque en esa cultura la gente era valorada por su palabra, pero el tema era que en la cultura de La Meca y de Medina había una enorme cantidad de disputas que se remontaban a siglos atrás debido a que las personas discrepaban en relación a los términos que se habían comprometido en un asunto particular.

Entonces en esto hay varios principios. Evitar conflictos legales por medio de dejar por escrito los acuerdos. Luego se indica que el comprador, o el deudor, es quien dicta los términos del contrato o debe estar plenamente al tanto de las condiciones del contrato que está firmando.

Posteriormente en el desarrollo de la ley islámica hubo grandes y complicadas discusiones sobre esto. Entre las situaciones planteadas estuvo el tema de cuando el vendedor cuenta con formatos de contratos preestablecidos, y se entendió, dada las prescripciones coránicas, que el comprador o deudor deben estar plenamente al tanto de lo que va a firmar, y debe tener la posibilidad de cambiar los términos del contrato.

Luego el versículo habla particularmente sobre la situación en la cual una de las personas que está estableciendo un contrato tiene algún tipo de capacidad mental reducida, o si no tiene capacidad para dictar los términos del contrato, e indica que en estos casos estas personas deben llevar un representante para dictar los términos.

Luego se establece otro principio que fue radical para esa sociedad en esos tiempos, y este fue que los testigos no pueden incurrir en ninguna responsabilidad legal, ya que los testigos no son parte del contrato, solo son responsables de dar fe de la autenticidad de la dinámica, y el proceso, y la firma del documento. En las antiguas prácticas que se usaban en el cercano oriente, como en Arabia, Yemen, Iraq, los testigos eran considerados fianzas de un contrato, y a menudo el prestamista, que era la parte más fuerte, requería que el prestatario llevara sus testigos con él, y si el prestatario no satisfacía la deuda, el prestamista podía exigir que los testigos lo hicieran. Incluso en algunos casos si los testigos no podían responder financieramente ellos debían servir al prestamista, convirtiéndose en una especie de esclavos. Entonces el Corán llega y dice básicamente que esta era una práctica explotadora y la prohíbe.

Luego el versículo nos indica otra cosa que nuevamente fue muy radical para aquellos tiempos, y es que las mujeres podían ser testigos de un contrato. Unos de los reportes más interesantes que tenemos sobre esto es que en ellos se menciona que algunas personas se preguntaron: “¿Acaso las mujeres alguna vez han estado involucrada en los contratos?, ¿de qué está hablando el Corán?”.

Un par de cosas quiero decir con respecto a esto, y nuevamente les digo que ustedes son libres de aceptar lo que les diré, o no considerarlo.

Cuando el Corán hace una intervención como esta, cuando el Corán hace una intervención que no responde a las prácticas sociales reales o que, de hecho, no se limita a tomar las prácticas sociales existentes tal como son, sino que, en realidad introduce una práctica social inexistente, como las mujeres participando como testigos en los contratos, me hago la pregunta obvia: ¿por qué el Corán está haciendo esto? Si las mujeres no participaban en los contratos, y simplemente no tenemos algún reporte de la época donde se indique que de alguna forma alguna mujer participó como testigo en el establecimiento de los aspectos de un contrato de negocios, ¿por qué el Corán llega y establece que la mujer también puede ser testigo de esto? Este paso afirmativo del Corán es lo que llamó mi atención. En segundo lugar, siempre que el Corán establece una ley, y esa ley es "mugal-lal", "mugal-lal" significa que el Legislador entrega una justificación para la ley, es como si Dios nos dijera: "Así es como intervengo en este asunto y les doy una explicación", el principio legal o la máxima fundamental de la ley actúa como una puerta con manija: la manija es la causa operativa, y la causa operativa controla la puerta. Ya sea que la causa operativa exista o no, nos dice cómo manejar la ley. Dios a veces decreta leyes y no nos da una explicación, como es en el caso de la oración, es solo una regla, una regla sobre la cual podemos especular sobre su sabiduría, pero no hay una causa operativa, no hay una justificación real dada por el Legislador.

Entonces, lo que es destacable acá es primero la introducción de las mujeres en los contratos, y luego, dado que Dios sabía que la objeción a la participación de ellas en los contratos sería que las mujeres no tenían experiencia en estas prácticas de negocios, introduce una inserción moderada al indicar que sean dos mujeres, y responde a la inevitable objeción indicando que si una de ellas olvida algo entonces la otra le puede recordar. Esto es como si el Corán les hubiese dicho: “Dios sabe que ustedes objetarán que las mujeres participen en esto porque dirán que ellas no tienen experiencia, entonces para considerar y satisfacer sus preocupaciones sobre esto se ha indicado que sean dos mujeres”.

