Sura 2 La-Vaca (Parte 3: Hasta versículo 171)

Comentarios de Sheij Khaled Abou El Fadl (USULI INSTITUTE - www.usuli.org) 

Corán en español usado: Traducción al español realizada por Abdurrasak Pérez desde la versión en inglés de Muhammad Assad.

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EN EL NOMBRE DE DIOS, EL MÁS MISERICORDIOSO, EL DISPENSADOR DE GRACIA:

(125) Y, HE AHÍ, que hicimos del Templo un centro al que la gente pudiera acudir una y otra vez, y un lugar de refugio: tomad, pues como lugar de oración el lugar en el que Abraham se situaba.

Y encomendamos esto a Abraham e Ismail: “Purificad Mi Templo para los que han de dar vueltas en torno a él, los que permanecerán en retiro junto a él y los que se inclinarán y se postrarán [en oración].”

(126) Y, he ahí, que Abraham imploró: “¡Oh Sustentador mío! Haz de esta una tierra segura y provee de frutos a aquellos de sus habitantes que crean en Dios y en el Último Día.”

[Dios] respondió: “Y a quien rechace la verdad, le dejaré disfrutar por un tiempo breve --pero al final le arrastraré al sufrimiento del fuego: ¡que mal fin!”

(127) Y cuando Abraham e Ismail levantaban los cimientos del Templo, [imploraron]: “¡Oh Sustentador nuestro! ¡Acéptanos esto: pues, ciertamente, sólo Tú eres quien todo lo oye, quien todo lo sabe!

(128) “¡Oh Sustentador nuestro! ¡Haz que estemos sometidos a Ti, haz de nuestra descendencia una comunidad sometida a Ti, muéstranos nuestros ritos de adoración y acepta nuestro arrepentimiento: pues, ciertamente, sólo Tú eres el Aceptador de Arrepentimiento, el Dispensador de Gracia!

(129) “¡Oh Sustentador nuestro! ¡Suscita en nuestra descendencia a un profeta de entre ellos, que les transmita Tus mensajes, les imparta la revelación y la sabiduría, y les haga crecer en pureza: pues, ciertamente, solo Tú eres todopoderoso, sabio!”

(130) ¿Y quién, sino alguien de mente débil, querría abandonar la fe de Abraham a quien, en verdad, favorecimos en esta vida y en la próxima estará, ciertamente, entre los justos?

(131) Cuando su Sustentador le dijo: “¡Sométete a Mí!”--respondió: “Me someto a [Ti,] el Sustentador de todos los mundos.”

(132) Y esto fue lo que Abraham legó a sus hijos, y [lo mismo hizo] Jacob: “¡Oh hijos míos! He aquí, que Dios os ha escogido la fe más pura; no dejéis que os sobrevenga la muerte sin haberos sometido a Él.”

(133) ¡Pero no! Y eso que vosotros [mismos, Oh hijos de Israel,] dais testimonio de que Jacob, estando próxima su muerte, dijo a sus hijos: “¿A quién adoraréis cuando yo ya no esté?”

Ellos respondieron: “Adoraremos a tu Dios, el Dios de tus padres Abraham, Ismail e Isaac, el Dios Único; y a Él nos sometemos.”

(134) Esa es una comunidad ya desaparecida; recibirán lo que se hayan ganado, como recibiréis vosotros lo que os hayáis ganado; y no seréis juzgados por lo que hicieron.

 

(135) Y DICEN: "Sed judíos" o, "cristianos" --"y estaréis en el camino recto." Di: "¡No!, sino [que seguimos] la creencia de Abraham, que se apartó de todo lo falso, y no fue de los que atribuyen divinidad a algo distinto de Dios."

(136) Decid: "Creemos en Dios y en lo que se ha hecho descender sobre nosotros y en lo que descendió sobre Abraham, Ismail, Isaac, Jacob y sus descendientes, y lo que fue entregado a Moisés y a Jesús, y en lo que fue entregado a todos los [demás] profetas por su Sustentador: no hacemos distinciones entre ninguno de ellos. Y es a Él a quien nos sometemos."

(137) Y si [otros] creen igual que vosotros, estarán, ciertamente, en el camino recto; y si se apartan, sólo ellos habrán caído en el error, y Dios te protegerá de ellos: pues sólo Él todo lo oye, todo lo sabe.

(138) [Di: "¡Nuestra vida toma su] tinte de Dios! ¿Y quién puede teñir mejor [la vida] que Dios, si realmente le adoramos a Él?"

(139) Di [a los judíos y a los cristianos]: "¿Vais a discutir con nosotros sobre Dios? Él es nuestro Sustentador y también vuestro Sustentador --nuestro será el fruto de nuestras acciones y vuestro el fruto de las vuestras; y a Él nos consagramos por entero.

(140) "¿O diréis que Abraham, Ismail, Isaac, Jacob y sus descendientes fueron ‘judíos' o ‘cristianos'?" Di: "¿Sabéis más vosotros o Dios? ¿Y quién es más perverso que quien oculta un testimonio que ha recibido de Dios? Pero Dios no está desatento a lo que hacéis.

(141) Esa es una comunidad ya desaparecida; recibirán lo que se hayan ganado, como recibiréis vosotros lo que os hayáis ganado; y no seréis juzgados por lo que hicieron."

 

(142) LOS NECIOS de entre la gente dirán: "¿Que les ha apartado de la dirección en la que oraban hasta ahora?"

Di: "De Dios son el este y el oeste; Él guía a quien Él quiere a un camino recto."

(143) Y hemos hecho así de vosotros una comunidad intermedia, para que [con vuestras vidas] deis testimonio de la verdad ante toda la humanidad, y para que el Enviado de testimonio de ella ante vosotros.

Y sólo pusimos [para esta comunidad] la dirección de la oración a la que antes te volvías [Oh Profeta], para distinguir a aquellos que siguen al Enviado de aquellos que le vuelven la espalda: pues, ciertamente, ha sido una dura prueba, salvo para aquellos a quienes Dios ha guiado rectamente. Pero, en verdad, Dios no va a descuidar vuestra fe --pues, ciertamente, Dios es muy compasivo con los hombres, dispensador de gracia.

(144) Te hemos visto [Oh Profeta] mirar al cielo con frecuencia [buscando guía]: y ahora vamos a hacer que te vuelvas en la oración en una dirección que te es querida. Vuelve, pues, tu rostro hacia la Casa Inviolable de Adoración; y dondequiera que estéis, volved vuestros rostros hacia ella [en la oración].

Y, ciertamente, aquellos que han recibido la revelación con anterioridad saben bien que esta [orden] procede en verdad de su Sustentador; y Dios no está desatento a lo que hacen.

(145) Y, sin embargo, aunque presentaras todas las pruebas ante aquellos que han sido destinatarios de anteriores revelaciones, no seguirían la dirección en la que tu rezas; ni tú puedes seguir su dirección de oración y ni siquiera una parte de ellos sigue la dirección de los otros. Y si siguieras sus erróneas creencias después de todo el conocimiento que te ha llegado, ciertamente serías de los transgresores.

(146) Quienes han recibido la revelación con anterioridad, la conocen como conocen a sus propios hijos: pero, ciertamente, una parte de ellos oculta la verdad a sabiendas --(147) ¡la verdad que viene de tu Sustentador!

No seas, pues, de los que dudan: (148) pues cada comunidad se vuelve en una dirección que le es propia, de la cual Él es el punto focal. Así pues, rivalizad en buenas obras. Dondequiera que estéis, Dios os reunirá a todos ante Él: pues, ciertamente, Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa.

(149) Así, por dondequiera que salgas, vuelve tu rostro [en la oración] hacia la Casa Inviolable de Adoración --porque, ciertamente, esta orden viene en verdad de tu Sustentador; y Dios no está desatento a lo que hacéis. (150) Y, por tanto, por dondequiera que salgas, vuelve tu rostro [en la oración] hacia la Casa Inviolable de Adoración; y dondequiera que estéis, volved vuestros rostros hacia ella, de modo que nadie, salvo los empeñados en la maldad, pueda alegar nada contra vosotros. Pero no les tengáis miedo a ellos, sino temedme a Mí, y [obedecedme,] para que pueda completar Mi bendición sobre vosotros y podáis seguir el camino recto.

(151) Igual que os hemos suscitado a un enviado de entre vosotros mismos para que os transmita Nuestros mensajes, os ayude a crecer en pureza, os imparta la Revelación y la Sabiduría y os enseñe lo que no sabíais: (152) así pues, acordaos de Mí y Yo me acordaré de vosotros; y sed agradecidos conmigo y no Me neguéis.

 

(153) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Buscad ayuda en la paciencia y en la oración: pues, ciertamente, Dios está con los que son pacientes en la adversidad. (154) Y no digáis de los que han caído luchando por la causa de Dios: "Están muertos". Al contrario, están vivos, pero no os dais cuenta.

(155) Y ciertamente os pondremos a prueba por medio del peligro, del hambre, de la perdida de bienes, de vidas y de frutos [del trabajo]. Pero da buenas nuevas a los que son pacientes en la adversidad --(156) que cuando les sucede una desgracia, dicen: "En verdad, de Dios somos y, ciertamente, a Él hemos de volver." (157) ¡Sobre ellos se derraman la gracia y las bendiciones de su Sustentador, y ellos son los que están en el camino recto!

(158) [Por eso,] he aquí, que As-Safa y Al-Marwa están entre los símbolos establecidos por Dios; así pues, no incurrirá en error quien, habiendo acudido al Templo en peregrinación o en visita ritual, haga los recorridos entre ambas: pues, quien hace un bien mayor del que debe - ciertamente, Dios responde a la gratitud, es omnisciente.

 

(159) CIERTAMENTE, a aquellos que supriman la evidencia de la verdad y de la guía que hemos hecho descender, después de que Nosotros la hayamos hecho clara a los hombres por medio de la escritura divina --a esos Dios los rechazará, y todos los que puedan juzgar les rechazarán. (160) Salvo a quienes se arrepientan, se enmienden y den a conocer la verdad: de esos aceptaré su arrepentimiento --pues, sólo Yo soy el Aceptador de Arrepentimiento, el Dispensador de Gracia.

(161) Ciertamente, quienes se obstinen en negar la verdad y mueran mientras [siguen aún] negando la verdad --su merecido es el rechazo de Dios, el de los ángeles y el de todos los hombres [rectos]. (162) En ese estado permanecerán; [y] no se les aliviará el sufrimiento ni se les concederá prorroga.

 

(163) Y VUESTRO DIOS es el Dios Único: no hay deidad sino Él, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia.

(164) Ciertamente, en la creación de los cielos y de la tierra, en la sucesión de la noche y el día: en las naves que surcan el mar con lo que es de provecho para el hombre: y en las aguas que Dios hace descender del cielo, dando vida con ellas a la tierra, antes muerta, y haciendo que se multipliquen en ella toda clase de criaturas: en la variación de los vientos, en las nubes sujetas a su curso entre el cielo y la tierra: [en todo eso] hay mensajes claros para gentes que usan su razón.

(165) Y aún así, hay gentes que eligen creer en seres que supuestamente rivalizan con Dios, y les aman como [sólo] Dios debe ser amado: pero los que han llegado a creer aman a Dios por encima de todo.

¡Si quienes están empeñados en hacer el mal pudieran tan sólo ver --como lo verán cuando se les consigne al castigo [en el Día de la Resurrección]-- que todo el poder pertenece sólo a Dios, y que Dios es severo en [imponer] el castigo!

(166) ¡[En ese Día] los que han sido [falsamente] adorados se desentenderán de sus seguidores y estos verán el castigo [que les aguarda], una vez destruidas todas sus esperanzas! (167) Entonces dirán sus seguidores: ¡Si tuviéramos otra oportunidad [de vivir], nos desentenderíamos de ellos como ellos se han desentendido de nosotros!"

Así les mostrará Dios sus acciones [de forma que les cause] un amargo remordimiento; pero no saldrán del fuego.

 

(168) ¡OH GENTES! Comed de lo lícito y bueno que hay en la tierra, y no sigáis los pasos de Satán: pues, ciertamente, él es enemigo declarado vuestro, (169) y os invita a hacer el mal y a cometer actos indecentes, y a atribuir a Dios aquello de lo que no tenéis conocimiento.

(170) Pero cuando se les dice: "Seguid lo que Dios ha revelado," algunos responden: "¡No!, seguiremos [sólo] lo que hemos hallado que creían y hacían nuestros antepasados." ¡Pero! ¿Aun si sus antepasados no usaban la razón y carecían de toda guía?

(171) Y así, la parábola de aquellos que se empeñan en negar la verdad es la de una bestia que al oír el grito del pastor no percibe sino el sonido de una voz y una llamada. Son sordos, mudos y ciegos: porque no usan su razón.

 

 COMENTARIOS DEL SHEIJ KHALED ABOU EL-FADL

 

Cuando iniciamos el estudio de esta sura nos saltamos la explicación de los versículos 17 al 19, y les indiqué que los veríamos más adelante, bueno, veámoslos ahora.

 

(17) Su parábola es la de gentes que encienden un fuego: pero tan pronto como este ilumina todo a su alrededor, Dios se lleva su luz, dejándoles a oscuras, sin que puedan ver: (18) sordos, mudos, ciegos --y no pueden volver.

(19) O [la parábola] de una violenta tormenta, con tinieblas, truenos y relámpagos. Se llevan los dedos a los oídos para no oír el trueno, por miedo a la muerte; pero Dios rodea [con Su poder] a todos los que niegan la verdad.

 

Las parábolas coránicas nos traen algunas reflexiones. Algunas veces ellas están en el inicio de una sura y otras veces en medio de ellas, cuando están al inicio yo las llamo “parábolas orientadoras”, porque una vez que terminas de estudiar toda la sura y observas el discurso integral de ella, te encuentras que todo ese discurso encaja perfectamente con la parábola que estaba al comienzo. Entonces la parábola no está mencionada por casualidad en esa posición, ni tampoco para registrar un tema menor.

Primero se nos habla que esas personas son como quienes prenden un fuego, y una vez que el fuego se ha encendido Dios aleja de ellos la luz. En los tafsir tradicionales siempre se ha entendido esta parábola como que una vez que el fuego estaba ahí, Dios aleja de ellos la luz porque los deja sin vista, es decir, ellos se vuelven ciegos. Entonces indican que esas personas que encienden ese fuego no se pueden realmente beneficiar de él completamente, o que se benefician de una manera peligrosa, porque aunque se pueden beneficiar de su calor, no lo pueden hacer de su resplandor, y como están ciegos, fácilmente se pueden quemar con dicho fuego.

Ahora, si ustedes observan el lenguaje usado por el Corán verán que una vez que ellos han encendido el fuego, Dios aleja la luz de ellos. El fuego que ellos encienden es una realidad material física, ¿qué es esa realidad material física?, ¿cuánta luz logra generar?, ¿cuánta luz real producirá para iluminar la oscuridad? En realidad es bastante limitada y no tiene nada que ver con la guía real; ilumina solo una realidad material muy limitada a su alrededor. Si no tienen guía interna, esa realidad material tiene una utilidad muy limitada. Dicho de otro modo, esas personas creen que están iluminadas, y caen en la trampa de pensar que la iluminación consiste en producir la cantidad adecuada de fuego que refleje la cantidad correcta de luz, pero eso no tiene nada que ver con la iluminación. De hecho, puedes generar luz que elimine relativamente cierta oscuridad a tu alrededor, pero aun así, internamente, estás completamente perdido y desorientado.

Esta dependencia ciega de factores materiales para la idea de guía es precisamente el problema que esta sura indica una y otra vez.

De hecho, cuando la sura describe a estas personas, dice que ellas están sordas, mudas y ciegas; y a menudo esto es una metáfora para describir a personas completamente perdidas. Personas que independientemente de su relación con las cosas materiales, en última instancia, carecen de sentido; son incapaces de encontrar su camino, por mucho que logren encender un fuego en el mundo material.

Dicho de otro modo, cuando conoces a alguien que ve con el corazón en lugar de con los ojos, ¿de dónde proviene eso? De la relación con Dios.

¿Cómo vas a distinguir entre corruptores y bienhechores si mides las cosas en términos de lógica material? Siempre, como cualquier buen abogado, podrás encontrar una base racional para justificar la corrupción como algo bueno. Los seres humanos siempre pueden recurrir a argumentos empíricos para decir: "Bueno, ya sabes, entendamos las circunstancias especiales", porque rara vez los seres humanos dicen en forma directa que era bueno matar o asesinar a alguien, sino que siempre recurrirán a argumentos empíricos que justifiquen y defiendan eficazmente la conducta inmoral.

El ejemplo típico de esto es que, en cada relación opresiva, la élite afirma que una pequeña minoría sufre para que ellos, la élite, puedan prosperar y, a través de su prosperidad, esta pueda ayudar o extender beneficios a la población en general. Esa es la afirmación que siempre ha existido, desde los albores de la historia, para justificar las cosas inmorales. La élite dice: "Bueno, ya sabes, ves a este pequeño grupo de personas que mueren de hambre, al pequeño grupo de personas que se pudren en prisión, al pequeño grupo de personas que son masacradas en la guerra, a este pequeño grupo de personas que desaparecen o son secuestradas, o lo que sea que les suceda, o que se pierden por la piratería como en los viejos tiempos, o lo que sea, pero mira el panorama general, sí, hay un pequeño grupo de personas que a nadie le importa, sufren, pero no valen nada, porque debes observar el sistema en general, y ese sistema general nos permite disfrutar de nuestro privilegio y, al disfrutar de nuestro privilegio privado, viviendo en los lugares en los que vivimos y dirigiendo y gestionando lo que hacemos, les damos trabajo a las mayorías y les ayudamos, para que así ellos, a cambio, puedan comer.” Así la elite convence a las mayorías para que ignoren a las minorías, porque mientras la mayoría viva satisfecha, todos podemos ignorar el sufrimiento de las minorías.

Veremos cómo esta sura retorna a este tema; volverá a la cuestión de ese tipo de lógica. Por ahora, entiendan que estas son las típicas defensas utilitarias y empíricas que el ser humano construye si no se basa en un sentido del bien y del mal que, desde una perspectiva islámica, se desprende de las enseñanzas de Dios.

Es muy fácil aceptar, y la imagen en esta parábola es notable, simplemente aceptar ese fuego que proyecta un pequeño círculo de luz en la oscuridad como iluminación, pero eso no tiene nada que ver con la iluminación. Sí, puedes encender tantos fuegos materiales como quieras, pero seguirás viviendo en la oscuridad.

 

Luego tenemos la segunda parábola, en la cual se nos habla del trueno y de la luz. Ahora, cuando una persona coloca sus dedos en sus oídos por temor a morir cuando hay truenos y relámpagos, lo que está haciendo es completamente inútil, porque no evitará que el relámpago le pueda causar la muerte tapando sus oídos. Lo que muestra esto es que la relación de esa persona con las cosas materiales, algo que el Corán en forma permanente y consistente menciona, es del tipo impresionista y basada sobre perspectivas muy limitadas. Los seres humanos, como seres creados dentro de un universo que es mucho más amplio que ellos, tienen un acceso muy limitado a todo ese universo, y por lo tanto en lo que basan su realidad es extremadamente limitado, y entonces aquello en lo que a menudo confían para renunciar a la guía de Dios es extremadamente engañoso.

Entonces, lo primero es que tenemos a ese tipo de personas que al encontrarse frente a truenos y relámpagos se aterrorizan frente a la posibilidad de morir, y entonces colocan sus dedos en sus oídos. En segundo lugar es que ese tipo de personas solo progresan cuando el relámpago levanta la oscuridad, pero cada vez que el relámpago desaparece ellos se quedan quietos sin progresar. ¿Cuánto progreso se logrará si solo se avanza cuando hay luz de un relámpago? Se logrará un progreso muy limitado.

Si te relacionas con el mundo creado desde una lógica puramente material, tendría sentido que avances mientras exista el rayo que cae del cielo, y permanezcas estático e inmóvil mientras no lo haya. Te enfrentas a algo que suena fuerte y aterrador, aunque el verdadero peligro es ser alcanzado por un rayo, el verdadero peligro no proviene del trueno, sino del rayo que pone en peligro tu vida.

La parábola, la imagen que establece el Corán, es como si los seres humanos, al confiar únicamente en la realidad material para definir lo apropiado, para definir su ser normativo, definieran el progreso y los impulsos de la vida con criterios extremadamente miopes, como si el rayo les proporcionara luz y su ausencia les obligara a permanecer inmóviles. Esto es altamente insuficiente e insatisfactorio.

De nuevo, simbólicamente, la percepción que necesitas, la conciencia que necesitas debe ir más allá de los elementos materiales del rayo en el cielo, la oscuridad y la tormenta. Vivir cautivado únicamente por estos elementos es, sin duda, una imagen aterradora.

Si eres de quienes viven una vida sin nada más allá de tu existencia material, el Corán crea para ti una imagen sobre la que debes reflexionar, porque te dice que es como si tu sentido de la realidad fuera tan engañoso como vivir con tormentas eléctricas, cosas que te asustan, iluminado por lo que crees que es una gran luz, pero que en realidad es extremadamente limitante y no revela nada de la verdad ni de la oscuridad. Es una imagen que te hace sentir la soledad, la inseguridad, el miedo y el engaño.

 

Más adelante veremos cómo estas metáforas sirven a toda la sura.

 

Ahora revisemos el versículo 38 sobre el tema de Adán y Eva,

 

(37) Luego Adán recibió palabras [de guía] de su Sustentador, que aceptó su arrepentimiento: pues, en verdad, sólo Él es el Aceptador de Arrepentimiento, el Dispensador de Gracia. (38) [Pues, si bien] dijimos: “Descended todos de este [estado],” ciertamente, os llegará de Mí una guía, y los que sigan Mi guía nada tienen que temer y no se lamentarán; (39) pero los que se obstinen en negar la verdad y desmientan Nuestros mensajes --esos están destinados al fuego y en él permanecerán.

 

Dios les informa que de ahí en adelante deberán llevar una vida terrenal, en otras palabras, les indica que les heredará la Tierra, y que ellos recibirán Su guía. Dios les indica que aquellos que sigan SU guía no tendrán razón para temer ni para estar tristes.

La razón por la cual he querido volver a este versículo y hacer una pausa de reflexión, es porque nosotros sabemos que los libros revelados no fueron entregados a los seres humanos en forma inmediata, de hecho, los seres humanos permanecieron analfabetos durante mucho tiempo. La alfabetización, el que los seres humanos desarrollaran el lenguaje escrito para que la alfabetización se convirtiera en un medio confiable, necesitó una cantidad considerable de tiempo.

Conocemos a Abraham (BP) como el padre de los profetas, y conocemos la narrativa en el Corán sobre Abraham (BP) cuando reflexiona sobre la unidad de Dios, y utiliza la guía innata para comprender la unidad de Dios y rechazar la idolatría. Dado esto, entre los aspectos que los teólogos musulmanes debatieron en la época premoderna, es que cuando Dios habla en estos versículos de “una guía”, ¿qué significa que los seres humanos recibirán una guía?, ¿se refiere esa guía solo a los libros revelados a Moisés (BP), a Jesús (BP), y a otros profetas? Si se refiere a los libros, habría que considerar que el número de libros revelados es bastante menor que el número de profetas enviados, y el número de profetas, de los cuales tenemos conocimiento, es mucho menor que el número de seres humanos que han existido. Esta es la razón por la cual muchos teólogos musulmanes argumentaron que es ineludible comprender que la guía original es el intelecto y la capacidad de razonar, y aquí original no significa original como algo primero en el tiempo, sino como una guía a priori, una guía que es más fundamental que cualquier otra cosa. Esa es la guía original, la guía fundamental.

Por supuesto, este es un tema muy importante y profundo, pero debemos entender que es ese intelecto, el que fue capaz de dar guía como nos ilustra la historia de Abraham (BP), que fue ese intelecto el que el Profeta Muhammad (BP) usó para adorar a Dios antes de convertirse en profeta, para purificarse como ser humano y volverse una persona confiable, honesta y veraz.

Por lo tanto, la virtud a priori se basa en la razón afirmada por la revelación.

Por supuesto que con esta postura la gente de Ahlal-Hadith estaba absolutamente descontenta, y ellos han intentado convencer a todos de que, si uno tiene esta postura, es porque eres Muttazilita. Sin embargo, le sorprendería que, por ejemplo Al-Mataridi, quien claramente no era un Muttazilita, o Razi, quien criticó a los Muttazilitas consistentemente a lo largo de su tafsir, tenían esta postura, porque ella no tiene nada que ver con ser o no ser un Muttazilita.

 

Recuerden que esto se nos narra en la sura justo después de que se nos mostró la narrativa de que Dios le dio el pacto a Adán y Eva. La noción de que la guía a priori debía ser el intelecto es la misma que cuando Dios le dio a Adán y Eva el pacto, porque el instrumento para elegir cumplirlo o no, es el intelecto.

Por eso los teólogos musulmanes solían decir: ¿Qué habría sucedido si shaitán se hubiera acercado a Adán y le hubiera dicho: "mata a Eva"? ¿Y si Adán hubiera matado a Eva? ¿Habría podido Adán decir: “Oh, Dios, pero no me dijiste que no matara a mi esposa”? La mayoría de los teólogos afirmaron que eso hubiese sido un error evidente de Adán, y que Dios hubiese dicho: “No te dije que no mataras a tu esposa, pero deberías haberlo sabido, simplemente por los elementos del intelecto que te han sido dados”.

Cuando Dios crea algo, tú no tienes derecho a exterminar esa existencia. Ahora bien, podrías equivocarte y decir que leíste mal el texto, o que interpretaste mal ese texto como si te diera derecho a exterminar esa existencia, lo cual es un error de lectura, pero eso es muy diferente a decir: “Pensé que tenía derecho a exterminar lo que Dios creó solo porque mi juicio es igual al de Dios”. Ahora bien, con ello podríamos entrar en el tema de los errores evidentes en la interpretación de los textos, pero eso nos llevaría a niveles de complejidad en los que no es necesario profundizar ahora.

Entonces existen elementos de razonamiento a priori. La gran mayoría de los teólogos musulmanes afirma que el "tawhid" en sí mismo es un elemento de razonamiento a priori, el saber que solo hay un Dios es en sí mismo un elemento de razonamiento a priori. ¿Por qué? Porque si hubiera muchos dioses no habríamos encontrado unidad en la creación. El Corán creado indica un único creador.

Decir simplemente que la creación existe sin una causa primera, de nuevo, para la mayoría de los teólogos musulmanes es algo contrario a la razón; es como decir que una enciclopedia, de alguna forma, se escribió sola.

 

La razón por la cual también he querido señalar este tema, además de los debates teológicos al respecto, es por la siguiente cuestión: ¿Puso Dios simplemente a los seres humanos en la tierra y los obligó a hacer el bien sin darles los instrumentos para hacer el bien? Si el intelecto fuera completamente incapaz de comprender cualquier elemento, incluso los elementos a priori de bondad, como por ejemplo, no matar, ¿cómo podría Dios haber puesto a los seres humanos en la tierra y luego acusarlos de no hacer el bien si no recibieron ningún instrumento para hacerlo? Las tradiciones islámicas sobre esto son extremadamente matizadas y sofisticadas, pero se las estoy resumiendo para que sepan que existen. Lamentablemente los musulmanes modernos se inclinan a generalizar sobre esto, y es porque en el 99 % de los casos ellos no tienen la capacidad de leer los textos teológicos escritos en nuestra tradición islámica. Muy pocos musulmanes pueden leer la discusión de Razi sobre estos temas específicos y realmente entender lo que Razi estaba diciendo, hay muchos musulmanes que pueden hojear esa sección, saltarla, y luego pretender que han leído a Razi. Lamentablemente esa es la realidad en la que estamos encerrados los musulmanes modernos. De muchos musulmanes escuchas muchas generalizaciones, ellos hablan sobre la base de lo que la gente asume que debe existir, pero no sobre la base de una investigación y un estudio real de lo que la tradición islámica ha generado y producido, actúan como si el intelecto no fuera una guía.

 

El ejemplo que a menudo es dado en relación a esa guía primordial y fundamental es la historia de los hermanos Caín y Abel, en la cual el primero asesina al segundo, y es algo que se establece como malo y equivocado, como un pecado, sin haber existido en esos momentos un libro revelado.

 

Otro tema es que, a menos que tú estés entrenado en temas filosóficos, o seas una persona muy intuitivamente pura, a menudo tendrás dificultades para obtener orientación a través del intelecto, pero hay un camino alternativo o una puerta trasera para esto, y es que muchas personas pueden no saber intuitivamente qué es correcto o incorrecto, pero ellas saben intuitivamente cuáles son probablemente los resultados de los susurros de shaitán. Puedes encontrar a muchas personas que dicen: "No lo sé, pero probablemente este sea shaitán susurrándome, pero igual lo haré".

Si llegas al punto de decirte a ti mismo que probablemente es shaitán quien te habla, entonces probablemente sea en efecto shaitán quien te está hablando, y probablemente sea tu intelecto, tu mensajero interno, quien te está diciendo qué está bien y qué está mal. Pero el problema es que, como la gran mayoría, somos muy buenos ignorando esa voz inicial de nuestra guía primordial, esa voz del bien y del mal que nos habla desde el principio, y siempre encontramos la manera de decir: "Bueno, estos quizás sean los susurros de shaitán, pero en realidad no son susurros de shaitán porque tengo razones para saber que no son”, o decimos: “Tal vez sean susurros de shaitán, pero tengo razones convincentes que hacen esos susurros irrelevantes".

Les daré un consejo. Si en cualquier situación te dices a ti mismo, o si haces una pausa y algo dentro de ti te dice que quizás shaitán te está susurrando, entonces lo más probable es que sea precisamente el susurro de shaitán, y es tu mensajero interno quien te está dando la alarma. El verdadero desafío es darte cuenta de cuándo lo estás ignorando. Es como si fuera la alarma que suena por la mañana para despertarte, que te despierta, pero luego la silencias y te vuelves a la cama. Esa es precisamente la relación que tenemos con nuestra conciencia la mayor parte del tiempo, silenciamos la alarma y nos vamos a la cama.

 

Dijimos que aproximadamente el primer tercio de esta sura está dirigida directamente sobre el tema de los israelitas, pero todo lo que se indica sobre ellos es también directamente relevante para nosotros los musulmanes, y para todo ser humano. Recordemos por ejemplo el versículo 42 al 44:

 

(42) Y no cubráis la verdad con falsedad, ni ocultéis la verdad a sabiendas, (43) y sed constantes en la oración, y gastad en limosnas, e inclinaos en oración con los que se inclinan. (44) ¿Ordenáis a otra gente que sean piadosos, olvidándoos de serlo vosotros mismos, que leéis la escritura divina? ¿Es que no vais a usar vuestra razón?

 

En estos versículos se nos habla de la tentación de ocultar o suprimir la verdad para obtener alguna ventaja o beneficio material. Esto es algo extremadamente relevante no solo para los israelitas, sino para todo ser humano. Luego el Corán nos recuerda, una y otra vez, no solo a los israelitas sino a todo ser humano, sobre la relevancia de la oración y de hacer caridad. Luego el versículo 44 cuestiona a quienes aconsejan a la gente que haga el bien y se olvidan ellos mismos de hacerlo. EL desafío para cada persona es mirarse y corregirse a sí mismo más que mirar y corregir a los otros. El riesgo de estar siempre mirando y haciendo notar las fallas de los demás es que olvides mirarte a ti mismo y hacerte notar tus propias fallas. Esto es algo sobre lo que el Corán repetidamente nos advierte.

 

Luego quisiera recordarles el versículo 45:

 

(45) Buscad ayuda en la firme paciencia y en la oración: esto es ciertamente difícil, excepto para los humildes de espíritu, (46) que saben con certeza que encontrarán a su Sustentador y que a Él serán devueltos.

 

El versículo nos indica que, y nuevamente les recuerdo que aunque se está refiriendo a los israelitas también es un mensaje directo para nosotros, estos desafíos morales como el de no tener un doble estándar, o el de fijarse en las fallas de otros y olvidar mirarse a uno mismo, o el de volver la religión un vehículo para el egoísmo y la obtención de beneficios materiales, para todos estos, el instrumento para resistir a todo esto es la perseverancia y la oración.

Estos desafíos son realmente formidables, excepto para aquellos que realmente son humildes ante su Señor, aquellos que se ven así mismos viviendo permanentemente bajo la mirada de Dios.

La conciencia moral suele basarse en un acto de humildad. Cuando se está en un estado de arrogancia, cuando se está en un estado de egoísmo, es muy difícil ser moralmente consciente.

La clave de la conciencia moral es un estado de humildad donde uno mira constantemente hacia dentro de uno mismo, y se responsabiliza ante los demás.

Sobre el versículo 45 hay narraciones que reportan sobre Ibn Abbas pero también sobre otros compañeros del Profeta (BP).  En uno de ellos se indica que Ibn Abbas iba viajando cuando recibe la noticia que su padre había muerto, en otras narraciones se indica que la noticia fue que su hijo había muerto, y que cuando le llega esta noticia él pide que la caravana se detenga y se pone a orar. El reporte indica que después de su oración él recitó el versículo 45. Esta narración nos muestra el impacto de este versículo en la tradición islámica.

 

Siempre que te enfrentes a un desafío, ya sea una gran pérdida, una gran decepción, un gran dolor, o una gran dificultad, tu herramienta para perseverar es la paciencia y la oración. Todos los desafíos de la vida pueden ser insuperables para quienes no comprenden su lugar en la existencia, ni aceptan la soberanía y supremacía de Dios como absolutas, y que la voluntad de Dios prevalece sobre todo.

Así pues, en la tradición islámica se encuentra el impacto moral de esta revelación.

 

Ya hablamos sobre la mención que esta sura hace de faraón, pero quiero recordarles que en la literatura islámica la figura de farón llegó a ser un símbolo del despotismo opresor e injusto, pero no solo contra otros seres humanos, sino que también un símbolo de despotismo hacia uno mismo.

Fue la tradición sufí la que desarrolló ampliamente este tema, y te invita a auto interrogarte permanentemente para encontrar dentro de ti a tu propio faraón y también a tu propio Moisés (BP), que sería tu voz interna que surge para enfrentarse y ponerse en contra de todo despotismo y egoísmo de tu ser, esa voz interna que te habla sobre la justicia y la virtud, y del sacrificio que deberías hacer. Pero mucha gente, como era el caso del faraón de Egipto, son muy buenas para ignorar la voz de su Moisés (BP) interior.

 

Quisiera volver a comentar el versículo 106:

 

(106) Si anulamos un mensaje o provocamos su olvido, lo sustituimos por otro mejor o semejante. ¿No sabes que Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa?

 

Quiero hacer una pausa en el versículo 106 que a menudo es conocido como un versículo asociado al tema de la abrogación.

Este versículo a menudo se traduce como: "cualquier mensaje que deroguemos o hagamos olvidar, Dios revela algo mejor".

El tema de la abrogación es un tema relevante dentro de la jurisprudencia islámica. En gran parte de la literatura jurisprudencial se indica que la ley puede ser abrogada pero que el texto se mantiene, o que el texto puede ser abrogado pero que la ley se mantiene, o que tanto el texto como la ley pueden ser abrogados. Normalmente este versículo es citado como evidencia de que existe el tema de la abrogación en el Corán, y entonces que Dios podría abrogar una ley pero mantener las palabras que la crearon. El ejemplo clásico sobre esto es cuando algunos juristas hacen referencia al versículo sobre la “jihad”, frecuentemente denominado el versículo de la espada, sobre el cuál indican que abrogó muchos otros versículos que hablan sobre la prohibición de generar compulsión en temas de religión, o de no cometer agresión sobre otros, etcétera.

Mi opinión es que no existe la abrogación en el Corán, y esto no significa que crea que todas las leyes sean inmutables. De hecho, si conoces algo sobre mis estudios, sabrás que en el libro “razonando sobre Dios”, por ejemplo, propuse una metodología que acepta que la ley de Dios evoluciona y se desarrolla. Pero la abrogación, en el sentido tradicional de que un versículo posterior abroga un versículo anterior, es algo que no acepto, algo en lo que no creo por diversas razones.

 

¿Qué pasa con este versículo entonces? Acá quiero mostrarles una perspectiva que raramente ustedes escucharán en nuestra época moderna sobre este versículo. Noten que el contexto del versículo es una larga discusión sobre los israelitas, sus precedentes históricos, y las leyes reveladas para ellos que no serían válidas para los musulmanes, y no solo sobre los israelitas, porque justo antes del versículo se comenzó a hablar sobre los cristianos también.

En los primeros comentario sobre el Corán, esos tafsir muy tempranos en la historia, mencionan una perspectiva sobre este versículo que creo es la correcta. Ellos indican que el versículo 106 se está refiriendo a las leyes anteriores al islam, y a los mensajes anteriores al islam. Parte de la polémica que generaron las tribus judías en Medina era decir que la ley que Dios le había dado a Moisés (BP) no podía haber sido abrogada, porque Dios no cambia SU mente, y también polemizaban sobre cómo pudo Dios revelar un mensaje a Jesús (BP) y otro a Moisés (BP), y también sobre algunos detalles particulares del mensaje dado a los israelitas, como por ejemplo la ley del sabbat, que según ellos debería haber sido respetada por Muhammad (BP) y sus seguidores, y entonces decían: “si Muhammad (BP) fuera un verdadero profeta, respetaría la ley del sabbat”. La respuesta del Corán fue, sencillamente, que esas leyes eran apropiadas para los israelitas, considerando su legado particular, pero que ya no eran válidas porque Dios las ha abrogado.

Esta interpretación es muy diferente a decir que un versículo del Corán abroga otro versículo del Corán. Este mismo argumento fue presentado por Muhammad Abdu en su Tafsir. Samajshari dio el mismo argumento, y creo que él estaba precisamente en lo cierto al decir que los intérpretes del Corán encontrarían versos que en sus mentes eran inconsistentes, y entonces llegarían a la conclusión de que debía ser que un verso posterior abrogaba un verso anterior, pero para argumentar o afirmar que una revelación es abrogada por una revelación posterior se necesita algo más que lo que una persona crea que es una aparente contradicción, porque eso es una cuestión de juicio interpretativo de la persona. El intérprete piensa que los dos versículos son inconsistentes y por lo tanto llega a la conclusión de que hay abrogación, pero para que haya abrogación en realidad se necesita una evidencia independiente a la interpretación del intérprete, se necesita una evidencia donde Dios sea el que diga que un versículo abroga a otro, una evidencia distinta al juicio interpretativo del intérprete, una evidencia distinta a una aparente contradicción de su juicio subjetivo.

En la gran mayoría de los casos en los que se habla de abrogación no tenemos evidencia independiente de que Dios diga que esto abroga esto. En la gran mayoría de los casos tenemos la situación que los juristas han dicho que algo posterior en el Corán abroga algo anterior, simplemente basados en una aparente contradicción. Es demasiado subjetivo y endeble afirmar que existe una abrogación basándose en el juicio interpretativo, se debe tener una evidencia donde Dios indique, explícita y específicamente, que algo está abrogado.

¿Con qué autoridad un ser humano puede afirmar que algo del mensaje del Corán está abrogado?