Ahora, curiosamente en la práctica legal islámica hubo instituciones que se desarrollaron siglos después con testigos profesionales, en respuesta a esta prescripción coránica, y básicamente esos testigos profesionales estaban adscritos al poder judicial, es decir, una de las ramas que componía el sistema judicial eran aquellos que habían sido certificados por la corte de justicia como testigos creíbles. ¿Por qué esto era importante? Porque tú podías ir y pagarle a uno de ellos para que fuera testigo del contrato que establecerías, y sabías que su testimonio sería válido porque la corte ya lo había certificado como tal. He tratado de descubrir si en todas las referencias a testigos profesionales en la práctica legal islámica existió la participación de mujeres, puede que hayan existido, pero nunca he podido encontrar una referencia sobre ello. No quiero generalizar ni decir que nunca la hubo, porque la historia islámica es extremadamente compleja y vasta, y siempre puede haber una excepción, por lo tanto insisto en que yo no encontré algún registro sobre una mujer que actuara como testigo profesional.

Esto es muy interesante porque a pesar de la intervención coránica para introducir a las mujeres como testigos, la práctica social estaba anclada en sus prácticas patriarcales.

Ahora, no creo que esas instituciones patriarcales, que son inequívocamente parte de la historia humana, pudiesen haber sabido que hacer, y no es que no supieran qué hacer con dos mujeres como testigo, sino con considerarlas como una parte de los testigos. No sabían qué hacer con las mujeres que presenciaban contratos, incluso los juristas fueron más allá, e intentaron justificar esto diciendo: "El testimonio de dos mujeres equivale al de un hombre, y la participación de mujeres podrá ser en contratos de deudas y financieros, pero no en matrimonios", lo que significó que las mujeres no podían actuar como testigos en un contrato matrimonial. Si preguntas por qué, la respuesta es: "Porque tenemos una prescripción para las deudas", y se niegan a extender esto a otro tipo de contratos. Así que la dinámica era la exclusión de las mujeres.

Donde crecí, en Egipto y Kuwait, nunca me encontré con una situación en la que una mujer haya sido testigo de un contrato de compraventa o de un contrato de deuda, ni siquiera testigo de un matrimonio, y esto sucede hasta el día de hoy.

Me preguntan a menudo: ¿cómo es que las mujeres son iguales a los hombres? Y yo les digo que el asunto, el principio, es la involucración de las mujeres. Mi argumento es que el acto excepcional fue que Dios nos dijo que incluyéramos el testimonio de las mujeres. Esto significa que, una vez que ya no hay razón para acomodar los sesgos del patriarcado, la intervención de Dios es como una trayectoria normativa; Dios nos desafía a llegar a ese punto, el de incluir a las mujeres en la testificación de contratos. Cuando Dios nos proporciona una explicación para la prescripción, ¿la explicación es para quién? Obviamente es para responder a una ansiedad humana, a una preocupación humana. Si esa ansiedad ya no está justificada ni presente, ¿cuál es la razón para mantener el sesgo hacia las mujeres en estos asuntos? Si sabemos que hay mujeres mucho más competentes que los hombres en asuntos financieros, económicos, transaccionales y legales, ¿cómo se justificaría mantener dicha restricción a las mujeres? Sabemos que hoy en día hay mujeres que ocupan un lugar en los tribunales supremos de justicia, y que son mujeres que saben mucho mas de leyes que muchos hombres, sería completamente absurdo seguir diciendo que si una de ellas participa como testigo en un juicio necesita a otra mujer para que le recuerde lo que pueda olvidar.

 

El versículo 283 nos entrega la posibilidad de una excepción a la regla indicada, y deben saber que estoy simplificando muchas de las complejidades en los argumentos legales sobre estos temas.

Antes de hablar de la excepción les puedo indicar que en el estudio de leyes comparadas, el hecho de que el Corán reconozca la excepción de conducta de curso, es algo impresionante, porque eso fue algo muy avanzado para la época de la revelación. De hecho en el derecho romano justiniano no existían excepciones al curso de conducta, y en todos los sistemas legales antiguos la idea de que hay contratos que no son parte del curso de la conducta y otros que sí lo son, era algo inexistente. Tampoco existía el concepto que los términos reales de un contrato pueden determinarse mediante la práctica habitual.  Por ejemplo, si tengo un contrato con usted y no especifico la fecha de entrega del producto, pero sí existe una línea de conducta, es decir, se han realizado transacciones comerciales entre las partes durante mucho tiempo, y yo, al revisar esa línea de conducta, digo: "Mire, normalmente la fecha de entrega es el día "x" a la hora "y"", no necesito escribirlo en el contrato, porque de hecho esto está definido por una línea de conducta anterior. Esto fue una definición bastante avanzada por el islam.

El versículo nos indica una excepción, que tiene que ver con la situación de cuando las personas están de viaje o en circunstancias donde se vuelve realmente complicado dejar por escrito el acuerdo, pero la excepción en sí no es lo significativo del versículo, sino que lo significativo es la forma como Dios nos explica la ley, entonces lo significativo no es la ley, sino la explicación que nos educa acerca de la razón, del por qué esta ley.

Dios nos ha indicado que debemos protegernos a nosotros mismos por medio de dejar escrito los acuerdos, luego nos enseñó sobre tener testigos para poder autentificar los acuerdos y las firmas de las partes, y Dios sabía que eso era algo incómodo para muchos dado que la mayoría eran personas iletradas, luego se incorporó a las mujeres como testigos de los contratos, y luego se establece el concepto de la conducta en curso, y finalmente se nos habla de un excepción en caso de viajes, pero lo que Dios nos enseña en este versículo, lo que está destacando, es que nada de esto funcionará adecuadamente si no hay honestidad entre las partes.

Entonces el principio moral que se nos establece es que, en todas las situaciones, debe haber honestidad.

Les daré un ejemplo, es como si yo les dijera: "Quiero que tomen todas estas precauciones que les he dado y que escuchen mi consejo", pero luego les digo: "Saben qué, con todas las precauciones que les di, si sus intenciones no son buenas y no son honestas, esto no va a funcionar".

Sin honestidad, que es el elemento mágico en esto, todo esto no funcionará. Si tú sabes que tienes una obligación con alguien y no la cumples, nada de esto va a funcionar. En las escuelas de leyes a esto le llamamos la “buena fe”. ¿Cómo se puede legislar legalmente la “buena fe”? Incluso cuando un juez dictamina lo hace sobre la “buena fe”.

Hay un libro que habla que los jueces y los tribunales ya no quieren dictaminar sobre la “buena fe”, y como resultado, se permiten contratos muy abusivos e injustos. ¿Por qué? Porque, ¿cómo puede un juez dictaminar sobre la “buena fe”?

En el Corán Dios viene, y Dios sabe lo que hay en tu corazón, y te dice que sin ese elemento mágico de la honestidad nada de esto va a funcionar.

Luego en el versículo Dios nos menciona otro elemento para tener presente en este proceso, y es tener consciencia de Dios, lo cual se explica por sí solo.

Luego el versículo nos destaca que gran parte de la desviación que observamos en las transacciones financieras se debe a que las personas no dan fe completa de lo que saben que es cierto, que ocultan toda o parte de la verdad, o la falsean, o que dicen "no sé" o "no recuerdo". Esto nos lleva de nuevo a la buena fe, no solo de los que están siendo parte del contrato, sino también del círculo social que rodea el proceso de contratación.

Recuerdo que hace años atrás un sheij, sheij Juani, estaba comentando sobre este versículo, y uno de los estudiantes le dijo: “Dios en este versículo habla de aquellos que sus corazones son impuros, son pecaminosos. ¿Significa que hacer lo que dice el versículo es un pequeño pecado, porque si fuera uno grande Dios hubiera dicho que quién ocultara su testimonio ÉL lo enviaría al fuego del infierno?”. Ese Sheij era un gran hombre y él era muy paciente, y le respondió a su estudiante de una forma muy tranquila, no sé si yo hubiese contestado de esa manera.

La expresión árabe es destacable, es como decir: “sus corazones están defectuosos”. Si tú realmente tienes piedad comprenderás que esto es mucho más problemático que una amenaza de que Dios podría castigarte o no, dependiendo de si Dios te perdona o no te perdona o lo que sea, pero cuando Dios dice que tu corazón está corrupto es como si nos dijera: “Mira profundamente dentro de ti porque no eres un buen ser humano”.  Recuerdo que Sheij Juani nos dijo que si tú tienes verdaderamente piedad, esto haría templar tus rodillas.

Si tu corazón está corrupto deberías preguntarte si tus oraciones son aceptadas, si tu ayuno es aceptado.

Finalmente Dios nos recuerda, inmediatamente después de hablarnos sobre fallar al dar testimonio, llevándonos nuevamente atrás hacia el primer principio, que debemos recordar que ya sea que ocultemos o encubramos la verdad, Dios sabe lo que hacemos y lo que hay en nuestros corazones.

Todas las tecnicidades que Dios nos entrega son porque las necesitamos nosotros como seres humanos, para manejar nuestros asuntos, pero cuando llega el momento de hacerse responsable ante Dios todas esas tecnicidades son precisamente eso, aspectos superficiales, porque Dios sabe lo que hay en nuestros corazones.

 

Sigue la sura,

 

(284) De Dios es todo cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra. Y tanto si manifestáis lo que hay en vuestras mentes como si lo ocultáis, Dios os pedirá cuenta de ello; y luego perdonará a quien Él quiera y castigará a quien Él quiera: pues Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa.