 

Nosotros sabemos que en esos momentos los musulmanes estaban bajo mucha presión dada todas las situaciones que debieron enfrentar cuando se produjo la emigración, presión que recaía tanto sobre quienes venían de La Meca como también sobre aquellos que eran nativos de Medina. Ahora, en ese contexto y en medio de esta polémica con los judíos y los cristianos, y justo después del versículo 106 mencionado, Dios indica lo siguiente en el versículo 108:

 

 “(108) ¿Es que vais a pedir a vuestro Enviado lo que se le pidió antes a Moisés? Quien elige rechazar [la evidencia de] la verdad, en lugar de creer en ella, se ha extraviado ya del camino recto.”

 

Esta pregunta retórica te da una sensación vívida sobre la enorme presión y estrés a la que estaban sometidos los musulmanes. ¿Qué fue lo que se le pidió antes a Moisés (BP)? Los israelitas en un momento le dijeron a Moisés (BP) que si él había visto a Dios entonces ellos también querían ver a Dios, en otro momento le dijeron que estaban aburridos de la comida que tenían cuando estaban en su diáspora por el desierto y que preferían volver a estar bajo la opresión de los egipcios, y cosas así. Entonces, esta pregunta retórica realizada a los musulmanes es como si Dios les hubiera dicho: “Sí, efectivamente están teniendo una vida muy dura en Medina, ¿pero se atreverán a decirle a su Profeta (BP) lo que los israelitas le dijeron a Moisés (BP) en cuento a volver a una vida más confortable, o que produzca un gran milagro?

Una de las cosas que los judíos y los cristianos les decían a los musulmanes era que si Muhammad (BP) fuera un verdadero profeta él haría grandes milagros como los realizados por Jesús (BP) o por Moisés (BP), y entonces la tentación de los musulmanes era pedir un gran milagro para generar sobre sus cuestionadores una forma de éxito más fácil.

Una de las cosas que el islam abrogó fue precisamente la época de ese tipo de milagros, para pasar a una época donde la guía proviene de un texto revelado. Dado que los milagros generan una guía por medio de una experiencia que se debe vivir, el continuar con esa forma de guía implica la necesidad entonces de continuar con la lógica de los milagros generación tras generación, porque de otra manera se transformarían con el tiempo solo en mitología, al igual que cualquier otra mitología. El islam abrogó esa época.

 

Luego quiero recordarles el versículo 109 que dice:

 

(109) A muchos de los seguidores de una revelación anterior les gustaría haceros renegar de la verdad, después de haber creído, por una envidia egoísta --[aún] después de habérseles esclarecido la verdad. No obstante, perdonad y sed tolerantes, hasta que Dios haga manifiesta Su voluntad: ciertamente, Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa.

 

Recuerden que en sura La-Vaca, entre las cosas que Dios resalta, es que la gente del libro que estaba en Medina se jactaba de ser la “gente guiada”, y consideraban a los árabes gente primitiva con una moralidad, pero nada más que eso.

A diferencia de nuestra era moderna, en ese tiempo el acceso a lo que se suponía era un texto divino, ya hubiese sido a la Tora o a los Evangelios, era algo que estaba fuertemente regulado por los respectivos clérigos. Uno de los aspectos que fue parte de la revolución islámica fue que el texto divino era memorizado por personas comunes, y no en forma exclusiva por una clase clerical.

En el caso del islam esa realidad amenazaba con ser una situación caótica, donde cada musulmán era libre de mantener por escrito una parte de la revelación, y muy pocas personas tenían una copia completa del Corán porque en esa época eso era un verdadero desafío. A menudo olvidamos cómo era la historia, la gente memorizaba cosas, y si era una persona letrada, siendo la alfabetización algo poco común en esos tiempos en arabia, escribía lo memorizado o, si no sabía leer y escribir, pagabas a alguien para que le escribiera algunas cosas. Esto fue así hasta que Osman codificó el libro, en otras palabras, dijo: “estas son las copias auténticas del Corán”, y eso en principio fue una situación caótica porque había una preservación generalizada de varios pergaminos y fragmentos del Corán en varios medios escritos, ya sean huesos, pieles, palmeras, etc. Pero esta situación era algo únicamente islámico, ¿qué existía antes? Antes, el clero o los sabios poseían una copia de la Biblia o de la Torá, y estas copias eran escasas y estaban muy bien custodiadas por el clero. Por ejemplo, en la Iglesia católica durante muchos siglos se consideró una ofensa grave que cualquier cristiano leyera la Biblia. Solo se permitía el acceso a la Biblia a través de un sacerdote. Leer la Biblia en sí misma era una ofensa grave, y de hecho, se quemaba a quienes obtenían una copia a escondidas de la iglesia.

En la tradición judía, el acceso a la Torá estaba igualmente estrictamente regulado.

Cuando se regula el texto sagrado lo que se genera es una clase letrada sobre el texto, y esta clase letrada regula cuidadosamente el acceso al texto revelado, lo que lleva también a que se regule la verdad.

Parte de la dinámica con los árabes analfabetos antes del islam era que los cristianos y judíos decían:” Tenemos un libro revelado”, aun cuando muchos de ellos nunca lo habían visto, pero esa era la mentalidad medieval clásica.

Parte de la polémica antes del islam radicaba en que esos grupos de personas afirmaban tener acceso a una verdad a la que otros ni siquiera podían imaginar tener acceso, y afirmaban que sus libros revelados les revelaban cosas que los convertían en una clase privilegiada. Por eso solían jactarse de ello. Los laicos, los cristianos o los judíos laicos de la época, decían: “No puedo leer el libro revelado, pero mi sacerdote, o mis rabinos, me han dicho lo que contiene, y entonces soy superior a ustedes porque tengo acceso al libro revelado”. Esto asombraba a los árabes dado que nunca habían visto una copia de la Torá, nunca habían visto una copia de la Biblia, y muchos nunca la verían, porque era extremadamente caro tenerla, ¿y quién les iba a dar acceso a ello?

 

Cuando el islam llegó, ahora los musulmanes comunes andaban recitando la revelación de Dios, y esto generó una polémica fascinante entre las clases clericales que querían mantener sus posiciones privilegiadas y que decían: “bueno, si esto fuera realmente la revelación de Dios, ¿cómo es posible que estas personas que son laicas y pobres, y además iletradas, anden recitando la revelación de Dios? Si fuera realmente la revelación de Dios entonces Muhammad (BP) debería haber sido quién mantuviera en secreto los pergaminos donde se escribía la revelación para que nadie tuviera acceso a ella, excepto aquellos que siguieran un camino de purificación hasta que les fuera permitido poder acceder a ellas”. Pero el islam introdujo una revolución igualitaria en cuanto al acceso al texto revelado, y así fue que tanto una persona como Ali Ibn Abu Talib, el primo del Profeta (BP) y más cercano a él, iba a la ciudad a recitar el Corán, como también una persona que recién se había convertido al islam también lo hacía.

Entonces el Corán vino y respondió a esta polémica, y les dijo a los musulmanes que no se dejen confundir por esa polémica porque en ella hay envidia, y lo que hay en ella es la intención de mantener los privilegios y poderes de una clase clerical. Tanto así que el Corán les indicó a los musulmanes que mientras ellos respetaban a los judíos y cristianos, estos últimos deseaban que los musulmanes volvieran a su estado de ignorancia anterior al islam.

Cuando ustedes profundizan en este verso, y observan lo que hay en él, se sienten golpeados por una imagen histórica muy vívida que representa la dinámica de esos momentos. Incluso se logra entender en mayor profundidad la insistencia del Corán de que aquella época de esos tipo de milagros proféticos existentes antes del Profeta Muhammad (BP) se había terminado, porque la revolución que traía la revelación del Corán no tenía que ver con jurarle a la gente sobre el milagro de las aguas del mar rojo u otro del tipo, sino que tenía que ver con introducir una nueva era civilizatoria, una civilización del libro.

Literalmente la civilización del islam fue eso, una civilización de libro. Vayan y estudien, lean e investiguen lo que les diré a continuación: el número de textos producidos en toda la civilización China, y la de Japón, que existía en esos momentos, cada civilización que existió en India en esos tiempos, cada civilización que existió en África hasta hoy en día, y también considerando la civilización de Bizancio, el número de textos producidos por ellas es minúsculo comparado con la cantidad de textos producidos durante la civilización islámica.

Nuevamente, si los musulmanes fueran quienes escriben la historia, si los musulmanes de hoy en día no fueran gente colonizada, esto sería una realidad obvia y conocida. Es innegable que lo que ocurrió durante la civilización islámica fue literalmente una explosión de textos. Incluso cuando hablamos de la antigua biblioteca de Alejandría, ella no era comparable con el nivel de producción de textos si se sumaban los que se producían en cada ciudad de la civilización islámica. En la antigua época de Alejandría la creación de una biblioteca que alojara esa cantidad de libros fue un gran y único evento, ¿pero cuántas bibliotecas equivalentes se generaron tan solo en los primeros 300 años de la civilización del islam? La razón por la cual la biblioteca de Alejandría llegó a ser tan famosa fue porque era algo excepcional para la época, fue algo que fue destacado para muchas personas de distintas partes del mundo, y su destrucción hundió al mundo en un manto de oscuridad por el conocimiento que se perdió. Sin embargo, la destrucción de todas las bibliotecas de Bagdad durante la invasión de los mongoles no produjo esa pérdida equivalente, o la destrucción de toneladas de bibliotecas en Andalucía durante la reconquista española, durante la cual se quemaron muchos textos. Este impacto fue menor debido a la masiva producción de textos que se generó durante la civilización islámica.

 

Otra cosa que quiero hacer notar es que veremos en esta sura que el Corán, frente a esta circunstancia indicada en el versículo 109, Dios les indica a los musulmanes que su respuesta debe ser el perdón y la tolerancia, sin embargo ya veremos que, en la misma sura y frente a otras circunstancias, la respuesta debe ser de la misma manera en que sean agredidos, llegando a ser en algunos casos una respuesta violenta como la guerra.

En el caso de este versículo muchos comentaristas han indicado que Dios les ordenó a los musulmanes, en dicha circunstancia, perdonar y tolerar hasta que ÉL permitiera que se manifestara el devenir de esa situación, porque dicha envidia al ser respondida con perdón y tolerancia se desvanecería, quedaría en nada, porque los eventos que vendrían los harían triunfar sobre esa situación.

 

Luego quiero recordarles el versículo 110:

 

(110) Y sed constantes en la oración y pagad el impuesto de purificación; pues, todo el bien que hagáis como adelanto para vosotros mismos, lo encontraréis junto a Dios: ciertamente, Dios ve todo lo que hacéis.

 

Vemos con qué frecuencia el Corán se mantiene recordándonos sobre la oración y la caridad.

Cada vez que el Corán demanda hacer algo que es desafiante, como por ejemplo el perdonar, luego de ello nos recuerda la oración y la caridad.

 

Quisiera volver a visitar el versículo 112:

 

(112) ¡No!, en verdad: todo aquel que someta su ser por entero a Dios, y además obre rectamente, tendrá su recompensa junto a su Sustentador; esos nada tienen que temer y no se lamentarán.

 

El versículo nos habla de aquellos que orientan todo su ser hacia Dios, que se someten a ÉL, que hacen lo que es bueno, lo que es hermoso, y lo que es justo.

Con respecto a esto, estudiosos del Corán como Razi, Samajsharí, Ibn Arabbi, Muhammad Abdu, entre otros, indicaron que esto se puede referir tanto a cristianos, judíos, o musulmanes, mientras ellos rindan y sometan su ser ante Dios y hagan lo que es bueno, tendrán su recompensa y nada deben temer.

Algunas personas vienen y dicen: “¿Entonces no importa que sea un musulmán?”. La respuesta a esto es que sí importa ser musulmán, una verdadera y significativa entrega a Dios no es posible sin ser musulmán. Sin embargo, muchos musulmanes nunca se entregan completamente a Dios, o incluso algunos rindiéndose a Él no hacen el bien. Por otra parte muchos no musulmanes sí entregan su fe a Dios y hacen el bien.

A mí no me corresponde decirles: "irás al cielo", eso no me corresponde, pero sí les puedo decir: "tú y yo debemos confiar en un Dios justo". Mi religión me dice que debo adorar solo a Dios, mientras que no me corresponde decir: "yo estoy a salvo y tú estás perdido, o tú estás a salvo y yo estoy perdido", sino que debo decir: "creo absolutamente en un Dios justo". Dios es quien sabe lo que hay dentro de nosotros, sabe quién es mejor, quién es puro, quién es más limpio. Dios sabe quién hace el bien de verdad y quién finge hacerlo.

Esto es otra prueba de que este libro tiene origen divino, porque solo Dios revelaría este libro, diciendo estas cosas, en las circunstancias y contexto que enfrentaban los musulmanes en la época de su revelación.

 

Fíjense lo que indica luego el versículo 113:

 

(113) Y los judíos afirman: “Los cristianos carecen de base para sus creencias,” mientras que los cristianos afirman: “Los judíos carecen de base para sus creencias” --¡y ambos citan la escritura divina! Otro tanto han dicho [siempre] quienes carecen de conocimiento; pero Dios decidirá entre ellos sobre aquello en lo que discrepaban.

 

En definitiva, los judíos y los cristianos afirman que unos y otros no tienen base para sus creencias, y de la misma forma actúan quienes toman el camino equivocado, sin embargo lo que deberían decir es que será Dios quién juzgará entre ellos en el Día del Juicio.

Esta forma de mensaje no es la típica manera en que las personas promueven sus ideologías de origen humano, de haber sido el Corán de origen humano lo que se hubiese esperado es que los musulmanes le hubiesen dicho a los judíos y cristianos que ellos estaban completamente mal, y que solo los musulmanes serían salvos en la otra vida, pero no fue así, el mensaje es mucho más sutil y tiene capas de moralidad, porque les indica que su problema es que ellos ocultan la verdad, que son los clérigos y los sabios que conociendo la verdad del mensaje ocultan algunas partes de él, y que muchos judíos y cristianos al no tener acceso a las escrituras y creer en sus sabios, están equivocados, y además el Corán les indica que aquellos que realmente se sometan a Dios y hagan el bien podrán encontrar recompensa en Dios y que nada deben temer.

Solo Dios habla de esa manera en un contexto como el indicado, los seres humanos hablarían de otra forma, especialmente cuando quieren imponer una ideología.

 

Repasemos los versículos 114 al 119:

 

(114) ¿Y quién es más malvado que aquel que impide que se mencione el nombre de Dios en [cualquiera de] Sus casas de adoración y se esfuerza por arruinarlas? Esos no deberán entrar en ellas sino con temor. Sufrirán humillación en esta vida; y en la Otra Vida un terrible castigo.

(115) De Dios son el este y el oeste: y allí donde os volváis hallaréis la faz de Dios. Ciertamente, Dios es infinito, omnisciente.

(116) Y, no obstante, algunos afirman: “¡Dios ha tomado para sí un hijo! ¡Infinito es en Su gloria! ¡No!, sino que Suyo es todo cuanto hay en los cielos y todo cuanto hay en la tierra: todas las cosas obedecen fielmente Su voluntad. (117) Él es el Originador de los cielos y de la tierra: cuando decreta la existencia de algo, le dice tan sólo: “Sé” --y es.

(118) Y [sólo] quienes carecen de conocimiento dicen: “¿Por qué Dios no nos habla, ni se nos muestra un signo [milagroso]?” Otro tanto dijeron quienes les precedieron: sus corazones se asemejan. Ciertamente, hemos hecho claros los signos para aquellos dotados de certeza interior.

(119) En verdad, te hemos enviado [Oh Profeta] con la verdad, como portador de buenas nuevas y como advertidor: y no se te hará responsable de los condenados al fuego abrasador.

 

Justo después de los versículos que hablan de las mutuas acusaciones entre judíos y cristianos, y de sus transgresiones de los límites de Dios al intentar usurpar SU potestad para determinar quién será salvo en la otra vida, se nos indica que los lugares donde se adora a Dios son sacrosantos, y es por ello por lo que en la ley islámica está prohibido el atacar una sinagoga o una iglesia.

Luego se nos indica algo que muchos ignoran, porque creen que el versículo 115 está hablando del cambio de dirección para la realización de las oraciones, pero no es así, porque este versículo es anterior a la revelación asociada al cambio de “quibla”. El versículo nos indica que el este y el oeste pertenecen a Dios, y que hacia donde dirijas tu cara está la faz de Dios, es decir, lo divino está completamente a tu alrededor.

Ahora, esto se indica justo antes de plantear la absurda idea de que Dios tiene un hijo, ya sea que la idea del hijo signifique que Dios dio nacimiento a un ser que sea su hijo, o que el término signifique que ese hijo es una divinidad que comparte SU divinidad de alguna forma.

La idea del mensaje es bastante clara. En todas las religiones antiguas el secreto de la divinidad existía exclusivamente en espacios y lugares secretos, es por ello, por ejemplo, que en las religiones primitivas los sacrificios, que en algunos casos incluían sacrificios humanos, se llevaban a cabo en lugares sagrados y secretos con el objetivo de apaciguar a la existencia sagrada que tenía presencia en dicho lugar. En el caso de los cristianos por ejemplo, uno de los aspectos de la revolución generada por los protestantes es que ellos podían sentir la experiencia de Jesús (BP) fuera del recinto de la iglesia. Lo mismo sucedió en el judaísmo, en el judaísmo inicialmente se indicaba que Dios estaba en el templo, pero después de la diáspora los rabinos indicaron que eran ellos, los rabinos, los que podían ser los intermediarios de Dios para crear espacios en los templos para adorar a Dios, en ausencia del templo original que había sido destruido. Cuando llega el mensaje islámico, no solo deja fuera del control de clases clericales el texto del mensaje, sino que también deja fuera del control de una clase de este tipo el concepto de espacio sagrado. Recuerden el hadith del Profeta (BP) que indica que toda la tierra es una mezquita. Esto fue un aspecto muy significativo de la revolución que trajo el islam.

Además de lo anterior, a menudo ignoramos que Dios les indica a los musulmanes que no deben cometer el error de creer que solo ellos, de forma exclusiva, pueden controlar los espacios sagrados. ¿Por qué las sinagogas y las iglesias son lugares inviolables? Muchos responderán: “bueno, porque son lugares sagrados”. Pero el Corán luego nos dice que los lugares sagrados están en todas partes, y que nadie puede controlar donde se encuentra la faz de Dios, y entonces noten que se está estableciendo una ideología de base muy humilde, no es una ideología que está promoviendo un sentimiento de arrogancia irónica que proclame que un grupo de personas poseen un acceso exclusivo a Dios, sino que exactamente lo opuesto.

 

Luego los versículos nos hablan de la majestuosidad de los cielos y la tierra, y de que el propietario de todo espacio es Dios.

Nuevamente, si tú estás tentado a pensar que una clase clerical, una elite, una determinada clase, que solo ellos en forma exclusiva tienen acceso a lo sagrado, a un espacio sagrado, estos versículos, como tantos otros en el Corán, te desengañan de ese pensamiento.

 

Justo después viene el versículo 118, y él nos indica que hay gente ignorante que dicen que ellos solo creerán si pueden experimentar que Dios les hable directamente. ¿Quiénes creen ustedes que podrían ser las gentes que dijeran esto? La gente que reclamaba sobre esto no era la gente común, sino la clase clerical, aquella gente que vivía en los templos, en las iglesias, en espacios que se indicaban como sagrados. Eran ellos los que reclamaban que Dios se comunicaba con ellos en forma exclusiva, y más allá del texto revelado.

Subhana Allah, ustedes deben notar que mucha de la corrupción que se genera dentro del poder se debe a gente que menciona que de alguna forma Dios se comunica con ellos más allá del texto revelado. Hablando en términos históricos, algunas de las más grandes corrupciones de las clases clericales fue que ellas reclamaban que de forma exclusiva tenían acceso al Señor. Entonces viene el islam y establece una revolución igualitaria en cuanto al acceso a Dios.

 

Quiero revisar ahora el versículo 120.

 

(120) Pues los judíos nunca estarán complacidos contigo, ni tampoco los cristianos, mientras no sigas sus creencias. Di: “Ciertamente, la guía de Dios es la única guía verdadera.”

Y, ciertamente, si siguieras sus erróneas opiniones, después de todo el conocimiento que te ha llegado, no tendrías quien te protegiera de Dios ni quien te auxiliara.

 

Este es un versículo dirigido tanto para los musulmanes de los tiempos del Profeta (BP) como para todas las generaciones siguientes.

Esto tiene grandes desafíos en distintos niveles. A nivel histórico el desafío para los primeros musulmanes era comprender que el mensaje del islam no era una pequeña revolución sino una que alteraría el orden de las cosas para los cristianos y los judíos, incluso el islam forzó cambios en el judaísmo, porque fue debido al islam que existió un Maimónides, quién fue el gran filósofo igualitario del judaísmo, y también fue debido al islam que existió un Martin Luther, quién fue el gran filósofo igualitario en la teología cristiana.

El islam cambió las creencias sobre el acceso a lo sagrado y a los espacios sagrados. En la medida que el mensaje del islam era revelado, este les indicaba a los musulmanes lo que era obvio, y fue que ellos llevarían adelante una revolución que cambiaría el lenguaje de la época, que cambiaría la epistemología, que cambiaría el sistema de conocimiento que existía. Es por ello por lo que los judíos y cristianos no estaban felices con esto, porque el islam los estaba desafiando en todo, en sus privilegios, en sus sistemas de conocimiento, en la forma como se relacionaban con lo sagrado.

Ahora, más allá del contexto histórico. Uno de los grandes desafíos que confrontan las personas abiertas de mente es que, por ser de mente abierta y tolerantes, comienzan a gravitar hacia el apaciguamiento, y así, la mentalidad abierta se convierte en un hábito perjudicial. Cuando eres de mente abierta te acostumbras a no querer molestar, decepcionar, ni ofender a los demás, y uno de los verdaderos peligros es que, debido a estas inclinaciones, esa mentalidad abierta se transforma en apaciguamiento del otro a expensas de la integridad personal. Así que debes entender que el reto es mantener la mente abierta porque eres fiel a ti mismo, pero esto no significa diluir ni oscurecer tu identidad, fundiéndote con la del otro.

Hay una gran diferencia entre decir: “Dios es justo, Dios podría aceptar lo que te pasa porque Dios conoce tu corazón”, y decir: “Bueno, no voy a juzgar nada sobre lo que te pasa porque Dios es el que juzga”. El reconocer que Dios es el juez supremo no te exime de la obligación de esforzarte al máximo en el juicio moral.

Entonces, más allá del contexto histórico, es como si el Corán nos dijera: “Tengan en cuenta que a ustedes, los musulmanes, no se les ha dado la teología de un pueblo elegido, ni la teología de la salvación por medio de Cristo, a ustedes se les ha dado algo mucho más sutil. Por lo tanto, dentro de los parámetros de sus sistemas de creencias tienen una dinámica más desafiante, y en esa dinámica desafiante deben comprender que no pueden perderse en el otro bajo la falsa creencia de que así están siendo tolerantes y de mente abierta”.

 

Es por lo anterior por lo que luego el versículo siguiente indica:

 

(121) Aquellos a quienes hemos entregado la escritura divina [y que] la siguen como debe ser seguida --son quienes [verdaderamente] creen en ella; pero quienes eligen rechazar su verdad-- ¡esos!, ellos son los perdedores.

 

Por una parte el versículo se refiere a los israelitas, indicándoles que si leyeran las escrituras sin ocultar lo que les conviene, como por ejemplo el tema del mesías que debía venir entre los descendientes de Ismael (BP), ellos estarían entre quienes realmente creen en las escrituras, pero que si se niegan a hacerlo entonces estarán entre los perdedores.

Más allá de esto, y como lo indicó por ejemplo Muhammad Abdu en su tafsir, y en lo personal me agrada su forma de decirlo, el versículo también se refiere a muchos que recitan el libro de Dios como lo describe el Corán en otra parte, y es que lo recitan como un burro que lleva un libro. Son personas que recitan el Corán pero comprenden muy poco de él, y no reflexionan sobre lo que leen. Es como tantos musulmanes que leen todo el Corán en cada Ramadán, pero su conocimiento del Corán no crece en algo, y su ética y moral luego de leer todo el Corán no se incrementa ni en algo mínimo, y todo el tiempo que ocupan en leer el Corán no les genera ningún cambio material en su comportamiento y desarrollo moral.

Esta es una advertencia de Dios para todos los tiempos. Recuerden que el Profeta (BP) dijo que había gente que recitaba el Corán y que su recitación no les generaba cambios más allá que en sus cuerdas vocales.

Muhammad Abdu indicó que hay mucha gente que piensa que recitar el Corán es un asunto de lograr la correcta pronunciación, el lograr el correcto uso de las reglas de tajweed y tartil, y otras reglas, y que muchos musulmanes celebran más a aquellos que recitan el Corán apegados a todas sus reglas de recitación que a aquellos que entienden y explican el Corán a otros. Muhammad Abdu escribió esto hace más de 100 años atrás, hacia finales de los años 1800, y podemos ver que las cosas se han puesto aún peor en nuestros tiempos.

 

Bien, ahora retomaremos la sura en el versículo 125,

 

(125) Y, HE AHÍ, que hicimos del Templo un centro al que la gente pudiera acudir una y otra vez, y un lugar de refugio: tomad, pues como lugar de oración el lugar en el que Abraham se situaba.

Y encomendamos esto a Abraham e Ismail: “Purificad Mi Templo para los que han de dar vueltas en torno a él, los que permanecerán en retiro junto a él y los que se inclinarán y se postrarán [en oración].”

 

Este versículo establece un relevante aspecto simbólico, y en acuerdo con lo que dice Muhammad Abdu en su tafsir, no es coincidencia que justo después que en los versículos anteriores Dios dejó claro que el pacto con Dios no puede ser llevado y logrado por quienes son injustos, ÉL menciona el Templo construido por Abraham (BP), que es un aspecto simbólico de SU mensaje, y que no alcanza su culminación sino hasta la llegada del Profeta Muhammad (BP).

¿Pero simbólico para qué?

Simboliza el pacto de Dios con todo lo que este conlleva. Simboliza el reconocimiento de tu origen y tu destino, simboliza que eres un ser con responsabilidad y que la vida tiene una razón de ser, y que esta razón es conocer a tu Dios, y que la responsabilidad es algo verdadero. También simboliza el cuidado de los necesitados, del desplazado. Simboliza el reconocimiento de los derechos de los mayores y los más débiles, y también simboliza la justicia.

Vuelvan a notar que el mensaje de este versículo viene luego de todo ese discurso con los israelitas sobre la naturaleza de los comandos de Dios. Entonces, si ustedes entienden este versículo solo como una instrucción de actos rituales asociados a circunvalar el templo, hacer oraciones y genuflexiones, y nada más que eso, entonces estarían haciendo precisamente lo que los israelitas hicieron. El Templo de Abraham (BP) es algo simbólico, que incluye esos aspectos rituales, pero mucho más. Es un símbolo de los comandos de Dios y del pacto con ÉL.

 

Hay una parte de nuestras tradiciones que desafortunadamente la modernidad ha olvidado.

Si analizamos la poesía sobre los musulmanes que describen sus sentimientos hacia La Meca y Medina a lo largo de la historia musulmana hasta la época del colonialismo, hasta los años 1900 aproximadamente, una de las cosas que más llama la atención es que muchos escribían sobre lo arriesgado que era el viaje a La Meca y Medina, y cuando hablaban de La Meca y Medina, no se referían a la belleza de sus edificios, sino que describían que ellas eran lugares donde se encontraba verdadera piedad, verdadera bondad, verdadera compasión y verdadera misericordia.

Estoy seguro de que los poetas exageran, pero es fácil darse cuenta de que los sentimientos cálidos que los musulmanes sentían por La Meca, especialmente por ella, se debían a que, simbólicamente, era el lugar donde se experimentaba lo que el islam supuestamente representa.

Al describir los peores períodos de la historia islámica, se hablaba de la ansiedad que la gente sentía incluso en La Meca. Así pues, el reposo y la tranquilidad en La Meca representaban la salud de la Ummah, mientras que la ansiedad y el miedo en La Meca se describían a menudo como evidencia del colapso total de la Ummah.

Es parte de la cultura natural que el templo de Abraham (BP) fuera el lugar donde la gente experimentara reposo y tranquilidad. Ibn Arabi, cuando huyó de Andalucía, por ejemplo, se quedó en el Hiyaz durante años. Los escritos de Ibn Arabi, y la poesía más hermosa que se puede leer, son los escritos de los sufíes, especialmente los sufíes, durante los períodos que permanecieron en el Hiyaz. Pero lo que más me interesó de esta poesía es lo que decían sobre la gente del Hiyaz, algo que se ha perdido por completo en nuestra época.

Incluso si vamos a la Umrah o al Hajj, muy pocos de nosotros tenemos experiencias con la gente que vive allí. Lo que se ha vuelto relevante son las regulaciones del gobierno saudí, los roles del gobierno saudí, las personas que lideran las caravanas del Hajj, pero se ha perdido toda esa dinámica de entender qué es el templo de Abraham (BP), y cuál es su sentido simbólico, y que él está simbólicamente interconectado con el pacto que Abraham (BP) recibió, y que continuará hasta el último día.

 

Sigue la sura,

 

(126) Y, he ahí, que Abraham imploró: “¡Oh Sustentador mío! Haz de esta una tierra segura y provee de frutos a aquellos de sus habitantes que crean en Dios y en el Último Día.”

[Dios] respondió: “Y a quien rechace la verdad, le dejaré disfrutar por un tiempo breve --pero al final le arrastraré al sufrimiento del fuego: ¡que mal fin!”

 

Abraham (BP) le pidió a Dios que hiciera de esa tierra un lugar de paz, de reposo, y seguro.

Algunos eruditos estudiosos del Corán se preguntaron: ¿es posible que lo pedido por Abraham (BP) a Dios se logre sin el establecimiento de la justicia? La respuesta de esos eruditos es: “no”.

 

Sigue la sura,

 

(127) Y cuando Abraham e Ismail levantaban los cimientos del Templo, [imploraron]: “¡Oh Sustentador nuestro! ¡Acéptanos esto: pues, ciertamente, sólo Tú eres quien todo lo oye, quien todo lo sabe!

(128) “¡Oh Sustentador nuestro! ¡Haz que estemos sometidos a Ti, haz de nuestra descendencia una comunidad sometida a Ti, muéstranos nuestros ritos de adoración y acepta nuestro arrepentimiento: pues, ciertamente, sólo Tú eres el Aceptador de Arrepentimiento, el Dispensador de Gracia!

(129) “¡Oh Sustentador nuestro! ¡Suscita en nuestra descendencia a un profeta de entre ellos, que les transmita Tus mensajes, les imparta la revelación y la sabiduría, y les haga crecer en pureza: pues, ciertamente, solo Tú eres todopoderoso, sabio!”

 

Abraham (BP) continúa suplicándole a Dios, y él le pide que haga de esa comunidad una que esté orientada hacia ÉL, y una comunidad que honre el pacto con Dios y que cumpla SUS mandatos, y una comunidad que se someta a ÉL, y una comunidad que reconozca que este mundo tiene un Señor. Además le pide que les envíe un profeta que les enseñe el libro y la sabiduría.

No es coincidencia que la muy famosa biblioteca Abasida, existente durante el califa Harun Al-Rasheed, fuera llamada la “casa de la sabiduría”. Lo que nosotros a menudo olvidamos es que cuando el Corán habla de la dualidad: el libro, y la sabiduría, el término sabiduría no se refiere a alguien iletrado que se sienta a pensar sobre sus experiencias en la vida y dice: “bueno, déjenme entregarles algo de mi sabiduría”. La sabiduría, en el contexto de la revelación del Corán, se refiere al conocimiento necesario, y esto está claramente indicado entre los más tempranos comentadores del Corán. Ahora, lo que se ha entendido por “conocimiento necesario” ha diferido en distintos tiempos. En algunos tiempos las matemáticas han sido un conocimiento necesario, la gramática, la lógica, en aquellos tiempos incluso pensaban que la astronomía era un conocimiento necesario. Ahora, algunas de las más interesantes discusiones sobre esto es que algunos han dicho: “bueno, el Profeta (BP) enseñó el Corán, pero él no enseñó matemática, ni astronomía, ni gramática, ni tampoco lógica”, y entonces la conclusión natural es que se indicó que lo que el Profeta (BP) enseñó fue la necesidad de dominar el conocimiento necesario de esa época para establecer la justicia, la seguridad y la verdad.

Así pues, cualquier conocimiento necesario para establecer la verdad y la justicia se convierte en parte de la sabiduría.

Es por ello por lo que el Corán despertó la pasión por el conocimiento, como ya he dicho muchas veces, inspiró la creación de esas enormes bibliotecas en una zona donde no se habían creado bibliotecas masivas, me refiero al Cercano Oriente, desde la civilización griega. Habían pasado siglos desde la llegada de los griegos, y durante su presencia, su impacto no se sintió en Arabia, sino en Egipto y algunas zonas de Mesopotamia. Los romanos penetraron en Bahréin posteriormente, pero durante su estancia en Bahréin no estuvieron interesados en las bibliotecas. Por lo tanto, en esa zona Yemen, Irak, Jordania y Arabia no se habían creado grandes depósitos de conocimiento durante siglos.

Si los musulmanes escribieran su propia historia, se preguntarían lo obvio: ¿cómo es posible que en cuestión de años, tras siglos de evasión, siglos en los que la gente incluso perdió la noción del valor de los textos, se llegara a una obsesión por el conocimiento? La respuesta reside en comprender el papel de la sabiduría en la revelación coránica. Si los musulmanes no hubiesen creído que recibieron el encargo divino de buscar la sabiduría, o si la entendieran como la entienden los musulmanes modernos, que creen que la sabiduría es conocer la forma de conseguir un buen precio para algo, no se hubiese generado esa obsesión por el conocimiento.

Esto es notable, porque todo esto forma parte de lo que Dios nos dice sobre por qué los israelitas fallaron en su pacto, y por qué los musulmanes ahora serían los portadores de esta nueva responsabilidad.

 

Sigue la sura,

 

(130) ¿Y quién, sino alguien de mente débil, querría abandonar la fe de Abraham a quien, en verdad, favorecimos en esta vida y en la próxima estará, ciertamente, entre los justos?

 

A menudo leemos este versículo y pasamos sobre él sin hacer una reflexión. Dios nos está hablando de quienes fallan en hacerse justicia a sí mismos debido a una falla, o a una incapacidad, en su juicio.

Entonces Dios le dice a esa nueva comunidad de musulmanes que se estaba formando, y a nosotros, ¿quién más que una persona de mente débil, que falla en hacerse justicia a sí mismo debido a la incapacidad de su juicio, se aleja de la creencia de Abraham (BP)?

Con el objetivo de apreciar completamente la creencia de Abraham (BP) tú debes, como lo hemos hecho, considerar todo lo que sura La-Vaca les ha indicado a los israelitas sobre cómo ellos han fallado en cumplir el pacto con Dios y SUS mandatos.

La idea misma del pueblo elegido, o de una raza privilegiada, o de una clase privilegiada, o la idea misma de un pueblo con el derecho de ir al paraíso porque de alguna forma han sido elegidos para ello, está dentro de ese concepto de “mente débil”, de personas que fallan en hacerse justicia a sí mismos por tener una incapacidad en su juicio.

La creencia de Abraham (BP) es la creencia en un Dios único y todo lo que ello conlleva. Veamos un ejemplo para poner el concepto más cerca de nuestra comprensión. Por ejemplo, la pureza es parte de la creencia de Abraham (BP), nadie podría decir que no es relevante en la creencia de Abraham (BP) si eres puro o impuro, ¿por qué?, ¿cuál fue la oración de Abraham (BP)?, le pidió a Dios que purificara su hogar. Entonces podemos relacionar todo con esto, pero cuando tú vas donde un musulmán promedio y le preguntas: ¿Es parte de la creencia de Abraham (BP) la búsqueda del conocimiento necesario de nuestra época para el establecimiento de la justicia y la verdad?, a él se le produce una desconexión cognitiva y no sabe que responder. Pero es claro, es muy claro, y es por ello por lo que Dios describe a quién se aleja de la creencia de Abraham (BP) como alguien de mente débil, porque no es solo alejarse de la creencia del monoteísmo, sino que es alejarse del monoteísmo y de todo lo que ello conlleva. Otro ejemplo, fallar en honrar a los padres, eso es alejarse de la creencia de Abraham (BP), lo mismo con el cuidado de los huérfanos. Entonces en este punto algunos empiezan a tener una desconexión cognitiva, porque entonces, ¿cómo puede ser que tantos de nosotros nunca hemos visitado un orfanato? Las sociedades musulmanas están llenas de huérfanos, y lo que ocurrió en Yemen, en Siria, en Libia, aumentó la cantidad de huérfanos, más de lo que pueden imaginar. Cada vez que Israel ataca Gaza, hay más huérfanos. No es ningún secreto que los huérfanos en las sociedades musulmanes no reciben la atención que corresponde. De hecho, a diferencia de occidente, donde un periodista puede publicar un libro sobre lo que sufren los huérfanos en un orfanato, en los países musulmanes no existen estos testimonios porque hay una verdadera falta de atención. Conozco de primera mano a un huérfano que creció en Egipto y escribió un libro, unas memorias sobre lo que sufrió en el orfanato, sobre la cantidad de abuso y sufrimiento que vivió, y luego de escribir el libro ninguna editorial lo quiso publicar, porque le dijeron: "¿A quién le importa? Eso no es nuevo".

La creencia de Abraham (BP) es todo lo que está encapsulado en lo que Dios nos enseña en relación a la piedad, la rectitud moral, la benevolencia, la sabiduría, el temor a Dios, la bondad, y todos esos valores que repetimos pero sobre los cuales no reflexionamos lo suficiente. Por lo tanto no es seguir la creencia de Abraham (BP) el creer en un solo Dios y luego ignorar a los huérfanos, ignorar a los pobres, y hacer todo lo que desees en la vida.

La Justicia es parte de la creencia de Abraham (BP).

 

Sigue la sura,

 

(131) Cuando su Sustentador le dijo: “¡Sométete a Mí!”--respondió: “Me someto a [Ti,] el Sustentador de todos los mundos.”

(132) Y esto fue lo que Abraham legó a sus hijos, y [lo mismo hizo] Jacob: “¡Oh hijos míos! He aquí, que Dios os ha escogido la fe más pura; no dejéis que os sobrevenga la muerte sin haberos sometido a Él.”

(133) ¡Pero no! Y eso que vosotros [mismos, Oh hijos de Israel,] dais testimonio de que Jacob, estando próxima su muerte, dijo a sus hijos: “¿A quién adoraréis cuando yo ya no esté?”

Ellos respondieron: “Adoraremos a tu Dios, el Dios de tus padres Abraham, Ismail e Isaac, el Dios Único; y a Él nos sometemos.”

(134) Esa es una comunidad ya desaparecida; recibirán lo que se hayan ganado, como recibiréis vosotros lo que os hayáis ganado; y no seréis juzgados por lo que hicieron.