 

El versículo nos indica que sobre lo que ocultas como sobre lo que no ocultas, serás responsable de todo ello ante Dios.

 

Sigue la sura, y acá llegamos al último pasaje de sura La-Vaca. Lo que sigue es en primer lugar una reafirmación de nuestras creencias básicas.

 

(285) El ENVIADO cree en lo que se ha hecho descender sobre él procedente de su Sustentador, y [también] los creyentes: todos creen en Dios, en Sus ángeles, en Sus revelaciones y en Sus enviados, sin hacer distinción entre ninguno de Sus enviados; y dicen: "Oímos y obedecemos. ¡Concédenos Tu perdón, Oh Sustentador nuestro, pues a Ti es el retorno!

 

Primero Dios nos indica que la diferenciación entre los profetas es un asunto SUYO, mientras que nosotros los creyentes, nosotros como seres humanos, nosotros como musulmanes, debemos creer en los libros de Dios, y que los ángeles y los mensajeros son una verdad, y que cuando nosotros entendemos nuestra posición moral debemos entender que somos la continuación del mensaje que Dios ha estado enviando a los seres humanos desde nuestro padre Abraham (BP) hasta Muhammad (BP).

 

Ahora llegamos al versículo final de la sura,

 

(286) "Dios no impone a nadie sino en la medida de su capacidad: a su favor tendrá el bien que haga, y en su contra el mal que haga.

"¡Oh Sustentador nuestro! ¡No nos culpes si olvidamos o erramos, sin querer!

"¡Oh Sustentador nuestro! ¡No nos impongas una carga como la que impusiste sobre los que nos precedieron! ¡Oh Sustentador nuestro! ¡No nos hagas llevar una carga que no podamos soportar!

"¡Y borra nuestras faltas, perdónanos y concédenos Tu misericordia! ¡Tú eres nuestro Supremo Señor: auxílianos, pues, contra las gentes que rechazan la verdad!"

 

Esta es una de las partes más notablemente tiernas del Corán.

Esta es una súplica a Dios increíblemente tierna, que Dios nos ha enseñado.

Uno de mis recuerdos duraderos es cuando sheij Ghazali, unos pocos años antes de fallecer, el comenzó una clase que estaba llena de estudiantes repitiendo esta súplica, y en la medida que repetía esta súplica él lloraba, y luego todos los estudiantes comenzamos a llorar. Para mí, eso fue una indicación de un hombre cuyo corazón había llegado a ser el Corán.

Lo que Dios nos recuerda es que hay unos principios que tienen que ver con que Dios no le pide a un alma que cargue más de lo que puede soportar, y que la responsabilidad es individual, y que la esperanza y aspiración es que no estemos agobiados por el legado de nuestros antepasados, que no terminemos siendo castigados efectivamente por lo que hicieron quienes nos precedieron al tener que soportar las consecuencias de sus actos, y que Dios no nos pida más de lo que somos capaces de hacer, y que Dios es quien otorga el perdón y la misericordia, y que en última instancia Dios nos apoye para que podamos perseverar y ser victorioso contra aquellos que son nuestros detractores, aquellos que se oponen a nuestro camino.

 

Ahora, después de este largo viaje en esta sura, el cual Dios comenzó abordando el legado de los israelitas para educar a los musulmanes, para que aprendieran del legado de los israelitas, y luego en este viaje Dios nos entregó todos esos mandamientos prescriptivos y leyes, ÉL termina esta sura con esta súplica del versículo 286.

Frente a esto los teólogos musulmanes si hicieron una pregunta bastante obvia: ¿ Si Dios pronuncia y nos entrega esta súplica para que primero tomemos consciencia y recemos, pero en ella Dios nos indica que nos perdona si olvidamos o cometemos un error, que Dios no nos impone más de lo que podemos soportar, que Dios nos perdona y tiene misericordia de nosotros, etcétera, implica entonces esta súplica un mandato normativo sobre cómo nos debemos relacionar con las leyes, sobre cómo nos debemos relacionar con la ley misma?

La mayoría de los teólogos respondió con un sí rotundo a esta pregunta.

Así que, básicamente, Dios dice que esta súplica, además de ser una súplica también te indica cual debe ser tu actitud hacia la ley.

Recuerden que la ley es un tema constante en esta sura, y recuerden que el principio de moralidad consiste en incorporar e internalizar en ella, en la ley, las cualidades éticas que se nos enseñan a través de las cualidades éticas que Dios adoptó para describirse a SI MISMO.

Por lo tanto un tema constante en la administración de la ley es que no se debe imponer a las personas más de lo que puedan soportar, ni se les debe imponer más de lo que puedan manejar, y que la actitud de perdón y misericordia es un tema constante al que la ley debe aspirar.

Algo de lo que los musulmanes modernos no hablan mucho es que la actitud de la ley debe contribuir al empoderamiento de los musulmanes, que la ley no puede ser un instrumento para debilitarlos. Por lo tanto, la ley no puede imponer a las personas más de lo que pueden soportar, la ley no puede ser un instrumento que se use para causar dificultades.

Los musulmanes modernos a menudo, en el momento en que se habla de esto, sacan el tema asociado a las leyes de necesidad, pero ellas son leyes excepcionales, que se crean para responder a circunstancias especiales bajo un conjunto individualizado de hechos, pero aquí estamos hablando de lo que es como una brújula normativa para la ley. La ley de necesidad no aborda la cuestión última de si de hecho la ley exhibe perdón y misericordia, como de la misma manera que, simplemente la mecánica de la ley, no responde en última instancia a si la ley conduce al empoderamiento de los musulmanes o no.

(La ley de necesidad se aplica en diversas situaciones de emergencia, donde una persona actúa de forma excepcional y justificada para evitar un mal mayor o proteger un bien jurídico propio o ajeno. Ejemplos de su aplicación incluyen: Defensa propia: Una persona que se ve amenazada por un agresor puede recurrir a la violencia para protegerse a sí misma. Salvar una vida: Si una persona se encuentra en una situación de emergencia donde la única manera de salvar una vida es cometer un acto ilícito, el estado de necesidad justificante puede aplicarse. Evitar un daño grave: En casos donde la única manera de evitar un daño grave a terceros es infringir la ley, el estado de necesidad justificante puede ser considerado válido.

Es importante tener en cuenta que el estado de necesidad no es una excusa para cometer actos ilegales de manera indiscriminada. Debe existir una situación de extrema urgencia y proporcionalidad entre el acto cometido y el mal que se pretende evitar.)

 

Ahora haremos un resumen de sura La-Vaca.

 

Recuerden que esta fue la primera sura de larga extensión justo después de la emigración de La Meca hacia Medina. Una sura que aborda nada menos que la posición de los musulmanes, la trayectoria de los musulmanes, justo después del establecimiento de un sistema político, justo después del establecimiento de la constitución de Medina.

Lamentablemente en la historia no sobrevivió el documento original de la constitución de Medina, lo que tenemos hoy en día son reportes sobre ellas o diferentes manuscritos que son copias del original y que presentan ligeras diferencias entre ellos.

El primer tema que trata la sura es el asociado al pacto con Dios y quiénes son los que portan el pacto de Dios, y nos lleva a refutar y desafiar la idea de que el pacto de Dios es portado por razones étnicas, raciales, o como una cuestión de derecho. Por lo tanto, la sura desafía la creencia de los israelitas en cuanto a que ellos son los portadores del pacto de Dios y que por ello son el pueblo elegido.

Luego la sura nos toma y nos lleva a la alegoría de Adán y Eva, y nos indica el tema de la responsabilidad del ser humano, destacando los elementos de elección y volición, y la capacidad de entender del ser humano, que de alguna manera enfatiza el tema de la responsabilidad humana, y el tema de la volición, y el tema de la elección, como justificando incluso lo que Dios sabía que sucedería. Dios sabía que los seres humanos elegirían lo que está mal, y porque elegirían lo que está mal cometerían mucho mal, pero aun así, a un nivel filosófico profundo, el milagro de la voluntad en sí mismo, el milagro de la elección, justificó ese acto simbólico de prosternación de los ángeles, no porque Dios quería que los ángeles y shaitan adorasen a Adán, sino que era el símbolo de honrar el pacto y la herencia y, en última instancia, esta cuestión de la elección.

Imam Ghazali indicó que tener capacidad de elección es participar de algo en la divinidad, porque es solo lo divino lo que realmente tiene ese poder.

Luego sura La-Vaca nos lleva a una narrativa sobre quienes fueron un ejemplo viviente de personas que manejaron e interactuaron con el pacto de Dios, y esto lo hace a través de la historia de Abraham (BP) como el padre de la creencia en un Dios único. ¿Por qué? En parte, para decirles a los israelitas que reclamaban la propiedad moral del legado de Abraham (BP), que él no les pertenece, que Abraham (BP) le pertenece a quienes siguen la creencia en un Dios único; de eso se trata. La sura nos dice que no se trata de un pueblo elegido, ni de un legado histórico, ni de la dinámica histórica del pasado, sino del principio mismo de la creencia pura en un Dios único.