 

Ya hablamos del versículo 133 en el cual se nos muestra el testamento que Jacob (BP) dejó a sus hijos antes de fallecer, y recuerden la diferencia que existe entre lo narrado por la Biblia y por el Corán.

Luego el versículo 134 nos indica que esa es una comunidad que ya desapareció, y que recibirá lo que haya ganado, mientras que les indica a los musulmanes que el desafío les pertenece y que ellos recibirán lo que logren ganar.  Esto nuevamente es una refutación a la idea de que el pacto con Dios está garantizado a un pueblo o un linaje particular.

 

Sigue la sura,

 

(135) Y DICEN: "Sed judíos" o, "cristianos" --"y estaréis en el camino recto." Di: "¡No!, sino [que seguimos] la creencia de Abraham, que se apartó de todo lo falso, y no fue de los que atribuyen divinidad a algo distinto de Dios."

(136) Decid: "Creemos en Dios y en lo que se ha hecho descender sobre nosotros y en lo que descendió sobre Abraham, Ismail, Isaac, Jacob y sus descendientes, y lo que fue entregado a Moisés y a Jesús, y en lo que fue entregado a todos los [demás] profetas por su Sustentador: no hacemos distinciones entre ninguno de ellos. Y es a Él a quien nos sometemos."

(137) Y si [otros] creen igual que vosotros, estarán, ciertamente, en el camino recto; y si se apartan, sólo ellos habrán caído en el error, y Dios te protegerá de ellos: pues sólo Él todo lo oye, todo lo sabe.

(138) [Di: "¡Nuestra vida toma su] tinte de Dios! ¿Y quién puede teñir mejor [la vida] que Dios, si realmente le adoramos a Él?"

 

Estos versículos componen una de las hermosas narrativas del Corán.

El Corán llegó y ancló todo el mensaje en la creencia original de Abraham (BP), y no fue el tipo de digresión que los cristianos realizaron con el mensaje, que indicaron que Dios había enviado a su hijo para que sufriera por los pecados cometidos por la gente y limpiarlos del pecado original, un mensaje que está completamente ausente en la Tora e incluso en la mayor parte de la Biblia, de hecho en la Biblia Jesús (BP) nunca se denomina a sí mismo como Dios, y la denominación hijo de Dios es usada en la Biblia en varias ocasiones para describir a los seres humanos. Entonces el Corán no es digresión del mensaje como lo realizado por los cristianos, y como lo realizado por los judíos al indicar que ellos eran el pueblo elegido y todo eso, sino que el Corán coloca nuevamente en referencia la creencia original y pura de Abraham (BP).

El Corán desafía a los musulmanes a comunicar que su mensaje es el mismo inquebrantable e inmutable mensaje proclamado desde los tiempos de Abraham (BP) hasta los tiempos del Profeta Muhammad (BP).

 

El versículo 137 es importante desde un punto de vista teológico. Es muy probable que este versículo fuese revelado después de la batalla de Uhud y antes de la batalla de La Trinchera, es decir, era un período de alta inestabilidad e inseguridad. La gente de quraish había comenzado a conformar una masiva alianza entre las tribus árabes para enfrentar a los musulmanes, y el destino del islam desde una mirada práctica y pragmática era realmente incierto. Entonces llega este versículo y Dios le dice al Profeta (BP) y a los musulmanes que ÉL los protegerá. Esto fue una garantía con visión de futuro y de gran valor, fue una extraordinaria predicción de lo que sucedería en el futuro, algo que solo Dios podría haber dicho.

Otra cosa que les puedo decir es que este versículo normalmente se recita cuando las personas se quieren proteger de los jins, si alguna vez han escuchado “rukias”, puede que este versículo les suene familiar.

 

Luego el versículo 138 nos entrega una expresión en árabe que es asombrosa: “sibgata-allah”, y que normalmente los intérpretes no saben cómo traducir. Muchos la traducen como “el tinte de Dios”, o “el tono de Dios”. Si Dios estuviese describiendo la creación, “el Corán de la creación”, y luego Dios usara la palabra “sibgah” para describir la creación, entonces en ese caso el significado sería claro, y sería:” esta es la creación de Dios, y ¿qué es más hermoso que la creación de Dios?”. Pero dado que aquí la palabra árabe “sibgah” es usada acerca de un credo fundamental que está referido a nuestro padre Abraham (BP) y a toda la línea de profetas hasta Muhammad (BP), es lo que ha generado que los intérpretes no sepan como realmente interpretarla, porque el significado en sí mismo necesita ser revisado en árabe. Porque la pregunta que surge es: ¿de qué manera es “sibgah” ?, ¿y de qué manera es un hermoso “sibgah”?

Literalmente la palabra puede significar: un color, un tinte, o una orientación. Lo mejor que he leído sobre esto es de Ibn Al-Jabbar, y él dice que cuando Dios describe esto como “sibgata-allah”, es porque Dios nos está alertando de que SU credo fundamental, SU credo base, la columna vertebral de la creencia hacia la que toda la humanidad debería mirar, y de hecho, la columna vertebral de la creencia hacia la que la humanidad debería volver su rostro es un credo anclado en lo que es bello y lo que es bueno.

De la misma manera que Dios describe, y esta es mi propia extrapolación, de la misma manera que Dios describe a quien se desvía del credo de Abraham (BP) como un débil mental, mi opinión, cuando Dios usa esta expresión, “sibgata-allah”, ella debe conectarse con el credo de Abraham (BP). Estoy completamente de acuerdo con Ibn Al-Jabbar en que Dios te está diciendo que este credo está anclado en lo que es bueno, en lo que es innato y fundamentalmente bueno, y para describir lo que es innato y fundamentalmente bueno usamos palabras como piedad, rectitud moral, benevolencia, y bondad, pero como la propia sura La-Vaca nos dijo, esto se remonta a esos valores morales como cuidar a los pobres, cuidar a los huérfanos, cuidar a los desplazados, etcétera.

Esta notable expresión de este versículo nos indica que nuestra obligación de anclar nuestra adoración a Dios es un compromiso moral con lo bello y lo bueno.

Ahora bien, esto nos obliga a investigar, y eso fue lo que hizo Ibn Al-Jabbar, porque estamos obligados a investigar qué es moral y qué es bueno, porque no hay manera de evitar decir constantemente que nuestra adoración a Dios trata sobre lo moral y lo bueno.

El viaje para descubrir qué es moral y qué es bueno es a menudo desafiante, a menudo maravilloso, a menudo embriagador, a menudo decepcionante, a menudo difícil, a menudo arduo; es muchas cosas, pero no hay manera de evitarlo: tu compromiso con la adoración a Dios es como tu compromiso con la creencia de Abraham (BP), un compromiso con el principio de "sibgata allah".

 

 Sigue la sura,

 

(139) Di [a los judíos y a los cristianos]: "¿Vais a discutir con nosotros sobre Dios? Él es nuestro Sustentador y también vuestro Sustentador --nuestro será el fruto de nuestras acciones y vuestro el fruto de las vuestras; y a Él nos consagramos por entero.

(140) "¿O diréis que Abraham, Ismail, Isaac, Jacob y sus descendientes fueron ‘judíos' o ‘cristianos'?" Di: "¿Sabéis más vosotros o Dios? ¿Y quién es más perverso que quien oculta un testimonio que ha recibido de Dios? Pero Dios no está desatento a lo que hacéis.

(141) Esa es una comunidad ya desaparecida; recibirán lo que se hayan ganado, como recibiréis vosotros lo que os hayáis ganado; y no seréis juzgados por lo que hicieron."

 

Noten en el versículo 140 esa referencia a que los profetas mencionados no eran ni judíos ni cristianos.

Aun cuando la tradición judía se ha apropiado de estos profetas, y aun cuando una persona común te indicará que Isaac (BP) era judío, ello no tiene ningún sentido desde el punto de vista histórico, el mismo sin sentido histórico tiene el decir que Jacob (BP) fue judío. Esto fue relevante dado que las tribus judías de Medina en la época del Profeta (BP) se apropiaban de Abraham (BP) e indicaban que él había sido un judío, lo cual nuevamente, históricamente no tiene sentido decir aquello.

 

Sigue la sura,

 

(142) LOS NECIOS de entre la gente dirán: "¿Que les ha apartado de la dirección en la que oraban hasta ahora?"

Di: "De Dios son el este y el oeste; Él guía a quien Él quiere a un camino recto."

 

En los tiempos en que los musulmanes estaban en La Meca, en los primeros tiempos del mensaje islámico, ellos oraban, como lo hacían los árabes en general, con dirección a la Kaaba. Luego del evento del viaje nocturno del Profeta (BP) los musulmanes cambiaron su orientación cuando oraban hacia Jerusalén. Hay reportes muy interesantes que indican el por qué los musulmanes cambiaron su orientación física cuando oraban desde la Kaaba hacia Jerusalén. La esencia del asunto fue el consistente problema que tenían los musulmanes con la situación de que la Kaaba estaba llena de ídolos, tanto en su interior como a su alrededor, incluso el área entre “As-Saffa” y “Al-Marwua” estaba lleno de bazares que vendían ídolos.

Después de un tiempo, Dios les revela a los musulmanes que deben cambiar nuevamente la dirección de sus oraciones hacia la Kaaba. Ahora, ustedes podrán imaginarse que frente a esto los musulmanes de aquella época debieron enfrentar una serie de polémicas por este hecho, porque les decían: “bueno, ustedes dicen que su creencia es la creencia de Abraham (BP), de Moisés (BP), de Jesús (BP), y ahora vuelven a cambiar la dirección de sus oraciones desde Jerusalén a la Kaaba”.  Los que generaban polémicas además decían que los musulmanes habían cambiado su orientación de rezo hacia Jerusalén para que así se les unieran los judíos y los cristianos, y que ahora que Muhammad (BP) esperaba que ellos se hicieran musulmanes entonces había vuelto a orientar el rezo hacia la Kaaba. Pero noten que el Corán nuevamente ancla esta instrucción en recordarle a los judíos y a los cristianos que la orientación de la oración no tiene que ver con aspectos o consideraciones políticas ni de conveniencias, sino que Dios es omnipresente, Dios está siempre presente en todo lugar, Dios no existe solamente en un espacio sagrado específico y exclusivo, como era la creencia de los judíos y cristianos de esos tiempos.

 

Sigue la sura,

 

(143) Y hemos hecho así de vosotros una comunidad intermedia, para que [con vuestras vidas] deis testimonio de la verdad ante toda la humanidad, y para que el Enviado de testimonio de ella ante vosotros.

Y sólo pusimos [para esta comunidad] la dirección de la oración a la que antes te volvías [Oh Profeta], para distinguir a aquellos que siguen al Enviado de aquellos que le vuelven la espalda: pues, ciertamente, ha sido una dura prueba, salvo para aquellos a quienes Dios ha guiado rectamente. Pero, en verdad, Dios no va a descuidar vuestra fe --pues, ciertamente, Dios es muy compasivo con los hombres, dispensador de gracia.

(144) Te hemos visto [Oh Profeta] mirar al cielo con frecuencia [buscando guía]: y ahora vamos a hacer que te vuelvas en la oración en una dirección que te es querida. Vuelve, pues, tu rostro hacia la Casa Inviolable de Adoración; y dondequiera que estéis, volved vuestros rostros hacia ella [en la oración].

Y, ciertamente, aquellos que han recibido la revelación con anterioridad saben bien que esta [orden] procede en verdad de su Sustentador; y Dios no está desatento a lo que hacen.

 

Veamos primero el versículo 144. Cuando en este versículo el Corán habla de aquellos que han recibido la revelación con anterioridad y que saben que esta es la verdad que proviene de Dios, se está refiriendo al tema del que ya hemos hablado, y es que ellos ya sabían que Muhammad (BP) era un profeta proveniente de la descendencia de Ismael (BP), que ya había sido anunciado en las escrituras de la Torá. También en la Biblia que circula hoy en día hay evidencias de ello, de una forma incluso más explícita, al igual que dicha referencia aparece en el evangelio de Bernabé que no es uno de los canónicos y del cual hay muchas versiones y que también ha sido corrompido. Entonces el Corán está indicando que ellos, los judíos y los cristianos, sabían que la Kaaba, que fue construida por el profeta Abraham (BP) e Ismael (BP), era un templo anclado en el monoteísmo.

Tantos los mecanos que habían emigrado a Medina como los nativos de Medina conocían la historia de la Kaaba, sabían que dicho templo había sido construido por Abraham (BP) y por Ismael (BP). Ese era un aspecto conocido entre los árabes en la época preislámica, por lo tanto la Kaaba representaba para todos ellos algo especial. De hecho sabemos que los medinenses antes del islam tenían sus propias formas para realizar la peregrinación, por ejemplo sabemos que cuando ellos solían visitarla para realizar sus actos de devoción y adoración, ellos no visitaban los montes de “As-Saffa” y “Al-Marwua”, y ellos tenían la creencia supersticiosa de que al regresar de visitar la Kaaba no podían entrar a sus casas por la puerta principal, sino que debían ingresar por una puerta trasera.

Una de las preguntas que los musulmanes le hacían al Profeta (BP) era sobre cuál era la posición de Jerusalén en relación a la centralidad de la posición de la Kaaba como piedra angular del templo de Abraham (BP), y el Profeta (BP) no tenía una respuesta que darles. Cuando Dios le ordenó al Profeta (BP) cambiar la orientación de sus rezos desde la Kaaba hacia Jerusalén, después del evento del viaje nocturno, los mecanos incrédulos comenzaron a decir que Muhammad (BP) había introducido algo que era absolutamente ajeno a ellos y que ahora ni siquiera respetaba el lugar hacia donde los antepasados de los árabes habían rezado, y eso fue una gran tribulación y una gran prueba para los musulmanes de aquellos tiempos, y de hecho algunos dejaron el islam al considerar que con ello se rompían tradiciones relevantes como dirigir la oración hacia el templo construido por Abraham (BP).

Todo esto nos lleva a entender que en los corazones de los musulmanes estaba el anhelo de dirigir sus oraciones hacia la Kaaba, y le preguntaban al Profeta (BP) sobre la razón de no hacerlo, y él no tenía una respuesta.

Ahora, miren como Dios describe en este versículo 144 esta situación del Profeta (BP), la imagen es como si el Profeta (BP) orientaba su faz hacia los cielos y conversaba con Dios, y obviamente ÉL sabía lo que había en su corazón, sabía que él añoraba y extrañaba La Meca. Antes que Dios le dijera al Profeta (BP) que él podía volver a orientarse hacia la Kaaba cuando hiciera sus oraciones, Dios les recuerda a los musulmanes que la dirección hacia donde recen es un aspecto técnico cuya definición solo pertenece a Dios, y también les recuerda que desde el aspecto espiritual y moral lo que deben mantener en mente es que Dios es omnipresente. La dirección de la oración es una cuestión distinta de la cuestión moral del espacio sagrado. El espacio sagrado es la Tierra entera, no una iglesia, ni una sinagoga, o una mezquita, u otro lugar específico. Como ya les dije, esto representó una revolución igualitaria en la forma en que los musulmanes concebían el espacio sagrado, pues era algo completamente inédito e inquietante.

Todo este tema de la dirección de la oración y el concepto del espacio sagrado fue un gran desafío en esos tiempos, salvo para aquellos que estaban realmente bien guiados.

  

Veamos el versículo 143 en el cual se indica que Dios hizo de los musulmanes una comunidad intermedia, ¿qué significa esto, a qué se refiere?, porque para decir que algo es intermedio tú necesitas tener dos puntos distintos para luego indicar cual es el punto medio. Si piensan en el cambio de la dirección de orientación de las oraciones ella cambió de Jerusalén a la Kaaba, tenemos dos puntos, pero aquí no encontramos un lugar medio, no hay tres vías para que luego tú puedas indicar que estás en el medio, entonces, ¿cuál es el camino medio al que se refiere el versículo?, y además debemos considerar que luego dice que esta comunidad debe dar testimonio.

Los intérpretes literalistas dijeron que la interpretación de esto es que la comunidad musulmana no debía cometer los excesos que habían cometido los judíos que se decían el pueblo elegido, ni los excesos cometidos por los cristianos que divinizaron a Jesús (BP), y entonces que estando en medio de ellos, y siendo moderados, los musulmanes debían rechazar esos dos sistemas de creencias fanáticos. Pero frente a esta interpretación persiste una interrogante, y es que si la interpretación es correcta, ¿por qué luego de indicar la posición intermedia el versículo continúa y dice “para que den testimonio…” ?, y entonces la discusión continuó sobre la interpretación del término “intermedio” o “medio”.

Entre las interpretación la más frecuente es que la palabra árabe que se interpreta como “medio” o “intermedio” tiene la connotación de lo que es bueno, porque entre la escasez de algo y la abundancia de algo está la cantidad justa de algo, y eso es lo bueno. Se indica que también tiene la connotación de la justicia, porque la justicia está siempre logrando el equilibrio de algo, el equilibrio entre posibilidades de desigualdad. Algunos también han indicado que ella tiene la connotación de la sabiduría, porque por medio de la sabiduría se logra el verdadero entendimiento de algo. Nosotros no necesitamos resolver el debate generado entre quienes indican que el término connota lo bueno, la justicia, o la sabiduría, pero sí podemos reconciliar todas estas miradas. Ahora, para hacerlo, debemos considerar nuestra comprensión sobre la creencia de Abraham (BP) y sobre el pacto con Dios, esta compresión debería alumbrar nuestra interpretación sobre lo que significa ser la comunidad intermedia que debe dar testimonio sobre la gente.

 

A continuación tengan paciencia conmigo, porque conceptualmente quiero comunicarles esta idea de la comunidad intermedia, sin generarles confusión.

En primera instancia ustedes podrían decir que esto significa que la comunidad musulmana debe ser la gente de la justicia, pero ustedes deben entender que los asuntos de la gente están constantemente cambiando y transformándose, y entonces si ustedes van a dar testimonio sobre los asuntos de la gente, representando valores como la piedad, el comportamiento ético, la benevolencia, lo bueno, lo justo, entonces deben encarnar siempre lo que Dios le dijo a Abraham (BP), que los injustos no pueden llevar SU pacto. Entonces, siempre deben dar testimonio a la luz de las circunstancias cambiantes de la gente, la postura que más represente o encarne lo justo, lo equitativo, lo bueno. Por lo tanto, si se basan en un conjunto de leyes didácticas, y dan testimonio basándose únicamente en ellas, es muy posible que ya no estén dando testimonio desde una postura intermedia, sino desde una postura sesgada.

Permítanme darles un ejemplo sobre esto. Supongamos que vivimos en un época en la cual el medio principal de la gente para transportarse son los burros y los caballos, y para que los burros y caballos se puedan mover ellos necesitan un cierto conjunto de requerimientos. Digamos que el alimento básico de estos burros y caballos son ciertos elementos como los huesos de dátiles, y que los caminos deben pavimentarse de cierta manera para minimizar la fricción en sus tobillos y otros elementos que puedan herirlos, y en cuanto al transporte y movimiento de estos burros y caballos debe existir un sistema para que sus heces no terminen en la calle causando enfermedades. Entonces imagina que tú llegas a este pueblo y observas esta situación, y se te pide que des testimonio de esto desde una “perspectiva intermedia” (en el sentido de la expresión que nos indica el Corán). Sería completamente absurdo empezar a dar testimonio como si los burros y los caballos no fueran parte material de la situación. Si por ejemplo, llegas y das testimonio sobre lo que se necesita para que la gente se desplace en patineta, entonces tu testimonio no lo estarías haciendo desde una perspectiva intermedia como la requerida por el versículo, sino que lo estarías haciendo desde una perspectiva absurda. Tu testimonio se volvería absurdo.