Luego, la sura aborda el ejemplo de los israelitas, y lo aborda con capas de complejidad porque, por un lado, habla de quienes recibieron la orden de luchar y no quisieron hacerlo, o de quienes fueron liberados y prefirieron la opresión y quisieron volver con los opresores porque preferían las comodidades de la vida; también habla de quienes se relacionaron con la ley de una manera muy pedante y miope, queriendo que la ley se tratara de detalles claros y perdieran de vista los principios básicos. Luego nos lleva a esa narrativa de aquellos que violaron un mandato específico y claro, el sabat en este caso, y como resultado, Dios los abandonó a sí mismos y, como lo describe el Corán, se volvieron como simios, es decir, vivían solo para satisfacer sus propios placeres materiales.

Luego la sura nos llevó a un ejemplo de los israelitas luchando con éxito en la historia de David (BP) y la derrota de Goliat, y a un ejemplo, al mismo tiempo, del tipo de sacrificio y disciplina que se requiere en la historia del río y de beber de él en el camino a la batalla.

En todas estas narrativas lo que vemos son narraciones sobre las luchas de la vida y sus propias luchas internas, porque al observar estas narrativas descubrimos que hay faraones por todas partes, y hay quienes los desafían y quienes se someten a ellos por todas partes. Todos estos son paralelismos que podemos encontrar: no hay un solo faraón, sino faraones en todas las épocas; no hay un solo David (BP), sino un David en todas las épocas; no hay un solo Goliat, sino un Goliat en cada época. Hay quienes Dios designa como reyes y son opresores y merecen ser resistidos en todas las épocas.

En estas constantes luchas de la vida, sura La-Vaca enfatiza una y otra vez que existen principios fundamentales subyacentes: Dios está cerca, Dios siempre está cerca, y tú te desvías del camino cuando pierdes de vista que Dios siempre está presente, y que Dios siempre está contigo. Dios siempre está cerca y se trata, siempre, de tu relación a Dios y con Dios. Una y otra vez la sura La-Vaca nos lleva a esto, es como si nos dijera: “Nada funcionará si pierdes de vista esto”

Noten que parte de la narrativa de los israelitas es para también hablar de aquellos que son manipuladores de las conversaciones, y que aunque la esencia del pacto descansa en las palabras, lo más peligroso que le puede pasar a las palabras es cuando las palabras quedan atrapadas y devaluadas por quienes por medio de ellas quieren manipular, porque de esa manera las palabras pierden sentido.

Luego la sura se focaliza sobre ese elemento de dualidad que podemos encontrar entre aquellos que hacen que las palabras pierdan su valor, y el Corán se refiere a ellos como los hipócritas, aquellos que pueden llegar a hablar de forma muy carismática y hermosa, pero finalmente cuando miras su comportamiento moral verás que son capaces de traicionar a las personas, de aceptar lo que es injusto y lo que está mal, y también son capaces de aceptar lo que es inmoral. La sura nos advierte del peligroso rol de los manipuladores de la verdad, de los manipuladores de las conversaciones y los discursos.

 

Luego sura La-Vaca nos lleva a una serie de temas morales que enfatiza. Nos habla sobre la injusticia, y nos indica que jamás lo injusto puede ser considerado como parte del pacto con Dios. La injusticia y el pacto con Dios jamás pueden estar mezclados. También nos habla sobre la codicia y el materialismo, y nos habla de la tendencia del ser humano a valorar las cosas y a medir las cosas por medio de estándares egoístas e interesados. También nos habla sobre la crueldad, y de corazones que ya no responden al llamado divino como tampoco al llamado de la moralidad, y nos advierte del peligro que proviene de esa crueldad en el corazón, o del peligro que se genera cuando la dureza se instala en el corazón.

 

Posteriormente la sura le enfatiza y les advierte a los musulmanes que en este camino moral el juicio pertenece solo y exclusivamente a Dios, y que la práctica de reclamar que el paraíso es solo para un grupo exclusivo, como lo hacen los cristianos y los judíos, no es una práctica ni seguida ni compartida por los musulmanes. La manera y forma que siguen los musulmanes es hacer lo que es moralmente correcto, y aceptan que Dios es meticulosamente justo, y que por lo tanto no es injusto con alguien.

 

La sura, después de habernos dado los ejemplos del pasado, usando la historia de los israelitas, responderá una serie de temas que surgieron en Medina, respuestas prescriptivas que dirán haz esto o no hagas esto. Pero antes de hacer esto Dios nos recuerda que el tema relevante no es el mecanicismo de la ley, que efectivamente debe haber leyes prescriptivas, pero que debemos entender que se trata de los principios, como cuando nos indicó que no se trata de hacia donde diriges tu cara para tus oraciones, porque Dios está en todas partes. Dios nos recuerda que el encontrar SU camino en la vida no es un asunto de tecnicismos, que aunque existen no son el fundamento, sino que el fundamento son los principios.