Entonces, cuando Dios viene y dice que ha hecho de la comunidad musulmana una comunidad intermedia para que dé testimonio, y si "intermedia", como dijeron muchos estudiosos del Corán se refiere a la piedad, lo ético, lo bueno, la justicia, entonces la posición intermedia, como indicaron la mayoría de los estudiosos del Corán, no se trata simplemente de decir que los judíos y los cristianos están equivocados y que los musulmanes están en lo correcto, sino que la "posición intermedia" consiste en encarnar ciertos valores morales y en comprometerse y anclarse en un conocimiento necesario de la época.

Subhana Alla, quien notó esto fue Razi. Un testigo es alguien que testifica, y su testimonio debe ser escuchado. Por lo tanto, si testifico, debe haber un foro donde mi testimonio sea escuchado. Para que mi testimonio sea relevante, debo saber de qué estoy hablando. Entonces, si el juez dice: "Bueno, ¿qué crees que necesita este pueblo?", y el juez se refiere al ejemplo de los burros y los caballos, y yo digo: "Bueno, lo que se necesita es que las calles se inunden con agua", el juez diría: "No sabes de lo que hablas, hablas de algo completamente diferente, ¡lárgate de aquí!". Por lo tanto, tu testimonio debe ser relevante.

Ahora, fíjense que su testimonio puede ser irrelevante de otra manera, y eso se podría deber a que no eres lo suficientemente importante como para testificar o ser escuchado. En otras palabras, tu testimonio no debería ser simplemente suprimible, como si tus opiniones no importaran.

Cuando Dios dice que la comunidad de musulmanes está ahí para asumir una responsabilidad moral, la responsabilidad moral es testificar como una "posición intermedia", y como dijimos, la posición intermedia es lo ético, lo piadoso, lo moral, lo justo, lo bueno. Dado esto te debes comprometer a testificar sobre ciertos valores morales, pero estos valores morales deben abordar las circunstancias cambiantes de las personas. Entonces, si por ejemplo les hablo y empiezo a contarles que el mundo enfrenta el problema de la adicción infantil a los videojuegos, y mi testimonio se centra en si jugar con muñecos o figuras con formas humanas es “halal” o “haram”, no estoy dando un testimonio desde una posición intermedia, sería más bien un testimonio irrelevante, un testimonio que fracasa de inmediato, no estaría en una posición intermedia. Pero ¿qué pasa si el contenido de mi testimonio es apropiado pero a nadie le importa escucharme porque ni siquiera soy lo suficientemente considerado como para ser escuchado?

Los chinos, que son un conjunto de pueblos muy distintos pero que han logrado conformar una nación, vienen, dan su testimonio, y su testimonio importa y es escuchado porque tienen fuerza y poder, lo mismo con el testimonio de los estadounidenses, y lo mismo con el testimonio de los rusos que también es un país conformado por pueblos culturales muy diversos, y luego llegan los musulmanes con sus insignificantes mini estados y empiezan a decir cosas, y la reacción de todos es que la opinión de los musulmanes es irrelevante, ¿qué tan significativo se vuelve hablar de dar testimonio? Pierde todo sentido.

El desafío para dar testimonio es el desafío de la sabiduría, y además para dar testimonio debes encarnar un conjunto de valores. Así que cuando alguien se acerca y te dice: "Hermano, lo importante es llegar al cielo, y punto", y "asegúrate de que tu familia llegue al cielo", tú le deberías preguntar: "¿y qué hay de dar testimonio?", "¿qué hay del testimonio?". O si alguien viene y te dice: "la Umma, ¿qué Umma? ¿Los musulmanes simplemente no son Umma?, ¿Y qué califa? ¿Y qué unidad?", a esa persona pregúntale: "¿y cómo entonces será relevante nuestro testimonio?, ¿cómo llegará a ser significativo?", y te dirán: "Bueno, eso es tan irreal".

Dios no nos encargó ser realista, sino testificar sobre la verdad. El realismo o la falta de realismo es un asunto aparte. Debemos testificar sobre lo que está bien y lo que está mal. Somos los seres humanos quienes creamos la realidad y la base de lo que creemos que es correcto y lo que está mal. Cuando olvidamos que estos son imperativos, eventualmente pierden toda la importancia y ya no son imperativos debido a la situación que hemos creado con nuestras propias manos.

 

Sigue la sura,

 

(145) Y, sin embargo, aunque presentaras todas las pruebas ante aquellos que han sido destinatarios de anteriores revelaciones, no seguirían la dirección en la que tu rezas; ni tú puedes seguir su dirección de oración y ni siquiera una parte de ellos sigue la dirección de los otros. Y si siguieras sus erróneas creencias después de todo el conocimiento que te ha llegado, ciertamente serías de los transgresores.

 

En relación a este versículo puedes encontrar una discusión interesante entre los intérpretes tradicionales. La discusión tiene que ver con el concepto mismo de “quibla” (la dirección hacia donde se dirige la oración). Cuando el Corán dice que cada comunidad ha tenido su “quibla”, y que entre ellos unos no seguirán la “quibla” de los otros, parte de la polémica fue lo que ya hemos comentado, pero también hubo otra polémica dado que los musulmanes en Medina indicaron que la definición de “quibla” como Jerusalén para los judíos no estaba en realidad en sus escrituras, sino que fue el resultado de interpretaciones de las tradiciones realizadas por los rabinos, y esto dado que no hay nada explícito en los textos judíos que indica explícitamente una dirección para cuando realizan sus oraciones. Entonces lo que los musulmanes les indicaron a los judíos es que lo que los había llevado a comprometerse y adoptar, a los judíos, la dirección de oración hacia Jerusalén había sido la narrativa sobre el sufrimiento, las tragedias, y las pérdidas que habían sufrido durante su diáspora, y también debido a sus sueños y reclamaciones, y les indicaron que eso no debería ser la base para direccionarse a sí mismo hacia el Señor, porque hacer eso implicaría una definición por beneficio propio y una corrupción del propósito divino.

 

Ibn Arabi en sus escritos indicó que cuando Dios dirige a la gente a aceptar la Kaaba como la “quibla” lo que Dios hizo fue liberar a los musulmanes del peso de la historia, dado que los compromisos morales normativos deben basarse en principios más que en la lealtad o fidelidad a una simple narrativa histórica.

 

Sigue la sura,

 

(146) Quienes han recibido la revelación con anterioridad, la conocen como conocen a sus propios hijos: pero, ciertamente, una parte de ellos oculta la verdad a sabiendas --(147) ¡la verdad que viene de tu Sustentador!

No seas, pues, de los que dudan: (148) pues cada comunidad se vuelve en una dirección que le es propia, de la cual Él es el punto focal. Así pues, rivalizad en buenas obras. Dondequiera que estéis, Dios os reunirá a todos ante Él: pues, ciertamente, Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa.

 

Hagamos una pausa en el versículo 148. Aun cuando el Corán insistió anteriormente en la legitimidad, y en la naturaleza fundacional de La Meca como “quibla” para los musulmanes, dado que ella une a la humanidad en torno a la plegaria de Abraham (BP) de hacer de la Kaaba un espacio sagrado focal que implicara seguridad y protección para todos aquellos que se giraran hacia ella, el Corán viene y en este versículo indica que cada comunidad tiene su propia dirección, y entonces está afirmando esto, e incluso indica que nunca será el caso en que todas las comunidades acepten la Kaaba como su “quibla”. Esto es un claro respaldo a la realidad del pluralismo, y a su inevitabilidad. Pero luego, después de decir lo mencionado, después de resolver el tema de la “quibla” indicando que pueden estar de acuerdo o en desacuerdo con ello, el Corán les indica que deben competir unos con otros, adelantarse unos a otros, sobresalir unos sobre otros, en hacer buenas obras.

En la tradición sufí hay muchos bellos escritos sobre este concepto de competir en la realización de buenas obras, pero incluso fuera de la tradición sufí, como por ejemplo Jaleb ibn Al-Jabbar en sus escritos dijo que esta expresión es como si Dios nos hubiera dado licencia, un respaldo certificado para investigar, comprender, y buscar la naturaleza de la bondad en todo tiempo y lugar.

El estar de acuerdo o en desacuerdo sobre la “quibla”, y recuerden que “quibla” no es solo la dirección material de hacia dónde se hace la oración sino que también es tú relación con los espacios sagrados, no se resolverá, pero lo que pueden hacer las distintas comunidades de forma conjunta es competir por hacer buenas obras.

Sheij Muhammad Al-Ghazzali, en muchas de sus clases, y en muchos de los libros que escribió, indicó que esta exigencia normativa del Corán es tan concreta y obligatoria a la hora de articular un deber para un musulmán como cualquier otro mandato jurídico positivo que puedan imaginar.

Entonces, por ejemplo, cuando Dios dice que debemos hacer la oración, nosotros entendemos esta instrucción como un mandato legal positivo, y también lo es cuando Dios nos dice que debemos competir y sobresalir sobre otros haciendo buenas acciones, pero la diferencia es que este segundo mandato es una prioridad, es más fundamental, porque él impacta toda tu perspectiva de la vida y toda tu relación con las categorías normativas, y todo lo relacionado con lo que debes hacer con tu existencia.

Sheij Muhammad Al-Ghazzali solía decir que le desconcertaba ver a un musulmán vivir su vida aceptando la idea de que no está a la vanguardia de hacer lo que es bueno. Él escribió sobre esto entre los años 1970 y 1980, y tristemente nada ha cambiado.

Les puedo contar que cuando trabajaba en Human Rights Watch e integraba la junta directiva de esta organización, todos los musulmanes que conocí en dicha organización eran altamente seculares, quiero decir que ellos siempre se aseguraban en comunicar que no eran musulmanes. Yo era el único musulmán en dicha organización que no bebía alcohol, por ejemplo, o que se excusaba en las reuniones para ir a rezar, cosa que cualquier musulmán haría, e incluso en alguna oportunidad observé a unos musulmanes mirarse entre ellos y sonreír cuando me excusaba para ir a rezar, como si dijeran: “mira a este idiota”. Me di cuenta de que estaba obligado a trabajar en el campo de los derechos humanos, y lo mismo en el trabajo que hago asociado al tráfico de personas, no fue algo que aprendí en la universidad, en realidad lo aprendí de este versículo: "sobresalir en las buenas acciones". Dios me obligó a esforzarme para estar a la cabeza de la curva en hacer lo que es bueno, y esto no puede ser un tema abstracto. En este sentido les recuerdo lo dicho por Ibn Abdel-Salam, un gran jurista Shafi, que dijo que si tú llegabas a un pueblo y encontrabas que la fornicación era como una plaga, donde las personas cometían fornicación y adulterio permanentemente, no podías decidir hablarles sobre la oración, porque eso sería una traición a Dios. El sobresalir en hacer buenas obras, el competir con otros en el hacer buenas obras, no puede ser algo definido en abstracto, debe estar definido en relación a lo malo que existe, en relación a otras cosas buenas que deben ser conseguidas en un momento y situación determinada.

Les daré un ejemplo concreto. Si yo deseo estar en la primera línea de quienes hacen lo bueno y así cumplir la orden de Dios, y por ejemplo estoy en un contexto donde participo y se está viendo el tema de la condiciones humanas de las personas en prisión, y se está indicando que las prisiones no pueden estar sobre pobladas, y en el contexto en que yo me encuentro es que se está hablando que en una celda debe haber una persona y que dicha celda debe tener un tamaño mínimo, en ese contexto, en esa conversación, yo no puedo llegar hablando de los derechos de los prisioneros en forma abstracta, no puedo llegar y hablar sin conocer y comprender la situación real de los prisioneros en ese momento, no puedo opinar sin entender lo que se ha hecho y lo que no se ha hecho, porque si no hago todo eso previamente a dar mi opinión entonces no puedo decir que me he esforzado para lograr lo bueno y lo mejor para los prisioneros. Por ejemplo, para el caso de las prisiones en Estados Unidos, no puedo llegar y decir que quiero estar seguro de que los prisioneros no son lanzados en las cárceles por 10 años sin la posibilidad de ver la luz, en el contexto de los Estados Unidos la gente diría que soy un idiota, y me diría: ¿de qué estás hablando?, ¿quién en Estados Unidos en la actualidad pasa 10 años en una prisión sin ver la luz? Si yo quiero estar en la primera línea de quienes hacen el bien debo estar anclado a la realidad de la cual estoy participando.

Ahora, como dijo el sheij Muhammad Al-Ghazzali, lamentablemente muchos musulmanes piensan que estar en la primera línea de quienes hacen lo bueno y el bien es simplemente rezar oraciones extras, o ayunar de acuerdo a la tradición del Profeta (BP), y no entienden que este comando divino fue hecho por Dios tanto a los musulmanes como a los no musulmanes. Si ustedes hacen oraciones y días de ayuno extras, eso es maravilloso, pero eso no es competir entre sí por alcanzar la bondad, porque las oraciones de unos no tienen nada que ver con la de los otros. Observen que este versículo viene justo después de que Dios nos habla de dar testimonio, es como si Dios dijera que para poder dar testimonio debemos primero comprender el proceso de competir entre nosotros por alcanzar la bondad en sí misma, y siempre anclados en la realidad contextual. Debemos buscar la virtud, debemos estar a la vanguardia de ello, siendo pioneros de la virtud donde nos encontremos.

Lamentablemente hoy en día hay tantas cosas en las que existe una ausencia de cualquier contribución musulmana seria, o reflexión sobre problemas muy graves que afectan a nuestra era moderna. Por ejemplo, el tema de la relación entre la pobreza, la pérdida de valores, la desintegración familiar, las redes sociales, y la pornografía. Les puedo señalar contribuciones de cristianos y judíos sobre esto, pero no puedo señalarles ninguna contribución seria de los musulmanes, más allá de solo polémicas. Es fácil simplemente sentarse y decir: "haram, haram", pero otra cosa es contribuir realmente con algo que beneficie a los musulmanes y a los no musulmanes por igual, contribuir con algo que beneficie a la humanidad. Esa es la verdadera naturaleza de hacer el bien para el beneficio de todos.

 

Sigue la sura,

 

(149) Así, por dondequiera que salgas, vuelve tu rostro [en la oración] hacia la Casa Inviolable de Adoración --porque, ciertamente, esta orden viene en verdad de tu Sustentador; y Dios no está desatento a lo que hacéis. (150) Y, por tanto, por dondequiera que salgas, vuelve tu rostro [en la oración] hacia la Casa Inviolable de Adoración; y dondequiera que estéis, volved vuestros rostros hacia ella, de modo que nadie, salvo los empeñados en la maldad, pueda alegar nada contra vosotros. Pero no les tengáis miedo a ellos, sino temedme a Mí, y [obedecedme,] para que pueda completar Mi bendición sobre vosotros y podáis seguir el camino recto.

(151) Igual que os hemos suscitado a un enviado de entre vosotros mismos para que os transmita Nuestros mensajes, os ayude a crecer en pureza, os imparta la Revelación y la Sabiduría y os enseñe lo que no sabíais: (152) así pues, acordaos de Mí y Yo me acordaré de vosotros; y sed agradecidos conmigo y no Me neguéis.

 

Veamos el versículo 151. Noten que primero se nos habló de la dirección de la “quibla”, y se nos dijo que los musulmanes siguen esa “quibla” porque desde la perspectiva de la creencia islámica es la “quibla” fundacional y original, y no es una que se generó por algún sentimiento de pérdida o algo similar, sino una que está fundada en la súplica que hizo Abraham (BP) y su hijo Ismael (BP). También se nos dijo que sobre la “quibla” se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con los judíos y los cristianos. Luego se nos habló que los musulmanes deben dar testimonio, y que deben ser una comunidad que vive y promueve lo bueno, el bienestar, lo ético, lo justo, y que deben ser una comunidad intermedia. Después de todo esto Dios en el versículo 151 nuevamente nos recuerda que lo que el Profeta (BP) nos vino a entregar es la revelación y también la sabiduría, nuevamente nos habla no solo de la revelación sino también del valor de la sabiduría.

Una gran discusión se ha generado en la tradición islámica porque las personas que siguen las ideas de Ahlal-hadith insisten en indicar que cuando Dios habla de la revelación y la sabiduría, Él se está refiriendo al Corán como la revelación y a la sunna del Profeta (BP), básicamente a los hadith, como la sabiduría. Mientras que los seguidores de una escuela del tipo Usuli, y racionalistas como Razzi o Mataridi, y muttazilitas como Samajshari o Abel-Jabbar, o sufís como Ibn Arabi o Gilani, en todas estas escuelas no se ha interpretado la sabiduría como una referencia a la sunna del Profeta (BP) sino como una referencia a la necesidad de una comprensión epistemológica que acompañe al Corán. Como dijo el Imán Al-Ghazzali, una persona que no está arraigada en el hikma (la sabiduría) corromperá el Corán.

¿Cómo se obtiene el hikma? El Imán Al-Ghazzali dijo: “teniendo conocimiento de lo que se debe saber en tu época para cumplir con las exigencias de la virtud y la justicia”. Por lo tanto, si no estás entrenado en el hikma, inevitablemente corromperás el Corán.

La razón por la cual les comento esto es porque he notado que entre los musulmanes jóvenes, cada vez que alguno de ellos comenta algo sobre el “hikma”, en todo el Corán en general y también específicamente en sura La-Vaca, ellos siempre adoptan la posición de Ahlal-hadith. Es claramente una tergiversación asumir que esa es la postura ortodoxa en el islam. Esa es claramente la postura de Ahl al-hadith, pero también es una postura claramente rechazada por los usulis, los sufíes y otros. Esto no es una postura contra los hadith, obviamente no.

¿Qué evidencia existe para indicar que “hikma” significa la sunna del Profeta (BP)?

“Hikma”, como práctica lingüística, era una palabra conocida por quienes recibieron el Corán en el momento en que este fue revelado.

Otra cosa es cuando Dios dice que se debe obedecer a Dios y al Profeta (BP), eso incluye el corpus de la sunna y de los hadith, debido al mandato de Dios de obedecer al Profeta (BP), pero cuando Dios habla de “hikma”, se requiere una cierta tergiversación del lenguaje para decir que “hikma” solo significa la sunna y nada más.

Ahora, en este versículo se nos habla de la revelación del libro, de la sabiduría, y antes de estos dos se nos habla de “iuzak-kiikum” que proviene de la palabra árabe “tasquia”, la cual se puede interpretar de distinta maneras. Se puede decir que significa “lo que te purifica”, o “lo que te limpia”, o “lo que deja en un mejor estado moral”.  Esta palabra ha inspirado una enorme cantidad de escritos tanto en la tradición sufí como en la filosofía islámica. Por una parte se puede entender que el Profeta (BP) nos enseña a purificar nuestro ser, y eso implica la purificación de cuerpo, del alma, del intelecto, pero ¿qué implica la expresión como estatus moral? Ibn Al-Jabbar hizo una gran discusión sobre el concepto de esta expresión, pero yo solo deseo mostrarles la interpretación de ella desde diferentes ángulos.

Noten que inmediatamente después de que Dios nos recuerde sobre el libro, la sabiduría, y “tasquia”, Dios nos menciona en el versículo 152: “así pues, acordaos de Mí y Yo me acordaré de vosotros; y sed agradecidos conmigo y no Me neguéis”.  Tenemos un número de hadith en el cual se reporta que el Profeta (BP) dijo que los seres humanos que no recuerdan a Dios son como solo cuerpos vivientes, como autómatas. Hay otro que indica que el Profeta (BP) dijo que las bocas de los seres humanos que no recuerdan a Dios son como agujeros podridos. Hay otra serie de hadith en los cuales se indica que el Profeta (BP) indicó que Dios dijo que si una persona lo recuerda a ÉL en su ser interior silenciosamente, ÉL lo recordará en SU SER, y que si una persona lo recuerda a ÉL públicamente entonces ÉL lo recordará públicamente, y que si una persona menciona a Dios en un grupo ÉL mencionará a esa persona en un grupo en el paraíso. Entonces vemos una relación de reciprocidad. Ahora, en la misma forma en que se nos ha dado la capacidad de tener voluntad, se nos dio la voluntad y un encargo, y se nos dio una instrucción, en la misma forma Dios dejó en nuestras manos el grado en que podemos estar presentes en la realidad divina, y prefiero decir “realidad divina” en lugar de “mente divina” por varias razones, nuevamente, el estar presente en la realidad divina está en nuestras manos.