Habiendo establecido las fundaciones y los fundamentos, la sura procede a mencionar varios asuntos en respuesta a preguntas concretas que habían surgido en la sociedad de Medina, asuntos relacionados con la oración, la peregrinación, relacionadas a Saffa y Marwua, relacionadas a los principios del castigo, al matrimonio y el divorcio, a los derechos de los que se divorcian y de las viudas, y relacionados a las deudas y los contratos.

Me permito sugerirles que estudien estas leyes con detenimiento y observen la trayectoria de todas ellas, con una base moral razonable e incluso con una comprensión básica de la moral, descubrirán que la trayectoria de todas estas leyes fue la protección de los desprotegidos y el empoderamiento de los oprimidos, no en términos absolutos e ideales, sino en términos relacionales. La pregunta es: ¿cómo se puede crear y lograr mayor equidad y justicia dentro de las circunstancias posibles en un contexto determinado? Si hablamos de equidad en términos absolutos, independientemente de la realidad de una situación determinada, la equidad puede convertirse rápidamente en disposiciones legales carentes de sentido que la gente simplemente ignora por completo, o, de hecho, en leyes idealizadas que a menudo producen precisamente lo contrario. A menudo, cuando las personas analizan las instituciones jurídicas o la sociología del derecho, se preguntan: ¿por qué los jueces, los abogados o la práctica legal a menudo trabajan en términos tan graduales y evitan la pureza filosófica o las cosas que son filosóficamente puras? La razón es que cuando se trata de lograr resultados reales sobre el terreno que conduzcan a una mayor equidad sociológica, no se puede permitir, a nivel jurídico, la pureza filosófica, no se puede simplemente hablar en términos absolutos y lograr resultados sociológicos que sean más equitativos.

El error en el que suelen caer los musulmanes es precisamente el mismo que cometieron tantas naciones en el pasado: imaginar que solo porque los mandatos legales prescriptivos habían producido lo que era sociológicamente más equitativo en ciertas circunstancias, eso era todo.

La pureza filosófica se entiende a un nivel ético-moral y debe permanecer como una aspiración de la ley, alcanzable en términos relativos, según sea posible en diferentes épocas y lugares. Esto no significa que simplemente ignoremos las prescripciones, porque entonces ignoramos el proceso educativo que Dios nos envió para que lo estudiáramos y aprendiéramos sobre los mecanismos para hacer una reforma.

Entonces lo crucial en esta dinámica son los fundamentos morales que Dios nos establece como metas aspiracionales últimas. La forma en que nos relacionamos con el pacto con Dios, con el principio de obligación, con la voluntad y la elección, y en última instancia con la epistemología misma, el sistema de conocimiento que aprendemos de las aplicaciones legales, siempre está informado y moldeado por estos fundamentos subyacentes que Dios nos establece.

Así pues, lo que se ancla en esta idea revolucionaria de que somos la “nación del medio” es siempre relacional con algo. Es como decirte: "Lo que espero de ti es que hagas lo razonable". Bueno, si fueras un imbécil, dirías: "razonable, ¿qué significa? Voy a ignorar este consejo, no voy a aprender nada de él". Pero si no lo eres, dirías: "razonable, bueno, no puedo ser razonable a menos que también sea relacional con respecto a algo, porque la razonabilidad no se puede definir en términos absolutos, siempre debe definirse en términos de cuáles son los parámetros". Así que cuando Dios dice que somos “la nación del medio”, y no solo eso, porque esto está ligado a una obligación que deben dar testimonio sobre la humanidad, entonces Dios nos ha desafiado a estar a la vanguardia del arco moral de la razonabilidad.

En este contexto, encontramos extensas discusiones sobre la bondad, la justicia y la benevolencia. Dios subraya el papel de los textos divinos y la sabiduría como guía, y Dios nos advierte sobre todo el asunto de pensar que existen instrumentos que aceleran nuestra relación con Dios o que median en nuestra relación con Dios, como la ley o las instituciones de poder.

Dios nos enfatiza que, al comprender los fundamentos morales, debemos recordar que la injusticia, la opresión, y la coerción, van más allá de lo que cada uno merece según el derecho, y son incompatibles con el pacto de Dios, y con cualquier instrumento que Dios les haya dado, al pensar en su aplicación.

 

En el versículo 188 Dios nos advierte sobre entregar ciegamente nuestros asuntos a quienes están al mando. Al estudiar la vida del Profeta (BP) y la historia de sus compañeros, ¿qué es lo que más les llama la atención de la llamada Edad de Oro? Es que la gente se interesaba personalmente en todos los asuntos, se involucraba personalmente.

Es ingenuo e infantil pensar que los instrumentos que eran apropiados para lograr esto hace 1400 años sean apropiados para nuestra época. El desafío para nuestra época es encontrar instrumentos que logren lo mismo.