Como dije antes, puedes ser una “estrella de rock” en esta vida pero un don nadie en el más allá, o puedes ser un don nadie en esta vida y una “estrella de rock” en el cielo, y eso está en tus manos. Es difícil para la mente moderna comprender el impacto histórico de este simple empoderamiento textual otorgado al laico. Tu lugar en la realidad de Dios, por así decirlo, no depende de los sacrificios que presentes a una clase sacerdotal, ni de las cuotas que pagas a una iglesia, ni de los sacramentos ni de otros rituales que participes en una clase sacerdotal; tu relación con Dios es directa, sin obstáculos ni mediación. Es tan simple como que si recuerdas a Dios, Dios te recuerda a ti.

Por supuesto, probablemente puedas predecir cómo el dikr se convirtió en el pulso de la "tasquia" (la purificación) en toda la tradición sufí. En ella, la "tasquia del yo" se basa completamente en la dinámica del dikr, y cuanto mayor sea tu dikr, mayor será el acto de gracia con el que Dios te purifica. Pero quiero llevar esto a una perspectiva ligeramente diferente, debido a lo que mencioné antes. Creo, y Dios es Quién sabe más, que sí, los sufíes tienen toda la razón en que la "tasquia del yo" se basa en el dikr, pero también quiero sugerirles que la "tasquia del intelecto" también depende del dikr, no exclusivamente, sino que un elemento necesario de la purificación del intelecto es tu dikr.

Para que la virtud tenga sentido desde una perspectiva islámica, primero debes ser consciente de que la virtud está anclada en la bondad y en el concepto mismo de ser una umma intermedia. Pero ¿cómo se llega a comprender esta virtud? El proceso puramente intelectual nunca es suficiente. Por eso, uno de mis grandes desacuerdos, por ejemplo, con un filósofo egipcio como Hassan Hanafi, fallecido recientemente y que escribió mucho sobre filosofía islámica, es precisamente este elemento.

Creo que para analizar el Corán no se puede ignorar y abandonar la insistencia de que quien diserta sobre la virtud, la moral y la ética islámicas debe basarse en una práctica pietista verdadera, no una actuación pietista para el público. Analizar el Corán no se trata de un mero proceso de deducción analítica matemática. El dikr es el pulso de todo lo islámico. Si recuerdas a Dios, Dios te recordará.

Incluso a nivel de la Umma, si hablo de la bondad en la sociedad, también debo hablar de facilitar el dikr en ella. No se debe obligar a la gente a hacer dikr porque eso sería una completa corrupción, en el momento en que obligas a la gente lo corrompes, pero sí se deben promover los espacios públicos que faciliten y animen la dinámica del dikr.

 

La idea de que quién enseñe la virtud debe ser un practicante de la virtud es bastante antigua, también lo es la idea de que la pureza del corazón es necesaria para poder acceder a la verdad, porque solo un corazón puro puede reflejar la verdad. Todo esto, en términos de sistemas para el conocimiento, es bastante antiguo, existía antes del islam y se remonta hasta la tradición griega. Por otra parte, la idea de que el intelecto puede funcionar analíticamente analizando la verdad sin una base moral, es un fenómeno bastante moderno, que particularmente se ha dado en la cultura occidental. Nosotros hemos sufrido esta idea de una manera inmensa, especialmente en el campo de los estudios islámicos, y esto se ha traducido en la creencia de que tú solo puedes llegar a ser un buen académico sobre el islam, o sobre la historia islámica, o sobre la filosofía islámica, si eres no musulmán, o al menos un musulmán no practicante. Mientras esta idea ha surgido en relación al islam, la realidad es muy diferente en el campo de los estudios judíos, de hecho cada discusión que he tenido sobre la filosofía judía la he tenido con filósofos que son judíos y que están comprometidos y anclados de alma y corazón en su tradición. Pero en el campo de los estudios islámicos es lo opuesto, cualquier estudiante de estudios islámicos se los puede indicar, si son musulmanes practicantes les cuesta muchísimo tener un trabajo en departamentos de estudios islámicos, porque la idea es que para ser un académico en estudios islámicos no puede ser un musulmán, porque les dicen que ahí necesitan gente que enseñe sobre el islam y que no predique sobre el islam, lo cual, por supuesto, simplifica el asunto, ya que se puede ser un creyente ferviente sin predicar nada; parte de la habilidad del creyente reside en poder argumentar en contra de uno mismo.

En esencia, todo esto se relaciona con la noción de "tasquia" y purificación, y con la reverencia a Dios. No confío en quien me dice que me enseñará los secretos del Corán si no estoy suficientemente convencido de que esa persona está arraigada en la piedad del Corán, porque ese proceso de purificación es necesario para la sabiduría como elemento constitutivo de la misma.

 

Sigue la sura,

 

(153) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Buscad ayuda en la paciencia y en la oración: pues, ciertamente, Dios está con los que son pacientes en la adversidad.

 

Noten que esto viene justo después de que Dios nos dijera que quien lo recuerde, ÉL lo recordará. El proceso mismo del dikr no es posible sin perseverancia y paciencia. La mayoría de las personas que no entienden la dulzura del dikr es porque ellos desesperan, tratan por un tiempo, pierden la paciencia, y dejan de hacerlo para ir a otra cosa.

Ahora, justo después de esto se nos hablará de aquellos que enfrentarán una guerra. Aquellos que van a la guerra, aquellos que luchan por la causa de Dios, sin que esa lucha esté anclada en el dikr, secularizan su lucha y su guerra. De la misma forma en que la purificación del yo necesita dikr, de la misma forma en que la purificación del intelecto necesita dikr, también la purificación de la guerra necesita dikr.

 

Sigue la sura,

 

(154) Y no digáis de los que han caído luchando por la causa de Dios: "Están muertos". Al contrario, están vivos, pero no os dais cuenta.

 

En relación a este versículo ustedes pueden encontrar en la tradición islámica una discusión que ha llegado a quedar virtualmente extinta, y creo que ello sucedió en torno al siglo V después de la emigración. La discusión era que si cuando Dios dice que no están muertos sino que están vivos, aunque no nos demos cuenta, ¿es una referencia literal o simbólica?

Hay varios hadices que hablan de cómo un mártir está vivo y disfruta de todos los placeres del cielo, sin embargo, existen muchos problemas con estos hadices.

¿Están vivos en el sentido de moralmente vivos, o incluso en el sentido filosófico de que la muerte en sí es una ilusión, que la muerte no es más que una interrupción antes de la resurrección, y que, como cuestión de "tasquia", como cuestión de honor, como cuestión de verdad última, solo imaginas que están muertos porque no comprendes la naturaleza de la muerte misma?, ¿o es una referencia literal y, de hecho, están vivos, y esto significa que están disfrutando de los placeres del paraíso?

La interpretación literal es la que se ha convertido en la dominante, y la que todos los musulmanes aprenden hoy en día.

 

La revelación de sura La-Vaca cubrió un período de tiempo que fue desde la batalla de Badr hasta la batalla de la Trinchera o la alianza contra los musulmanes en Medina. Por eso la narrativa de esta sura cubre el hecho de que en esos momentos se convertía en una realidad el llamado a las armas para la comunidad musulmana, y el martirio, la gente muriendo en las batallas, se convirtió en una realidad. Es por eso por lo que inmediatamente después de este versículo sigue el reconocimiento de las terribles dificultades que enfrentaron los musulmanes en Medina.

 

Sigue la sura,

 

(155) Y ciertamente os pondremos a prueba por medio del peligro, del hambre, de la perdida de bienes, de vidas y de frutos [del trabajo]. Pero da buenas nuevas a los que son pacientes en la adversidad --(156) que cuando les sucede una desgracia, dicen: "En verdad, de Dios somos y, ciertamente, a Él hemos de volver." (157) ¡Sobre ellos se derraman la gracia y las bendiciones de su Sustentador, y ellos son los que están en el camino recto!

 

En estos versículos se nos indica que si durante el curso de las cosas tú comprometes tu propio ser en el camino de la purificación, si te comprometes a permanecer en el camino de la verdad y a dar testimonio de Dios, serás sin lugar a duda puesto a prueba, ya sea con hambre, con la pérdida de bienes, con la prueba de sacrificar el propio ego, y quienes perseveren serán ensalzados por Dios.

Es un hecho la necesidad del sufrimiento como un mecanismo educacional para la posibilidad de la purificación y la comprensión de la verdad, el sufrimiento y el soportar el dolor, la perseverancia durante el dolor, sin calmarlo ni evitarlo, es un elemento necesario en la construcción de un ser que sea capaz de lograr su purificación, la sabiduría, y la comprensión del Corán.

Esto merece un énfasis relevante porque muy a menudo y repetidamente es enfatizado en el Corán. Entonces debes ponerlo en práctica si aspiras a estar cerca de Dios, si aspiras a la purificación y a esta cercanía con lo divino, para que ello se traduzca en una iluminación tanto interior como intelectual, lo que producirá niveles de sabiduría y de verdadera piedad.

La razón por la que enfatizo este elemento del dolor es porque, en la cultura moderna, nuestra actitud hacia él es como si fuera una enfermedad que debe curarse. Hoy en día nos educan para que, si tienes depresión, la adormezcas con medicamentos para eliminarla; si tienes ansiedad, la adormezcas con medicamentos para eliminarla; si tienes dolor, lo adormezcas con medicamentos para eliminarlo. No nos enseñan las habilidades para asimilar la depresión, la ansiedad, el dolor, a vivir con él, a no evitarlo, a no adormecerlo, sino a perseverar y a convertirlos en herramientas que nos eduquen, nos eleven, y nos hagan crecer. La ansiedad puede ser una gran educadora, la depresión puede ser una gran educadora, porque te enseñan que tú debes tener la fuerza de voluntad para tomar decisiones que alteren tu condición, dejarse llevar por el autodesprecio o la autocompasión es fundamentalmente un fracaso moral en tu relación con Dios.

Mi madre era psicóloga y recuerdo de forma muy vívida que ella siempre nos habló sobre que si estábamos deprimidos o ansiosos en relación a algo, e incluso en algunas situaciones que estábamos enfermos y teníamos dolor, nos decía que debíamos aprender de dicha situación, que debíamos perseverar frente a ella, que si estábamos deprimidos o ansiosos debíamos analizar nuestra depresión y que aprendiéramos de nosotros mismos en esa situación, y que en base a eso analizáramos nuestra relación con Dios, que analizáramos cuanta de nuestra confianza estaba puesta en Dios, y que analizáramos como nos relacionábamos con la voluntad de Dios. Mi madre también nos decía que el dolor nos debía enseñar a ser empáticos, porque debíamos trasladar nuestro dolor hacia la comprensión de la agonía de otros.  Recuerdo que cuando llegué a los Estados Unidos encontré una cultura muy diferente, que indica que hay que medicarse para la depresión, para la ansiedad, y para el dolor. Recuerdo que en una oportunidad hablé sobre esto con un doctor que visité, y se horrorizó con esta postura, me dijo que venía de una cultura atrasada que no entendía la sabiduría de la tecnología desarrollada en occidente, que mi postura era ridícula, y me decía: ¿por qué debes soportar la ansiedad, la depresión, o el dolor?

¿Hay una diferencia entre estas posturas? Por supuesto que sí, personalmente después de todos estos años estudiando el Corán he llegado a la convicción que algunas de las mayores revelaciones que obtienes del Corán se dan en esos momentos de tu vida en los que estás más deprimido, en los momentos de mayor ansiedad, y sí, en los momentos en los que has admitido que no vas a tomar una pastilla analgésica. Entonces, ¿qué recurso te queda? Bueno, intentas recitar el Corán para superar el dolor, y luego, algunas de las revelaciones que obtienes sobre la sabiduría de Dios, cuando estás en medio del dolor, son alucinantes.

 

El Profeta (BP) nos enseñó que el versículo 156 es precisamente una cura para lo que estamos hablando. Esta expresión ha tenido un enorme impacto en la civilización y cultura islámica. Cuando sea que un musulmán sufre un infortunio, un dolor, una muerte, un desastre, una mala noticia, ellos deberían decir: “En verdad, de Dios somos y, ciertamente, a Él hemos de volver". Ahora, tristemente, hay muchos musulmanes en nuestra época moderna que repiten esto como un hábito sin que resuene su sentido en sus interiores, debiendo ser esta expresión una gran enseñanza para nosotros.

Cada vez que tú sufres una calamidad, sin importar el tamaño de ella, tú debes reflexionar sobre la realidad de la vida, y sobre tu posición en la vida.

Cuando era niño recuerdo que conocí a un sheij que tenía cáncer, todos sabíamos que el moriría por ese cáncer, y él vivía en uno de esos antiguos barrios cercanos a la universidad de Al-Azhar. Recuerdo que cuando lo visitábamos él estaba constantemente murmurando: “En verdad de Dios somos y ciertamente a ÉL hemos de volver”, y entonces yo le pregunté a su hijo sobre el por qué él siempre andaba murmurando eso, y su respuesta fue que él lo hacía cuando tenía dolor, ese era su remedio contra el dolor. Eso se quedó pegado en mi mente, se quedó conmigo.

Mi madre tuvo cáncer al colon y se rehusó a tomar pastillas para evitar el dolor, incluso no lo hizo cuando se quebró varias veces una costilla. Les podría contar muchas historias sobre gente piadosa y la forma en que ellos han manejado el dolor, todo tipo de dolor, no solo dolor físico sino también dolores emocionales producido por la pérdida de hijos o hijas, por la pérdida de sus esposos o esposas, o por la pérdida de parientes. También recuerdo que mi madre perdió todos sus fondos de jubilación en una estafa y nunca olvidaré que su reacción fue: “En verdad de Dios somos y ciertamente a ÉL hemos de volver”.

¡Alabado sea Dios!

 

El versículo 157 nos indica que aquellos que se comportan de la forma indicada en el versículo anterior son quienes recibirán las bendiciones y la misericordia de Dios, y que ellos son los que están verdaderamente guiados. Esto nos indica, como Al-Ghazzalli indicó, que no es un asunto de solo gesticular y pronunciar la frase, sino es una completa internalización y conciencia de lo que ella realmente significa: “En verdad de Dios somos y ciertamente a ÉL hemos de volver”.

Para ser digno de ese estado de conciencia en el cual Dios te dará SUS bendiciones, misericordia, y guía verdadera, requiere y necesita un entrenamiento hacia la comprensión verdadera de lo que esta expresión realmente significa e implica.

 

Sigue la sura,

 

(158) [Por eso,] he aquí, que As-Safa y Al-Marwa están entre los símbolos establecidos por Dios; así pues, no incurrirá en error quien, habiendo acudido al Templo en peregrinación o en visita ritual, haga los recorridos entre ambas: pues, quien hace un bien mayor del que debe - ciertamente, Dios responde a la gratitud, es omnisciente.

 

Esta sura comenzó con esa relevante idea asociada al tema de una gente escogida, y de quiénes son, y por qué lo son, y que en realidad lo son las gentes con real mérito. Luego la sura oscila entre abordar circunstancias específicas que enfrentan los musulmanes en Medina y su contextualización en un panorama espiritual más amplio.

Como veremos, repetidamente menciona un problema real que enfrentaron los musulmanes en Medina, y luego retrocede y les recuerda que, si bien Dios aborda la particularidad de un problema, asunto, o desafío que enfrentan, también les recuerda constantemente que no pueden abordar la mecánica del problema sin recurrir consistentemente a los principios espirituales más amplios.

 

La sura, después de haber abordado estas cuestiones espirituales más amplias sobre el papel del dikr, el proceso de purificación, el papel del dolor y las dificultades, etc., y en su relación con lo divino, llega a un problema específico que confrontaron los musulmanes, y es el que se indica en este versículo.

La razón de este versículo fue reportada por Aisha y otros compañeros del Profeta (BP), y se debió a que los nativos de Medina, los “ansar”, al igual que otras tribus árabes de la época, mantenían una reverencia hacia la Kaaba, y la visitaban cuando iban a La Meca, porque creían que los cimientos de ella habían sido establecidos por Abraham (BP) y su hijo Ismael (BP), sin embargo, ellos se abstenían de visitar los montes de As-Safa y Al-Marwa, y hay dos tipos de reportes que indican la razón de ello. Unos reportes mencionan que ello se debía a que en esos lugares se producían muchas conductas inmorales como la prostitución y lugares para beber alcohol, los otros reportes indican que la razón no tenía que ver con conductas inmorales sino con creencias supersticiosas de los medinenses, quienes creían que el visitar esos lugares generaban maldiciones. Entonces el Corán viene y les indica que no es así, y posteriormente Dios revelará que la visita de esos lugares se incorpora al Hajj (La peregrinación). El Corán les indica que esos lugares son sagrados.

Hay un reporte que indica que un hombre se acercó a Aisha y le dijo que dado que este versículo indica que: “no incurrirá en error quien, habiendo acudido al Templo en peregrinación o en visita ritual, haga los recorridos entre ambas: pues, quien hace un bien mayor del que debe- ciertamente, Dios responde a la gratitud, es omnisciente”, entonces eso significaba que no era obligatoria la visita a esos lugares cuando los musulmanes hacían la peregrinación. La respuesta de Aisha fue tajante, y le respondió que sí era obligatoria la visita a esos lugares porque el Profeta (BP) así lo había enseñado.

 

La razón por la cual les he destacado este tema es por un asunto que vendrá después y que tiene que ver con las leyes de las cuales esta sura habla. Todas las leyes que aborda sura La-Vaca surgieron dentro de su contexto asociado a las dinámicas históricas que existían en Medina, incluido lo que se indica sobre estos lugares: As-Safa y Al-Marwa. La sura seguirá abordando leyes específicas asociadas a circunstancias particulares que surgieron en Medina, pero luego constantemente menciona y recuerda los principios fundamentales que guían estas leyes.

Las leyes en sí mismas no son los principios fundamentales.

Uno de los errores metodológicos, en mi opinión, al abordar las leyes en esta sura, y en otras suras, es confundir el principio moral con la ley. La ley es un cumplimiento anecdótico del principio moral, pero un cumplimiento asociado a las circunstancias particulares de la época.

 

Sigue la sura,

 

(159) CIERTAMENTE, a aquellos que supriman la evidencia de la verdad y de la guía que hemos hecho descender, después de que Nosotros la hayamos hecho clara a los hombres por medio de la escritura divina --a esos Dios los rechazará, y todos los que puedan juzgar les rechazarán. (160) Salvo a quienes se arrepientan, se enmienden y den a conocer la verdad: de esos aceptaré su arrepentimiento --pues, sólo Yo soy el Aceptador de Arrepentimiento, el Dispensador de Gracia.

(161) Ciertamente, quienes se obstinen en negar la verdad y mueran mientras [siguen aún] negando la verdad --su merecido es el rechazo de Dios, el de los ángeles y el de todos los hombres [rectos]. (162) En ese estado permanecerán; [y] no se les aliviará el sufrimiento ni se les concederá prorroga.