 

Luego no debemos olvidar el elemento más crítico que se repite en esta sura, en los versículos 177 y 189, el concepto de "al-bir". Este concepto clave que ha sido completamente ignorado por los musulmanes modernos. "Al-bir" es como recuerdas, es tu oración, tu imán, y también es tu relación con las cosas materiales, es tomar responsabilidad por aquellos que son tu carga inmediata, pero también tomar responsabilidad por tus parientes, y también tomar responsabilidad por los desamparados. “Al-bir” también es gastar de lo que más amas, y es entender que los desamparados no son menos que tú en valor, así que si te relacionas con ellos de alguna manera no puedes dañar su dignidad, y si vas a dañar su dignidad, entonces es mejor que no los ayudes.

 

Luego se nos indica un fundamento moral destacable cuando Dios dice que este camino, que esta dinámica, es una búsqueda por la paz y la tranquilidad. La opresión, la injusticia, son inconsistentes con este estado espiritual. Una persona que aprende a estar asustada aprenderá a ser hipócrita, y si aprende a ser hipócrita aprenderá a mentir, y entonces la idea de lograr paz y tranquilidad se vuelve imposible de lograr. También puede suceder lo que vemos en nuestra época moderna, hay personas que oprimen a la gente diciéndoles: “si ustedes expresan su opinión yo los enviaré a prisión para siempre, pero si estás conmigo te permitiré que seas feliz trayéndote conciertos de raperos y lo que quieras para distraerte”. Eso no es un estado de paz y tranquilidad.

 

Recuerden lo que dijimos en relación a lo mencionado por sheij Muhammad Abdu, si tan solo los musulmanes comprendieran la narrativa de sura La-Vaca, nunca habrían permitido que la idea del despotismo echara raíces en las sociedades musulmanas.

Esto también abarca todo el tema de la coerción, la cual es un gran problema moral. Las sociedades coercitivas, sociedades que descansan en la instrumentalidad de la ley y en el temor del castigo, para obtener el consentimiento de la gente, en lugar de persuasión, son sociedades en las cuales la inmoralidad prolifera, porque en estas sociedades las personas aprenden a esconder lo que hay en sus corazones y realizan lo que está mal en la absoluta oscuridad, y se vuelven moralmente dóciles e irresponsables.

 

Finalmente la sura nos toma y lleva a ese extraordinario y tierno cierre en el cual Dios nos dice que todo esto se trata de seguir un camino moral, a la altura de la responsabilidad de sostener el pacto con Dios, no creyendo que somos el pueblo elegido por Dios porque no existe un pueblo elegido por Dios, pero sí siendo gente de Dios, no porque tengas derecho a serlo, sino porque has seguido el camino de la moral divina. Pero tú debes entender que este camino no lo alcanzarás por coerción, y tampoco lo alcanzarás si ignoras la naturaleza, y la sociología, y la psicología de las personas, por pedirle a las personas que soporten lo que ellas no pueden soportar. Acá recuerden el estándar de responsabilidad, como les indiqué anteriormente el ser razonable, porque Dios no nos indica de que forma lograr ese balance, ese equilibrio.

El equilibrio entre ser moralmente recto y no agobiar a la gente con argumentos para lograr algo, y con ello cometer un acto inmoral, es muy difícil, y precisamente eso es la sabiduría.

¿Cómo lograr ese equilibrio? Para lograr ese equilibrio se requiere una enorme cantidad de sabiduría, que en nuestro lenguaje moderno podríamos decir que se requiere una enorme cantidad de educación, y no puede ser alcanzado por una sola persona. No podemos olvidar lo que el Corán nos ha enseñado sobre la "shura" (el consultarse unos con otros) y la necesidad de lograr una situación en la que no seamos como los faraones, sino que la gente empiece a aprender cuando se equivoca y sobre el mal camino, y pueda ser corregida por sus hermanos y hermanas. Por lo tanto, si el ambiente es opresivo y sofocante, las posibilidades de lograr ese equilibrio se vuelven mucho más difíciles de alcanzar.

 

No es una exageración decir que sura La-Vaca tomó a los musulmanes y los orientó hacia una completa actitud hacia la vida, porque si ustedes profundizan en esta sura, si la leen varias veces, encontrarán que en muchas de sus partes está hablando de cosas que has experimentado en tu vida, y tú pensarás: “oh, yo he experimentado esto, o yo sentí esto”.

 

Moralidad y ley, nuevamente, moralidad y ley. El desafío más difícil que ha enfrentado la humanidad desde que adquirió la capacidad de ser suficientemente letrada ha sido el articular estos dos conceptos, aunque sospecho que siempre los ha tenido de forma innata.

¿Cómo logramos ese equilibrio?

De eso trata Sura La-Vaca.

 

Gracias a Dios el Señor de todos los universos, eso es sura La-Vaca

 

 

 

 

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