 

Parte de los hechos que confrontaban los musulmanes en Medina era que algunos de aquellos nativos de Medina que habían aceptado el islam estaban teniendo momentos difíciles al seguir aceptando antiguas y bien establecidas tradiciones, y viejos sistemas de creencias. Por extraño que nos parezca a nosotros hoy en día, los habitantes de Medina, a diferencia de los mecanos, no prestaban atención a As-Saffa y Al-Marwa, porque creían que esos lugares estaban embrujados por jinss. Así que, una vez que la revelación llegó y Dios les dice que deben abandonar sus antiguas mitologías, quienes aún insistían en sus posturas, se encontraron en serios problemas.

Otros estudiosos del Corán dijeron que estos versículos están hablando sobre la polémica entre las tribus judías y la idea de que Muhammad (BP) era el profeta esperado. Hay claras evidencias de que parte de la polémica también era porque los judíos decían que si Muhammad (BP) fuese un verdadero profeta no hubiese reivindicado los lugares de As-Saffa y Al-Marwa. Para los judíos esos lugares no tenían ningún valor, aun cuando en la Biblia se menciona el pozo de Zam-Zam, pero dada su intención de negar relevancia a Agar, la madre de Ismael (BP), y a él mismo, indicaban que cómo era posible que Muhammad (BP) reivindicara esos lugares asociados a Agar. Incluso he leído algunos reportes, que no tienen una autoría definida, que indican que Dios hizo surgir el pozo de Zam-Zam como una manifestación de SU gracia, pero no con la intención de honrar a Agar o a Ismael (BP).

 

Bien, esa es la parte asociada al tema histórico, pero noten lo que indica el versículo 161. Aquellos que rechazan la verdad y no se arrepienten, ellos serán condenados por Dios, por los ángeles, y por toda la gente. Sobre esto los estudiosos del Corán se detuvieron a reflexionar, específicamente cuando se habla del rechazo de las personas hacia aquellos que rechazan la verdad.  

El tema es muy relevante en la época contemporánea, y es que todos han oído hablar de la frecuente queja que surge en la comunidad islámica de hablar mal de alguien o de los muertos. Hay un hadith en varias versiones, pero la esencia de ellos es que el Profeta (BP) observó a un grupo de personas que veían una oración que se realizaba a un difunto, y ellos hablaban bien de la persona que estaba siendo enterrada, y el Profeta al escucharlos les dijo: "Que Dios lo acepte". Luego el Profeta (BP) observó a otro grupo de personas que miraban que alguien estaba siendo enterrado, y que ellos hablaban mal de aquella persona, y el Profeta (BP) al escucharlos les dijo: "Que Dios lo acepte". El Profeta (BP) no les dijo a quienes hablaban mal de la persona fallecida: "No deben hacerlo", de hecho, les dijo: "Si esta persona dejó una mala reputación, que Dios lo acepte", es decir, que sufra las consecuencias de haber dejado una mala reputación.

Estos hadith se relacionan con este versículo, y esto desató todo un debate. Cuando Dios dice al final del versículo 161: "el rechazo de toda la gente", supongamos que se refiere a todas las personas, y aquí supongamos que las personas a las que se refiere el Corán son quienes conocieron al fallecido o a la persona que rechazó la verdad y nunca se arrepintió. Ahora, ¿cómo podemos conciliar esto con otro hadith sobre un hombre aparentemente alcohólico que se metía constantemente en problemas? Este hadith habla de algo que ocurrió antes de la prohibición de beber alcohol. La narración indica que había un hombre en Medina que se metía constantemente en problemas por su consumo de alcohol, y ante esto uno de los compañeros del Profeta (BP) comentó sobre este hombre: "Que Dios lo maldiga por cuánto bebe". Al escucharlo el Profeta (BP) respondió: "No lo maldigas, porque no debes estar con shaitan, no ayudes a shaitan contra tu hermano".

Acá tenemos una tensión entre estas narraciones. La tensión radica entre las tradiciones que dicen que no se debe condenar a alguien y las tradiciones que parecen decir que se debe condenar la conducta moral, incluso si la persona ha muerto. En otras palabras, si alguien cometió un acto inmoral y murió, se debe decir que esa persona fue inmoral, y no encubrirlo.

Quienes suelen decir que no se debe hablar mal de los muertos, dado que no se conoce el corazón de la gente y por lo tanto no se debe condenar su comportamiento, afirmaron que este versículo significa que los seres humanos condenarán y maldecirán su comportamiento en el más allá, no en la vida terrenal. Por otra lado, la mayoría de los estudiosos del Corán han sostenido que el Profeta (BP) creó un imperativo moral: en lugar de condenar, se debe ayudar a la gente; en lugar de condenar, se debe asistir. Pero en cuanto a quienes insisten en hacer el mal y lo hacen con desdén, y especialmente a quienes mueren insistiendo en cometer inmoralidades, es decir, a quienes mueren con mala reputación por sus persistentes inmoralidades, es absolutamente necesario condenarlos como una forma de educar o de defender la verdad. Si la gente no condena lo inmoral, esa actitud, en última instancia, diluye la verdad misma.

En lo personal estoy de acuerdo con la corriente de pensamiento que afirma que educar a la gente implica que debemos poder hablar sobre lo que hicieron bien y lo que está mal, pero debemos ser mesurados y cautelosos, ya que es un gran pecado condenar a alguien sin conocimiento, y es un gran pecado dañar la reputación de alguien sin fundamentos ni pruebas adecuadas. Sin embargo, es absolutamente necesario que quienes cometen errores sean denunciados. No se puede ser cómplice de una infracción encubriéndola.

 

Sigue la sura,

 

(163) Y VUESTRO DIOS es el Dios Único: no hay deidad sino Él, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia.

(164) Ciertamente, en la creación de los cielos y de la tierra, en la sucesión de la noche y el día: en las naves que surcan el mar con lo que es de provecho para el hombre: y en las aguas que Dios hace descender del cielo, dando vida con ellas a la tierra, antes muerta, y haciendo que se multipliquen en ella toda clase de criaturas: en la variación de los vientos, en las nubes sujetas a su curso entre el cielo y la tierra: [en todo eso] hay mensajes claros para gentes que usan su razón.

(165) Y aún así, hay gentes que eligen creer en seres que supuestamente rivalizan con Dios, y les aman como [sólo] Dios debe ser amado: pero los que han llegado a creer aman a Dios por encima de todo.

¡Si quienes están empeñados en hacer el mal pudieran tan sólo ver --como lo verán cuando se les consigne al castigo [en el Día de la Resurrección]-- que todo el poder pertenece sólo a Dios, y que Dios es severo en [imponer] el castigo!

 

Veamos el versículo 165. La razón por la cual quiero hacer una pausa en él es debido al inicio de versículo, donde se usa la palabra árabe “andaad” (que en la traducción en uso se interpreta como “seres que supuestamente rivalizan con Dios). Esta palabra se puede traducir como “iguales a Dios” o “competidores de Dios”.  Todo lo que tú amas a expensas de Dios es algo que está rivalizando con Dios. Seré bastante directo en esto y les daré un ejemplo: Digamos que tú amas a tu cónyuge hasta el punto de hacer lo que está mal, de enojar a Dios, para complacer a tu cónyuge, entonces tú estás poniendo a tu cónyuge como un igual a Dios o como alguien que compite con Dios. Lo mismo si son tus hijos, o lo que sea que ames.

Esto es un principio. Tu relación con Dios debe ser al punto que tu amor por Dios debe prevalecer sobre cualquier otro amor. Así que, cuando hay que tomar una decisión, tu compromiso con Dios, y especialmente el amor, deben ser tu prioridad.

 

Este versículo 165 ha jugado un enorme rol en la tradición sufí, porque toda la trayectoria sufí asociada a entrenar a las personas en el retiro del apego a lo material no tiene como razón principal el temor a Dios, sino principalmente este principio indicado, el amar más a Dios. Especialmente en la tradición sufí podemos encontrar una enorme cantidad de escritos sobre el cómo los seres humanos a menudo declaran que aman a Dios pero en realidad no es así. En muchos de esos escritos se indica que la gran mentira de amar a Dios es que en realidad muchos de esos seres humanos en realidad se aman a sí mismos, y luego proyectan ese amor sobre otro.

Los seres humanos a menudo se aman a sí mismos, y luego se proyectan a sí mismos hacia Dios y dicen que aman a Dios, pero en realidad no aman a Dios sino que ellos están enamorados de ellos mismos. En esencia ese es el egoísmo del ser interior.

Incluso más allá del sufismo se ha escrito muchísimo sobre este tema, gente como Razzi, como Mataridi, e incluso Ibn Al-Jabbar, que no fueron sufís, escribieron sobre este tema. Si recuerdo correctamente Ibn Al-Jabbar indicó que al decir que amas a Dios eso se debe traducir en el amor hacia los atributos divinos, y entonces al menos debes ser un amante del bien, de la bondad, de la rectitud, de la justicia, de la rectitud moral, y de todo ese tipo de virtudes, porque si no es así, entonces tu declaración de que amas a Dios es vacía, no es real.

 

En una oportunidad estaba dando una charla y estaba hablando sobre el amor a Dios, y entonces una persona me indicó que en el islam no existía eso de amar a Dios sino que se debe obedecer a Dios, que eso de amar a Dios es un concepto cristiano que no existe en el islam. Bueno, podrán ver que tenía una “vaca” entre la audiencia de mi charla.

 

Sigue la sura,

 

(166) ¡[En ese Día] los que han sido [falsamente] adorados se desentenderán de sus seguidores y estos verán el castigo [que les aguarda], una vez destruidas todas sus esperanzas! (167) Entonces dirán sus seguidores: ¡Si tuviéramos otra oportunidad [de vivir], nos desentenderíamos de ellos como ellos se han desentendido de nosotros!"

Así les mostrará Dios sus acciones [de forma que les cause] un amargo remordimiento; pero no saldrán del fuego.

 

El versículo 166 nos indica que si tú sigues ciegamente a alguien, y el amor por esa persona te ciega a tu compromiso y amor a Dios, estarás entre aquellos que este versículo menciona.

Una de las más fascinantes discusiones en la tradición sufí es sobre el amor al maestro, al guía, y sobre si al amarlo tan profundamente no tienes claro si en tu corazón, y en tu mente, separas tu amor por Dios del amor por tu maestro. Este es un tema sobre el que se debaten temas muy interesantes.

La cuestión es si el amor por tu maestro es una sana liberación hacia tu amor por tu Señor, o si dicho amor al maestro es señal de una mala guía si no puedes separar tu amor por Dios del amor por tu maestro.

Más allá de la tradición sufí, se ha indicado que siempre que sigues ciegamente a alguien estás poniendo a alguien como un igual a Dios. Muchos juristas, especialmente los de la escuela de pensamiento “usuli”, que suelen condenar la imitación, citan a menudo este versículo como fundamento.

Este versículo se encuentra entre los que fundamentan las polémicas sobre la imitación. También lo encuentras muy destacado en los debates sobre la “imitación del jurista” en la tradición chiita. Cuando se imita a un Ayatul-lah, o a un Imán, o a un maestro, ¿cuál es la diferencia que puede existir para que seguir a alguien sea algo reprensible o que sea algo aceptable? Condenar cualquier tipo de seguimiento es como legitimar la arrogancia, ya que el conocimiento y el aprendizaje no son posibles sin un cierto nivel de seguir a alguien. Sin embargo, al mismo tiempo, seguir a alguien puede convertirse rápidamente en una forma de corrupción, ya que, en realidad, podrías estar generándote iguales a Dios, y podrías ya no estar siguiendo a Dios, sino que generaste algo que se interpone entre tú y Dios.

Este es un tema muy amplio; todas las discusiones sobre la legitimidad de estas cosas son dignas de una tesis doctoral; no es algo a lo que podamos hacer justicia en esta instancia, pero quiero abordar a continuación un aspecto diferente sobre este tema.

En las discusiones sobre, en particular, el tipo de seguimiento que se enmarca en la categoría de "órdenes de un superior", uno de los campos de la jurisprudencia islámica es si las órdenes de un superior pueden eximirte de la responsabilidad moral. Publiqué un artículo sobre esto hace mucho tiempo. El resumen de esta discusión jurídica, que es muy extensa, es que las órdenes superiores nunca son excusa de la responsabilidad personal. Si lo que se te ordena es un pecado evidente, como matar a una persona inocente, o a una persona sin un juicio justo, o torturar a alguien, no puedes luego decir que no tienes responsabilidad porque la orden te la dio un superior. Este versículo juega un papel importante en todo este discurso.

Muhammad Abdu dijo algo en su tafsir que me gusta, él indicó que si la gente hubiera comprendido la plena influencia de este versículo, el despotismo no habría sido posible en el mundo musulmán. Esto se debe a que, cuando se obedece la orden de un déspota, el despotismo no puede funcionar sin que alguien siga las órdenes de un superior y le atribuya a él la responsabilidad moral.

 

Sigue la sura,

 

(168) ¡OH GENTES! Comed de lo lícito y bueno que hay en la tierra, y no sigáis los pasos de Satán: pues, ciertamente, él es enemigo declarado vuestro, (169) y os invita a hacer el mal y a cometer actos indecentes, y a atribuir a Dios aquello de lo que no tenéis conocimiento.

 

Nosotros estamos muy acostumbrados a este tipo de discurso en el Corán, pero nosotros deberíamos hacer una pausa y reflexionar sobre la importancia de lo que se nos está diciendo.

Es como si Dios nos está diciendo que vivamos esta vida y que disfrutemos lo que esta vida terrenal nos ofrece, pero, y nosotros ya hemos hablado de esto, el Corán nos advierte sobre causar corrupción en la tierra. Estos versículos llaman a la bondad, y luego nos dice que no sigamos los pasos de shaitán, porque en realidad shaitán es nuestro enemigo, porque él nos incita a cometer lo que genera decaimiento y decadencia moral, nos incita ha comportarnos de forma inmoral. Finalmente se nos indica a no decir de Dios lo que no sabemos.

La razón por la cual quiero hacer una pausa es la siguiente. Nosotros a menudo, de manera innata, sabemos lo que viene del lado de Dios y lo que viene del lado de shaitán, y en el versículo se nos dice que no sigamos los pasos de shaitán. Independientemente de los tecnicismos y las leyes legales positivas, creo que la gran mayoría de las personas diría que la injusticia es seguir los pasos de shaitán, y que Dios no ordena la injusticia, creo que la mayoría reconocería la crueldad como seguir los pasos de shaitán, y que también la mayoría reconocería que todo lo que desintegra familias y causa discordia en ellas sigue los pasos de shaitán. Con relación a la existencia de esta moral natural, a menudo, si se pasan por alto los principios morales generales y se empieza a discutir sobre los detalles, se pierde la relevancia de ella.

Estar completamente arraigado en los principios morales generales moderará cualquier desacuerdo o discrepancia que tengamos sobre los detalles.

Así por ejemplo, Mataridi, Razi y otros, en sus discusiones, podemos encontrar que indican que cuando Dios dice que no sigamos los pasos de shaitán, Dios está apelando a algo innato en nosotros, algo que nos permite reconocer la obra o el efecto de lo que proviene de shaitán, algo que es universal y común a la mayoría de los seres humanos.

 

Luego en los versículos se nos menciona el problema de atribuir a Dios lo que se desconoce, esto es una gran falla moral. Atribuirle una injusticia a Dios, decir que la existencia de una injusticia es la voluntad de Dios, es atribuirle a Dios lo que se desconoce de ÉL. Atribuir el sufrimiento y la miseria a la voluntad de Dios es atribuirle a Dios lo que se desconoce de ÉL. Creo que las implicaciones de esto para todos los tiempos son profundas.

¿Quieren entender esto en situaciones concretas? Observen, por ejemplo, lo que hizo ISIS en Irak. Observen el impacto y sus prácticas en la trata de personas, la esclavitud de mujeres, el sufrimiento infligido a tantas mujeres, las agresiones sexuales cometidas contra ellas. Luego de observar esto, venir y decir: "Esta fue la voluntad de Dios", es atribuirle a Dios lo que se desconoce de ÉL. Todas estas cosas se sienten y parecen claramente demoníacas, son claramente abominaciones, y justificar estos resultados inmorales mediante la ley es una falta de comprensión de la moral y la virtud.

 

Sigue la sura,

 

(170) Pero cuando se les dice: "Seguid lo que Dios ha revelado," algunos responden: "¡No!, seguiremos [sólo] lo que hemos hallado que creían y hacían nuestros antepasados." ¡Pero! ¿Aun si sus antepasados no usaban la razón y carecían de toda guía?

(171) Y así, la parábola de aquellos que se empeñan en negar la verdad es la de una bestia que al oír el grito del pastor no percibe sino el sonido de una voz y una llamada. Son sordos, mudos y ciegos: porque no usan su razón.

 

Sobre el versículo 171 hay una muy interesante discusión gramatical.

¿Dice el versículo que esa persona es como la bestia que oye los gritos del pastor pero no entiende lo que dice, o dice que la situación es como la del pastor que grita en la noche, pero la bestia no comprende lo que dice? La discusión trata si el versículo pone la relevancia en la bestia que oye los gritos o en el pastor que grita.

En algunos tafsir se dice que el pastor grita en plena noche, y lo único que oye son los ecos de sus propios gritos, lo cual es una imagen interesante.

Independiente de la discusión gramatical, lo que debemos observar es que la reacción al grito comunica una emoción, un impulso. Así que, si el pastor grita y ve a la bestia responder, esta no comprende nada, sino que reacciona a un impulso, o si es la bestia la que oye los gritos, no comprende nada, sino que reacciona a un impulso, lo que falta en esta relación es el razonamiento racional, porque no hay comunicación real, sino simplemente una conexión basada en un impulso básico. Este impulso no busca un bien mayor, ni una comprensión elevada de la moral y la virtud, sino que simplemente reacciona a la seguridad, el miedo y el deseo. Así, sientes un impulso y comes, oyes un sonido y reaccionas a él; te mueves en cierta dirección; otra reacción impulsiva te hace detenerte y comer, etcétera.

Esta imagen del Corán nos muestra que vivir una vida siguiendo los pasos de shaitán se asemeja mucho a una vida impulsiva. Ibn Al-Jabbar dijo que, en estos versículos, el Corán sentó las bases de la idea misma de una vida virtuosa y reflexiva.

La naturaleza misma de seguir los pasos de shaitán es una vida que no aspira a la virtud, una vida que no aspira a nada más allá de los meros impulsos.

Voy a ir un paso más allá. Les digo que seguir los pasos de shaitán es llevar una vida que acepta las tradiciones del clasismo, del racismo, de la intolerancia, de las profundas injusticias del sexismo, y que no reflexiona sobre ellas, sino que simplemente las acepta y reacciona impulsivamente diciendo: "Bueno, eso nos hace seguros, eso nos hace inseguros, eso satisface nuestros deseos básicos, etcétera".

El Corán nos entrega una imagen poderosa de un primitivismo básico. Por supuesto, alguien como Ibn Al-Jabbar era muy consciente de la tradición griega cuando argumentó lo que argumentó. Alguien como Razzi, aunque era anti Mutazzilita en todos los sentidos, incluso él, termina coincidiendo precisamente con el mismo argumento, aunque dedicó mucho tiempo a refutar a los Muttazilitas en algunas particularidades. Pero Razzi finalmente dijo que Dios establece claramente en esta parte del Corán que una vida irreflexiva, una vida que responde a impulsos y hábitos, es una vida inmoralmente condenable desde una perspectiva islámica.

En definitiva, cualquier persona que vive de esa manera, respondiendo a los impulsos del deseo, al hambre, a las tradiciones y los hábitos, está condenado, por definición está siguiendo los pasos de shaitán, mientras que una vida que aspira a la bondad, la benevolencia, la verdad, la justicia, a todos estos conceptos de virtud, es precisamente la vida que está en contra de las parábolas que Dios nos muestra en esta sura.

 

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